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La vertiente extraña y curiosa de José Pablo Feinmann:

Existe una tendencia bastante marcada a pensar en términos dicotómicos la esencia de los movimientos políticos. Uno de los puntos cardinales de este pensamiento por ejemplo es que los cambios están cimentados en aumentar la presión del caudal. Una de las razones con la que podemos observar esto es cuando el filosofo, se pone de lado de una especie de mística que no puede describir. Creo que sus textos (los de Feinmann) más políticos a veces pecan de falta de intencionalidad política, sus consejos a la juventud sólo son un aliento que esta dando lugar a un espacio vacío. Creer que la libertad es un acto puntual es un punto existencial y romántico pero se enfrenta a un mundo en constante normalización.

Esto no es menor, ya que justamente el filósofo si quiere formar parte de las plumas hábiles en el movimiento político tiene que ser útil orgánicamente al principio del partido al que se dirige.  Por eso hay que tomarse un tiempo y mirar en la distancia ¿Cuál es el problema del que se reivindica a la vez filosofo pero a la par quiere ser intelectual independiente? Este fue el hombre que tenía sus grandes dudas un tiempo antes de que Néstor muriese; el cual increpaba de manera gris las convicciones del modelo y hablaba de la naturaleza progresista del freno hacia la derecha. Hay veces que hay saber compensar los momentos extremos, ni el realismo ocasional ni el romanticismo disecado hacen a la acción política. Creo que lo que esta pasando con mucho intelectual de Carta Abierta es que no está poniendo las manos a la obra para terminar de sedimentar sus propias posiciones; por eso tanto llamamiento a la juventud. La juventud esta relacionada con el kirchnerismo de una manera mucho más concreta que el planteo que puede hacer Feinmann. Por que en realidad lo que vemos es el momento clave de la expansión del Estado (base de la recuperación frente al neo-liberalismo ¿o no es así?) El estado es la base de la unidad de un bloque y de una manera de producir y a medida que la gente, la sociedad y el conjunto de las fuerzas económicas se funden en un plan económico en un modelo de país, más comprometidas están con él. Hay que recordar que no hay que caer en las cáscaras, cosa que alguna que otra vez ha pasado con José Pablo; el cual por ejemplo fue deslumbrado por Menem por su apariencia exterior.  Por lo que no hay que esperar una continuidad ahora en una vía romántica ni una salida a un gran terror. Esto no es una revolución como mucho si se quiere es una reforma. Y como tal; la reforma necesita de cabeza fría y de asegurar muchas posiciones. Porque vamos a ser francos, cuando Sarlo y Feinmann coinciden en la valentía de Kichner, o Fonteveccia la increpa en una forma directa cuando todos hablan de la transformación. No se habla sólo de la actividad política de un hombre sino de la actividad política en general. El presidencialismo de Kirchner tiene una buena dosis de rasgos de cesarismo, y eso hay que tenerlo en cuenta, no es sólo osadía. La osadía ahora sino construye una cuestión moral dura de roer. Porque el análisis que supongo que hay que hacer no es ese. El análisis que es necesario pensar es hasta que punto economía y política van a poder ir juntas y como hay que acompañar las transformaciones. Porque como leemos de manos de Versbitsky las cosas que queremos leer pero no se puede vivir en el diario de Yrigoyen, recordemos que justamente es la labor intelectual la que enajena de los hombres las ideas y las hace universales. A José Pablo habría que pedirle más que invectivas románticas un libro clave sobre qué es el kirchnernismo y hacia a donde apunta en sus fines últimos. Porque ya lo hemos oído decir que esta forma supera al peronismo pero no tenemos la razones suficientes y racionales para ver en que punto, sus versiones, sus creaciones de propaganda darán una salida dura. Porque hablar de Cristinismo así como así de un día para otro no es una cosa seria. Por más elogios que se hagan me parece que 678; ya cumple esa función en la sociedad como un sostenedor activo de la opinión publica activa. Pagina 12 tiene que ir más lejos, ya que como se explica hay que tener tanto cartas en la victoria como en la derrota y creo que hoy en día en una especie de “terror” irracional se piensa que esto esta pendiendo de un hilo. Pero el país no va a pender de un hilo si la cultura del desarrollo económico y la expansión política se empieza a cimentar en el país. Por eso hay que recordar que una cosa es lo humano en la política donde se necesita la cohesión del bloque es decir la unión de dirigencia con las bases y otra es la cuestión de la política en el plano macro donde siempre hay enemigos. Ya que si estos no existiesen no se podría decir que vale la pena siquiera la mención a la juventud. Este desplazamiento hacia lo espontáneo es un giro extraño. La militancia territorial sólo podrá servir si la dirigencia tiene un plan a muy largo plazo, cosa que se esta por ver, y que hay que recordar. No todo era oro antes de la muerte repentina de Kirchner y no todo lo será. Porque sí así fuera no quedaría espacio para preguntarse por las cuestiones electorales del 2011 por ejemplo. He incluso si esta cuestión esta zanjada, no será fácil seguir si no existe una verdadera avanzada general en muchos planos.

Uno de ellos, es la inevitable interna dentro de un movimiento que si crece tendrá que engendrar su propia contradicción como la tuvo el mismo peronismo en su momento. El que no quiera desear la hegemonía plena del modelo por miedo a la pérdida de posiciones, esta siendo un reaccionario. No es realista pensar que el kirchnernismo es una fórmula que tiene que durar para siempre, sino que tiene que realizarse lo antes posible. Esto es, que hay que volver hegemónicos los valores de la industria nacional, el del desplazamiento de los elementos residuales de la dictadura, y de las alianzas inconfesables de los antiguos aliados del modelo anterior. Más allá de eso poco podemos hacer. Hay que determinar el centro para triunfar, todavía hay nidos de liberalismo que surge por todas partes que roe la conciencia de una clase media que tal vez se puede conmover un día por la muerte de un presidente pero que en unos meses, va estar moviéndose de nuevo por su bolsillo. Así que debemos pensar que necesitaremos más Morenos, que buenas costumbres. Porque la editoriales de La Nación van a estar a acordes a la temperatura de los muertos, primero olvidan a Ferreyra después olvidan a Kirchner, y después se olvidan de lo que quieran. ¿Por qué lo hacen? Porque se les da la gana, no; porque saben que es necesario seguir manipulando la sensibilidad siempre a flor de piel en las sociedades mediáticas. La necesidad de novedad frente a los principios de la ideología es una de las piedras de toque.

Por eso hay que ver que quizás se cae en su propio juego si se escribe un artículo para zafar el día para ser la otra tapa, la Némesis de Clarín. Ya que en ese esquema se reconoce que la única manera de tener la totalidad es con una confluencia en la cual los medios siguen siendo actores válidos. Por lo que, tenemos la visión intermedia. Los intelectuales no están formando los contenidos que nos darían la ventaja cualitativa de la hegemonía. La cooptación de la formación de los cuadros, la recreación de nuestros organismos. La pelea en el plano de facultades como la de economía de la UBA y en otros centros de desarrollo del pensamiento intelectual es imprescindible. Tenemos que desarrollar las claves para forma un bloque nacional que no dependa necesariamente de un líder. Ya que el líder duro. Único y fijo muestra, el origen de Kirchner, surge su gobierno de una crisis y por lo tanto en esta redefinición fue tolerada ya que las fuerzas estaban todas en retirada, el mismo Clarín estaba con el kirchnerismo (y esto fue parte de ver la observación justa que hay que hacer- la necesidad de ver las grandes oportunidades políticas). No se trata sólo de llevar una bandera sino de que las banderas enemigas empiecen a desaparecer, se trata de ir recortando el campo de acción de los otros proyectos. Esto es importante tenerlo en cuenta muchas veces, se prefiere la imagen a la realidad de la política, la política tiene un elemento racional de acción. Nuestro maquiavelismo es reconocer que el proyecto económico se tiene que cimentar no sobre medias tintas sino sobre la idea de que el capital rentístico sojero es la clave para la externalidad social, para la militancia, para sostener pactos con los industriales, etc. No se trata sólo del carácter, si con eso bastante, las leyes como las de Medios serían poco útiles y serían simples monumentos de gobierno. No es así, la clave esta en pensar las salidas instituciones, las maneras en que se puede acumular poder. Ya sea hacia una vía propiamente peronista con lo que implica eso hoy; una alianza dura con la CGT (con lo bueno y con lo malo); una salida social-democracia, es decir construcción de una centro izquierda hegemónica que necesita más del peso del sentido de clase. Por lo menos desde el punto de vista de la participación. Lo cual implica que la extrema izquierda quiera ir hacia al centro y no contra el centro. Hay que evitar que los elementos marginales de estas políticas por otra parte se vayan del esquema y tomen resoluciones violentas. Esto es; sindicatos actuando por cuenta propia, lock-outs patronales, o guerras mediáticas a títulos personales. Por eso prefiero pensar al “peronismo-kirchnerismo” si es que tal transición existe como un partido pragmático pero partido al fin. Por lo tanto extraer las ideas fundamentales para seguir hacia delante las cuales son:

1)      Defensa de la ciudadanía a través de la solidificación del régimen democrático en el juicio a represores. Acciones para reformar a las fuerzas armadas, ya sea alterando sus lógicas internas, ya sea denostando sus símbolos propiamente reaccionarios es decir la (mayor parte de la cultura de la derecha enraizada en el ejercito). A lo que se suma el papel de una Iglesia gris. Una Iglesia que no ha tenido una muy marcada voluntad de apoyo en el avance de un estado realmente laico en la argentina. Dificultar los nexos entre Iglesia y ejército.
Recordar como la Iglesia misma desde sus políticas como Lobby anti-aborto y anti-derechos de los homosexuales, usa elementos reaccionarios de la cultura argentina, enraizados por la dictadura para dinamizar resortes que en otros casos llevarían al consenso basándose en concepciones productivas y sociales caducas.

2)      Regulación del mercado, este quien este y caiga quien caiga. No se puede volver más a un Estado mínimo. Esta es la salida del imperialismo que quiere ver la guerra entre capitales privados. Todos los estados emergentes tienen un fuerte papel del estado; ejemplo: China y Brasil. No sólo que disponen de él sino que lo aumentan. Justamente son estos regimenes económicos por su forma de producir los que complementan y no pueden ser atacados por la hegemonía norteamericana. No se puede pensar que ser “enemigo de los mercados” tiene sentido cuando nuestra prioridad uno es el mercado interno, y la generación de capital propio.

Otro de los puntos analizar es que empresas y hasta que punto son vitales que estén a manos del estado. Hasta que punto el estado tiene que hacerse cargo de la política energética y de la política productiva. También el análisis de la estructura del empresariado local. ¿Cuáles son los elementos locales a sacrificar? Cuales son los elementos más dinámicos, y en los cuales el país tiene que crecer. Hasta que punto argentina puede posicionarse en ese plano geopolíticamente como un actor. ¿Cuáles son sus mejores posibilidades en asociaciones económicas? ¿Hasta que punto el latino americanismo se podrá expandir? ¿Hasta que punto Brasil es un elemento progresivo en nuestra representación geopolítica?

3)      La economía domestica. ¿Cuánto puede ser la inflación un problema en pos del desarrollo? ¿Cuáles son los planes sociales implementados más afectivos? Hasta que punto se puede pensar una economía en crecimiento. Dónde y cómo invertir, las ganancias en momentos extraordinarios. Si se puede buscar financiamiento externo (si fuese necesario) con las mejores condiciones. ¿Hasta que punto el estado tiene que salir a solucionar los problemas urgentes frente a los problemas estructurales? ¿Hasta que punto el kirchnerismo transformó la estructura productiva?

Bueno muchas de estas cosas son las que seguirán en pleno debate parlamentario y no van a desaparecer por el hecho de una nueva elección presidencial. Por lo que hay que asumir que empíricamente. Necesitamos que nuestros intelectuales se pongan a pensar las mejores leyes o proyectos posibles para llevar al legislativo más que la simple viabilidad del proyecto. Porque el cesarismo (si es que sigue) tendrá crisis varias. Una de ellas misma esta ahora mismo con la muerte de Kirchner, no todo liderazgo llega en tiempo y forma al mismo resultado. La viabilidad de nuestra riqueza teórica es la que no puede llevar a la victoria estratégica. Es decir, la de un Frente de Izquierda Nacional que en lo posible haga viable la posibilidad de la sustentabilidad del modo de vida nuestra sociedad, a nivel local e internacional.

4)      ¿Cuál es el peso de la superestructura en nuestro juego político actual? ¿Cómo hacer para los programas educativos y los elementos de educación informal empiecen a formar parte de la ecuación formal? Hasta que punto hay que reformar los planes de estudios en todos los sentidos. Hasta que punto hay que ir detrás de la educación privada y confesional para homogeneizar las condiciones de valores. Hasta que punto nuestra cultura no tiene que ser un producto para consumo externo, y sí un acervo de nuestra identidad. ¿Cómo integrar la experiencia popular en los planes de historia? Como resolver las antinomias de una historiografía liberal aún residual. ¿Qué conocimientos teóricos son los que forman a un votante comprometido y democrático?
¿Cómo generalizar la acción de la clase media, y baja para la lectura de los acontecimientos políticos? ¿Cuáles son los límites de la militancia? Hasta que punto una sociedad mejor formada en su objetivos es capaz de ser menos manipulada. Es decir en que sentido la educación es una apuesta a largo plazo en un proyecto de país y no en la formación de tal o cual persona.

5)      ¿Cuáles son los límites del presidencialismo? ¿Cuáles son los distritos históricos reaccionarios? Si lo son, ¿Por qué lo son? ¿Cuantas brechas hay entre ellos? ¿Cómo desactivarlos para la actividad política? ¿Cómo evitar el surgimiento de candidatos cartel como Macri que sirve para frenar el momento político de la transformación de modelos creando bastiones opositores que sólo ofrecen resistencia?  ¿Cómo lograr que la oposición de unifique? ¿Cómo esperar que en esa unificación reduzcan las cuestiones a las fundamentales?  Hasta cuanto hay que ahorra, costos políticos en nimiedades y poner acento en asuntos fundamentales, es decir hasta cuanto se dependen de las retenciones cuando lo idea sería además sumar la reforma tributaria.

6)      ¿Hay bases reales del kirchnernismo? ¿Es sólo una interpretación del peronismo? Si no lo es, ¿Cuáles son las ideas nuevas? Si estas existen; ¿Cuánto suman a la nueva realidad política? No puede haber brechas, que los aspectos que son las deudas de la gestión sean abortados de la carta de intenciones si su momento ya ha pasado. Muchos creen que se puede seguir pegando y sumando las cosas a troche y moche. Pero esto es imposible. Una de estas cuestiones la discusión “clientelismo” versus “populismo”; porque se sabe que se debe contar con el apoyo directo de las clases bajas no puede pensar en una salida quijotesca a esa situación. No hay que pensar que la recreación de canales fantasiosos, sea más efectiva no hay que poner elementos puramente ideológicos cuando no los hay. Por eso el “número que es la fuerza de José Pablo Feimann” no será nunca una ecuación lineal. Sino que por el contrario, el hallar verdaderos militantes, que puedan organizarse, es más propio de un crecimiento geométrico más costoso pero más interesante. Hay que recordar que este proyecto ya esta en el estado por lo que no hay que tomar el poder en este caso sino que hay que expandirlo.

7)      ¿Hasta qué puntos elementos como Anibal Fernandez o Abal Medina son claves? Como hacer para que futuros presidentes dispongan de una cantidad de cuadros equivalentes. ¿Cómo aumentar los cuadros técnicos en la parte económica? Como desplazar la hegemonía liberal de la Bolsa de Comercio y de la Bolsa de Cereales. ¿Cómo generar más poder en el ministerio de agricultura sobre el desarrollo primario? ¿Cómo lograr la asociación de los productores industriales alimentarios y de agroquímicos con la causa del estado y no con la de su monosopnio directo?  Esto es como hacer que el estado tenga elementos para ser exitoso como lo fue en la “Gestión Kirchner-Lavagna”; la cual fue la base del desarrollo del modelo.

Por eso algunas de estas cuestiones son las que tiene que ponerse en práctica. Si recordamos las palabras de Filmus sobre la militancia del 70´ podemos decir que no sólo es el romanticismo sino la capacidad de ocupar el Estado. Un Estado que tiene que ser ocupado para tener la idea clara. Una idea clara es un proyecto ideológico que se podría ser denominado “kirchnerismo” como teoría. Teoría que puede ser tomada por muchos actores. Estos actores pueden ser los que en treinta años, puedan ocupar con firmeza desde orígenes recónditos aquellas ideas. Ya que si José Pablo no alaba a Firmenich sino a Kirchner pero a la vez dice que los dos vienen del eje troncal del 70´ se tiene que observar que ambos tenían una Pléyades de ideas afines que pudieron sobrevivir sus propias historias personales y que eran herramientas una vez que se estuviese en el poder. Por eso es importante seguir buscando momentos de organización que pongan al peronismo hacia un momento progresivo y que quite el elemento disidente y Duhaldista de su órbita. El discurso productivista no inclusivo tiene que ser aplastado para que el progresismo productivista pueda crecer. El kirchnerismo si lo queremos ir depurando tiene que ser una muestra de un productivismo progresista. Ya que es progresista a nivel legal y productivista en el plano económico. Por eso nuevamente a dejar de lado al hombre, cosa que sirve para dos generaciones en adelante cuando se necesiten héroes como hoy podría ser considerado Perón en el campo-nacional popular. Hay que tomar una actitud “cookeana”, al respecto aumentar las contradicciones en torno del desarrollo para poder, quitar los elementos propiamente opositores como la fe en el fracaso económico. Porque este eje no tiene que ser sólo una verdad emotiva sino que tiene que ser una decisión técnica. No con grandes brillantes actos por parte de la dirigencia sino por la renovación del plano de las ideas. Kirchner muerto no quita del arco político una serie de opciones kirchneristas entre las que esta Cristina pero podría estar otra gente, otra gente, mucha otra gente. Por eso no hay que caer en fetichismo fatalistas para no romper el movimiento en un partido que sólo era un matrimonio, que es la tesis derrotista de una Sarlo, que no “podría contra Kirchner” pero si contra el “kirchnernismo”. Casi debemos pensar que con el tiempo, el kirchnerismo con éxito será como el peronismo una palabra con poca especificidad pero mucha carga emotiva. Por eso hay que libarse de los elementos más abstractos. Los elementos que son más propios de la polémica actual aquella que José Pablo tomó como punto de partida. Lo cual muestra lo conmovido que esta por el hecho pero no por su profundidad política de los sucesos. Observar, este punto es importante. La apertura de las conquistas sociales tiene que ser un contenido universal. Este contenido universal y concreto es aquella idea de desarrollismo progresista. Es decir, elementos que apunten sostener desarrollos económicos sin caer en situaciones desesperadas. El saber pactar ante un posible fracaso, el saber tener una obra que pueda construir ese valor como proyecto y el de actuar al partido en cuanto a estas consignas especificas. La renovación del corpus peronista a través del kirchernismo actualizaría la idea del frente: nacional-popular. Reforzar la idea partidaria, será una victoria mucho más completa en 2011 que salir a la carrera como si fuera un impulso fatal. Que en última instancia que no se dependa de la personalidad de la presidente, sino que se la acompañe como punta de lanza de una posibilidad para el futuro a mediano plazo.

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