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Totalitarismo: - ¿Es el Totalitarismo, un hecho, un fenómeno o un proceso?- (4)

-Cuestión Económico-Política:


-          La afirmación clave de que el proceso general del Totalitarismo no tiene una capacidad de alterar las grandes “leyes” de la economía es decir, la tensión básica entre “Crisis-Equilibrio-Crisis”. Desde este punto de vista, al no erradicar el capitalismo, el Totalitarismo no fue capaz de “alterar la historia” en el sentido más fundamental del término y este es, la organizaciones de las sociedades humanas en torno a la supervivencia.

Una de las preguntas que se trazan muchas veces por separado de aquellas que se consideran filosóficas, políticas e “ideológicas”- podemos decir que en primer lugar la construcción de unidades que pretendían ser autárquicas en un mercado internacional fue clava para entender el fin de los Estados liberales los cuales formaban parte de un mercado internacional. Poco sentido tiene pensar que la administración de los bienes, su producción, su distribución y su valor poco tienen que ver con los “experimentos sociales” que se han hecho a lo largo de la historia. Para quien entienda esto, podría entender las crisis que envolvieron a las URSS y al nazismo. Estas pautas son importantes para poder entender qué fue realmente lo que llevó a distintas crisis generales en los sistemas económicos. Vale tener en cuenta que las “guerras” se dan de la mano con las depresiones económicas, picos inflacionarios, y ambiciosos diseños sociales. Como podemos entender gran parte de los cambios más drásticos de política en una sociedad no se dan por razones psicológicas, o por razones de otra índole sino por razones estrictamente económicas, o al menos esta suele ser el desencadenante. ¿Para hacer énfasis en este sentido? Primero de todo porque no se trata simplemente de la posibilidad o no de poder llevar adelante una utopía sea de la clase que sea. Se trata de algo más, los Estados están presionados por factores económicos de diversa índole, sus negocios, sus especulaciones, sus ganancias futuras suelen formar parte de los mecanismos que a largo plazo conforman la realidad de estos sectores. La crisis del gobierno liberal en las propias burguesías no fue un simple debate de alucinados y locos, tampoco se trata de un mero amor por el crimen. Como siempre quieren despreciar el pensamiento “económico” como algo que no es parte de la naturaleza misma de la política, la cual es “ontológicamente” diferente, lo que hacen es pretender que no hay una relación directa entre las crisis y sus respuestas políticas. Lo cual es cierto, nadie puede decir que una crisis capitalista en Alemania llevaría al nazismo. Lo que sí podemos decir es que ciertas crisis en ciertos estados, sobre una base económica clara, llevan a presiones inéditas sobre el sistema internacional.

Sobre este punto queda entonces pensar, que no se trata sólo del imperialismo, el anti-semitismo, o cualquier otra filosofía de la historia. Tampoco se trata de una simple serie de impresiones sobre el papel del psicoanálisis, muchas veces se ha querido pensar que la irracionalidad es sólo parte del experimento político y no del experimento económico. El valor de la contingencia, hoy llevado por el post-modernismo y el post-marxismo es un valor importante. Pero esto forma parte de una suerte de manía de espitemología. No se trata en todo caso de una realidad fácilmente asimilable con el tiempo el problema del estalinismo en particular generó una presión muy fuerte sobre ciertas teorías de izquierda, y el divorcio de ciertas teorización del liberalismo. La economía, creció como una ciencia, en forma espectacular. Muchos han querido atacar sus bases en forma bastante impotente. La “Economía Política”, es decir un saber que relacionaba la estructura con la superestructura se anclaba en el concepto de producción. Vale la pena decir esto para tomar en cuenta qué fue lo que hicieron los Estados Europeos en la crisis que coincidió con la emergencia del totalitarismo:

Las consecuencias políticas son importantes. Se produce en general el descrédito y la crisis de las democracias parlamentarias, se identifica al liberalismo económico causante de la crisis del liberalismo político (democracia parlamentaria) y eso genera desconfianza ante el sistema. Esa desconfianza se va a traducir en muchos países europeos en el abandono de la forma de gobierno que no ha impedido la catástrofe y la instauración de gobiernos autoritarios y dictatoriales, el caso más evidente es el ascenso de Hitler al poder, pero no es el único. Incluso en países donde la democracia está asentada desde hace años y gozan de una gran tradición democrática se produce el ascenso de partidos de corte fascista (Bélgica, Francia, Gran Bretaña…) aunque esos partidos nunca llegarán a hacerse con el poder ni poner en peligro al sistema.

En paralelo con lo anterior surge una exaltación del nacionalismo entre los países, ese nacionalismo surge por la competencia de materias primas y mercados en una etapa difícil, o por ver como el país vecino la crisis no es tan fuerte o sale mejor de ella. Esta ola de nacionalismos será mucho más exagerada en los regímenes de corte fascista (Alemania e Italia) que a través del nacionalismo que buscan justificar el expansionismo exterior llevará a la II Guerra Mundial.

Otra consecuencia política, y económica a la vez, es que, contra los principios del liberalismo económico que no postulan la no intervención del Estado en economía, se va producir a partir del intervencionismo de los estados en la economía, sólo la leyes y la política de los estados pueden reconducir la situación, se van a incrementar las leyes y medidas para favorecer a la economía. El intervencionismo es mucho más fuerte en los estados totalitarios (Alemania, Italia, URSS) en los que el Estado controla completamente la economía. (9. La crisis económica de 1929, causas, desarrollo y consecuencias. P. 8-9)     

Como Arendt no le interesó nunca considerar estos puntos de vista, ya que consideraba que formaba parte de la “socialización” de la vida moderna. Podemos decir en primer lugar que esta base de políticas que se realizaron sobre todo en Europa Occidental, no tenían que ver en principio ni con la colectivización forzada ni con ningún delirio especial de ningún dictador maldito, es decir, sacamos de en medio del papel de un mesianismo y el horror “ideológico” y la misma búsqueda frente a lo que es el “Terror” político que se han convertido en una de las muletillas cómodas a la hora de pensar el Totalitarismo. Vale pensar cuál fue la base sobre la cual además de las políticas y las condiciones del Tratado de Versalles, fueron las que manejaron la economía en Alemania, estas formaban parte de la manera en que la mayor parte del mundo manejaba sus economías en Occidente. Nuevamente la “normalidad”, la tan temida normalidad irrumpe en la crítica al Totalitarismo, Alemania, como tantos otros países hasta la modificación de las pautas económicas se manejo dentro de lo que era el capitalismo más convencional.

En Europa casi todos los países optaron por una política deflacionista o de restricción del dinero en circulación, es decir, de recortes. Entre las medidas más importantes estaba lograr el equilibrio presupuestario, un equilibrio en la balanza de pagos favoreciendo la exportación y poniendo trabas a la importación, evitar la fuga de capitales, congelación o reducción de los salarios… todas las medidas no solucionaron nada y aumentaron el paro y la recesión. Keynes preveía para salir de la crisis el endeudamiento del Estado y el déficit presupuestario. […]

La situación de estos países es muy parecida. Van a optar por una política autárquica, se debe conseguir el autoabastecimiento de todo tipo de productos. Para salir de la crisis contarán con una poderosa industria armamentística en la que Hitler colocó casi todos los parados que pasaron de 6 millones a 400.000, el relanzamiento de la industria bélica hizo que se produjera el 35% de la renta en Alemania. La autarquía no podía ser absoluta y la carencia de las materias primas vitales las impulsará a la conquista de nuevos territorios para conseguirlas. (9. La crisis económica de 1929, causas, desarrollo y consecuencias. p. 11 )

            En este sentido cabe decir que estas consideraciones van a servir para modificar la concepción que se trata de una concepción simplemente pragmática alejada de la realidad. En todo caso, es tan pragmática como la que cualquier democracia liberal, como la de cualquier forma de capitalismo. En este sentido en este mismo trabajo es “La pseudo ciencia racismo y eugenesia”, en esta sección se va ir desprendiendo el conocimiento necesario sobre la relación evidente no sólo de las formas de Estado particulares sino de las experiencias particulares de los totalitarismos. El “racismo” tiene en sus componentes un grado importante de clasismo, su origen histórico esta fuertemente relacionado con el desarrollo de la sociedad colonial. Muchas naciones, incluso las de América del Sur muchas veces quisieron culpar a estas “razas” de las deficiencias, vale hacer la nota para dos libros de un –liberal periférico como Domingo Faustino Sarmiento- “El Facundo” en primer lugar y “Conflicto y armonías en las Razas en América”. En este sentido otra sección del trabajo: “El papel de Freud, Sade y Bataille: Inconsistencias culturales de la dominación. El papel de lo monstruoso en la cultura.”- intenta hacer una crítica desde el conocimiento que en parte se desarrollo del psicoanálisis sobre el papel de la economía como algo no racional y que no puede ser racionalizado completamente. En este sentido, el sentido del derecho de propiedad, el sistema jurídico en general es interpretado por Freud en el sentido que Bataille podría interpretarlo, o en todo caso comparte con el, la resistencia de un uso racional de los bienes en parte tal vez Freud sosteniendo una visión propiamente “pequeño burguesa” sobre el problema. Es decir el “caos social” ante el fin de la propiedad. Tomemos un valor como es la cuestión demográfica que formo parte desde Malthus, de una forma de gubermentalidad que mezclaba la economía y la política, no sólo se trata de la producción de la vida, de su preservación o de la muerte, sino que se trata de proyecciones económicas de toda índole que aún afectan a los diseños por parte del Estado. En este sentido cabe exponer un punto de vista:

Las consecuencias demográficas también fueron importantes. Durante el tiempo que duro la crisis disminuyó de una manera clara en Estados Unidos el índice de natalidad. La natalidad por el contrario, aumentó de manera espectacular en los países europeos donde hay regímenes fascistas debido al fomento oficial de esta y las multas contra la soltería. Además ante las dificultades económicas se restringe por primera vez la entrada de inmigrantes en ese país, no están dispuestos a alimentar a masas de obreros europeos hambrientos cuando en su país hay hambre. (9. La crisis económica de 1929, Causas, desarrollo y consecuencias. p. 8)

Desde aquí debemos sospechar si el régimen totalitario hace gala de las matanzas de su población de por sí y de si usa a su propia población en una inmolación permanente. Esta sospecha se funda en Arendt en una necesidad casi patológica no de ver las relaciones económicas, que siempre existen entre los seres humanos. Cuando pensamos en valores como: ahorros, servicios de salud gratuitos, protección de enfermos mentales, seguridad de presos, debidos procesos penales, quiebras, jubilaciones, hacemos especulaciones económicas, no es raro darse cuenta que según el momento histórico el parásito va cambiando; mientras que en la época del nacionalsocialismo este parásito es: “el judío, el gitano, el homosexual, la intelectualidad polaca, los enfermos mentales, y otros.” Esto si formó parte de una forma de pensar los nazis por parte de su economía, en sus inicios, el sesgo economicista se mantiene sólo con el avance de la guerra, y la desesperación veremos como el racismo más idiota, la voluntad de muerte más idiota va ocupando un lugar cada vez mayor. Por eso mismo entre otras cosas, tanto soviéticos como nazis, tuvieron sucesivas crisis internas que Arendt no ha querido ver, porque pese al terror, luego de él, la vida de las sociedades siguieron y las consecuencias económicas de estas acciones también. Hoy en día, ciertas formas de neoliberalismo vulgar; es decir como tantas otras formas reduccionistas se basan en postulados parecidos: “El costo de la política- pese a la democracia, el costo de la pobreza-pese a la desigualdad, El costo de la burocracia estatal- pese a sus funciones de control social y defensa de la propiedad.” Estos fueron los nuevos parásitos que nacieron post-sociedades “dirigistas” tal cual las entendía Hayek. Este punto es fundamental porque permite quitar de en medio cierta sensación extraña y que forma parte de una disociación entre la economía, y la ética. No siempre la ética tiene que ver con una función paternalista. Podemos decir que existe una clara utopía en: las formas reformistas socialdemócratas y de Estado de Bienestar, la diferencia está en el plano de lo político, de la soberanía, del individuo, y de los beneficios para ciertos grupos particulares.

Sobre estos puntos vale la pena algunas caracterizaciones sobre lo que es el marxismo sobre que implica el ser marxista, porque estas forman parte de un paraguas que junto con la crítica liberal conforman cierto escenario de época sobre los peligros de esta –ideología- o al menos tal cual ellos lo veían. No hay que hay un reduccionismo partiendo de que la idea del nazismo como única raíz, un único significante en el anti-semitismo. Como ocurrió en el caso Dreyfus y en el anti-semitismo ruso en general, se apoyaba en la mala situación económica para decir que la intelectualidad y la actividad especulativa financiera van de la mano en este sentido encontramos algunos rasgos destacables:

El marxista de Caggiano nace del pensamiento satánico que aparece como un Saturno de pesadilla, monstruo que come de sí en una autofagia atea originada según Canggiano en Descartes, luego en Lutero, y siguen para el prelado Voltaire, Malthus, Kant, más tarde llegará el golpe de gracia de Darwin… y la obra esencial que es la de Hegel. Y el demócrata para Ousset es un invento de la disidencia religiosa que llegó de América del Norte, la de cuáqueros y anabaptistas del siglo XVII que con su espíritu de secta y de perseguidos, idean principios por medio de los cuales sus congregaciones pueden gobernarse a sí mismas. La democracia fue una institución religiosa nacida de las cenizas de Lutero, que una vez renacida da lugar al temido ateísmo social de las sociedades laicas. El varias veces bendecido Ousset enumera el fin último e infaltable personaje que oscurece su mundo: el judío.

Ousset apela a las sensaciones: “el carácter judío, la carrera hacia los deleites más inmediatos, la lujuria más innoble, babeante y ruidosa, la glotonería y su eruptivo cortejo, la pasión sórdida por el oro, la usura, la rapacidad, las horribles características de supuración y encorvamiento que todos esos vicios arrastran y también la burla sarcástica (Heine, Offenbach), con respecto a todo lo que no sea judío, un espíritu de duda teñido de amargura, tiritando de fiebre, poseído por alucinaciones- una eminente aptitud para desobedecer, determinada por la mezcla singularmente turbia de espíritu crítico y de pasiones- esto de Maimónides a Chaplin...” (Abraham, La Vida fascista, p. 23)

            Es claro que no hay un solo anti-semitismo, mucho más claro es aún que estas ideas en torno a la forma en que los judíos están presentes, en los casos más burdos, en los casos de anti-semitismo más vulgar, o más básico y chato, es decir fuera del canon; “nacionalsocialista” o “soviético”- tal cual lo entendía Arendt puede ser muy fecundos. Esto lo podemos ver desde el anti-semitismo español presente en Quevedo. Pero lo que es más importante la idea de que una raíz no romántica y no relacionada con la soberanía es la que mueve al “judío”. Marx en este sentido es muy claro en este sentido cuando habla de la “acumulación originaria”, razonamiento simple, este catolicismo residual, estos racismos, todos estos arcaísmos, historias –falsificadas- o por lo menos económicamente fácticas, parte de un valor de la tierra. La “Tierra” como concepto es  la base del capitalismo en base a rentas. La renta es el alma del Feudalismo, la división de esta, la pérdida del Imperio, la autoridad del rey, la nobleza y la raza, “la sangre azul”- la realeza, también es el apogeo del cristianismo como unidad, es decir como –Cristiandad- sobre esto queda ser muy claros. No obstante esto muchas veces se dijo que era propio del totalitarismo su giro espontáneo hacia el anti-semitismo, esta parece ser la tesis de Arendt de acuerdo al comunismo, la historia de la URSS, y como una forma concreta de la forma paranoica de Stalin, sobre este punto queda preguntarse si es tan acertado quedarse en relación a este punto que tal vez pueda ser un poco antojadizo:

Se ha discutido mucho, tanto en Rusia como en Europa, sobre la naturaleza y el origen del antisemitismo de Stalin. Algunos lo explican como una concesión, dictada por razones de oportunismo político a los prejuicios de las masas campesinas. Otros lo consideraban como parte del episodio de Stalin contra Trotski, Zinóviev y Kámenev, los tres judíos.

Los que acusan a Stalin de haber violado la ley (el antisemitismo es declarado crimen contrarrevolucionario y está severamente castigado por la ley) no tienen en cuenta el hecho que el antisemitismo de Stalin en relación con las necesidades de la defensa del Estado, y hay que considerarlo como uno de los elementos de la táctica empleada por Stalin contra la intentona insurreccional de Trotski. […]

Para apartar de Trotski, de Kámenev y se Zinóviev al ejército, los sindicatos y las masas obreras de Moscú y de Leningrado basta con despertar los viejos prejuicios antisemitas, el odio instintivo del pueblo ruso hacia los judíos. Stalin en su lucha contra “la revolución permanente”, se apoya en el egoísmo pequeñoburgués de los kulak y en la ignorancia de las masas campesinas, que no se han despojado de su odio atávico hacia los judíos. Se propone formar por medio del antisemitismo, un frente único de soldados, obreros y campesinos contra el peligro del trotskismo. […]

Poco a poco el partido de Trotski, que había lanzado sus tentáculos sobre todos los órganos de la maquina política, económica y administrativa de Estado se disgrega. Entre los judíos perseguidos por la “Guepeú” privados de sus empleos, de sus funciones, de sus salarios, encarcelados, desterrados, dispersados, o bien a vivir al margen de la sociedad soviética ,hay muchos que son ajenos a la conjura de Trotski. “Pagan por los otros; los otros pagan por todos”, dice Menzhinsky.

Contra la táctica de Stalin, Trotski no puede hacer nada es impotente para defenderse del odio instintivo del pueblo. Todos estos prejuicios de la antigua Rusia se vuelven en contra de este Catilina, “valiente como un tártaro, cobarde como un judío” ¿Qué hacer Trotski ante esta resurrección de inesperada de los instintos y prejuicios del pueblo ruso? Sus partidarios más humildes, más fieles, los obreros que lo han seguido desde octubre de 1917, los soldados que ha conducido a la victoria contra los cosacos de Kolchak y de Wrangel, se alejan de él. A los ojos de las masas Trotski no es más que un judío. (Curzio Malaparte,  Técnica Del Golpe de Estado, p. 46-47-48)

             Mucho más interesante no es para nosotros considerar que el estalinismo en esencia para preservarse desde los primeros momentos fue buscando chivos expiatorios de acuerdo a un “maquiavelismo” mucho más racional de lo que se le podrían antojar a algunos. Esta pre-condición de la posibilidad, de un anti-semitismo como una política de un sector particular- antes que nada muestra que el racismo y que la irracionalidad de otra índole puede ser un fenómeno separado tal vez de las ideas generales sobre las preconcepciones que se han forjado sobre este tema. Parece esto ser sustancial cuando queremos entender que el anti-semitismo no forma parte de un porque sí del totalitarismo sino que ha sido un elemento que esta introducido profundamente en Europa y que fue explotado por distintas estrategias. Esto quiere decir que la presencia misma del anti-semitismo no cambiaba las formas primordiales que se daban en la construcción del Estado y del Estado Totalitario en particular. Cuando pensamos en esto rápidamente vemos las supuestas conexiones, y la fuerza de interpretación errada del anti-semitismo, donde están las sospechas. Primero, partamos de una simple consideración; - la modernidad es enemiga del totalitarismo, o por lo menos en el caso del nazismo y de ciertas formas catolicismo nacionalista, y otras variantes de fundamentalismo religioso. La Modernidad es el proceso intelectual general del capitalismo. Sobre esto queda decir que añorar algo anterior a ella, es ante todo no sólo falsificar las condiciones de producción, los fascismos ante todo más que negar la economía o dirigirla –explícitamente- muchas veces la han resignificando. Sobre esto es claro que el “no pueblo judío”, es en realidad el supuesto sujeto que no tiene tierras- que no tiene rentas, que no puede instalarse en ninguna parte.
Este errar es el errar de la burguesía, y en este sentido, cuando se lo considera- metafórica y superficialmente- es más productivo, entender la fuga irracional que se hace de la economía moderna capitalista que las razones históricas que habrían sido la “fuente” de tales anomalías. Toda la nobleza europea y todo estado eclesiástico contaban, con grandes extensiones de tierra, la “Tierra”, el arraigo el sentido de pertenencia, no tienen nada de pequeño burgués. Se trata de una burguesía, o de un actor social que tiene un peso particular y define la nación sobre la propiedad de la tierra. Esto formó parte de la idea de la colectivización incluso en la URSS, por lo que, para fundar una “utopía socialista”- que no resume en eso; o para volver a dar sentido a Occidente, la propiedad y la producción de la tierra, el “Nomos de la Tierra en Carl Schmitt es muy importante. Hay una división de la tierra que funda el derecho, pero lo jurídico no es la base de la nación, puede serlo como en Roma, más primeramente una clase, un patriciado, o un patriciado inventado. Esta es la idea del delirio frente al judío sin patria, sin hogar y sin destino. El catolicismo en su resistencia a perder propiedad, ciertas especulaciones políticas, las “Guerras de Religión” fueron los primeros episodios que se narran sobre este problema del “Judío”. Además en los estados más liberales como Holanda, la “Republica” que duro poco tiempo, empezó a construir la posibilidad del despliegue de esta actividad por parte de los judíos. Nuevamente, un racismo que es base de un clasismo, de un cierto temor ancestral.   

Pero lo que el protestantismo ha valorado es la ética comercial. La figura del comerciante ha sido deplorada en la metafísica argentina. Martínez Subiría o Hugo Wast- Ministro de Educación de 1943 y nombre de honor que identifica a la primera sala de nuestra nueva Biblioteca Nacional- cada vez que debe describir a un comerciante o banquero, es decir para que lo que entiende en judío típico, lo que hace con bolsitas vomitadoras. En su gran obra de 24 ediciones El Kahal, da al banquero el nombre de Zacarías Blumen y lo ve así: “Perfil de tucán, cuello corto, espaldas cargadas, labios exangües, como la carne koscher, de un cordero sangrando por el rabino; fisonomía marcada por el talmud indeleble; traje pulcro y buena tijera, pero demasiado nuevo…”; este no es el modo en que a partir de la ética protestante y de sociólogos de Weber y Sombart (sociología, una típica ciencia judía para los cruzados) se percibe a la figura del mercader. La piedad cristiana en el mundo mercantil ha generado lo que Sombart llama “el romanticismo de los números que opera con magia irresistible sobre los poetas que hay de mercaderes”. Poetas y virtuosos en el mundo del dinero es algo inconcebible para los amos de la tierra, de la tradición, de los antepasados, del Ser, de la Gracia, del Soldado, del Santo, de la Virgen, de la Sangre y del Intelectual Pudoroso. Ni que decir de las virtudes empresariales como la agudeza, la compresión rápida de lo esencial y la capacidad de percibir el momento oportuno. O, siguiendo a Sombart, la viveza del espíritu que debe tener el especulador, representada por la caballería ligera. Por lo que, si el lector recuerda, las imágenes de Castex de la caballería de los jesuitas armados en su lucha contra la Bestia, y esas figuras de viajantes y textiles de una nueva caballería, presenciamos una agitada disputa por el criterio ontológico de guardarse el hombre montado. Otra virtud mercantil es la perspicacia y la capacidad de conocer a los hombres y al mundo; capacidad de negociación que suma a la docilidad una gran poder de sugestión. Esta ética del capitalista que forma hombres que tiene un resorte en tensión, que los hostiga y que transforma en un verdadero suplicio calentarse el andamiaje frente a las llamas de una chimenea, convierte al tiempo en algo que permanentemente se escapa, vuela, siempre nos falta. Ha dejado de ser el tiempo eterno en el que el sabio contemplaba el orden del mundo. Esta valoración de los personajes del dinero es algo que también trajo el protestantismo. Una religión fatalista, de ascendencia nominalista, creyente en la predestinación, en la voluntad secreta de Dios, que produjo el efecto inverso del quietismo. Trabajar, obrar, crear, producir, para no pensar en el paraíso y no tentarse con el más allá y mucho menos pedirle al Señor, rogarle, prometerle, confesarle, comprarlo. Las buenas obras para desprenderse de la angustia por la buenaventuranza y la profesión como ejercicio ascético y consecuente de la virtud. Gente que se tomó demasiado a la letra, la palabra protestante como de alguien que el examen es libre de todo y protesta. El protestante, en realidad, es un trabajador austero que planifica su voluntad hasta en el baño, que no demuestra el más mínimo de sus afectos por temor de cometer el sacrilegio de idolatría, que recorta un círculo de soledad interior infranqueable y que también ha dejado de hacer la limpieza ética de los perfiles de tucán. (Abraham, La Vida Fascista, p. 51-52)                   

            A diferencia de estas formas de construir las “sociedades libres”- se construyen una serie de lazos de camaradería, que estaban presentes tanto en el nacionalsocialismo como en otras formas de control social más cercas como en el caso del golpe de Onganía, los “cursillos”, y las conversiones en torno a un Dios. Esto es importante porque sobre la base de una progresiva técnica de paraguas ideológico por ejemplo sobre temas relacionados con la religión surgen diversos tipos de “movimientos políticos ideológicos”, que comparten comportamientos económicos pero tienen diferencias sustanciales en la FE. Esta “Fe” tradicional vale tanto como cualquier otra FE revolucionaria, y de hecho, el imaginario de la propaganda es moderno pero el sustrato como en el nacionalsocialismo o el franquismo, o el fascismo, trata de; los mitos germanos y el esoterismo- actividades irracionales pero tradicionales, el catolicismo como una revelación de “justicia social” pero a través de la Gracia de Dios sólo así forma parte del capitalismo y tiene una mínima coherencia por eso la fuerte participación de las Iglesias y el Imperio Romano por parte de Mussolini. Todas ellas son formas de poder lograr e intentar alguna forma de control estatal de la economía, y desarmar el sindicalismo, los derechos como titularidad individual, y el papel por la discusión de la riqueza nacional.

Los temas que se exponen en los rollos que duran aproximadamente una hora son el Ideal, Gracia Habitual, Gracia Actual y Piedad, los Sacramentos, la Acción. Hay quienes no pueden evitar la emoción y lloran hasta cinco horas seguidas como la mujer de Leo Dan. Es el momento en que los novicios perciben que su vida pasada fue un desperdicio de los dones de Dios. En las postrimerías del encuentro- señala el semanario Primera Plana- casi todas las resistencias se han quebrado y se ve a los dueños de los Ingenios azucareros servir el almuerzo a sus obreros, a profesores a ayudar a campesinos analfabetos a redactar sus informes, al General Onganía a hacer un golpe de Estado, y otros ejemplos de humildad. El clima pasional de estas cofradías religiosas repercutía en el temple de los participes del gobierno, de los secretarios jesuitas, de los ministros del Ateneo, del Opus Dei, en la contraseña vivaz de los economistas, ministros de educación, y toda esa Arca de Noé de cruces y tanques que se sabían depositarios de una misión, lo que bien resume el confidente y confesor de Onganía, don Mariano Narciso Castex: “La lucha no es entre Oriente y Occidente, ni entre capitalismo ni marxismo, es la guerra contra la Bestia…” Esta imagen inspirada en el Apocalipsis de Juan, circula entre los miembros de la Fe y hasta llega a los operadores periodísticos de la revista Ulises que cercando y acusando a los curas de conciliares, quienes se amparan en el Candor de Juan XXIII el Bueno, se hunden en un progresismo que “ha tendido entre la iglesia y el mundo un puente que muy bien puede desembocar en la Bestia.” (Abraham, La Vida Fascista, p. 39)  



            No obstante esto queda demostrado sobre el papel que el propio liberalismo fue desarrollando desde el punto de vista sobre la clave de la administración de lo social. En este punto aparece la economía de forma irreversible. En el desarrollo del Estado y del Mercado, estas dos instituciones son el marco de la construcción del sentido del antisemitismo, la discriminación en general y cada forma del Estado, por lo que terminaremos partiendo de esto como las consecuencias finales sobre cuales demostraremos nuestro punto de vista sobre el capitalismo.                                   

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