La tragicomedia de pueblos olvidados.

Capitulo I: Las grandes llanuras.

En una tierra muy bastarda donde la puta suerte había arrojado a una gente sin alma vivían dos pueblos muy extraños y de costumbres sumamente alocadas. Los banusios y los fabiolos, siendo estos dos pueblos sumamente salvajes y dado que casi no tienen oficios buenos la gente cuando cuenta de sus historias en tiempos inmemoriales para contar que no siempre la humanidad fue linda, buena y justa como ahora.

De los banusios podemos decir que sus actividades eran muchas pero todas muy improductivas, siendo negados para el dibujo tridimensional la arquitectura era un oficio casi imposible como tampoco podría serlo la ingeniería. Una molestia total. Por eso construyeron todas sus estructuras por parte de grandes edificaciones planas que podrían tener más de cien metros de pasillo. Al final de ellos había grandes fosos en los cuales con fuegos y largos metales asaban animales de todas las clases.

Hay que decirlo, los banusios siempre fueron ante todo sedentarios y vagos de pronta violencia verbal pero tal vez muy cobardes, astutos y amarretes. Podría habérseles llamado el pueblo de los paranoicos de la antigüedad y no era para menos. Los banusios fueron una civilización descarriada y excéntrica, algunos preferían el deporte, otros el vandalismo, sin duda que ellos pasaron su vida y su historia sin esperar el mañana.

Por esta razón sus falsos templos tenían una gran escultura de una mujer bastante enana y de proporciones alteradas a la que rendían cultos en tiempos pasados siguiendo un extraño libro del cual no disponemos registros. Se supone que tiene algo que ver con la figura de la madre tierra pero sin más trascendencia. Por esta razón los banusios perdieron varias guerras y era bastante irritable. Su irritabilidad era parte de la manera en que irracionalmente pasaron sus vidas. Tal vez era el cinismo el que los había movido de una punta a otro del mundo, va de su mundo.

Los fabiolos eran sin duda más numerosos, y estaban todos peleados entre sus clanes en una guerra que iba variando. Igual de caprichosos que los banusios, su existencia se remitió a muchos proyectos incompletos. Las guerras entre los banusios y los fabiolos fueron fundamentalmente desastrosas sin el predominio de unos sobre los otros. Su arquitectura tenía algo de asociación con las tolderías, es decir conjuntos habitacionales aislados. Por eso pese a que cultivaron mucha marihuana y creaban porros gigantes que eran una de las industrias del país no llegaron a concretar ningún proyecto de corte espectacular. Aunque hay que decirlo que los fabiolos siempre tenían una idea de futuro mucho más generosa que los banusios y no por eso les fue tanto mejor. Los fabiolos, usaban asiduamente algo conocido como el tren y este consistía en un servicio de muy distinta calidad. Por eso los usaron sin conocer las causas de cómo funcionaban y por su extremo cuidado durante siglos unieron sus poblaciones con esta herramienta. Sin duda que gracias a ello desarrollaron una vida más disipada.

Por todas estas razones mientras los banusios vivían apiñados hasta el espanto y jamás disfrutaron cosas como los aires acondicionados, los fabiolos corrieron por los pastos, y tuvieron rebaños de ovejas, manadas de gastos y de perros. En esta actividad pastoril, diseñaban toda serie de tarjetas que enviaban a los otros clanes de fabiolos. Los fabiolos, sabían que la existencia era fundamentalmente dura y necesitaban todo el tiempo de tener pequeños calderos llenos de un metal cobrizo de poco valor. Sin duda que gran parte de su riqueza sin embargo estaba en la calidad y la cantidad de sus animales. Los fabiolos pasaban gran parte de sus vidas tratando de conocer a aquellos animales que eran la base de su existencia. Sin duda que estas prácticas eran compartidas por otros pueblos de la zona pero que están fuera de nuestra área de estudio. Por esta razón había más gentes, qué hicieron los fabiolos es un verdadero misterio, su desaparición pudo haber sido parte de una introducción de otro grupo humano que seguramente los destruyó completamente.

No obstante por un espacio de cuatro siglos los fabiolos subsistieron como una rica cultura. Sus artesanías aún se pueden ver por las llanuras donde las vacas de San Antonio gigante hoy pastan. Sin duda que la agricultura intensiva se esta llevando puesta a toda esa antigua religiosidad. Aún quedan algunos miles de gatos negros y naranjas que algunas supieron ser uno de los animales más preciados de los fabiolos.

Gran parte de sus vidas se basaba en una serie de trabajos por la mañana entre los que se incluían la cocina del resto de las comida del día. Sin duda alguna la mayor parte de sus días la pasaban lejos de ella, con sus animales viajando de un lado para otro. En esos viajes los fabiolos llevaban y traían toda clase de objetos. Los fabiolos, no tuvieron una filosofía ni una metafísica particular, sí una ética del trabajo que era uno de sus valores fundamentales. Así que de alguna manera conformo un espacio para la reflexión por medio del cual articulaban algunos que otros eventos anuales como comidas ceremoniales que le insumían varios días con sus noches.

Por esta razón las cuestiones fundamentales de su cultura se resolvían a través de una red compleja en un matriarcado en cual la violencia estaba muy marcada y cada una de las mujeres jefa de clan disponía de la casa y de las vidas de sus hijos e hijas. Por esta razón su existencia quedaba regulada por las propias disponibilidades de recursos. Los fabiolos, iban a la guerra con palos de golf, armas de fuego, y algunas formas de camuflaje. Por esta razón gran parte de sus acciones eran de alguna manera una infantería irregular y se basaban ante todo en el conocimiento del terreno, toda su estrategia era fundamentalmente el desgaste. Sin duda que las formas de comunicación con banderas y de animales entrenados conllevaba una serie de aditamentos que les permitían desplazarse por la llanura a una velocidad bastante amplia. Para hacer los grandes desplazamientos de los cuerpos de infantería tomaban los trenes y avanzaban para poder ir a defender sus distintas localidades.

Ciertamente con el paso del tiempo, los fabiolos fueron fuerzas mercenarias de otros pobladores de la zona. Su decadencia como fuerza militar fue cuando la introducción masiva de minas anti personales le hacía imposible cruzar el terreno a sus anchas. Sin duda que con el mismo tiempo fueron introduciendo otras especies como los caballos, los cuales nunca montaron pero que tuvieron para obtener carne y compensar la perdida de otros animales. La venta de los caballos fue uno de los grandes negocios que tuvieron los caseríos más grandes de los fabiolos.

Podríamos decir que los fabiolos tenían una industria del tejido pero esto era falso. Los fabiolos estaban asociados con otros matriarcados que vivían bajo tierra o en las copas de los árboles. De ellos extraían distintas prendas que eran realizadas con maquinas de coser o tejidas, a cambio daban felinos, o carne de caballo. Las ventas se realizaban arriba de los árboles. Los matriarcados gnomos usaban y disponían del uso casi obsesivo del fusil. Su estrategia siempre era negociar con todos los bandos en conflicto pero no se comportaban como una nación ya que muchas veces varios matriarcados apoyaban a distintos enemigos.

Ellos habitaron cerca de los primero asentamientos de los fabiolos, sus economías se trenzaban a medida que se hacían préstamos que no siempre salían bien, los cuales llevaban a conflictos. Hay que decir si embargo que los matriarcados de las mujeres gnomos eran más opulentos. La riqueza estaba en relación a la cantidad de aparatos electrónicos que disponían y del uso recargado de sus ropas los cuales mostraban el grado de riqueza alcanzado.

La concertación de árboles era fundamental para medir sus poblaciones, lo cual establecía una lógica distinta con la llanura abierta. De esta manera, su vida la vida de los matriarcados gnomos estaba centrada en sus industrias, el canto y la música. Gracias a esto tendrían el aspecto más lírico de la zona. Construyeron pocos anfiteatros en los bosques donde grupos reducidos escuchaban cantar a los mejores. Algunos de ellos vivieron en las montañas. Pero fundamentalmente los que se fueron a las montañas fracasaron. Otras de esas mujeres fueron raptadas y nunca devueltas a sus clanes. Lo cual dejaban siempre una sensación de temor al respecto.

De hecho si se lo piensa un rato los banusios cambiaron grandes cantidades de papel con los matriarcados gnomos, los cuales eran parte de una correspondencia. Los banusios se encargaban desollar a los animales. Los cuales eran luego tratados y se les quitaba la piel, y se los comía. Las pieles eran vendidas para convertirlas en prendas, y pese a que esta práctica era salvaje la ejercían constantemente.  Por esto cuando se dedicaron a realizar sus objetos, daban las pieles a los fabiolos, los cuales luego de pagarlas por kilos se los llevaban para poner en las paredes de sus casas. Los huesos de los animales se usaban en algunas clases de artesanías por ejemplo para hacer ceniceros. De ellos se conservan una amplia colección. Ya que ante todo, gran parte del tabaco que se fumaba en la zona veía desde muy lejos y las cenizas eran guardadas para hacer ungüentos y toda una clase de artículos.

De ellos la continuidad, la verdadera continuidad de sus costumbres seguían por el consumo del mate y del jugo. Como también del consumo de Ketchup, el cual comían con pan solo y en grandes cantidades. Se puede decir que una cena entre los fabiolos en una festividad debería llevar por lo menos seis kilos de carnero por cada dos personas, gran cantidad de Ketchup, a lo que debemos sumar los cigarrillos de todas las clases. Cuando estas cosas se combinan el encuentro es fortuito, aunque muchas veces hay conflictos sobre cómo y quien debe organizar los banquetes. Si no fuera por esto podríamos decir que sería gente muy pacífica pero la evidencia muestra que algunas reuniones se convertían en acontecimientos muy violentos.

Pese a todas estas cosas, los fabiolos fueron los amos de las llanuras y auque solían robarse las mujeres y algunos tíos se sacaban con sus sobrinas lo cual era bastante escandaloso entre ellos llevaron su modo de vida a lo largo de llanura. Hoy el carnero velludo y gordo es parte de una tradición que tienen a mantenerse. El fabiolo con su aspecto típico es parte de un folclore turístico. La desgracia de los fabiolos tiene varios libros y un par de documentales.

Los banusios fueron los que primero trataron de dominar a los fabiolos en una guerra expansionista en parte para hacerse con sus territorios. De forma elemental los banusios fueron abriendo zanjas a lo largo del terreno y aumentando sus construcciones. Su afán constructor fue el primero que dejo huellas en la región. Apostados allí se encargaban de ir cercando al ganado, ellos también introdujeron a los emúes a la llanura. Con esto empezaron a crear una situación distinta. A medida que los dos tipos de explotación competían empezaron las primeras guerras. Los fabiolos se dedicaron a robar y matar a los banusios por la noche. A su vez los banusios se dedicaron a destruir y buscar exterminar una serie de asentamientos fabiolos. Con esto la guerra fue larga y cruenta. Sin enterrarse gran parte de los cadáveres, los cuerpos podridos fueron parte del espanto de la época. La paz llegó cuando los siguientes invasores empezaron a hacer presión sobre una zona con exceso de población.

Por estas razones se dedicaron a vivir en una completa desprotección. Las vidas de los fabiolos y banusios no fueron en todo caso acordes a una línea de desarrollo. Sus vidas sus existencias fueron marcadas por simples actividades y malos usos de las tecnologías. Gran parte de su ruina fue suplantado por gentes que manejaban mejor los recursos. La guerra se dio en parte como un primer repliegue de estas poblaciones.

La guerra como tal fue contada por los fabiolos. Pero ellos aceptaron que su mundo estaba siendo directamente destruido, corriendo suertes cada vez peor, empezaron a tener que vivir más y más apretados. La grandiosa extensión la cual había dado un gran sentimiento de libertad a todos sus pobladores era una especie de regalo que se habían hecho y que fueron perdiendo luego de numerosas masacres. Para cuando los fabiolos llegaron a los bosques era un pueblo derrotado.

Tal vez en una secuencia surrealista, hay que ver las tribus y clanes de los fabiolos asediaron a todos sus vecinos. La última gran líder de su facción murió a manos de unos soldados que pasaban por un camino al costado de las grandes cataratas.

Sin duda que la muerte de esta última referente fue el final de su identidad independiente, así aprendieron a vivir con el clan de las mujeres gnomo. Pasaron a desarrollar huertas metidas en medio de los bosques. Sus frutas, al final fueron parte de un capital de una cultura que sobrevivió. Las casas en los árboles montadas llevaban pesadas lanas de colores teñidos de amarillo y violeta.

Los banusios fueron aquellos que abandonaron la llanura y por medio de esto, se vertieron hacia el mar. Su vida en las costas logro que apiñaran frente a los extranjeros donde siguieron haciendo lo mejor que sabían hacer procesar animales.