Muchos de los que conocen las historias pueden saber que algunas son hasta asqueantes. No por menos podemos decir que hay un arte, un arte asqueroso. Uno podría pensar en escenas tontas como aquellas donde una persona se queda completamente atragantada. Estas cosas le pasan a gente como Bush, o cualquier otra. Esas muertes a veces son absurdas, la garganta traiciona, la jeta azul. Nada más y nada menos que eso. No se si es la mejor imagen, sabemos que la muerte puede venir de la mano del inocente jamón crudo tal cual si el cerdo se vengará de su asesinato. Hasta podría ser. Un poco de “magia” nunca viene mal. Todo relato tiene de por sí cierta historia, esta cosa de la lentitud que caracterizaba a la víctima de su eterna despreocupación. ¿Era eso lo que la convertía en langosta? ¿Cómo saberlo? Al fin de cuentas nada de eso tuvo sentido. Pero podría jurar que por eso la historia era hasta graciosa. Todo se tiñe de nostalgia, o tal vez de cruel indiferencia. Es un juego terrible es