Nuestros, son todos los sindicatos. Nuestras son todas las barricadas, nuestras son casi todas las batallas que se abren hacia el centro. Nuestras son las balas, casi ajenas. Pero nosotros las hemos propiciado. Necesitamos tomar el puesto, necesitamos avanzar, necesitamos ser la vanguardia de las nubes. Tenemos que. Una misión si es nuestra es la de tomar el cielo otra vez. Aquella catedral va ser nuestra, nuestros son ya los fieles, nuestros son los fascistas muertos. Nuestra es la cruz invertida, nuestra son las llamas al costado de los caminos, nuestro el pánico de los medios. Nosotros hemos podido tirar al cielo una lanza y alcanzamos el espacio.
Las plumas de nuestros enemigos, nos sirven de tocado, somos indios, somos indios nuevos. Indios hijos de nuestras matronas, decoloradamente publicitarios somos. Nuestras placentas son el registro histórico de la maldición del conformismo. Nuestra urticaria es ir avanzando día entre sus calles, cercando sus misteriosas pretensiones de grandeza. Nuestro cuchillo es el que los asusta porque cada día parece más apto para sus gargantas. Nosotros, hemos sido un martillo que no esta el servicio de la ciencia. Hemos sido entonces expulsados de la buena sociedad, hemos sido entonces entredichos.
Ahogábamos nosotros, y lo seguiremos haciendo, porque en nuestra forma hay una bomba. En nuestra lengua un alfiler, y si no porque nosotros decimos que ellos esperan ser exiliados, porque suponemos que se irán en los aviones. Porque no dejaremos que sus anclas materiales les dificulten la salida. Solo por esto que nosotros sabemos, iremos por sus cosas, iremos por sus ideas, por sus publicaciones, iremos hasta el fondo, seremos el terror de los libreros.
Nuestra ética es el fin de la mercancía estupidizante, siendo el toxico mejor para nosotros mejor que el pésimo y mal sentido clasismo deshojado. Nuestro reloj ya da las doce, hemos dicho de hoy en adelante, nosotros y lo nuestro. Entonces, sindicalizados, entonces derribaremos, una y otra vez la pretensiones empresarias, las pretensiones de los pocos, esos que pueden negar que somos nosotros, los que hacemos su historia.
Nuestras filas de misiles, son hormigas mecanizadas, nuestra disciplina es ver en el caos; poesía. Nuestra vanguardia sin duda es la de las nubes, nadie esta listo para que nosotros, sí nosotros los que no sabemos cuando llueve y cuando hay sol, les caigamos desde arriba.
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