Usando el sentido más patético de las tendencias haremos una historia no muy fantástica. Violencia sin sentido y consumismo pueden ser parte de un mundo que puede estar más cerca de lo que imaginamos.
Servir de guía por aquí tiene su singular significado. Partimos de las nociones más comunes y vamos yendo más allá de nuestro tiempo. Del horror de la imaginación a la realidad tiránica, el mundo es progresar paso a paso por este camino. El horror de la mente del hombre a la soledad de su mente una vez descubierto que todo miedo es infundado. No obstante la descripción será sentida de manera tal que la exageración será sentida. El delirio siempre está presente en una u otra manera, lejos de pretensiones de popularidad.
Natasha se desplaza con una bicicleta por el país de las desgracias hay nubes o sol, su tiempo se pasa siempre entre las corridas. No hay reloj para mirar pero se puede saber que el tiempo es voraz por la misma carrera del sol por el horizonte. Sin embargo el ir y venir, el cruzar las luces ajenas de los autos y algunas otras indefinidas cosas también es parte de la vida. En este país alucinado, segundo a segundo se piensa en la vida y en la muerte, porque en el costado de los caminos aún hay cadáveres. Gente que se fue atropellada y dejada ahí. Los cuervos les tiran los ojos, los gusanos pueblan sus entrañas y las moscas fundamentalmente cubren sus rostros.
De los árboles de manzanas dicen que todos están envenenados y lo están efectivamente los perros que comen las manzanas mueren al rato sin tener otra salida. La casa de Natasha es rodeada de manzanos venenosos. Los cuervos están trepados de los muchos cables que proveen electricidad a la casa. ¿Dónde esta su casa? La respuesta es muy sencilla, una ligera loma hace que la casa este un poco más arriba que sus vecinas. Allí en una casa de madera y piedra, en la ventana más chica y ojo lleno de irritación todo lo vigila. Esa es la única presente mirada de la casa, una mirada fija tal vez de un recluso que vive allí en la parte más alta.
El viento azota el país de las desgracia al atardecer y levanta toda la basura, la cual va llenando de mal olor todo el recorrido. Eso no importa la velocidad es la calve en el país d el desgracia que entre lo absurdo y lo terrible se dabate. Todos allí llevan armas, Natasha lleva cuatro cuchillos, un poco sucios. Sangre llevan esos cuchillos, es lo malo de tener vecinos.
El país de las desgracias parecer ser la creación de una mente perversa, su manera de ser visto y de ser contado difiere mucho según las personas. Lo que si se han puesto en común es en el hecho de que el pasto es verde oscuro. Un toro blanco vigila el predio de la casa de nuestra amiga. Este aplasta a todo lo que sea ajeno a su dueña, el toro no duerme nunca, el torro recorre la casa en círculos, todo el día, todos los días.
Los días en que el cielo se tiñe de violeta, ella decide esperar. Sabe que ese día, todos los derrotados se levantan y van por el mismo camino negro que ella hace en bicicleta, los días nefastos están en el calendario. Esos días, no se puede salir, se tiene que quedar leyendo en su casa la limitada colección de diez libros que posee. Muchas veces se los sabe de memoria y va reescribiendo sus historias, creando libros nuevos. Ellos los cambiara con conocidos, así tendrá novedades, pero nunca podrá sobrepasar la cantidad de diez. Otra de las actividades de Natasha los días nefastos es afilar los cuchillos. Todas las tareas artesanales hay que hacerlas en la casa.
La comida es otro asunto. Natasha suele alimentarse de la piara de chanchos de tres patas que posee atrás de su casa. Con uno de sus cuchillos característicos da muerte degollándolo a un cerdo y con eso come unos días. Hay una tienda al otro lado del oscuro camino pero los días violetas, no se puede salir. Los restos de la comida se los tira a las plantas del fondo, las cuales se complacen en absorber tripas y sangre.
En el país de las desgracias no hay familias, cada uno tiene su animal que los protege y sus condiciones. Cada uno tiene una vida que vivir con las propias reglas, las cuales tienen poco sentido pero a nadie le importa. Natasha colecciona oro, el cual suele ser bastante inútil en el país de las desgracias. El oro cuando se lo pone al sol en este lugar se hace carbón y por lo tanto no se puede exhibir. El carbón que se sumerge todo el día en vino se hace oro. El oro es sencillo de conseguir y de perder. La gente no comercia con eso. La riqueza reside en las estampillas, todos son pagados allí con estampillas.
Natasha tiene la función de cantar a las aves gigantes. Las aves gigantes son aves con cabeza de anguila. Las cuales tienen la misión de custodiar la casa del intendente del país de las desgracias. La única manera de alimentarlas es cantando, las aves entienden que quien desafina debe morir, por eso, es muy difícil cuidar de esas aves. Por eso también los cuchillos, repeler a las aves es un problema. Las aves gigantes no saben distinguir que se les canta, cualquier repertorio les viene bien pero sólo descienden a tierra a matar gente o a escuchar canciones. Complicado, la casa del intendente es una suerte de gran huevo, un huevo de color azul. Muy azul, es lo más azul, más que el cielo más que cualquier otra cosa.
Natasha debe correr o ir muy rápido en su bicicleta, las distancias siempre tienen que ser cortas. Los insectos invaden los caminos, millones de hormigas devoran personas que se sientan apaciblemente en el pasto. Sólo dejan los huesos, Natasha teme mucho a las hormigas más que a las aves, más que a las manzanas venenosas y a que a todas las otras cosas. Así son los días en el país de las desgracias, una vez cada tanto aparece el “Hombre que vende cosas”, es un tipo de traje negro con rayas blancas. Él tiene los objetos de más valor en el país de las desgracias, va casa por casa, buscando estampillas o cambiando objetos que le puedan resultar interesantes. Cuando lleva su pesado bolso nadie puede imaginar la cantidad de cosas que allí puede entrar, la idea es como la de Félix el gato, sólo que este es un hombre que mide casi dos metros con barbas largas y grises.
Nuestra amiga, no pasa los días, sola en el país de las desgracias tiene dos amigas Alicia y Paula. Una de ellas de ellas vive en una carpa muy grande de color rojo brillante, su jardín es bastante extenso. Hay manos de cadáveres en la entrada, estos saludan a los visitantes y recogen la basura que se cae. Alicia lleva una ballesta encima siempre cuidando su espalda. Bastante diestra es en su uso, Alicia suele ser callada, tiene unos hermanos muy pequeños caben en su mano. Ellos viven en un frasco cuando su hermana se va y son escondidos para poder estar a salvo. En el jardín de Alicia hay pájaros granadas, ellos se inmolan si se creen amenazados, matando inmediatamente a quien los perturbe. Los pájaros granada son los guardianes de la casa de Alicia, ellos miran a todos los que entran incluso Natasha. Otro dato interesante de estos pájaros es que se regeneran, siempre hay veinticuatro pájaros granada.
La casa de Alicia dispone de ventanas circulares de color marrón. Estas son grandes en los pisos de arriba y pequeñas en la planta baja. Hay un piso sin ventanas. Allí son criados los peces de los cuales Alicia se alimenta. Los martes, Natasha va por el largo camino y llega hasta la carpa que es casa una vez que se entra. Es una casa cubierta por una carpa. Cosas raras se pueden hallar en el país de las desgracias. La muerte sin embargo anda siempre. Alicia se encarga de las alcantarillas del país de las desgracias, allí mata toda clase de reptiles con los cuales hace cueros los cuales puede llegar a vender buen precio. Alicia gusta de leer las historias que Natasha le cambia pero no hace sus propias historias, no tiene esa voluntad.
Natasha siempre anima a que Alicia deje su obstinación por el trabajo y la saca de su carpa. La vida de las dos mujeres es bastante pesada en el país de las desgracias. Alicia no confía en el Hombre que vende cosas, piensa que es un usurero y además que esta loco. Alicia una vez le disparó al Hombre que vende cosas, se ofendió porque le quiso cobrar una de sus fotos. Desde ese día, se llevan bastante esporádicamente. Sólo la venta de pieles de reptil es lo que le interesa.
La otra amiga es Paula, ella vive en una especie de Mausoleo cubierto por vegetación. En su casa, la protección esta determinada por cangrejos de tamaño de un perro, cientos de ellos, cuando uno se acerca, sólo unas pequeñas esferas. Esos son los ojos de los cangrejos, los cuales salen a matar a quien quiera invadir esa propiedad. Estos podríamos decir que son los más implacables de todos los defensores. Natasha debe ir en su bicicleta a máxima velocidad para evadirlos y siempre con un cuchillo en la mano. El arma de Paula es un hacha que casi es más grande que ella, aunque es bastante liviana y destructiva. Paula tiene la misión de iluminar el camino, otro trabajo peligroso, ella y su manada de cangrejos, recorren el camino cuando se inicia la noche, todos los días sin excepción para mantener las luces. Es una de las personas más adineradas del país de las desgracias y por lo tanto tiene cosas que nadie tiene. Siempre regala cosas muy grandes y vistosas. Algunos la consideran en el país de la desgracias como una persona arrogante. No es así. Ella cree en la importancia de su tarea y no teme a la envida ajena.
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