Salud.
I-
Frío
gélido.
Un dios
manco.
Nuevos y
siempre nuevos,
Dueños de
la tierra.
Un nuevo
tótem.
La buena
conciencia,
Triunfos y
más triunfos.
Te dan
nombres
En lugar de
laureles
Y cambian
sus arcos.
Y sus hijos
los esconden.
¿Si la
historia no duele?
¿Es
historia?
II-
La gran
enfermedad de la historia
Su cabeza
infecta.
La nuestra
también
Su no
verdad.
Su
molestia.
Y así
estamos debiendo.
Vienen los
que han hecho mejor la relojería.
Ahora la Vulgata será de colores.
Se olvidan
de su fuerza,
Sangre,
Cadáveres,
Tiempo
perdido.
Se olvidan
de los que han sabido
Engrosar
sus campos y sus cuentas.
En suma.
Del
silencio y la barbarie.
II-
No será negocio
que forme parte de esa mayoría
No será
negocio ni para unos ni para otros.
Si las
tierras hoy siguen
Por
millares en pocas manos.
Si la
reforma agraria es intento.
¿En qué
estamos soñando?
Las
topadoras avanzan
A la par de
soja,
Y entonces
se preguntan
Si hay un
antes y un después.
Tener buena
conciencia hace,
Cambiar
nombres hace.
Sacarle el
fúsil
Poner el
báculo.
“Inventar”
Tener más y
más ovejas.
Humanas
ovejas que se pueden mirar.
III-
Siempre
habrá un alguien para hablar por ellos
Primero el
cura
Con su “piedad”,
Luego quien
sea
Con su
“cultura”,
Cosa que
poco importa al que quiere habitar
El que
siempre habito y que nada pide.
¿Será
demasiado la paz?
¿La querrán
en el fondo demasiado en silencio?
¿Por qué
cuesta tanto ver?
Primero por
los que nombraban
Y luego en
todo,
Hasta el
aire cercado.
Hasta el
suspiro robado.
La historia
sigue.
IV-
Promesas de
guerras.
Abogados y
topadoras.
La capital
engrosada
En enano
deforme.
Allí vive
la prole de su conquistador.
Y entonces,
desde sus estancias corren
Como si
fueran las vías,
Como si
fueran las anclas.
Como si
fueran las garantías.
Las tierras
de ellos
Con nombres
sin ellos.
¿Entienden
los extranjeros su extranjería?
No les
importa en donde pisan.
No fue
antes y no será ahora.
Y en nuestra
jungla de cemento.
En su sueño
dorado.
A donde su
espada apunta.
Aún está
Roca.
Impolutos.
I-
Lo bueno es
pensar que no se busca el lucro.
Los bueno
es no creer en los santos.
Lo bueno en
suma
Carecer de
iconografía.
¿Tanto
cuesta lo bueno?
Si es racismo
es de Estado
Y si es
Estado es de Mercado.
El lujo de
una gran estancia.
El
ballenero japonés en el horizonte.
Allá lejos
el submarino nuclear.
II-
Complejo y
distante en el tiempo.
Complejo y
distinto en la identidad.
¿Cuál es el
futuro de esas entrañas?
Yuxtapuestas
las personas,
Tratan de
vivir y de disfrutar.
Nuestro
olvido
Almibarado
derroche.
Un vómito
más.
No hacemos
moral.
Hacemos
historia.
Hacemos
costumbres que queremos creer.
Tenemos el
dedo largo.
Las patas
cortas.
Nos cuesta
caer
Donde
queremos ir.
¿Dónde
están esos que siempre saben?
¿Dónde se
han puesto que todo lo ven?
¿Con quién
han dormido que nunca sienten los ruidos?
III-
Llaman
conciencia al disgusto.
Al caminar
forzado
Sacrificio.
Entonces
sí,
¡Reaccionar!
No todos
los humores son iguales.
No llegamos
a reír de todos los poderes.
Siguen
muchas veces los espejos de colores.
¿A dónde
van los puños de la humanidad?
¿Será a
frases hirientes?
¿Será en
las faldas de la sociedad?
Puede ser
un premio de nalgadas.
Puede ser
el erotismo del poder.
Puede ser
entregarse sin pensar.
Formas.
I-
Soberbia o
delirio da igual.
Tal vez sea
la ausencia de fuerza y de meta.
El que
guerrea tal vez no necesita escribir.
O cuando
escribe cuenta lo que sólo puede contar.
Será por
eso la fuerza
De aquellas
figuras perfectas.
II-
Están bien
los que caen
Que por
muchos serán levantados
Y sus
cabezas al sol
Siempre
dirán
Podría ser.
Existen sin
duda aquellos
Que ni
muertos
Ni
victoriosos escriben
En esa
selva sórdida
De
imaginación y delirio.
En las
afueras de un falso infierno.
Y hace una
cita.
“Esto
también fue hecho por el Amor Eterno”
III-
Será
entonces delirante.
Será
entonces impotente.
El que no
puede arruinar la imagen.
La
pervierte.
Será
entonces por eso
Y por esa
fuerza que se comete
Débil
cosquilla entre los dientes del predador.
Que las
líneas siguen.
Darwin.
I-
La chispa
del más sincero romanticismo.
Abandonar
las ideas de una torpe nominación.
Son las
cosas al fin
Las
conocidas,
Las
pérdidas,
Los saltos,
Los
misterios.
Son las que
vendrán, las que tal vez nos sobrevivan.
Eso es
seguro.
Perder el
centro, perder del ombligo,
La cadena.
Vencer a
los mitómanos,
Vencer sus
preciosismos.
Acabar con
su opio.
A sus
rentas,
Poner fin,
La idiotez,
A la vida
más allá de la vida.
Vencer a la
cretinada.
Ponerle un
sentido al movimiento.
Ver en las
carabelas aquello que siempre
Se le
imputo a los ángeles.
Mirar al
cielo como al principio con fascinación.
La bestia
orientalista.
La bestia
extravía,
El último
remilgo de familia y de manada.
El último
odio a la mujer imbécil
La última
negación de la materia.
II-
Tomar
posesión de la propia sangre y de la carne
Sin que la
laven,
Sin
retroactivos, sin migraciones, sin fantasmas que deambulan.
Cada
individuo no es….
Más que una
cadena
Una bella
forma sin sentido.
Un regalo
del azar,
Y un gozo
del ser que devora otro.
No evitar
morir,
No evitar
nacer.
No evitar.
La razón
del hombre
Siempre fue
a tientas la razón de la especie.
III-
Una pieza
en un juego que no es de nadie.
La fuerza
de la extinción.
Nuestro
desgarro y nuestro poder hoy.
Ya no más
que ver a los profetas decadentes.
No más que
entender.
Ahora en la
pieza más descartables de todas
En el ser
humano del siglo XXI
La maquina
que te tira a la basura
Más
cobardemente que la naturaleza.
Sin
voluntad de Apocalipsis.
Simplemente
con ganas de verte pudrir.
Y
banderitas ondean
En otra
parte para recibir…
Otro
amanecer.
Otra
generación.
Vejez.
I-
Viejos
verdes,
Buenos
abuelos,
Preguntas
sin sentido.
Gente que
quiere que el pasado dure…
Y otra que
sale con la pala
A buscarle
destino.
A veces
carente de todo brillo
Otras
tenida por la joya de la experiencia.
Mismo
objeto
Tantas
voces.
Mismas
caras tantos mensajes.
Mismas
anécdotas,
Mismos
mundos perdidos.
II-
Seres
deseantes como los demás
Que les
roban el verbo
Que los ven
como signo y no como personas.
Tal cual si
el tiempo dijera algo más que nunca biología.
La idea de
lo viejo como eso que ya esta al borde de caer…
Y no de
aquello
Que supo
durar.
Las nostalgias
estúpidas de un rebobinado imposible.
La vida que
pasa
Siempre a
la misma velocidad.
Y cada uno
a su tiempo
Va tomando
el lugar.
Queriendo
querer o no.
Simplemente
pasa.
Nosotros monos
que apenas soñamos
No podemos
estar al pendiente
De nuestra
estadía.
Y vemos a
los demás pasar…
Y nuestros
vicios pueden vivir
O
resistirse para no darle gracia a la sociedad.
Si no se
molesta se puede estar…
Sino tantos
otros…
A
controlar…
La oda a la
juventud,
La fuerza y
la riqueza
Cadenas
para los que pueden tirar…
Para los
que no pueden la vista gorda,
El olvido.
Dejar morir
Dejar
pasar.
Insultos.
Mundos
felices,
Autosuficiencia
en la contestación.
Meritocráticos
burócratas
Pasan lista
hasta para matarte.
Fanáticos
Inscriptos
en Erasmo.
Todos en puteada a flor de piel
Y a flor de
falopa.
Lo que
venga será mejor.
Será
venganza.
Moderados
abstenerse.
Cardíacos
también.
Modos.
I-
Del cambio
es inevitable.
Del mundo
se cayó.
Del mundo
que es no mundo.
De la
realidad que es simulacro.
Del poder
para el poder por el poder.
De
individuo que supo aspirar.
Y ser
aspirado.
Hacer
fuerza para cagar
Con sangre
y con todo para que haya derrame.
Creer que
se podía
Y en el
fondo poder…
Dicha en la
resaca…
Costumbre
utilitaria.
Luego tal
vez todos se obsesionaron con las fuentes
Con que
habían comido,
Con cómo
había pasado
Cagar fue
pecado
Vivir fue
un suplicio.
Los viejos
socios se fueron peleando.
Entonces al
final
Entre
partos y difuntos.
Entre los
muertos y los vivos.
Se paso de
“hechos”
A relatos.
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