La poesía Kuwait; a lo que se tiene que preguntar dos veces o más. ¿Un movimiento hacia adentro o hacia fuera? Esto no era conversar con la madre, está entonces hecho por un elemento muy potente aunque difícil de ver siempre el que tiene que dialogar construye para bien o para mal aquello que se le antoja a uno creer. El ojo desnudo así nos dicta sin duda que despertar de los delirios es lo que hace que podamos bien creer que es complicado el auto engaño. La poesía propiamente Kuwait es la vuelta al principio, cuando se habla de aquello que no podemos retener, bueno allí esta la poesía Kuwait, que es un movimiento por elevación de las vísceras hacia alguna parte incierta. Todos son asaltos.
Muy auténtico, simple, lleno de autenticidad. Justamente por la necesidad es escapar de esta razón, bueno allí es donde parto para decir que no siempre puede que la poesía como la Kuwait tenga una esencia propiamente nutrida en una tradición, esto no tiene tradición y es huérfano. En parte porque quiere ser una poesía que cure, que tape que una, una especie de éxodo. Una suerte de epitafio matriarcal. Una suerte de piedad para con la figura de un hombre y a la vez la suerte justa para decir; ¿Qué ha hecho? En ese sentido es inevitable que termine por aceptar aquellas cosas. La razón por la que Acosta haya decidido romper con la comodidad propia de una cultura que pone a la mujer en la dependencia es simplemente genial. Porque muchas veces y ese el feminismo mal entendido cree que la condición de mujer supera a la condición de ser humano. Ser “mujer” como alienación es una cárcel porque nadie puede ni podría liberar a una mujer de ser mujer. Entonces una mujer debería ser hombre, y mejor dicho en una cultura como la nuestra donde ser hombre es ser herramienta. La mujer debe desear ser más herramienta que el hombre. No lo digo en el sentido propiamente de la explotación, se sabe que las mujeres son abusadas constantemente por el sistema. No decirlo sería tan hipócrita como creer que lo escribe como pasión una persona es un simple hecho psicológico aislado. Eso es lo que menos nos importa, si somos interpelados por la palabra miedo. Bueno, allí, Acosta creó su poesía Kuwait. No se puede decir que esta forma de pasión a medio camino, es decir una que demanda una contra cara no tenga razón de ser. Por el contrario. No es una manera de no escribir, sino que es una manera de poder ver hasta que punto se han mantenido las cosas de esa manera. Muchas veces esto es juzgado por irresponsable. Creo que en parte lo es, si la poesía Kuwait no lo fuese sería una idea más sobre el deber ser. Aquella cosa de la soledad huele a religión, tan propia de la vejez, aquella que dice profunda porque huele a nicho. Lo frágil no tiene sentido para ser generalizado, en ese sentido es justo que muchos teman a los críticos. Cuando uno se pone en frente de la mierda o genialidad que hace termina por entender que no tiene escapatoria, lo que digan de eso es lo que el otro piensa de uno. Si hay fisuras, escapes fáciles. Bueno que así sea. Ellos pagan todo lo demás, ellos lo pagan. Por eso la poesía de Acosta es joven. Acosta tiene esa manera altisonante de hacer notar que no esta escribiendo para la gratuidad. Y esto no es chupar el culo a nadie, increpo al que lo dude que se ponga a ver hasta que punto eso es cierto. Una lástima de verdad es tener que saberlo. Juzgo que mis letras algo tienen que ver con esas letras. Lo juzgo así porque así lo he entendido. De alguna manera esa manera de estar allí para que las cosas sean es la base de lo Kuwait. Acosta, mata a sus predecesores. Los asesina. No puede entonces contener contradicción en sus letras, no están las letras que deben ser contra las letras que son. Ha dado el paso para dejar lo propiamente amateur. El fantástico mundo de me gustaría que las cosas sean para decir me gusta estas cosas que son. Por suerte esto nos salva del escritor mandarín, será otra cosa, otra mierda otra enfermedad. Pero aún el mandarinato no le llegó.
La poética de Acosta, goza por un gusto por la forma, un gusto que esta dado desde la oralidad. Por eso hay que revisarlo. Tal vez sea demasiada burocracia. La forma en que están hechas, las formas en que se dan. Si es eso, Acosta no escribió para decir mujer es ser humano sino ser humano es mujer. Y entonces complicado es que no pueda tenerse su pasión por algo bastante más difuso que sus primeros escritos. Encerrados en enclaves. Lugares donde ella exploraba más la fantasía. Acá no hay fantasía alguna. No se espera fantasía alguna. Creció sobre ella la verdad, una verdad compleja. La verdad de buscar la solución por todos los medios. La poesía como problema, la poesía como problema es una cosa que abre los textos de Acosta a mucha gente. Si no se lo ve así, si se lo interpreta como el llanto de una puta, como el gemido de una histérica entonces se pierde el tiempo. Lo que pasa es que ella busca por todos sus medios no tener que escribir eso que escribe. Su necesidad es lo que hace que esta manera de escribir no pueda apelar a selvas de imágenes extraordinarias. Ahora, ¿piensan que esto es falta de virtud? No, señores no es falta de virtud. Hay veces que me pongo divertido y entonces recuerdo cuando leía a Sade. Hay gente que lee a Sade y “despierta” a quien sabe qué. Boludeces, propias de roer piedras. O por lo menos de tomar a Sade, como un escritor. ¿Se imaginan a Sade viéndose como creador de fantasías? Que tristeza. Quiero pensar que leer a Sade es como que te metan un dedo en el culo, por lo menos un dedo.
Leer a Acosta en su poesía Kuwait es como meterse en medio de unas sabanas y ser un tercero en cuestión. Por lo tanto no se puede leer sin esa intimidad de un tercero y si uno es tercero o es amante o es Voyeur. Yo por mi caso prefiero en este caso ver la cosa como un Voyeur. Por eso y con justicia. Señores, Acosta pregunta por la intimidad desde la condición humana. Por eso da lo mismo si son uno o sin son cien. Occidente con su cristianismo barato cosa que en Latinoamérica nos enferma jode. No debería teclearse esto acá. Lo llamarían adelantado, si viniera de afuera. Porque es de acá de nuestra capital, ¡ah! Como un pedo en la cara. Bueno porque no me interesa la crítica a lo “Ñ” yo no te quiero vender un libro querido lector. Me resulta casi una mierda tener que venderte algo. Prefiero ser Virgilio, aunque me gustaría ser Catulo y lo seré. Si el poeta romano según cuenta la leyenda murió por amor de una mujer que lo trataba como poco menos que un hombre. No hay conformismo que nos guíe. Acosta no busca un hombre en particular sino la condición de hombre para decir la condición de mujer para hablar de ser humano. Esto es destructivo. No puede decir sino mil veces que duda lo que ve.
La manera en que ha escrito, tiene fuerza. Cierto por fuerza de la confesión idea por supuesto mucho más autentica que la piedad, porque muchos dicen que abandonan su crueldad pero si lo hacen por comodidad. ¡No sería a eso limarle los dientes a un tigre! ¿De qué mierda nos sirve? La fuerza justa tiene sentido, y este sentido está hecho. Se devela en la forma intima en que es revelado y que ha sumado. Por eso es justo pensar y tener en cuenta que esta forma de escribir es un producto de un esfuerzo que se lleva de punta a punta. El motivo es lo de menos, hay más motivos que unen la vida y la obra. Parece elogio pero es descripción, escribe como cree que tiene que acontecer. A fuerza de esto, lo que escribe es la manera en que materializa aquello que termina encontrando. Es una confesión en parte al sin sentido en que se vive. Una manera de más de manifestarse, una manera poco acreditada de pensarse. Una manera en sí de ser. Una manera de sentir y pensar, una manera de entender lo necesario de la vida. Esta mujer, evita por mucho la idiotez. No me digan que no hay idioteces en los hábitos de todos nosotros, pero Acosta por el amor de Dios no es que no hable un consolador o de la marihuana sino que además en vez de quedarse con eso además el suma el papel de su relación con esas cosas. Porque el crimen contado, se mató a treinta personas. ¿Y qué? Esta época demanda la introspección de la salvajada. Si Acosta dice que disputa un orgasmo lo hace desde la sinceridad. Y además lo escribe. Que no es poco. Si fuera poco simplemente tendríamos construcciones ideales, esas grandes frases donde el placer animal. El cual por supuesto no esta mal termina llevando a la masturbación pero no mucho más allá. Como Catulo, la escuela de los estoicos sentimentales demandaría esas cosas. Por eso la reacción contra la mierda de los escritores que guardan toda su cloaca en un puto lugar de lo profundo de su casa. Cuanta falta de amor propio lleva a tener que alimentarse con las propias heces. Para nosotros hasta que no nos resulte completamente extraño lo que hemos escrito. Todo lo que hemos hecho no es más que excremento caliente. Por eso Acosta tiene el buen gusto de ir sacando lo que hay. No espera que pasen dos eras enteras de la geología para que la alcancen o se distancien de ella. Ustedes saben es parte de nuestra cultura actual esto. La inmediatez. La verdadera inmediatez que nos deja reflexionar luego de meses. Pero hay que escribirlo, todo. Lo que este al alcance hay que escribirlo. Con gusto escapo de la relación amistosa de los escritores, hay escritores hermanos y hay escritores que se abortan mutuamente pero eso se hace en nombre de la poesía. Donde la potencia esta en la irreverencia. Irreverencia que no puede igualar la que dio todo por las letras con el que no dio nada. El que se quedó en su casita mirando las tapas de los libros. Hasta Borges un castrado en muchos sentidos, supo que para tener que intentar ser su propio quijote había que salir al mundo. Y hasta se enfrentó a Perón. Y Acosta se enfrenta al puto principio oligárquico de nuestro país. Se puede impugnar esa tesis. Con confianza. Pero dudo con mucho que se pueda decir que no deje más girones que unas cuantas en su camino. Claro que eso, no siempre es un valor, ni la virginidad, ni la sobriedad, ni la racionalidad son valores absolutos. Por suerte, querido lector, Acosta esta libre de estas tres enfermedades endémicas.
Y esa lucidez es demasiado interesante intelectualmente evita el lugar de poseer la estética para hacer la estética, y esto no es fácil. No me digan que el “under” no tiene toda su costura y los que impugnan el under son más graciosos, hay gente que habla de Stendhal como se habla de River-Boca. Lo cuentan como si fuera una historia más entonces leen las grandes piezas como si fuera una película, por favor, necesitamos del sueño. Pero antes por el amor del Padre eterno (¡Cuidado! Que estos encabezados irónicos son los que después dicen que uno es un chupa cirios), estemos a la altura, tan cosmopolitas pero después andamos con bajezas. Acosta creo que no cae en esa bajeza. No cree ser universal, se puso a escribir de la manera más propia de los sujetos marginales, los que no tiene editorial por cierto, los que están huérfanos de reseñas.
Muchos de nuestros prejuicios juegan en contra (ni que hablar de los que nos inventamos nosotros) ¿cómo es posible ser tan cristiano en este siglo? Eso somos sufridores inconsecuentes. Tiernos somos pero inconsecuentes, no se trata que ella no nos diga cosas, lo que pasa es que no las ve con culpa. No hay culpa, se entiende, no la hay. No es complicado de verlo. Cuando uno tiene carencia en lugar de culpa las letras cambian, un “me gustaría”, no es un “me arrepiento”.
No dice lo que falta sino que dice lo que quiere y con eso hay una diferencia demasiado importante para no ser tomada en cuenta. Cuando se ve en un vistazo, en un simple vistazo esto queda en evidencia. Acosta, no juega con la fantasía para escribir. Y si no juega con la fantasía de escribir es porque en este puto tiempo cada día cuesta más poder hacer, eso que uno se fuga con nombres inventados. Que uno se pide a sí mismo bueno no tanto primer plano. Pero es cierto, casi la gente estaría enferma si todo fuera un reality show. Sin embargo hay amargura en nuestro tiempo, nuestro tiempo tiene una suerte de fatalidad que como todos los tiempos precedentes apenas se puede digerir. Pero eso no quita que esto sea parte de la vida humana. Acosta creo que por suerte no hizo eco de que ella es la primera y gran sufridora. Cuando esto pasa sé que hastía en algunos casos casi lleva al odio. Por eso he gozado de ese odio. Por suerte y ese día. Dije claro, señores, por los cuatro ojos del culo del Apocalipsis ¿hasta cuando? Igual es triste, ¿saben? La triste madurez aquí es una actitud defensiva. Que pobreza, esa cosa de soy duro, o soy superador. Pero eso no se trata aquí, esto no es ni la Junta ni Cohelo. Se trata de un giro copernicano en vez de la formula imbécil propia de la generación de vivir el día a día, cosa muy buena en la post guerra europea. Los piojosos desplazados, “por el amor de un dios” molestos, tienen que vivir los días tal cual les llegan no pueden renunciar fácil a que un día es un día. Por eso la poesía Kuwait de Acosta no va ser un tratado académico de las mil hojas pero si se merece un par de páginas. Claro que en ese punto uno se termina convenciendo de que el escrito normal ese que escribe y además quiere serlo. Bueno ese tiene que morir. Por favor, si a quien le va hablar. Ya se levanta Acosta y se cuenta el día, y se lo cuenta porque lo ha escrito. Y si lo hace, ¿ustedes creen que la mordaza es suficiente? No. No es para nada suficiente. En ese sentido es bastante anti-romántica para ser leída. ¿Por qué? Bueno, porque ahora, nadie busca la amplitud del mar sino mirar unas tetas al espejo. Mientras se que se puede estar llegando tarde a un trabajo o que se necesita dinero para comprar sustancias. No hay espacio para esa forma antigua de lo sublime.
Acosta escribe, y esa ausencia de fantasía es su poesía. Esta manera de ser, esta manera de ser a fuerza de actualidad hace que lo escribe este cargado de peso. No es eventual el que escriba, su pregunta cuando escribe no es simple. Con el tiempo se termina asumiendo que lo que escribe sin embargo es una acción individual y por lo tanto es muy artística. Casi diría madura. No por eso caeremos en el altar de la patria ni en cosas similares pero si hay una buena dosis de saber lo que uno quiere hacer. Lo que uno quiere hacer con lo que escribe claro esta. No es tan impresionante tampoco. No se crean no es para nada impresionante. Pero si es autentico escapa un poco a la habitual manera en que nos ponemos todos a pensar; ¿Qué era eso que teníamos que escribir? ¿El talento depende de nosotros? No la verdad es que no. A Acosta no le preocupa claramente esta clase de cosa. Vamos a vivir igual, la poesía Kuwait, lejos de ser un no lo intentes es un pese a todo. Los perversos, tenemos que tomar la tesis del siglo XX y revertirla de manera delirante, el naufragio final de las grandes locuras tiene que ser rescatado.
Me doy por conforme pensando que la poesía Kuwait en parte es una cosa que destetaría si fuese su objeto pero si me interesa como lector. Tan increpado puede ser alguien desde un lugar tan puntual. Sí, Acosta demuestra que sí. Demuestra que increpar desde ese lugar vale la pena. Que no es sólo las maripositas en la panza, puede ser fumigar las mariposas y que vuelen cucarachas. Pero que vuelen cucarachas si tienen que volar las carachas, y como frase final, y el que por bien o por mal ame las cucarachas que se refriegue contra ellas hasta que revienten.
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