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Mostrando entradas de marzo, 2012

¿No pensar? ¿Pensar? Horriblemente…. (Una revisión) I

I- Pensar, una bella demostración de inutilidad. Hace tiempo dije que había una terrible fuerza que quería que no pensáramos en absoluto. Ante esto uno podría sorprenderse un poco, ¿qué nunca hemos pensado? Pero si buscamos ofender, si podemos odiar, si creemos tener ilusiones sobre grandes respuestas, cómo podemos decir que no pensamos. Luego tenemos otro problema, ¿qué es pensar? ¿Un Gran Pensar? ¿Un pensar filosófico? Tal vez, muchas veces cuando las cosas más simples nos sobrepasan la propia noción del pensar filosófico se nos va al diablo. Eso no es poco, pensarlo siquiera es todo un acto de arrojo. Recuerden que Sócrates pretendía cierta idiotez, cierta falta de capacidad para poder decir lo que eran las cosas. Por el contrario hoy la prepotencia de la teoría, del técnico, del profesor, del experto, del Maestro venido a menos, de los Sabios, y de otros tantos genera un cierto problema. La decadencia del periodista, la decadencia del escritor. Todo queda en medio de una gran

Crónicas M & M:

Si miran un tomate no hallan una respuesta, a menos que quieran un tomate. La crónica puede ser algo similar. Se busca algo se lo encuentra y entonces las cosas ya están dichas. Sin pena y sin gloria. No hay pesar en contar estas cosas hay veces que por el contrario hace bien narrarlas. Uno tiene un principio siempre dando vuelta, casi se le escapa de los dientes. Hay que leer más para poder escribir, eso dicen. No creo que fallen, hay que tomar las buenas formas y las buenas costumbres, hay que saber de la ortopedia. Hay que tener las ideas muy en claro, muy en claro. Siempre que se pueda disponer de algo medianamente respetable. Una es rubia, la otra morocha, hasta acá parece que vendo cerveza, lo sé. La informalidad de este texto no es algo que me impacte. Si todos seremos montoneros al final. No quiero la opinión del crítico quiero la fuerza del observador desatento. Una humanitaria, como dije, profesional, dedicada cerebral. Siempre cayendo en perfecto sitio, siempre teniendo la

Masas; revisión luego del empacho:

 Uno de los granes tapones de lo que hemos sufrido en todo este periodo es ver como péndula, la siempre amenazante adecuación del consumidor, frente a la siempre esperanzadora fuerza del hartazgo civilizado. Por suerte, no quedan dudas, hay toda una fuerza que se sigue manteniendo viva tal vez sea la esencia del humano cuando no puede ser intervenido, el cual sin duda sigue siendo conflictiva y que por lo tanto es denominada así por los que observan desde afuera desde la civilización. Las marchas son en el fondo migraciones camufladas, como las antiguas, como las hordas. Sólo que hoy se juntan por motivos específicos cambiando la ruta por el desfile. No por nada, el desplazamiento de personas tiene valor. No obstante hay toda una serie de aprietos que le niegan a la multitud su identidad. Mientras que las fuerzas horizontales se hacen por la simple convivencia física, los obstáculos llegan desde la híper comunicación que comunica a la horda con todos los elementos aledaños. Esta especi

Masas; desarticulación y sensaciones en este caudal reciente:

Mientras los escritores de cafetín, los asentados en el sillón de Nueva York, habitan con fuerza, mientras la negación de todo movimiento se hace popular, y las letras se apiñan por no ocupar espacio. Mientras que los jeques escriben, mientras los plumíferos, escriben con toda su fuerza los pocos espacios ficcionales. Otros vuelven a encontrar con naturalidad a aquel monstruo, aquel que odiaba Miguel Cané en todas partes. Llenos están los espacios de aquella masa, masa que esta ahora, en parte mezclada, y en que parte funciona como mosaico, masa que tiene y no tiene ideas, masa que se empuja hacia el cambio. ¿Qué es el cambio? Bueno esa es una pregunta que el arte no debería obviar, si se valoró tanto las observaciones sobre las transformaciones de París y la entrada del hierro forjado y de las vidrieras, ¿Por qué no ver estos suelos con estas perspectivas? Las retóricas, ya sean vacías o no, de un gobierno que no se puede adivinar del todo su signo han logrado volver a polarizar a la

De la incontinencia de la IRA (V)- De los valores progresistas, de la sangre, la lucha, de las contradicciones

-          De los valores progresistas, de la sangre, la lucha, de las contradicciones- Las entregas no muy buenas de la “ETERNA Incontinencia de la IRA ” descansan si sobre una idea pasada de moda. Tiene sentido decir que hay algunas cosas que se nos imponen cómo problema. ¿Cómo lidiar con el cinismo? Y para ser más explícitos, ¿cómo lidiar con el cinismo cuando nos conviene? Todos los hombres que viven en la revisión histórica bien saben y entienden que su primer instinto es el de la venganza. A medida que esto se hace disponible a un mayor número de personas la propia historia estalla en millones de pedazos. ¿Es esto algo que no se puede creer? Por supuesto que se puede creer que haya o no haya una ley histórica no quiere decir que los relatos de la historia, cada vez más jactanciosos y arbitrarios no crezcan a toda velocidad. Sería ocioso eso si no pensáramos en qué clase de historia nos queremos plantar. Acá en argentina hay tantas variantes de revisiones que no se sabe bien qué

La eterna Incontinencia de la Ira (IV): -De la pureza de los evangelios “comerciales”-

-De la pureza de los evangelios “comerciales”- Luego de ver la obra de Moliere, El Burgués Gentilhombre y entender la graciosa idea de que muchos viven del pan del gran burgués sea este un presidente, un gerente, un genocida, un “innovador” o una combinación de todas estas. Sabiendo que para nuestra suerte Barcelona ha mostrado a Videla como el candidato de todos y ahora a Baby como un hombre que está en la mira con razón porque la metáfora es explicita. Los problemas hay que taparlos y mejor aún ignorarlos siempre que se pueda vale para todas partes del mundo. Crisp ya lo dijo su pronostico siempre era que estaremos peor. Lo cual tiene que ver con esa voluntad de escepticismo que dicen que tenemos que aparentemente va castrando nuestra mente con los años, tal cual explicaba el Principio, no veremos jamás a la serpiente que se come al elefante sino que veremos sombreros. Ahora bien como sabemos esto no termina de resolver las cuestiones picantes sobre el asunto tendremos que ir por