Escena I-
Galpón dos sillas, una mesa de operaciones, un cadáver, dos
personas. Una de ellas Héctor, la otra Verónica.
Héctor- Un día
más de vida por aquí, como podes ver levantas la piel y empezamos a trabajar.
-Héctor levanta la
piel para mostrar lo que efectivamente es el músculo-
Héctor- No ser doctor, ni nada por el estilo ni haber
practicado de carnicero. Cuestión que por los años y por mecánica uno aprende.
Aprender como siempre es difícil y hasta veces chocante. Uno deja de ser uno,
cuando aprende. ¿No te fijaste?
-Marcia permanece
muda sin mirar fijo la cara de Héctor-
Héctor- Puede que lo que hacemos parezca cosa de vende humo.
La verdad que jamás me fijé que pasa con la mercadería. Hay que meterla en
hielo en estas heladeras. No te fijes demasiado lo que se tiene que hacer. Se
trata de hacerlo. Siempre me hizo pensar de alguna que otra manera en una
pescadería. Porque en el fondo, siempre me gustaron las pescaderías y las
carnicerías, su limpieza y sus animales muertos formaban parte de algo que
apenas se puede entender.
-Marcia se mira los pies-
Héctor- Veo que hay cosas que no te interesan. Como te das
cuenta no somos de recursos humanos, acá o te gusta el trabajo, o te dan por
loco, o te matan, o tal vez siendo un poco divertidos, te ascienden.
Marcia- ¡ah!
Héctor- Siempre pasa lo mismo pero fíjate bien conta la
experiencia como lo que estamos haciendo. Cualquier podría decir que trabajas
con cueros, que trabajas haciendo tapados, si es algo que no es lo más
agradable. ¿Pero acaso no se compran los tapados? ¿Por qué ellos pueden
lucirlos y nosotros no podremos lucrar con él?
Marcia- y eso de ahí, ¿Qué es?
Héctor- Eso de ahí es el cuero cabelludo, lo arrancamos
levantando la piel sale entero, lo vamos despegando por eso el craneo queda
limpito. Pensa que el uso del cuchillo es fundamental. Al principio todos se
equivocan. Pero si se aumenta el personal por algo es. Tenemos que ser
cuidadosos. Hay que ser limpios, no vendemos mierda. Las manos siempre lavadas.
Sabe que algún esto puede que sea como un quirófano mientras hay que
esperar.
Marcia- ¿Vos sos de la manzana?
Héctor- Yo soy de capital. Pero no importa, vengo acá duermo
atrás, los fin de semana vuelvo para allá. Nadie le importa donde estamos por
eso estamos acá.
Marcia- No es tan lejos. No es tan lejos, yo creo que en
auto no son más de dos horas.
Héctor- El tema es que no es lejos, sino la línea de árboles
que tan lindos se ven de la ruta, ¿alguien puede creer en esa línea inútil en
medio de la pampa. Desde arriba es otro esfuerzo. Hay que poner toda una serie
de precauciones al menos eso parece. Nunca volé por encima.
Marcia- Nunca supe como llegué acá. Yo conocía a alguien que
conocía a alguien como siempre que me prometió un empleo nada que ver con esto.
Héctor- Digamos que lo nuestro es algo raro. Nuestro negocio
podría ser más fácil de explicar pero menos fácil de entender. Pero en suma es
lo mismo. Hace calor, y hay que laburar rápido, la carne se pasa.
Marcia- ¿No se practica nunca antes?
Héctor- Claro que debería. Hay tantas cosas para las cuales
la gente no práctica y eso es un horror. Hay pedido que salen mal. Cómo te das
cuenta que lo haces bien, bueno de arriba te dicen. Siempre de arriba te dicen.
Hay que hacer.
Marcia- ¿Quién controla esto?
Héctor- Nadie, no sé realmente qué hacemos bien. Te puedo
decir que cómo tratamos de no cortar la piel en forma que esté lo más entera
posible, también te puedo contar que un cuerpo lo vaciamos en cuarenta minutos.
Ahora si me preguntas, ¿qué es lo que estamos haciendo? yo te diría que es una
especie de vaciado. No tengo demasiada idea ciertamente si esto se hace así en
otras partes. Como sabes algunas veces los dejan vivos por lo que al fin de
cuentas. ¿Podríamos saber de qué se trata? La gente prefiere pensar que es una
leyenda urbana, es como el familiar, historias que inventan los hijos de puta.
Verónica- ¿Qué es eso del familiar?
Héctor- Bueno lo de siempre. Una historia de cañeros del
norte de Tucumán, la historia de unos garcas que sigue hasta hoy. Siempre es lo
mismo se trata en suma de la historia repetida, el Familiar era ese que mataba
al cañero. Pero que era visto como un Gnomo o un Perro gigante. Pelotudeces,
demasiadas pelotudeces pero la masacre continúa.
Marcia- ¿Vos decís? No creo que se trata siempre de lo mismo
aparte vos estás en medio de esta mierda, no sé que estas esperando. ¿Te vas a
zafar?
Héctor- No creo que me zafé la cuestión ahora es saber, y
cobrar. Todos acá cobramos hay tres mesas más. Todos están pasados de rosca te
mandaron acá porque Julián estaba bataneando los dientes otra vez. Está como
baboso y medio que se choca con todo. Para mí un día de estos lo faenan si
sirve. Todos terminan siendo pegamento, es algo así como rebelión en la granja
pero los cerdos no hablan.
Marcia- es una analogía de mierda. Pero sí digamos que sí.
Me gustaría saber si te divertís con esto. Parece que es casi tan natural para
vos como tirarte un pedo.
Héctor- Sin duda no creo que haga mal o bien hacer bien un
mal trabajo o un trabajo que hace mal, hacer mal un trabajo que hace mal con
jefes como esto es una mala pasada. No quiero pensar que soy parte de la propia
materia prima.
Marcia- Sos una especie asquerosa de asesino cobarde, un
burócrata.
Héctor- La chica tiene ínfulas. Cierto que soy una especie
de tratante podríamos decirlo, pero ¿soy grosero acaso? ¿Maltrato la
mercadería? Hay cada hijo de puta que anda por ahí. Vos pensa que la
competencia tira los restos por las villas como los que tiran los bebes. Lo de
siempre, y la gente dice que nada pasa. ¿No te parece demasiado careta?
Marcia- No sé si mirarte a vos, o a ese hundimiento en la
cabeza.
Héctor-Eso es un golpe. Me dejo bastante tonto cuando me
pasó. Las migrañas son terribles. Un poco sordo, y un poco ciego, mis manos es
lo que hace la “maravilla”.
Marcia- Tendrías que hacerte ver, no sólo que no sos normal
sino que no pareces sano. No tiene nada
de bueno. Es más estás loco. Todos están locos, incluso el babas. El babas está
peor, pero me dijeron que estaba de antes.
Héctor- El babas empezó cuando esto era abrir gente sin
dudar, el era un improvisado. Sacaban lo que podían, apenas cortaban maso menos
y metían en hielo y salían rajando. Después nos capacitaron. Va nos mostraron
varias veces con los mismos cuerpos, una y otra vez, una y otra vez. Cosas de
morgue. Esos sí fueron los primeros, pero después todo era fresco, y lo fresco
es distinto. Acá se ven cosas que rayan la decadencia. Bah, supongo, es un poco
zombie la sociedad. ¿Vos pensas que la gente extraña a sus vecinos sino no los
ve más?
Marcia- Sin duda que no. Pero hay algo en todo esto que es
demasiado siniestro. Es más me daría un poco de asco pero algo en mi garganta
no me deja pensar. Es como un atragantamiento, no es ganas de vomitar.
Héctor-Pasa y seguido. Pasa más seguido de lo que pensas. En
realidad, como ves. ¿Ves? Esta orejita. Hay un lugar donde tenemos las orejas.
Todas las orejas están clasificadas. Cosas que hace la gente que quiere hacer
rendir todo. Cuando eso pasa la verdad es que es triste, pero digamos que no es
lo peor que podría pasar. Imagínate una guerra. La gente tiene buenas palabras
para todo. No creo que nos odien tanto. La gente recibe lo que quiere.
Marcia- eso lo entiendo. ¿Cuántas horas estás acá?
Héctor- Poco seis o siete horas sin parar. Cada tanto
comemos asado. El babas, en una época comió carne humana. Pero lo cagaron a
trompadas. Así que no quedo dudas de que la carne era para guardar, pero unos
choris un lomito, te comes.
Marcia- Podría ser, habría que ver. Pero ¿quién hace el
asado?
Héctor- El de la puerta si vive al pedo. Cuando la gente
entra, cuando hay gritos y todo tiene que hacer algo. Una vez cuando cayó una
persona con los tobillos rotos, la llevó hasta la otra punta del edificio pero
no suele hacer nada. Sino va hasta la Manzana , compra carne, la prepara. Recibe el
correo. ¿Qué más podría hacer?
Marcia- ¿Correo? ¿Para qué mierda correo?
Héctor- Cuentas a pagar, no sé esas cosas. Cosas menores,
menudeo. Mucho menudeo. Menudencias, redundancia. ¿A quién le importan esas
boludeces?
Marcia- es verdad, pero para mear. ¿Dónde?
Héctor- vas a ver que hicimos un baño que es muy limpio.
Esto es raro, los baños suelen ser una mierda. Digamos que vamos camino a ser
los mejores, vamos a ser serios.
Marcia- ¿Serios?
Héctor- Claro baños limpios. Hay dos puertas, la verde de
incendio da un pasillo a una puerta roja, la puerta roja es el baño. Acá nadie
se hace el loco de una. Pero puede pasar cualquier cosa, nadie sabe lo que pasa
en las otras partes del edificio. Así que pendeja, llévate un bisturí.
Marcia- Ok. Nada de eso es divertido. ¿Escuchan múscia?
Héctor- Sí obvio. Vejas locas, lo que venga.
Marcia- Claro eso tiene sentido. Ahora qué hacemos con todo
lo que sobra. ¿Cómo hacen para matarlos?
Héctor- Se los estrangula. ¿Ves los cuellos? Los que se
resisten tienen marcas, las manos se malogran. Hay cosas que no valen la pena.
Pero si a veces vienen calentitos. Recién muertos. No es algo que se diga que
hace demasiado mal de sólo pensarlo.
Marcia- Es bastante deprimente. ¿Nunca te aburrís?
Héctor- Creo que es el trabajo más nihilista del mundo.
Convierto muertos en algo útil, o mejor dicho multiplico el crimen. Tal vez una
bomba se ve con mejores ojos que esto. No creo que estemos tan locos. Nos vamos
llenando los bolsillos.
Marcia- ¿Andan secuestrando gente?
Héctor- Nada que no se haya hecho antes. Todos los que
llegan acá son disueltos, parte por parte. No es algo tan terrible, no se trata
de un juicio se trata de un carnicería.
Marcia- No creo que se pueda entender. Mucha gente te
lincharía, yo te podría matar. Pero me matarían, creo que funciona así. Es un
poco de pánico. También hay guita, así que nadie creo que quiera salirse de
esto. Ahora estamos como queremos. Podría ser crimen pero supongo que a nadie
le importa. ¿Acá llega alguien?
Héctor- Nunca importa. Lo que menos importa es si los
levantan por la calle, a la salid de una escuela, de un hospital o donde sea.
No se trata de pensar. Son eficientes, no temen. Trabajan, y lo hacen bien.
Marcia- ¿La sangre?
Héctor- Hay que lavar entre cuerpo y cuerpo, ¿ves esa
manguera a presión? Para eso está. Con el tiempo como todo, se logra que salgan
las cosas bien. Es un oficio y a mí me importa poco. Cada día menos, es como
una cosa más. Una cosa más entre tantas cosas.
Marcia- ¿Acá traen putas?
Héctor- Qué preguntas pelotudas, acá traen lo que sea. No se
trata de ir pensando si son buenos o malos, no se trata de que lleven algo en
sus cabezas que sirva. Lo que importan son sus tripas. Como siempre, la cosa
del terror del cadáver es más que el terror de matar. Debe ser cultural, ¿no?
Marcia- Les importa todo una mierda. Pero siempre fueron
iguales. Ahora el babas debe estar muerto, no se lo escucha más.
Héctor- Puede ser, o está dormido. O no sé a veces se caga
encima. No voy a ir a ver. Cuando lo ven
tirado, siguen moviendo los cuerpos para acá.
Marcia- ¿Voy a ocupar el lugar del babas?
Héctor- creo que sí, si no te gustan los pósters de Rosario
Central sácalos. Cuando andaba bien el babas, era sin duda un fanático.
Escuchábamos los partidos a todo volumen.
Marcia- pero… ¿no era que a vos no te importa una mierda el
futbol?
Héctor- Así es, pero el babas es el babas, gritaba hacia
alharaca. Colgaba, a veces dejaba los muertos a la mitad. Es decir cualquier
cosa. Pero cuando andaba bien, él era el mejor. Para mi después el marote se le
empezó a quemar. Un alto viaje sin retorno, una cosa sin importancia. Un
léxico.
Marcia- ¿Entonces empiezo?
Héctor- Pensé que eras más cagona. Primera mujer con
nosotros, lo vas a hacer bien. Yo no creo que haya idoneidad. No creo que haya
diferencia, si alguno pesa demasiado, pedí ayuda.
Marcia- Me doy maña siempre. Siempre.
Héctor- Seguramente es así pero no creo que te sirva si
necesitas hacer tiempo, lo ideal como te dije son cuarenta minutos. Es decir
más de uno por hora, uno y medio pero no vas a poder, es decir, seis o siete.
Ya que tiene que salir todo, y todo tiene que estar bien guardadito. Cuando
veas todo, están las cajas, todo, te las van trayendo. El que la trae Carlitos,
no habla es medio loco pero es cagón. Así que por más sacado que se vea no pasa
nada.
Marcia- ¿Dónde está? ¿Dónde tengo que ir?
Héctor- Agarra el pasillo. No te fijes demasiado, los
pasillos son algo que no limpiamos. Aparte son gente bruta, en una época
arrastraban por el piso los muertos. Eran brutos. Después camillas, bolsas,
todo mejorado. Pero nunca se dignaron a sacar las manchas de esas paredes, la
humedad y las machas amorronadas una peli de terror. ¿No?
Marcia- ¿Hay perros?
Héctor- Sí dos, un dálmata y un caniche.
Marcia- Eso no sirve para una mierda.
Héctor- Cierto pero acá los que nos cuidan tienen FAL, no
necesitan un perro.
Marcia- ¿Usan ambulancia o algo de eso?
Héctor- Sí cuando terminamos, todo eso va en cajas con hielo
o heladeras hasta capital, Ezeiza o donde se haya comprado. Nadie pregunta, son
buenas ambulancias. Son dos, hay veces que no alcanzamos la ida y vuelta. Pero
¿qué te puedo decir?
Marcia- No me digas nada, podrías ser un boludo vendiendo
cosas en Musimundo, casi me convences. Mandate para un call center.
Héctor- Uno se encariña con los oficios y con los malos
peor.
Marcia- ¿No será que en tu vida anterior fuiste cafisho hijo
de un mil putas?
Héctor- Es verdad, podría ser. Ojala que esta vez la muerte
no nos mande del otro lado del mostrador. En una hora llegan todos, hay que
ponerse a laburar.
Marcia- ¿Por qué Queensland?
Héctor- Esta propiedad, cágate de la risa pertenecía a un
Roberto Sánchez Queensland, la gente que vive por acá le dice, la “cuinslan”.
Comentarios
Publicar un comentario