1-
Para algunas cosas no hay que ser un genio, la estupidez reciente de Tabaré Vázquez, la cual no hace más que comprobar cuan cretino se puede llegar a ser si se dan la circunstancias. No expone que lo peor que puede pasar con un político es que la estupidez, la suspicacia y la arrogancia se crucen de maneras inadecuadas.
Poco nos importa saber; ¿Qué demonios pensaba el presidente de Uruguay? Menos aún saber porque se nos confiesa ahora con tanto desparpajo. La verdad que no se trata de linchar a este ex mandatario, el cual es aún amado por el “Frente Amplio”. No voy a caer en lo corto de miras que puede ser pensar en Tabaré con un personaje enano de la historia de Latinoamérica. Muchas veces, nuestros juicios y los de la historia aún más, cambian demasiado y no para bien por lo que no me meteré con la moralidad de sus actos.
Si nos debe llamar la atención la desastrosa manera en que este antiguo mandatario, elegía sus prioridades. La verdad que uno es burro y no lo puede negar, pero hay burradas que se hacen celebres. Lo peor, la contradicción del estado uruguayo es que si se militarizará cada vez sería para peor. Porque sus vecinos serían complicadamente poderosos, situación parecida en el fondo a la que tiene el Estado de Israel por haber elegido la peor manera de manejarse con sus vecinos posible; la guerra constante.
2-
Estados Unidos, no sabe si premiar a hombres como Bush por inventar guerras donde no existen, y en ese “apoyo a las tropas” para cualquier estupidez, o si volcarse a tener amigos como este ex presidente que facilitan más las cosas. En número relativos, Uruguay, solo podría ser un depósito de armas del “Gigante del Norte (ahora un poco alicaído)”. Seguramente si lo vemos en perspectiva llegará el momento donde la gente tenga pena por estos dichos y juzgue que es la imbecilidad con respecto a la idea de soberanía que era peor que el destino de una papelera de propiedad extranjera lo que estaba en juego.
La defensa de Botnia a ultranza es una de las cretinadas con las que convivimos diariamente como tolerar la “acción benéfica de la Barrick Gold ”; con la diferencia claro esta que la minería a cielo abierto aún no nos ha pedido una guerra con un estado vecino, pero estas cosas nunca se saben. En el mundo de la economía global la vida es uno de los valores menos importantes. Los derechos humanos son para las multinacionales, algo así como una restricción, una barrera de entrada a jugosos mercados. Uno sabe esto y lo pueden tildar fácilmente de paranoico, delirante y quien sabe qué más pero ya que estamos no ahorremos por lo menos en el relato una opinión sobre el tema.
Poco queremos a nuestros países cuando dejamos que una cosa como una pastera nos divida. Más cuando la pastera es solo inversión extranjera directa y que pese a que aseguré la seguridad jurídica la cual parece reemplazar a la idea de “Cristiandad” de los españoles, o de “Occidente” en la guerra fría, ahora esta mera articulación colonial nos demanda precavernos sobre la pérdida de una inversión de una multinacional finlandesa. O sea que cada día que pasa podemos estar más cerca de la idiotez.
Tabaré demostró que la idiotez es posible y deseable. ¿Cuánto sale una guerra acaso? ¿Cuánta es la inversión real una vez que las regalías vuelvan a la casa de origen? Todos sabemos que no hay que ser más que un comediante para pensar que las ínfulas belicistas de este presidente son poco brillantes. No diría que son una simple entrega de Uruguay hacia cualquier destino posible. Pero debe quedar en claro que los conflictos ambientales no son una ofensa a la soberanía de los países. ¿Ahora los ambientalistas son fuerzas armadas de ocupación? ¿Puede creerse esa idea? Incluso si la turba enfurecida se hubiese agarrado contra la fábrica, ¿esto equivaldría a una invasión?
El buen gusto del razonamiento lo hace imposible.
Lección breve de esta nota: “América Latina siempre es dividida por la primarización de su economía, el crimen de la Guerra del Paraguay así lo atestigua. Tabaré habría tenido unas pesadillas que con un tratado de Libre Comercio con EE.UU y un apoyo militar se haría por fin de la región. Ojala que un día una pericia psicológica diga que este hombre sufrió de una serie de traspiés demasiado desafortunados.”
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