La tarea de demolición empieza por casa: Comencemos a contar las complicidades con el nuevo gobierno- ser cómplices va desde el tiempo que se le tiene que dar, hasta la indulgencia con las direcciones sindicales. Si se trata de tener una posición en contra al menos debería partirse de la realidad, el conflicto se da en políticas concretas, no en discursos, sentidos de las cosas. Las complicidades con este “nuevo gobierno” tienen todo lo que era “positivo” de la etapa anterior, falsificación, conformismo, y sobre todo sostener en abstracto gran parte de los problemas esenciales del país. Comencemos a tener una garantía, democracia es una realidad, sindicalismo es una realidad, seguridad social es una realidad. Todas realidades dadas en el marco del “Neoliberalismo”. Para entender al animal nos basta la cola, el hocico y podremos entenderlo: ¿Por qué el progresismo está padeciendo un languidecimiento bastante simpático? Simple, el progresismo es como el liberalismo en Argentina;