Entre la vida y la muerte sólo queda cagar. Eso es todo como si se tratase de sonar. Es la manera en que Pablo ha dado vueltas por su vida reciente. Tratando de escapar del mundo hacia su lado incomprensible y no pudiendo lograrlo. Este es el momento de los jarabes fuertes, el egoísmo hábil se hace una vida a medida y luego olvida que con eso no hace más que justificarse. La historia del sufrimiento humano es trivial y lo es no por las causas que lo generen sino porque es la historia de una sensación y como tal, siendo que la felicidad es más codiciada y discutida que la desgracia es obvio que nadie quiere dar brazo a torcer sobre el asunto. Uno que es bastante molesto. ¿La vida es un síntoma? No hay en sí siempre capricho, o se habla desde el lugar de la neurosis de la eterna neurosis que se encadena. Se puede decir que nada de eso importa, no importa, y no va importar, como sabe Pablo lo que lleva más lejos al hombre son sus dos pies y no su cerebro. En cuanto a los elementos que con él se relacionan creo que ya se ha dicho lo suficiente, esta “novelita basurera” en parte ha cumplido su misión. La cual no era otra que expresar para bien o para mal aquella sensación. El mundo moderno esta podrido para mucha gente, tendemos a evadirlo. Lo cual esta bien, muy bien, casi es lo mejor y más sano. El famoso: ¡Sálvate a ti mismo! Bueno justamente ahí parte esa desgracia, sólo queda cagar y excretar, terminando por conocer la obra de la propia excreción. Todo ese sadismo, es la cima. Una cima complicada de vivir porque el humano teme hundirse en la mierda. Cosa que ya a esta altura puede ser visto casi de cualquier manera. No me vengan a pensar que allá arriba hay alguien que se preocupa por ustedes, hagan una vida de su evangelio, el mundo es libre o fatal pero no es otra cosa.
Pablo es un hijo de su tiempo, es parte de ese consumismo residual y sudaca. No le importa, sabe que las grandes cosas tienen que pasar en otros lugares. Aunque de alguna manera, cada instante de su vida pasa por su ciudad Buenos Aires, la melancolía ha de pesarle toneladas. Al ser Pablo un tipo chato, uno que supo más codiciar los culos que los libros no puede esperar una respuesta de cosmopolita y desapasionada razón. Lo único que ha entendido es la esencia de una suerte de desgracia. Camina de ilusión en ilusión, tendrá que volar puertas para encontrar en las futuras camas, todo lo que se pueda imaginar. Porque eso es la realidad, una eterna mezcla que nunca se resuelve. Ese movimiento que lo va matar mientras paren y conciben a otro humano ya lo ha hecho inmortal. Justamente por ser anónimo, será ese amor a la vida, si se quiere esa necesidad de vivir a cualquier costo, siempre tratando de oler mejor.
Cuando te pregunten los otros es decir las imágenes de tu mente. ¿Cómo es que nos has hecho esto? La vida no es sueño, la apariencia, toda idea, todo capricho es una simple pantalla. Una absurda pantalla para que no te abras las rodillas cuando te caigas en medio de la vereda y te aplasten las multitudes que corren sin sentido. Miles de egoísmos que tratan de preservar lo que es el ser humano en el lugar más hostil de la historia, el mercado. Esta novela no va a valer ni dos centavos, Pablo lo sabe, Pablo sabe que todo es un reflejo, una vez terminado a otra cosa. Es necesario que lo asuma de esa manera. Si hiciese otro esfuerzo seguramente se quedaría sin argumento. Aunque no debe quedar duda por decir, las letras se vuelan antes que las palabras. Los mundos felices si es que existen no se hallan en los libros. Los libros en todo caso son las píldoras que sirven para unir esos momentos felices propios. La literatura es la negación de la vida, leer no es hacer, no es tener esa aprehensión de la realidad. Tal cual entendemos las cosas. Pablo ha sabido ir demoliendo las excusas, las excusas como la absurda necesidad del trabajo si no es otra cosa que la subsistencia. Por lo que se ha visto que no hay que engañase. No hay que poner grandes excusas.
Los siguientes siglos se poblaran de Pablos porque ya estamos sembrando el terreno. Nada mejor que tratar de romper el juego. La utopía no existe. Pero hemos de valorar el error, el error humano que podría llevar a la libertad. Colapso. ¿No sería genial aquello? Pablo sabe que es probable que los individuos caigan y que los hombres, sus propios hijos quiten los cadáveres del camino y sigan en esta suerte de gran parodia que se llama historia. Gracias a un ser inexistente que nos tiene que salvar después de todo debería valer la espera, pero cuando esta no existe, cada paso, cada gramo es una gracia, es una redención. Por eso nadie quiere saber toda la verdad y nada más que la verdad quiere que se la dosifiquen. Pablo ha perdido esa única y soberbia puta que la había arrancado la vida del cuerpo y como supo era inevitable. Por suerte, estaba ya muy lejos de sentirse en deuda consigo mismo, había descubierto que la totalidad siempre ha de ser indiferente al individuo. Todas las fuerzas se economizan, incluso con la censura pasa eso.
Pablo volvió a su casa para buscar el traje gris, el gris más opaco que vio en su vida. Esta dispuesto a desaparecer en la multitud y que nada más se sepa de él. Disfruto de ser libro pero ahora debe volver aquel misterio de lo masivo y de lo no contado, es bullicio silencioso donde pasa la realidad. Tiene billetes y en buena cantidad no sabe que hacer. Por fin tiene dinero, y tiene demasiado dinero. Demasiado dinero para morir pronto gastando a toda velocidad morir demasiado lento en una vida de pequeña burguesía a conciencia. ¿Podría meter esos recuerdos que va a perder en alguna parte?
Pablo es un hijo de su tiempo, es parte de ese consumismo residual y sudaca. No le importa, sabe que las grandes cosas tienen que pasar en otros lugares. Aunque de alguna manera, cada instante de su vida pasa por su ciudad Buenos Aires, la melancolía ha de pesarle toneladas. Al ser Pablo un tipo chato, uno que supo más codiciar los culos que los libros no puede esperar una respuesta de cosmopolita y desapasionada razón. Lo único que ha entendido es la esencia de una suerte de desgracia. Camina de ilusión en ilusión, tendrá que volar puertas para encontrar en las futuras camas, todo lo que se pueda imaginar. Porque eso es la realidad, una eterna mezcla que nunca se resuelve. Ese movimiento que lo va matar mientras paren y conciben a otro humano ya lo ha hecho inmortal. Justamente por ser anónimo, será ese amor a la vida, si se quiere esa necesidad de vivir a cualquier costo, siempre tratando de oler mejor.
Cuando te pregunten los otros es decir las imágenes de tu mente. ¿Cómo es que nos has hecho esto? La vida no es sueño, la apariencia, toda idea, todo capricho es una simple pantalla. Una absurda pantalla para que no te abras las rodillas cuando te caigas en medio de la vereda y te aplasten las multitudes que corren sin sentido. Miles de egoísmos que tratan de preservar lo que es el ser humano en el lugar más hostil de la historia, el mercado. Esta novela no va a valer ni dos centavos, Pablo lo sabe, Pablo sabe que todo es un reflejo, una vez terminado a otra cosa. Es necesario que lo asuma de esa manera. Si hiciese otro esfuerzo seguramente se quedaría sin argumento. Aunque no debe quedar duda por decir, las letras se vuelan antes que las palabras. Los mundos felices si es que existen no se hallan en los libros. Los libros en todo caso son las píldoras que sirven para unir esos momentos felices propios. La literatura es la negación de la vida, leer no es hacer, no es tener esa aprehensión de la realidad. Tal cual entendemos las cosas. Pablo ha sabido ir demoliendo las excusas, las excusas como la absurda necesidad del trabajo si no es otra cosa que la subsistencia. Por lo que se ha visto que no hay que engañase. No hay que poner grandes excusas.
Los siguientes siglos se poblaran de Pablos porque ya estamos sembrando el terreno. Nada mejor que tratar de romper el juego. La utopía no existe. Pero hemos de valorar el error, el error humano que podría llevar a la libertad. Colapso. ¿No sería genial aquello? Pablo sabe que es probable que los individuos caigan y que los hombres, sus propios hijos quiten los cadáveres del camino y sigan en esta suerte de gran parodia que se llama historia. Gracias a un ser inexistente que nos tiene que salvar después de todo debería valer la espera, pero cuando esta no existe, cada paso, cada gramo es una gracia, es una redención. Por eso nadie quiere saber toda la verdad y nada más que la verdad quiere que se la dosifiquen. Pablo ha perdido esa única y soberbia puta que la había arrancado la vida del cuerpo y como supo era inevitable. Por suerte, estaba ya muy lejos de sentirse en deuda consigo mismo, había descubierto que la totalidad siempre ha de ser indiferente al individuo. Todas las fuerzas se economizan, incluso con la censura pasa eso.
Pablo volvió a su casa para buscar el traje gris, el gris más opaco que vio en su vida. Esta dispuesto a desaparecer en la multitud y que nada más se sepa de él. Disfruto de ser libro pero ahora debe volver aquel misterio de lo masivo y de lo no contado, es bullicio silencioso donde pasa la realidad. Tiene billetes y en buena cantidad no sabe que hacer. Por fin tiene dinero, y tiene demasiado dinero. Demasiado dinero para morir pronto gastando a toda velocidad morir demasiado lento en una vida de pequeña burguesía a conciencia. ¿Podría meter esos recuerdos que va a perder en alguna parte?
Comentarios
Publicar un comentario