Los mediocres:

(Una novela sobre los fracaso de una cierta clase media mutante)

I-

La mejor manera de empezar una novela es no signarse a un formato en especial.

Por lo que hay que decidir a partir de cierto momento, ¿qué es una novela? ¿Qué pasa? Uno no termina por saber, nunca, ni siquiera con el mínimo esfuerzo que un fracaso notable esta dispuesto hacer nada sobre el asunto.

Tal cual la gente opina de política sin entender un pito o que ama sin valor, o que se la pasa en una existencia que da asco. De igual manera y sin reparos, esta serie de desgracias a las que llamamos vida pasan igual. Puede que en el fondo ya que esta tan bien ser derecha o izquierda, o ¿quién sabe qué? Tal vez sea la lotería la que lleva a saber qué es escribir.

Abortemos la posición, no hagamos ni un desgraciado manifiesto, total poca gente cree en algo específicamente y esperemos que la mierda llueva del cielo. La introduciré de manera poco amena, los mediocres, no es una cosa moral. Mis relatos, las existencias con las que me topado en este mundo no son morales. Lo han intentado muchas sin duda, pero como soy una lengua. Una mera expresión no conozco moralidad, alguna sin caer en el nazismo versión sastre. De todas las historias que se pueden contar en una carrera de historias no publicadas esta es un “¡lujo!”

Si ustedes quieren una novela para los mediocres o mejor dicho quieren su sustento deben buscar en las raíces profundas. Los mediocres son un par de personajes, entre depresivos, locos y enfermos que habitan este mundo. Su función supongo que será entretenerlos como un par de asquerosos pulguientas. Se puede decir sin embargo que las obras que valen la pena y los escritores que valen la pena no se han topado con esta experiencia por lo que se puede dar por seguro que no tendrían éxito en querer poner a esta historia huérfana en medio de alguna cosa con importancia relativa.

Lo mejor que podemos hacer para ser justos es pensar en la gente que podría habitar en este sentido esta ciudadela casi de muertos. Si somos justos pensaremos que incluso alguien que relatase la vida de todos sus muertos acometerá muchas injusticias. Por lo que preferimos alguien que se vengue de los vivos. ¿Quién mierda puede creer que un mediocre que no va a proponer un mundo mejor quiera pretender escribir?

Yo no lo sé, y sé que muchos de ustedes tampoco lo saben. Mientras hago rato, las ideas no vienen solas pienso que podemos ir tomando agua por ejemplo. Aunque entiendo que se pueden estar desesperando. Ciertamente si hay algo común en mi falta de cultura literaria son grandes ideas. Ni siquiera una buena biografía sería la base justa para escribir historias que valgan la pena por lo que se debería usar ante todo la injusta y obtusa imaginación. Partiendo de eso hay pocas imágenes que puedan prometer. La ciudad en que nuestra historia pasará es enorme.

También debemos saber que como toda gran urbe jamás la recorreremos de punta a punta, y que más bien nuestra relación contra ella devendrá en asco y poco apego. Hartos de los amantes de lo localismos de ciudadelas cosmopolitas. Tiene que ser la hora justa donde la mierda de perro y la basura tengan lugar en una ciudad que no siempre tiene esperanza y si la tiene no la tiene para todos. En este sentido no importa la política, justamente bucearemos en vidas desgraciadas por lo que en el fondo no nos importa tanto qué este pasando alrededor de ellas. Tal vez sean demasiado cobardes para cambiar sus vidas. Lo nuestro sin duda se acercará con mucho al sadismo y no una verdad.

Hay mucha gente débil tal vez esto se juzgue de nazi. Qué se yo. No creo que sea tan así, pero si lo fuera la gente creerá eso. Basta con que algo se grite demasiado para que sea verdad. La gente aquí es lánguida y poco capaz de hacer cosas relevantes. Suelen estar apestados en miles de formas distintas, y siendo aquejados por miles de problemas apenas piensan que algún lugar de la tierra se pueda ser feliz.

Esta gente sin embargo no se encuentra en medio de esa mierda de la supremacía de la raza blanca ni porquerías por estilo. Debe ser en parte porque son parias, ciertamente deben serlo. Hagan lo que hagan no salen de eso, y tienen que andar cargando con sus estigmas como si fueran una segunda piel. Por eso en estas historias que no son un manual de moralidad, no se espera ni el amor cívico ni el filial ni estar necesariamente ni adentro ni fuera de la ley. Se esperan en todo caso, hechos. ¡Qué divertidos que son los hechos!

Primero que tenemos que contar es lo precioso del asunto. De todas las almas que hemos de tocar, va hábitos que hemos de tocar, tenemos que pensar que ellos están vacíos. Lo están porque cogen demasiado y son demasiado “felices”, tienen dinero suficiente la pasan bien. Pero de alguna manera buscan un significado afuera del consumo, con la suerte de lo que el delirio conlleva. Luego tenemos que sumar a los envidiosos de cuarta, los castrados, los pajeros, los enfermizos (no son siempre la misma gente). Las historias truncas en suma que no pueden disfrutar de este “Bello Paraíso” contemporáneo. Cientos de miles de anillos de hipocresía deben ser vencidos en medio de una civilización decadente para llegar al nudo de lo que pasa. Por último un núcleo nutrido de imbéciles que no saben para qué existen y que nunca sabrán de sus existencias ni les encontrarán sentido. Acá jamás vas a encontrar a un idealista genuino, a un sabio o a un personaje desprendido. Al menos eso esperamos por ahora.

Por eso nuestros amigos personajes, nuestros poetas nuestros literatos de pacotilla apenas podrían despegar del mundo donde fueron engendrados algunos no son malos. Incluso son bellos y parecen ser arrojados al medio de la basura de los demás. Lo cual en el fondo es un contra sentido pero sí se tiene que tener en cuenta que esta especie de interiores desgarrados de casas saqueadas donde nadie jamás volverá a pisar tiene un significado. En primera instancia hay pensar que muchas de las vidas actuales se desenvuelven como en todas las épocas en medio de una terrible violencia. Por eso sin tener demasiado drama podemos decir que sí que hemos dejado pasar la violencia de una parte a la otra.

Vayamos entrando a una casa. Para cuando nos peguemos a ellos, oleremos un ligero olor a mierda. Esto solo quiere decir no que haya algo de su interior que no nos sea grato sino que se ha tirado un pedo y que no tuvo siquiera la molestia de llegar al baño. Lo cual en el mundo de hoy es tenido por una ofensa sumamente grave o no depende el caso. Pero no es tan terrible si se lo piensa. Lo importante es no perder el rumbo ni pensar que todos los eligen la miseria la eligen porque si.

Por eso no hay que sufrir. Hay demasiados aristócratas que creen saben mucho sobre todo el universo. Todos somos justamente criticables. Aunque qué demonios importa, nuestra bizarra historia continua. No por nada podemos pensar que sin temer demasiado a lo que nos pase tendremos que seguir. Por eso ellos engullían sin culpa. Tal vez porque eso se puede hacer cuando no se piensa. Lo cual podría hacernos creer que nada peor que empezar a pensar, sea lo que sea que eso quiera significar. Y más aún si esto pudiera darse de una manera compleja y al pedo. Tal vez suene molesto pero podría acontecer todo como una película sin lamentarse después de todo el tiempo es demasiado corto y nadie compensa nada.

Sin duda que las cosas son así, por eso ella no tiene nada más que las tetas para mostrar, es sumamente escuálida. Quizá demasiado y no tiene nada de malo tal vez se supone, pero sí se la mira demasiado tal vez si crea que es demasiado, demasiado flaca. Pero es flaca sin poder evitarlo es decir come y come la desgraciada como termita y nada pasa. Por eso debe ser que las cosas son como son, ahora se esta sacando de esos dientes de nicotina un pedazo de plástico que le hace sangrar la encia sin culpa alguna. Esto es la vida. Así que como he aprendido estas cosas no hacen mella. Sin necesitar sin embargo preocuparme por la profundidad del espíritu puedo decirles que tiene todas las patas arañadas y una bombacha roja. Por lo demás mira para cualquier lado y suele costarle prestar atención. Aunque su extroversión roza la estupidez, hace demasiadas y muchas de ellas le salen bien.

Siempre la cosa del living del bondi. Pensar que odian tanto todo eso que dejan los chicles por debajo de la mesa. Si es que no pueden ascender al cielo porque no les sale intentan no preocuparse demasiado por el infierno. Luego esta el otro semi desgraciado, el que justamente se estaba tirando pedo con su panza afuera y sin amor a la humanidad. Su pestilencia es parte de esa narcótica manera de pensar el universo. Debe ser por eso que las cosas no van mal. ¿Qué hace esta gente? Bueno el se rasca el culo porque sinceramente le pica. Tiene aires nostálgicos por una extranjera. Pero no se lo puede decir a la rubia descocada que tampoco se preocuparía demasiado de cualquier cosa que le diga. Aunque esta no es la pareja más distraída que tuvo tiene algo parecido a un canario drogado por lo que al fin de cuentas esa especie de atmosfera los adorna.

  Esta gente estudia, porque ni sabe que hacer y los mantienen claro que esta con plata una parte de ella se gasta en alcohol y el resto también. Cuando pueden sumar marihuana o lo que vengan a la dieta. Aman las frituras pero aún no le han metido mano a los tachos de “macdonalds”. Ahora bien ¿alguien quiere saber qué mierda es su vida? Creo yo que no, cuando escuchan películas parecen sordos que apenas oyen y que por lo tanto torturan a los vecinos escuchando cualquier cosa. Les gusta pensar que lo que pueden encontrar a la madrugada es una buena película pero muchas veces es un bodrio que termina dejando de lado todo. Y por eso se quedan dormidos con un bochinche infernal. ¡Qué cuidado que tienen por las cosas!, algunas veces las cucarachas los recorren encima. Ellos no son los dueños de la situación después de todo.

Esta gente por ejemplo tiene dramas como no alcanzar un colectivo o pegarse con la puerta del subte. O perder cosas adentro del mismo la verdad que tienen problemas idiotas, una vez a la rubia la matan de un puñetazo por plena calle para afanarle el celular, pero como dije suele olvidar las cosas pronto. Tiene una cara linda y la gente al rato se queda con la cara y no se acuerda de qué mierda estaba hablando. Justamente por eso si valen las “bellas metáforas”,  tiene algo de espiritual ese canario re ahogado en nafta. Extraña a su madre que se murió como ella dice cuando era “peque” pero más allá de eso de esa nota de nostalgia tal vez por idiotez no esta del todo en este mundo. Puede que esta clase de cosas la acerquen a ser una especie de ángel si es que esa clase de monstruos aún existen.

Por lo demás son la comodidad pura. Son medio asquerosos se escupen cuando están enojados lo cual es un hábito demasiado sucio. Tienen amigos. Sus amigos son una gordita que está medio repodrida de ellos pero no tiene tantos amigos, y otra gente que suele ser medio de mierda. Pero la gente es de mierda porque uno es una mierda.

A todo esto no pueden llegar del todo bien a fin de mes. Pero eso no se les hace una carga no ni en pedo. Cuando pueden se estiran a comprar un vino y a la mierda. Cada tanto el gorrión limpia, de repente, saca un poco de la basura. Pero pueden pasar semanas. Aparte cada vez que tienen visitas estas se suman a este hábito asqueroso por lo que al fin de cuentas todo es una suma de irresponsabilidades sin fin. Tienen todas sillas distintas, estas son dos de metal despintadas, y feas. Dos de maderas rotas. Tienen dos colchones, uno que esta roto que esta parado y pegado detrás del sofá que a veces lo sacan. Y el que es la “cama oficial” que esta en piso del cuarto. Donde puede pasar casi de todo. Una vez quedó una mancha de sangre incluso cuando ella se lastimo la nariz y se puso tan nerviosa luego cuando se vio llena de sangre creyendo que tenía un derrame cerebral que dio vueltas y vueltas por la cama sin ton ni son. Asustada trágicamente por una muerte que no iba a llegar nunca.

Por lo demás son felices, comen tortilla a veces pero la hacen mal, y comen toneladas de huevos fritos. La rubiecita tiene unas cuantas amigas que son más que amigas pero nadie le pone demasiado reparo a eso. Porque esa casa es sinceramente cualquier cosa. El descuidado pedorro es un ser demasiado gris para preocuparse y cada tanto liga alguno que otro trío. Por lo que al fin de cuentas nada malo pasa.

¿Dónde están los libros? Ellos no son demasiado amigos de la cultura. Para nada, tiene los libros como pisa papeles. Les escriben cosas arriba, a veces los leen. Otras los usan como armas. Se suelen afanar libros de donde pueden de casa de conocidos, de familiares. La gente que los odia sabe que cuando ellos meten las manos en un libro seguro que lo pierden.

Por lo demás son gente por lo poco tan indistinta como los demás, hay veces que les dan plata. Tiene un amigo platudo pedante e idiota que los considera como una especie de caras mascotas y les arroja dinero sin prostituirlos del todo. Con eso a veces comen choripanes o bondiola. ¿Serán odiados por Dios? Sabemos que Dios es inexistente. Ellos son estudiantes que nunca van a la facultad y que han fracasado en casi todo. Así que no nos vamos a ocupar en qué mierda están estudiando. Porque como dije no saben ni ellos, solo a veces rinden bien.

Por lo demás la tele siempre esta prendida, la heladera, sucia anda muy mal. Hay un tostador que no funciona y que usan de revistero. No hay demasiado. Cuando hay lo rompen, son como nenes estúpidos y brutales con demasiada fuerza sin una madre gigante que los cague a pedos. Pero eso no va pasar. No tiene porque pasar. Si pasa es porque serían muy idiotas. Hay veces que todos quieren que les paguen las drogas, los vicios o lo que sea, hasta las gomitas y esas golosinas para niños. Aunque es muy cierto que a ellos estas cosas no les van a cambiar la vida. Hay que tener valor para existir en una forma que valga la pena. Sabemos que ellos ese valor no lo tienen y entonces para qué andar preguntándonos tanto por las cosas.

Esta sociedad ama execrar a todo lo que considera que sobra. Ellos son muy mediocres, carentes de sentidos y sin metas, pueden quedarse hablando hasta las nueve de la mañana de un día hábil y no ir a hacer nada. Pensar que sus sueños cual la muerte o la vida serán muy cortos.