Ir al contenido principal

(B) El Hombre que vende cosas:

En el largo y oscuro camino, solo hay un hombre que lo corre de punta a punta, incluso se va del camino por algunos senderos para encontrar sus extraños productos. Uno de ellos la miel, la miel de las pesadillas. Un producto bastante interesante tiene como todo producto una trampa. La miel de las pesadillas es un mundo soñado que sirve para compensar la realidad del país de las desgracias aunque al final antes de despertar, el soñante es aterrado por alguna imagen terrible y repentina.

No obstante todo el mundo quería algo del Hombre que vende cosas. Su carácter era bastante raro, si uno lo miraba era sensible y bastante susceptible aunque lo compensaba sabiendo de todo un poco, ese era su alivio, conocer demasiado. Este hombre poseía un dálmata que se podía hacer invisible y con el averiguaba todo lo que quería. Este le permitía meterse en cada lugar por inverosímil que parezca así seguía a todos. Obtenía o trataba de obtener todo lo que deseaba. La segunda gran arma del Hombre que vende cosas es un reloj, muy pesado el cual usa desde una cadena para atacar a la gente que se tope. Además por cierto tiene la cualidad de desaparecer.

Natasha era bastante propensa al consumo de la miel, pese a no tener un especial placer en ella, sabía lo positivos que eran sus efectos y no dudaba entregarse al consumo de esa exquisitez. El hombre que vende cosas, tiene un traje que nunca se moja porque absorbe toda la lluvia. Aunque él sabe que en todo el país de las desgracias lo más valioso es el queso. Nadie tiene queso, esto es lo casi inaccesible. Natasha gracias a su amistad con él tiene bastante pero el resto del país suele sentir la carestía de queso. La horma de queso es misteriosa fascina a todos. Algunos dicen que en realidad él es el único que fabrica el queso y que lo acumula con el fin de enriquecerse. Muchos han hecho hipótesis sobre el domicilio del Hombre que vende cosas, unos dicen que es el mismo intendente. Otros piensan que vive con la mujer del bosque la que realiza la miel. Otros mas descabellados dicen que viven más allá del camino a cientos de metros sobre el descampado en medio de un campo gigante de trigo y cebada, con ellos alimenta a las vacas que hacen el queso. Nadie puede seguir en velocidad al Hombre que vende cosas, Natasha alguna que otra vez desde su bicicleta lo ha intentado con todas su fuerzas pero una vez que se hecha a correr es imposible seguirle.

El hombre que vende cosas podría ser el fundador del país de las desgracias, el hombre más sabio del país dice eso. El viejo Ramón es el hombre con apariencia más demacrada del país de las desgracias, fue el que dijo que Natasha podría cantar para las aves, luego de que muchos antecesores muriesen. Ramón vive en una taza gigante, una puerta negra muy delgada es lo que no conecta con el resto del mundo, el techo de su casa es de vidrio. Por eso puede ver el cielo pero no lo que pasa a su alrededor. Su trabajo es redactar los edictos del intendente. Su protector es la arena, una tormenta de arena desorienta a quien quiera atacar al viejo Ramón y lo deja en un desierto lejano al país de las desgracias donde nunca se sobrevive. No obstante el viejo Ramón no tiene enemigos, es más, da muchos consejos y augurios. Hay gente que dice que el Hombre que vende cosas es incluso más viejo que Ramón. Los rumores son algo que pasa en el país de las desgracias pero al no haber historia, todo queda en leyenda. Él único que sabe las cosas a ciencia cierta es el Intendente. El que nunca es visto, el más poderoso ser del país de las desgracias, nadie lo ha desafiado con éxito. Una vez se cuenta que se quiso acabar con su poder quitando la desgracia del país pero fue imposible, unos minutos contra él y los hizo explotar a cada uno por el aire.

Natasha es la única empleada del intendente en parte porque sabe que el intendente jamás se presenta. Ella sólo alimenta a las aves y se va. El huevo azul permanece inmóvil sin noticia alguna. El Hombre que vende cosas entra cada tanto al huevo azul. Aunque no abre la puerta del lugar. Allí se pasa horas y luego sale.

Natasha ha hablado muchas veces con este hombre, una vez le preguntó si existía la clase de persona que nos complementará. Después de mucho pensar el señor de los productos dijo que sí, existe una zona cero donde hay otro que esta hecho a medida nuestra pero que esta encadenado. “Un día si supieras vender las cosas podrías ir allí pero para eso, Yo, el Hombre que vende cosas tendría que estar muerto”- esa fue la respuesta. En el país de las desgracias nadie es perfecto, todos están seriamente carentes de gran afecto. Una de las manera de llegar a la zona cera era subiéndose al tren que pasaba a gran velocidad por la absurda estación del país de las desgracias. Esa era la clave, el tren iba de la Zona cero al mundo exterior. Pero nunca paraba allí, el país de las desgracias tenía su estación y pese al revuelo, nunca jamás desde que Natasha tiene memoria el tren pasó por allí lentamente siquiera. El hombre que vende cosas se ríe mucho de las preguntas de Natasha, de toda la gente del lugar es la única que se pregunta por los alrededores del país. Un día pensó que si pudiese adueñarse de algunas de las aves del intendente podría ir volando hasta la zona cero. Era difícil de creer pero como decía el Hombre que Vende cosas: “Cabeza de piedra, la enana”.

Él era la segunda persona más alta, la primera era Maite que vivía haciendo la miel, ella medía cuatro metros. Aunque ella vivía cerca de una de las fronteras del país de las desgracias. Se podría decir que era la persona menos desgraciada del lugar, no tenía nadie que la amenazara ya que nadie se iba del largo y oscuro camino. Pese a eso, no le importaban demasiado los asuntos del país de las desgracias. Ella tenía contactos con otras gentes más prometedoras, los pequeños estaban en sus asuntos.

Una de las doctrinas más extrañas era que Maite y el Intendente le habían dado vida a todos los seres del lugar. Por eso a ella nadie la tenía que proteger. Aunque tampoco nadie que no fuera el Hombre que vende cosas la había visto.

Una de las suertes que tenía el hombre que vende cosas era que regalaba vino a quien quisiese. El vino del humor era un objeto bastante consumido por aquellos parajes. Aunque era peligroso, uno se podría meter en el jardín equivocado, muriendo instantáneamente. Era cosa común, Augusto el leñador murió a manos de las Aves por ejemplo, un día lleno de vino encima se puso a parlotear y a insultar, y llego hasta el Huevo Azul apenas toco el pasto, un ave ya se lo había devorado. La misma ave fue y defecto sobre su antigua casa, esta permanece bacante hasta el día de hoy, y el Carnero gigante que la vigila se la pasa llorando el día entero.

Estas eran las cosas que se sabían del Hombre que vendía cosas. Mucho misterio había, el futuro siempre que no fuera seguro era relativamente estable en el País de las Desgracias.                         

Comentarios

Entradas populares de este blog

Crítica a “Las 21 leyes irrefutables de liderazgo” de John C. Maxwell.

II- 1-Ley de tope: La capacidad de la organización está determinada por la capacidad de líder. El líder reclama la gente con más habilidad, y estos reclutan a la gente con la misma capacidad. Suponer este punto como una mera formalidad plantea muchos problemas. La capacidad de un líder puede variar de un momento a otro con formidable rapidez. No es lo mismo un líder de grupos pequeños que uno de grupos grandes. No es lo mismo una mesa chica a una plaza pública. Muchas veces un líder sólo cuenta con el apoyo indeterminado de adeptos que no termina por conocer. Esto es la clave en el espacio público. La potencia de un líder por fuera de una organización se mide por parámetros diferentes. Muchas veces no es la admiración, o la camaradería lo que lleva al poder. Muchas veces es el temor y el respeto, otras una devoción que no tiene mucha relación con quien la genera. Un líder es líder de los suyos y de su contrario. Un líder tiene que forzar a tener un enemigo necesario. El liderazgo sino

Praxis política, organizaciones y democracia:

No hay que ser superficiales. La cuestión de la actividad política tiene que ver con el sistema político en el que se vive, es decir en la democracia de carne y hueso. Hoy en día, Argentina tiene una interesante mezcla de armados políticos. ¿Cómo se hace política? La respuesta es un justo equilibrio entre movilizaciones e instituciones. En este proceso debemos interpretar que la acción es la política es la que puede dinamizar a la sociedad. Transformar a la sociedad depende de la política, los límites de la sociedad a lo largo de la historia tienen que ver con las propias organizaciones políticas. No con una sino con todas. Es decir que a partir de la organización se implementan políticas, con ellas se pueden materializar gran parte de los objetivos que se proponen. Por esto el esfuerzo, el trabajo en la política existe. No existe de por sí una relación que no sea política en todos los procesos de producción de un país, o territorio cualquiera.                                      

General Motors y Waymo disputan el automovil inteligente.

Una parte de las apuestas del futuro inmediato del transporte de pasajeros a nivel mundial tiene que ver con el hecho de que las personas no tengan cada una su automóvil, a la vez una solución más particular que simplemente el uso de transporte público, trenes y colectivos. Estas dos razones sumadas a que el segmento autos es uno de los que más paga impulsan el desarrollo de autos que no necesiten chofer para desplazarse. Justamente porque baja los costos y la manera en que las personas se relacionan con sus coches queda claro que el cambio social será muy importante. Muchos hablan de una cuarta revolución industrial dentro de la share economy. Esto puede que tenga un sentido siendo vista en el largo plazo. Muchas innovaciones ocurrieron y ya muestran que una parte del mercado de autos y de aviones, como otros bienes se manejan por medio de leasing y de los préstamos. Ya no es el ahorro y el ingreso lo que mueve a los que pueden a tener su propio coche, sino que con gastos de capita