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(Contra) El discurso sobre las ciencias y las artes de Rousseau.

Introducción:

Me siento como Averroes escribiendo estas líneas comentando a un filósofo anterior aunque yo no lo sea. Parte de la culpa de Averroes es que la filosofía haya vuelto a Europa y según ella, la ruina de la estirpe europea; esta es una de las afirmaciones de Rousseau sobre los musulmanes que eran el “azote de las letras”. Cuando uno lee a Rousseau como cuando lee a cualquier ilustrado le salta a la vista una confianza en el porvenir que pocas veces se ha dado en la historia de la humanidad, esta suerte de optimismo moderno que se extendió a lo ancho y a lo largo del globo. Por eso justo pensar que este revolucionario cargaba con sus contradicciones más que obvias y como el se apoyó en la historia para tratar de demostrar lo lejos que había llegado la desgracia con la filosofía y el arte, yo me propongo ver cuan poco duró el proyecto roussoneano en la realidad. Es cierto que esta es una de las maneras en que la burguesía intento una salida no liberal otro proyecto que algunos buscan unir al socialismo pero al cual tampoco habría que meter inmediatamente. La misma idea de que el mundo de corrompe cuando las fuerzas de la economía avanzan, va en contra de la tesis marxista de la historia por lo que al final ningún contractualista y menos Rousseau abrazaría principios hegelianos.

Sí se puede ver una suerte de reacción interesante para crítica y para unir con respecto a la historia posterior. Primero, reconocer la ironía de Nietzsche sobre el carácter pueblerino de Rousseau, para quien leyese este discurso aislado podría pensar que el Ginebrino no es otra cosa que un advenedizo en el mundo de la ilustración; lo cual no esta muy lejos de cierto, por eso una de las grandes contradicciones del Rousseau es que un ilustrado en contra de la ilustración y quizás sea el más ilustrado de todos, el mayor amante de la naturaleza. ¿Por qué hay que decir esto? Para ver como Rousseau, quiere invertir la lógica del progreso, quiere invertir la espiral en muchos aspectos en búsqueda de una sociedad más simple porque hace la valoración de que una sociedad simple es mejor y superior a una sociedad burguesa, que cada día se hace más y más compleja.

¿Por qué entonces estar en contra de este texto? O por que buscar nuevamente que el concierto de sabios vuelva a despertar las sospechas sobre este hombre. Bueno, si la discordia es la madre de la polémica así sea. Toda interpretación puede ser puesta en duda. Se pone en duda entonces que lo Rousseau critique con esto sea el desarrollo por el desarrollo mismo, lo que no ve Rousseau es un valor al conocimiento enciclopédico y el saber por el saber mismo. El anti-academicismo de Rousseau es lo fulminante no tan así su buena voluntad para con el mundo primitivo. Hegel sería en parte la gran sombra, la Europa refinada, crece y evoluciona en el reino del espíritu, el ginebrino es desbordado por gigantes. Solamente Nietzsche en un planteo muy alejado será un crítico serio de Occidente. Creo que en realidad se ve en Rousseau un gran intento por hacer una primera crítica no relativista de la modernidad, y en ese sentido, si es un antecedente a Marx, pero no mucho más lejos. Se puede entender que su optimismo no es por otra parte otra cosa que una fe burguesa. Y su burguesía si es y por lo tanto interesa un proyecto trunco, algo alejado del modelo inglés. El modelo de la civilización y de la hegemonía en que nosotros hoy vivimos es su reformulada “Democracia liberal”, pero no sumemos más crédito al asunto. No hay que buscar otra cosa. Podríamos si decir que su acto es más bien político que filosofico, podría decirse que es el primer ideólogo a conciencia y el primer intelectual de clase conciente de aquello porque no niega el conflicto, sólo que ve de manera estática. La quietud de este hombre es lo que nos ha de llamar la atención a lo largo del discurso, cuando se confunde ciencias y arte con la amenaza más concreta que sólo Heidegger determinaría mucho tiempo después. La ruina del mundo moderno no es otro que la tecnología, y no lo es por las razones que Rousseau detallo sino porque la que temió, la perdida del hombre en cuanto a hombre.

Por eso con la irreverencia que me puede llegar a caracterizar arremeto contra esta forma de idealismo que no pasa después de todo de ser intelectual de una especulación del fenómeno de la conciencia.

Discurso.

Que no merece ni mecerá premio nunca.

Sobre la cuestión que Rousseau propuso a la Academia (la cual le mereció un premio), si la crítica al restablecimiento de las Ciencias y las Artes ha contribuido a depurar las costumbres.

Por un ciudadano de Buenos Aires uno más de los tres millones en un país de cuarenta y algo de millones.

Gracias a “dios” esto no es un concurso y por eso no se necesita impresionar. Por suerte y para mi comodidad tengo el tiempo de volver sobre el pasado y buscar la siempre vigente fuga de la civilización que no es otra cosa que la aceptación pasiva de su orden. Por suerte y para descargo el arte sobrevive a los filisteos de la cultura, y uno de ellos es Rousseau. Un filisteo de buenas intenciones pero un filisteo al fin. La corte de los empolvados libros, el reino de Borges. Por suerte y para desgracia de Rousseau, el mundo desde el caso de las letras es otro. Para su desgracia la metafísica ha muerto en su mayor parte pero otros engendros como el positivismo que no es otra cosa que una forma más dura de racionalismo cientificista inundo el mundo. Nadie quiso seguir el camino de la virtud, conformándose con el mandato de este ginebrino a hacer bien lo que había que hacer. Por eso, debemos decir que el premio a Rousseau ante todo muestra el fracaso de su pensamiento, la oclusión frente al mundo, la falsa promesa, el modo de vista cambiado. La mala cosecha. No podemos argumentar que el peso de lo que se propuso haya afectada una civilización europea triunfante, un régimen de la burguesía en todos sus formatos. Pronto se vio que los hombres preferían al Napoleón que a la libertad, y eso no fue poco. Un emperador burgués, cargado de matemáticas para artillería, ambición desmedida y amigo de los grandes códigos conquisto Francia y luego Europa. La fuerza de este hecho es formidable, mientras tanto, la resistencia si se hizo amiga de Rousseau, pero pasaría mucho, incluido Luis Bonaparte para probar que el romanticismo del ginebrino era eso romanticismo. Lo curioso es que esta llamada al sentimiento si llegó justamente a los artistas los cuales se dejó llevar por esos amores fuertes a las cosas y se entregaron a la simplicidad, por lo que Rousseau ayudó a las artes y las ciencias a no ser una galería pobre estampas.

El ginebrino era un militarista, eso se puede ver por sostener que la ruina de las sociedades es las ser conquistadas por otras, más fuertes. No importa que eso haya sido por el hecho de la decadencia moral la cual después de todo es muy difícil de seguir. No es para nada justo adjudicarlo. Creo que más bien que por el contrario fue el desarrollo de la tecnología militar lo que consagro victoria tras victoria en el mundo antiguo. La calidad de las tropas no fue sólo su valor, también lo fue su disciplina. Disciplina que venía del método. El genio de Tebas arremetió y destruyó Esparta, y fue ese genio, de observar y perfeccionar mecanismo el que llevó a Macedonia a dominarlo todo. No por nada, podríamos decir, y diremos que el valor es importante como un asunto político pero no como un asunto histórico. Como buen idealista Rousseau no quiere ver el proceso como un continuo porque entonces debería aceptar que la corrupción que el siempre achaca es la que triunfa y no al revés. La filosofía no fue la ruina ni de Grecia ni de Roma, lo que fue su ruina era el propio sistema esclavista, como lo era su ineficiencia militar. Roma se cayó por su debilidad social, por la ruralización y descentralización del imperio. Por eso, debemos pensar que el alegato de este discurso es puramente político y refuerza la idea de que un tipo de sociedades no puede llegar a ser digna si no se maneja de cual o tal manera. Los argumentos del ginebrino son morales. Argumentos de esta clase, no explicarían porque Roma se salvó de Aníbal, o por que César conquistó las Galias si él era justamente el corrupto.

Este punto es uno de los fundamentales. La pelea de Rousseau contra el absolutismo monárquico trata de buscar una razón histórica recóndita. En ese sentido busca o intenta buscar un sentido a la historia, diciendo que la historia es la historia de la virtud. Lo malo es que porque era enciclopedista, ve los periodos como grandes diapositivas. Hasta que la historia no sea la historia de la “Libertad” no será creíble para la burguesía.

Por esta razón, Rousseau es un auténtico republicano y es un seguidor de Maquiavelo. El filosofo esta preocupado por la idea del estado que se esta dando en  todo el mundo a excepción de Ginebra por lo cual cree que el rumbo de los acontecimientos es errado. Este discurso es una carta abierta a la política y no a la reflexión estética y a la filosofía. Podríamos ponerlo en la antitesis de “¿Qué es la ilustración de Kant?”. Si lo vemos así, Kant es el más alejado de los hombres, el mejor amante de la civilización burguesa porque llama a la obediencia al monarca y sólo a pensar en lo que se quiera, y a tratar de crítica a lo sumo para sugerir mejoras pero siempre desde una gran tibieza. Rousseau en cambio propone que salten por los aires, las cuestiones de los nobles que parecen que pudren a la burguesía que pudren a la burguesía continental que no termina de ver dibujada como una clase de ricos comerciantes y quiere ver e idealizar en la pequeña burguesía. Es un hecho que en toda su crítica a las ciencias no repare en la economía, la cual sería después de todo en el mercado capitalista la piedra angular del consumo.

Por algo el pensamiento de Rousseau es la idealización de la democracia y en esa democracia ideal es la democracia de la pequeña burguesía, un justo medio. El problema ya era que los ideólogos del gran capital como Locke estaban haciendo de las suyas. Sin otro fin que terminar de preparar el verdadero acontecimiento de los siglos, La revolución industrial. O mejor dicho asegurando que esta revolución sea el triunfo genuino de la burguesía, ya que esta industria y esta utilidad es una cosa que a nuestro filósofo también desconcierta. Igual no se lo puede culpar de esto, su ética responde a una alta valoración de la sociedad por sobre el mercado lo cual debería ponerlo por encima de sus contemporáneos que prometían la libertad y aseguraban la opresión siguiente. Sin embargo eso no hará nada para asegurar una crítica certera sobre aquel mundo. Y sin embargo será la semilla de muchas proyecciones posteriores.

¿Por qué entonces el odio a la filosofía? Bueno este uno de los problemas en su camino hacia la igualdad, uno de los grandes obstáculos no es otra cosa que pensar que la división de trabajo mental y corporal es superflua. Es más refuerza la idea retrograda de que el trabajo físico es el que debe primar, bueno esto no es más que una apología moral y por lo tanto no racional y por lo tanto no tan propia de un moderno (su visión es que el filosofo es un aristócrata sin ganas de vivir sin pasión por la polis y que por lo tanto es nocivo, esta podría ser una buena observación para Atenas pero no es una crítica a la filosofía sino una apología de la política. Hay que recordar esto para evitar los desvaríos de Arendt sobre si la revolución americana es mejor en cuanto a principios que la francesa)

Si es más bien signo de un romántico que ama ver el mundo de una manera y que además le molesta el relativismo, los románticos buscan el infinito pero no necesariamente este tiene que ser cosmopolita. Pese a que toma autores como Montaigne, los cuales a diferencia de él son plenos partidarios del escepticismo. La crítica del ginebrino tiene que hacer agua. Su proyecto de ciudad, la ciudad de Esparta es lo que ya no sería la ciudad de París o la misma Ginebra porque en ella los burgueses son cualquier cosa menos militaristas timocráticos. No se desesperan por el honor, todo lo contrario construyen un mundo de paz, un mundo de mercado y de opulencia; de abundancia específicamente. Cuando se hace énfasis en eso es importante porque el hecho que el ginebrino piense en la sociedad en su conjunto y en la abundancia no es una idea ni que remotamente pasara por ejemplo por las ideas de un espartano. Cosa que debería haberle  saltado a la vista de Rousseau, un sistema esclavista, brutal y militarista no podría ser una forma de dominación más amable que el de un burgo francés, el cual era brutal pero que se administraba de una manera distinta. La racionalidad de la  explotación la domesticación del hombre enfermaban a Rousseau pero no le hacían entender que eso era la esencia de lo moderno, cultivarlos incluso aunque no quieran siguiendo la formula que el mismo proponía para la libertad.

No obstante Rousseau acusa a Europa de hipócrita y no se equivoca. La burguesía de Rousseau es la de la burguesía que ascendería para marcar con su “progreso” la suerte del destino manifiesto de la humanidad. El problema es que Rousseau no puede tener una teoría de la clase de la de Marx, porque lo que sólo especula políticamente y es genial porque buscar ser un verdadero legalista, busca hacer de la ley la forma del mundo y no como descubriría Marx que la ley es el reflejo del mundo. Rousseau debería ser recordado como el más fuerte constitucionalista no como el más benévolo. Su lucha solitaria lo prueba, su rechazo hacia los poderosos. Su amor por los pueblos también y por último su dedicación de la educación de los que deberían ser los nuevos hombres que habitaran una era autentica de razón.

Por lo tanto debemos hacer un primer punto. Rousseau, no quería más filosofía que la del derecho la cual era funcional a su sistema político. Como buen ideólogo y como gran contractualista pensaba que con la ley, el estado y el soberano, bastaban. Por eso nunca quiso construir un discurso anti-filosófico real, sino que quiso que se evitara caer en las redes de lo superfluo. De la academia que fosiliza conocimientos, su odio por la escolástica es manifiesto y toma al enciclopedismo como una posible enfermedad pese a que trabajo en la enciclopedia (lo cual es curioso a tener en cuenta).

¿Por qué el odio al arte? El arte es la piedra de toque en las molestias de los admiradores de las censuras, por lo menos de las censuras fuertes. Como buen totalizador, quería un arte edificante y esta idea le debe venir de Platón (que pese a que era un filosofo de la “decadencia ateniense”- como a él le gustaba pensar, también era un admirador de esparta). Este es un buen momento para mechar con Popper que le hecha la culpa al marxismo de proponer sociedades cerradas, bueno no justamente, sólo regimenes que quieren eternizarse como la Unión Soviética de Stalin, la República de Platón o la Ginebra celeste de Rousseau necesitan de esta clase de censura. Esa perdida de tiempo y ese mostrar lo humano existen en realidad tal vez, y seamos amigo del pensador después de todo por el hecho de que el hombre ama más su libertad que cualquier cosa. Cuando no la expresa políticamente como amaría Rousseau, lo compensa por medio de expresiones diversas. La obsesión por la opinión publica en Rousseau es lo que lleva al odio al arte, este es un buen motivo para dividir a la Voluntad General no existen leyes en la estética, puede que corrompa el buen criterio. Por eso acusa al arte de su tiempo de irrelevante, débil y femenino. Cosa a las que acusará también al cristianismo. Lo cual no muestra más que en realidad, la pasión por las leyes casi se torna en fanatismo porque el ginebrino aspira a la desaparición de la sociedad existente en nombre de una nueva sociedad. Esto me vale de excusa para decir. Que en Rousseau se plantea algo que Arendt preguntaría con mala gana si conviviera en una misma habitación con el suizo. ¿La política es sólo comportamiento? Porque una cosa es pretender que la Voluntad general es la expresión general de la soberanía y otra muy distinta es decir que para que esta sea uniforme hay que limitar la expresión. Esta será una delicias de Kant, que siendo un buen burgués dirá se soluciona con el acuerdo ínter-subjetivo, con la mayoría, una que esta en construcción. Pero esto para el ginebrino es el horror, el horror por el horror mismo porque lleva a la ruina del estado.

Por eso hay que preguntarse si esta pregunta no vive en la misma pequeña burguesía romántica que habita en este mundo que pide rabiosamente la libertad, una que le llevaría al costo de ser mayoría pero también de permanecer como tal. A lo cual termina dando a entender que la democracia sin distinción no tiene libertad. No por nada, con el tiempo cambian los partidos pero los sistemas no se hacen inclusivos. Esto es porque la promesa de una ley para todos, nunca se cumplió lo que hay es una ley sobre todos. Dos racionalidades, un partido dominante, y un grupo por fuera que chilla y llama a lo demás tiranía. La tiranía del ginebrino podría ser la de un gran partido democrático que finalmente sólo por su bien egoísta promete cosas que no cumple y siempre busca un enemigo interno para ser escarnio y embelezarse de la voluntad general. Lo horrible de este monstruo es que no puede ser resulto. Rousseau hizo dos cosas, puso de manifestó el problema de sus contrato social y a la vez demostró que la democracia liberal, la iglesia especialmente sería una maquina de engendran diferencias pero no diferencias naturales sino diferencias sociales. El único hijo de esta clase de locura por la unión de lo social a cualquier costó que leí en términos mucho más brutales es Durkheim. Su hecho social, si fuera en una escala enorme y se lo llamase “solidaridad”, podría entenderse como una voluntad general pero positiva una que no se elige porque esta atada a la supervivencia de las poblaciones y a su razón de ser.

Spencer, en ese sentido sería el hijo de la reprimenda del ginebrino como lo serían Mill y todos los neoliberales que prometen, Igualdad, cultivando la diferencia pero nuevamente lo que aquí no se observa es que el arte tenga mucho que ver. El arte no tiene que ver con los contenidos de las clases, sólo que Rousseau al igual que Durkheim no ve clases enfrentadas sino clases que se ayudan que se sostienen, ven equilibrio deseo de equilibrio. Por lo que la pobreza de la crítica al arte es uno de los puntos negros de Rousseau, si la libertad es inalienable, la libertad de expresión, por eso Rousseau es el primer anti-liberal. El primer anti-liberal sincero porque presupone que la sociedad es un producto que para que sea justo tiene que ser producto de la libertad peor no se puede libremente atacarla. En ese sentido la sociedad de un Locke, se ve como indestructible porque como diría Marx, no teme por el fin de las leyes, estas son lo que menos importa. Rousseau se topa con el problema económico y se ahoga en él y busca en lo más recóndito de la superestructura una solución pobre a su declaración de derechos. Entonces piensa que sólo algunos artistas están tocados de ese gusto social lo cual es una inocencia terrible porque parece que el mismo no entiende que el hecho de que el mismo escriba lo que escribe es un hecho más propio de la libertad burguesa que de una libertad económica. El ginebrino jamás volvió a la vida simple que alabó porque estaba demasiado ocupado construyendo la sociedad de la otra burguesía, la burguesía que no existe, la burguesía del buen salvaje, la burguesía inocente, la no protestante, la apasionada por lo público en lugar de lo privado es decir una quimera. Una sincera quimera.

Pero porque esto no basta y no puede bastar para vislumbrar al Rousseau de verdad, el mejor pero más trágico Rousseau es justo, seguir tirando abajo sus nociones. Como la de “buen salvaje”, es casi obvio y no por eso menos melancólico que lo que el filosofo deseaba no era otra cosa que parar el individualismo atroz de la burguesía pero como no se le ocurría la idea de un mundo futuro en igualdad de hecho, quiso crear la igualdad la igualdad de derecho. Lo cual hace que este dentro de los burgueses de los primeros burgueses, los que no soñaban con los pájaros de colores, lo no hegelianos. Por eso la miseria de Rousseau fue en mi opinión no decir; “Discurso sobre las políticas en torno a las cuales el estado tiene que guiar las artes”, pese a que no responde a la pregunta de la academia, la cual quería una suerte aprobación de su actividad, la cual Rousseau contrapone con la virtud pero no la virtud tímida del cristianismo al cual detesta sino a la virtud romana esa que Maquiavelo también ama, y que es la madre del patriotismo moderno. Por eso es tan necesario volver sobre este texto, buscando toda su moralidad tergiversada, no espero piedad de los defensores de los idealistas de las contradicciones del suizo. Espero sí que se diga que este es un trabajo puramente ideológico y que no tiene un solo buen punto de vista sobre qué es la filosofía y qué es el arte, por lo tanto poco puede decir sobre sus malos efectos. Estas muletas ideológicas en la obra de Rousseau menos nobles que el Emilio, muestran el padecer de los intelectuales en el mundo de la burguesía que nos domina con sus contenidos. La hegemonía siempre es muy fuerte y por eso con todas nuestras intenciones apenas escapamos a la época.

Para poner un peso pesado real y no usar sólo mis palabras, y ser un buen juez. Llamó a Sade al ring. Casi contemporáneo, fue un critico moral mucho más fuerte y duró que conoció y no dudó en llamarse a sí mismo ciudadano Sade. Este escritor, es el autentico enemigo de la ilustración porque hace una crítica severa a la hipocresía del lujo, porque habla del hedonismo cosa que Rousseau, sigue evitando. No quiere reconocer que esta sociedad amante del arte, que incluso los Médicis que los Borgia mismos era amantes de las orgías y de los excesos, y que además disfrutaban de una manera inmoral de su opulencia y que no sólo eso se jactaban y que por eso justamente recibían admiración y eran llamados grandes. La ilustración tiene en Sade a su verdadero enemigo, Rousseau, es un moralista que se convence una y otra vez de los puntos para “mejorar” la sociedad, Sade no aspira a nada de eso. Simplemente habla de lo brutal de lo perverso y lo perverso tiene que ser a fuerza de cultura según el mismo ginebrino presenta como mal de la civilización. Es decir que Sade demuestra que no hay nada natural que la ley lo único de natural que tiene es el nombre y cuando esto llega al sexo toca su punto escabroso en la hipocresía protestante. Como toda sociedad burguesa, cosa que Rousseau no quiere ver el hedonismo no seriamente debilita sino que puede hacer cruel a los dominadores, dominantes que tratan a sus siervos como cosas. Ahora ya no eran humanos de segunda, en el mundo de la burguesía, la humanidad era cosa, costo-beneficio. Por algo, Sade fue encerrado y Rousseau se paseaba por salones, él era un sabio crítico un buen contrapunto y sobre un desesperado por proteger la sociedad. Eso lo hace digno de contradecirse en este discurso en una forma horrenda. El punto justo es que no hace otra cosa que buscar una forma de superarse. Lo cual es genial debería si hubiese tenido vida de terminar de arrancar el contractualismo de su sistema. Ese estado de naturaleza, era su muleta la cual le evitaba dar el gran salto y dudar de toda; la naturaleza, el dudó de la sociedad de la sociedad burguesa pero al buscar su imagen revertida, recordó su identidad y no la venció. El buen salvaje, es una excusa, una manera de tratar de llegar al proletario de la Europa pre-industrial o mejor dicho a la clase baja del mundo feudal el hombre simple.

Sade en su desprecio, en su muestra del despotismo y en la muestra de que la civilización no debilita sino que refuerza la crueldad, fue lo que le falto a Rousseau para haber creado una verdadera revolución, una mayor que su propuesta. Claro que esto ya es imaginar demasiado y pedirle a este filósofo que haga cosas que nosotros mismos no podemos hacer. Pero no obstante este contractualista no funcional al poder de turno quiso intentar lo que se lograría solo con el socialismo científico, el planteo de que la sociedad tenía que ser de las mayorías y que lo tanto el arte y la filosofía también debería ser de las mayorías. Por lo tanto Rousseau en su concepto de voluntad general da otra racionalidad a la racionalidad de los propietarios de Locke y es el primero que intenta crear una contra-hegemonía en la democracia. Lo estropea cuando crítica a las actividades más que a los sujetos de esas actividades, y eso esta dado por su lectura de la historia la cual no recorre la economía y pone énfasis en al acción política. Por lo que termina buscando la igualdad de derecho y cree que eso en sí mismo, y en la distribución se haya la clave para la sociedad de justicia y viable. Podríamos pensar que en Rousseau lo que hay es un afán más relacionado con la socialdemocracia que con la revolución socialista, Rousseau es un reformista duro pero un reformista al fin. El tema es que muchos moralistas por no llegar a ser materialistas descontextualizan la moral y de esa manera arruinan, sus críticas a la burguesía y su reino del espíritu.

Pero sin embargo su intentona sigue muy vigente en este mundo postmoderno y su moralismo es mucho más vivificante que el miserable equilibrio de la sociología puramente institucionalista. Porque con esto damos a la política burguesa una moral “social” y eso es importante, la hipocresía de las democracias procedimentales como las que hoy vivimos, usan la constitución como una garantía de la propiedad pero no del régimen político. Sólo regimenes socialdemócratas del norte de Europa serían la única nación que no hubiese avergonzado en sí al ginebrino. La democracia norteamericana hubiese asqueado a Rousseau y su consumismo mucho más que las artes y las ciencias, si estas eran tan nocivas, imaginen qué pensaría sobre el entretenimiento.

Por eso tan importante demostrar que lo que Rousseau, hizo no fue criticar las artes y las ciencias en un discurso romántico y cómodo sino que sin saberlo predijo como Nietzsche predijo la Híper-realidad y la instrumentalización de los elementos gregarios (las masas), el ginebrino vio en las artes y las ciencias el peligro del cientificismo y de la industria cultural, por eso habla del arte que esta a la moda que tanto le repugna. Por lo tanto se llega a dos conclusiones.

La primera, la preocupación de Rousseau no es el hombre, no es el origen del hombre. El origen del hombre es la excusa para participar en el concierto de los contractualcitas su pelea es por la sociedad la sociedad racional y deseada desde el conocimiento donde no existen cosas como la mano invisible u otras supercherías morales y supersticiosas, y esto lo dice en el contrato social, la religión civil. Por eso hay que destruir la imagen del Rousseau enano e idealista que habla del paraíso, esta es la imagen de la burguesía que cree que el mercado aplasta las constituciones y que el derecho nos es más que el felpudo del mercado. La lucha concreta es contra el hombre de Locke, el industrioso, el miserablemente industrioso hombre de Locke, que necesita mercenarios, lo quería el ejército imperialista y la policía frontera adentro para cuidar su actividad.

Por lo que se asume que la lucha esta dada entre la razón del arte para la “Instauración de un nuevo orden”, Rousseau no maneja el concepto de una revolución dinámica y por eso hablar del deber ser; aunque crea no ser metafísico. Por eso esta crítica a Rosseau, va para que no se caiga en los principios a lo Proudhon con sus consignas artesanales que habitan en una arcadia que poco puede decirnos de un mundo de masas y de mayorías que además de todo se ven como mayorías. Esta lucha la de Rousseau es la primera lucha racional por las mayorías en la historia y eso dista mucho de ser la lucha por la simple igualdad termina siendo mucho más amplio.

Por lo tanto el paraíso perdido, la idea de una justificación natural fue el impedimento de Rousseau para poder destruir, la tiranía de Hobbes en la represión y su dominación de la estructura, y la hipocresía de Locke frente a un mercado que lo único que quiere es disecar a todo lo que pueda utilizar viendo a la propiedad y al contrato como el medio de reducir a las mayorías a la nada, a la religión y a la estupidez.

Por eso tomo como el error de todo su discurso el de castigar actividades, el de confundir, sistemas políticos con sistemas de producción (lo cual no puede saber, pero que es la clave para ver como una parte del germen de una sociedad alternativa ya estaba enquistado en un hombre que cruzó las clases, pero que termino embebido de la clase dominante); por último pelear con el reino del espíritu, el cual es el reino de los fantasmas ese que Hegel que haría tan extenso y que por eso condenaría a ahogarse. Así que el discurso de Rousseau si tomamos sus errores y sus intenciones nobles y políticas, cruza el desastre con un grado genial de intuición y por eso sigue mereciendo nuestra lectura. Jamás pensemos que fue sin embargo un texto de actualidad es el menos realista de los textos de Rosseau, por lo que tiene que ser el más profético. No obstante sólo se puede tomar, y actualizar si reemplazamos, artes y ciencias por tecnologías, diseño, publicidad y consumismo. Sino es una completa bufonada que hace creer que las armas de la cultura, las que podría tomar la mayoría para contrarrestar el poder de la “racionalidad” dominante para usar a Locke su contemporáneo son inútiles.

Rosseau esta llamando a la resistencia pero lo hace una manera inútil y por eso en vez de ser perseguido, fue premiado por su ilustre texto moral sobre las razones por las cuales según su parecer siempre lleno de invectivas, las artes y las ciencias fueron perniciosas para el desarrollo de las de las civilizaciones.

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