Tal vez no lleguemos nunca a tener ese “don”, a qué me refiero con ese don. Bueno es complicado de explicar, tan complicado que tal vez nunca lo explique propiamente. Una parte de los malos escritores, de los de mierda. De los que pierden el tiempo en su escribir es ese, su no saber. Los que enervan a Duval, los que parecen mierda. Pero Duval no puede oler todo, Nietzsche no puede condenar hasta la gente que no lo ama porque no lo conoce. Sin caer en apostolados muy amigos de este tiempo quiero contar una mala experiencia. No es un robo ni violación ni asesinato, es la redacción de asquerosas y pésimas obras de teatro. Tal vez sean buenas, tan vez fuimos genios incomprendidos vadeados por el terrible romanticismo dudo un poco que sea así. ¿Importa acaso? No tiene que valer demasiado la pena. Lo que pasa es que el escribir es como el amor, pero no el amor en el amante experimentado sino en el cretino. Sí no queda otra forma de pensarlo. Sé que la hoguera es grande para que todos podamo