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Coctel:

Empiezo por encontrarme con dos textos muy dispares, pero huelen todos demasiado mal. No son los míos, son altisonantes, porque buscan parecer simples pero en el fondo caen en los preconceptos de la burguesía que dice que escribe; sensiblera o intelectual, política para zurdos, y los zurdos los van pateando de un lado para otra, y prefieren el análisis de los puntos y de las comas a las ideas que se podrían caer del árbol. Tal vez todos terminamos por ser un poco mandarines, y nos arrancamos las cáscaras entre todos. No obstante, hay una serie de reseñas y reseñas de notas que dejan a los intelectualoides con menos con menos de cuarenta kilos.

Por eso, la “Nueva Literatura” pretende no tener termino pero si segmento en el mercado. Todo eso, hace que la mierda sea peor que en otras épocas porque nunca la podemos tener por completo, o gozamos de su olor, o tal vez de su sabor pero no mucho más. Las poses están bien armadas, la inmoralidad, reacia a ser vista, las percepciones como la hipocresía en un mundo que necesita de mentiras,  contradicciones de lo más banales. Por eso, el cuento o relato este, empieza por los suburbios de lo que piensa hablar. Porque esta hecho por gente enseñada por medio de asnos que gozan con uno o más títulos. Como decía; gusanos, cereal y algún elemento que los moje para que pasen de alguna manera. La verdad esta pegada a los talones. Entre coitos a medio terminar y la salvajada de una violencia que nos da la razón, las piñas que vuelan en la vereda puede ser un género literario. No obstante existen los terrores, más complejos, los terrores que vienen abajo del barniz posmoderno.

Me siento tentado a pensar que no hay que complicarse tanto. La verdadera milanesa no esta lista. La crítica te va querer romper el culo porque labura para la editorial de turno, la crítica de corte policiaco, se rompe cuando se venden por millones, y el culo esta cerrado para quienes puedan tener calzoncillos de chapa. Pero eso como digo es una introducción de un estilo que puede ser nuevo.

Primero, existe la historia de un pueblo donde la ridiculez de un burgués quiere ser una especie de llamado cívico casi es comprensible que estas cosas pasen cuando por el caño se van las viejas ideas al caño. Cuando la generación del ochenta parece de ciencia ficción. No obstante, la idea de que una democracia fracasa una y otra vez, no nos cuenta otra cosa que el aburrimiento de moscas que no andan por el riachuelo sino por recoleta. Por otra parte, hay como siempre una suerte de ilusoria satisfacción desmedida para poder realizar esa otra gran manera de contar, quizás real o en muchos casos sacadas de esos grandes agentes de las anécdotas que jamás escribirán una hoja pero que podrían ser nobeles si la gente los grabase. Esta gente es el núcleo duro de la realidad, ellos la descosen, nosotros solo andamos juntando lo que dejan. La gente que vive las propias vidas de esa forma pintoresca y casi idiota. Hay miles de historias, como la de la novia de un baterista que mete la mano debajo de la mesa para manotearle la verga al guitarrista, sólo porque disfruta del puterío.

Claro que muchas veces, ellos lo explican de una manera tan natural que no parece digno de un libro. Por eso, hay que hacer grandes esfuerzo. Hay que remar, el mar de las editoriales es difícil pero una vez que se lo cruza se llega a la creatividad. Por eso luego, creo que muchas veces se hace el camino inverso se pone el acento en una suerte de convencionalismos, uno de ellos, una especie de sordidez picante, a la manera de decir que el semen sale de un pene que se va haciendo más flácido y chorrea por afuera del propio forro. Mientras en un agregado que se da por obvio por compartido no se tiene idea de que pase otra cosa, desde una cosa como: ¿Un mosquito le habrá picado el culo? Hasta ¿Para qué vive? Todo se orquesta de la mejor manera, y de esa manera, se da la perspectiva de ese decadentismo a medias que se en esas relaciones que no están bien ni mal pero que se cuentan mejor de lo que se viven. Difícil es que no tengamos piedad entre nosotros, somos muchos, queriendo currar y otros no quieren currar pero hay otro que los vive. No es una denuncia eso, pero si tiene una idea un poco circular. Creo que tengo que decirlo, no pienso que me valga el odio de “La alta cultura” pedir que haya menos santos muertos, menos putos prohibidos, menos activistas en cana y cosas similares.

Pero eso no vende, todo es negro, el empresario, introduce su verga a una china, porque eso queda bien. La bomba explota luego segundos después porque sino la gente bosteza. Así se hace cine, y las historias se repiten aunque no siempre se ven las mismas tetas de la misma china. Un poco de alical. No tengo miedo, nos dicen delincuentes a diario. Por eso cuando lo recuerdo me digo, no soy tan perverso, soy un poco duro. Cabeza de adoquín o pelotudo, o tal vez un mal peronista. Pero esto cuenta del olor de unos textos que me decían que íbamos para un lugar que me cuesta entender y no por neurosis sino por un sentido incompleto.  Como contaba, desde un lugar más europeo, el hedonismo tiene una cosa que no se, porque no fui a Europa pero acá porque sabemos chamuyar sabemos hacer de los franceses, gente de capital. Por eso hay una serie de cosas que no se pueden terminar de resolver. Una de ellas, porque explico tantas veces lo mismo. Pues un defecto, uno muy malo, es el anti-Borges, que no soy yo pero que esta entre nosotros. Por supuesto que ser un chanta es no comulgar con lo que creo que se ha dicho antes. El exceso de violencia una vez me enteré que un “genio” dijo que era; una búsqueda por lo absoluto.

Pero vayamos al tema que quiero plagiar, plagiar por decir de alguna manera citar pero sin necesitarlo del todo. Que bajeza hoy en día hacer hipervínculos mentales con ideas ajenas. Pero bueno, la idea del culo, todo esto es una introducción majestuosa a la idea de la cuestión del culo. Pero no pongamos al culo en un marco moral, hay que hacer una fenomenología de este. O quizás lo que se este diciendo es herejía. Pero más allá de eso, como venía diciendo. Como hoy en día, el largo del pene, o la disposición del tamaño de las tetas son parte de discusiones bien categóricas. No es menos el asunto de un buen culo, cuantas caras han sido redimidas por nalgas. Cuanta vulgaridad que se oye cuando se lo dice de esta manera, y no se lo expone de una manera conflictiva como si estuviésemos contando una impresión complicada.
Entonces, este escritor que en parte tenía cosas preciadas entre ellas culos, contratos y pequeñas bolsitas de ilusión, puso en tema la idea. La de belleza para el garche y para nada más. Claridad absoluta, el marco de la costumbre, el juicio de valor hecho moneda corriente. La circunstancia sin embargo me parecía pretenciosa, me parecía un poco romántico pensar en la descripción de un culo que sólo era enumerado una sola vez. Ahora de esta clase de forradas que nos hemos abonado hasta el extremo, porque el machismo podría decir que le acaben en la cara. Pero ¿todo esto forma parte de un estilo?, hay cosas que las tienen que tirar en la cara para que te las pongas a pensar. Por eso no haciendo caso a la autocrítica uno empeora. Entre esas cosas por las que se empeoran, una no muy densa, es la manera en que el tipo se creyó dueño de ese culo. Creo que lo único podría haberlo dueño de ese culo es el hecho, de que si el subte estaba muy lleno. La gente se distrae, pero, el autor también nos dio una clave, un poco dura. El culo no era para enamorarse, no era para implicarse sentimentalmente por lo tanto. ¿Subconsciente?

Ahora, digo yo, hay un machismo en el culo esto. No quiero plantear una cuestión de verdades o de mentiras, sino que hablo de la amplitud de un tema como el del culo que no puede ser agotado en pocas paginas. Las minas también valoran el culo. Pero claramente el narrador del que hablo ese dueño de una prosa hedonista pura sangre habla de una tendencia un poco brutal por la penetración anal sin preocupaciones ulteriores. Yo lo que digo es entonces que la cosa no se resuelve por eso, hay que evadirse, acá la estrategia de una seducción ocular, es decir que los espejos del alma se ponen al servicio de la conquista de las nalgas. Esta escrito en esa clave, y por eso, hay una suerte de desilusión muy decadente una idea tan buena o tan mala que relaciona el olor a muerto que sale de las alcantarillas o el smog con el hecho de perder un culo. Pero eso es una interpretación, es una parte de una manera en que un hombre hace de sus experiencias sexuales una manera de contar. Quizás mi carencia de apasionamiento por el tema me haga ver como un pajero sin remedio. Yo por mi parte trato de evadir el tema, creo que tengo que decir algo sobre estas cosas. Porque una cosa es un viejo como Bukowski y otra es un chabon cualquiera que anda dando pijazos por ahí. No se trata de otra cosa, por eso esta iglesia es de muchos.

Este tratado esta atado de una manera poco melodiosa. Por eso creo que con este intelectualismo de tercera que parece un simple comentario que me pone en pie de guerra con la pelotudez del opinólogo televisivo me gustaría abrir juego. Ya me ha dicho que para pesimistas ya esta hecho el mundo no tiene porque ser capital común de la literatura. Pero, cuidado porque la voz del macho, cabrío o en sillas de ruedas, canta aún en las estaciones de subte. Nunca se le pone palabras, al culo o la mujer el dialogo esta cortado. No es necesario que se comenten esas cosas, el campo va estar minado. Porque la puteada hoy esta en la piel de todos. Yo lo sé ustedes, lo saben, cada foro es una batalla campal. Pero queriendo volver al tema como el adicto a la sustancia, digo que la mina no tiene voz ahí, aunque tenemos que saber que ella sabe que el culo le miran pero eso, no esta tomado en cuenta. Porque ¿acaso hablaremos de la propiedad del culo? Le daremos libertad. ¿Se la darán los lectores? O comulgaran con la idea del hombre nostálgico que tiene derecho en su rol de supuesto visceral de hablar del culo en ese tono. Porque el culo se va pero al culo se lo llevan no es que el culo es un objeto cualquiera, el culo no es un foquito de luz. El lamento por el sexo perdido es una suerte de consideración muy romántico antes, la idea de un mar infinito que no estaba lleno nada más de agua, hoy la idea de un desfile de una gran masa de minas en pelotas llena de culos bien redonditos y una persona ahogada en su propia baba. Así se piensa en un paraíso que tiene un poco de Foucault y Freud, un mundito de culos iconográficos pero no cualquiera cosa sino su desfile. Bueno ahí rompamos juego, es hora que la voz del culo hable. Sino no hay alteridad, no hay que caer, en el silencio del culo roto y su tabú. Conocer es jodido, es jodido siempre. Imaginan la idea de este hombre si la mujer esta lo hubiese visto como insuficiente para servirse de aquel culo. ¿Dónde quedaría ese furor?

Porque el bombeo de sintetizador ¿en donde se encontraría? Claramente parece un vaso no muy refrescante de mala onda. Pero hay que tomar esas cosas a cuenta. El vicio del tratadista es ese, uno no se puede contentar dejando la cuestión del culo a un romántico cualquiera. Somos unas basuras, puede que lo seamos. Pero en eso no me pongo de acuerdo con la mayoría. Seguramente por decir la verdad o las mentiras mal puestas, el padre quiere estrangular a su hijo. Pero ya no es esa idea del Edipo sino la cuestión del culo en la urbe. La pregunta es… ¿Nos bastaría un día el culo? O seremos siempre como alquimistas anatómicos, que buscaremos hasta el último suspiro un culo en la proximidad de nuestro propio miembro.

Esto me hace volver a la idea primaria, la idea que dice del otro texto, el de la gente que usa el intelecto para plantear las cosas irresueltas que se haya por ahí. Supongo entonces que en alguna suerte es poder abstraerse de cosas como los culos de vez en cuando. No se trata de hacer un culto a la sexualidad, ya sea del lado de los heteros ni de los homos. Siempre recuerdo, que una mina que por cierto tenía un excelente, culo pero no caigamos en las contradicciones en le mismo texto, me decía que había una cierta tendencia decir toda la verdad y nada más que la verdad. Eso era mentira, sólo quería pensar que les estaba diciendo cosas a personas como ella, portadoras de buen culo. O gente que huye en los autos para coger en los telos, cosas que pasan no esta mal que pasen. ¿Quién lo imagina de otra manera?

Pero es obvio que el caos, ese caos de Heráclito Nietzsche toma luego, “mire ahora que me puse académico” esta relacionado con la orgía, y en la orgía griega seguro que el culo no estaba a salvo. Esto no es la decadencia de la cultura señores, sino la disociación de los tres planos, filosofía, animalidad y filosofía. Antes sólo era el filosofo el que trataba de buscar hacer saltar la banca, ahora, son todos hasta los que cuentan el culo que se perdieron. Porque en parte hoy se lee más. Mucha información basura como la que hago yo, mucha de ella y en grandes cantidades. Lo dañino de las ideas perniciosas. Tal vez no hay dicho nada, y ese silencio me impacta un poco.

Tengo esta suerte de análisis literario en la ideas que se me han presentado recientemente. Por eso ya hemos dicho que todo esta planeado desde la industria cultural del culo hacia todas las demás. El circulo pornográfico que impide, ¿la revolución? No seamos ingenuos, la idea de una soledad a medias, de un capitalismo que busca coger mecánicamente. Busca que no lo cuestionen, busca rendir pero disfrutar y eso es difícil porque siempre esta voz que hace mierda el sueño. Siempre se puede poner en duda, el hecho de que el sujeto ese no haya tenido la parla supuesta para convencer al cerebro de la agredida para que entregase el culo.  Por eso, el culo no tiene voz, pero tiene que tenerla, tenemos que contar la historia del culo por el culo, del culo que recibe y no de la poronga que busca meterse en todos los culos. Aunque claro que esto podría ser híper agresivo para las ideas de la poronga dominante. No por eso se pide que le rompan el culo a uno o los demás pero es parte de nuestras especulaciones en el plano de la narración. Porque el culo en cuanto al culo, no se más que como el éxtasis de un sector. Aunque puede ser que por medio de ignorancia no haya hecho otra cosa que subvencionar la misoginia que ha veces existe en nuestra sociedad. No por eso olvidar la realidad de las cosas. No hay que descuidarse. Quise romper la monomanía de los relatos. Hay que poder entrar en esta cuestión seguramente en una manera de dialogo. Aunque este es un delirio cívico político que busca hablar del mundo común como decían los griegos. Ese culo en disputa es una de las guerras triviales y necesarias que nuestras letras jóvenes. Me incluyo andan en el naufragio.

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