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Totalitarismo: - ¿Es el Totalitarismo, un hecho, un fenómeno o un proceso?- (12)

El estado Neoliberal como el estado burgués que aumentó el poder de explotación sobre la humanidad y la naturaleza-superador de las contradicciones del Estado Nacional- el “Imperio”:


            Debemos considerar algunas cuestiones, cuando damos por muerto al “socialismo”, y al “dirigismo”, o al menos hacemos esto de acuerdo a las ideas relacionadas a las mismas condiciones de posibilidad de que hicieron posible el fin de las sociedades organizadas a través del Estado en la economía. Justamente allí estamos rompiendo con una serie de postulados de las sociedades totalitarias, estamos rompiendo con la idea del Estado-nación y con la idea de Guerra Civil. Empezamos a abandonar la idea de una comunidad cerrada de alguna especie de necesaria lealtad, sobre esto mismo cabe entonces pensar qué clase de derecho se funda, sobre qué contradicciones y cuáles son los intereses de los grupos dominantes de cada estado. Quizás esta fuga del nacionalismo rabioso forma ya parte de una forma irreversible de la evolución del sistema económico mundial, ¿será por eso que hay un giro de 180 grados en la manera misma de comprender la relación sociedad-estado-mercado? El Mercado reemplaza al Estado y a la “Sociedad”, re crea los vínculos, es un nuevo mercado, uno mucho más racionalizado. Podemos hacer una correcta observación, esta se basa fundamentalmente en que cuando se comienza a pensar en las formas políticas por sobre el papel de la función del Estado se comienza a razonar en formas contradictoria, esto en Argentina por ejemplo tuvo en el alfonsinismo un “optimismo democrático” que luego pasó un pesimismo cuando durante el gobierno de Carlos Menem,  se sufrió un “desencanto”. Esta idea tiene una fuerte impronta en algunas consideraciones que se dieron justamente en ciertas formas de pensamiento donde vuelven las críticas a la democracia:

                        Dios no es Neutral:

Hoy, en 1994, se habla de la crisis de la democracia representativa. Se ha pasado de la frase “la democracia es lo menos malo de los regímenes posibles”, a los lemas sucesivos sobre la mafiosa corporación de los políticos, la necesidad de un campo de análisis acerca de las limitaciones del sistema representativo de gobierno… los índices de escepticismo acerca de las limitaciones del sistema democrático para satisfacer las necesidades populares como lo señalan  cada vez periodistas políticos. Se dice que la democracia representa cada vez menos para sus electores, que los partidos políticos no sirven para nada, que los políticos son todos unos ladrones… cada vez más se suman las voces desencantadas, condenatorias, denunciativas de la democracia liberal. Esta crítica no es nueva, más aún es una constante del siglo que acaba. Tuvo momentos de alto nivel, fue en las primeras décadas del siglo, con el advenimiento de los países de Europa de la ola fascista y de las rebeliones comunistas, años en que la prédica antiliberal sedujo a las masas. La palabra democracia no se identificaba a la democracia liberal representativa, como las siglas lo indican, era una forma entre tantas y, en realidad, una forma falsa, hipócrita. (Abraham, La vida fascista, p. 13)

            Damos por sentado que la idea, como casi una forma desteñida, no es una simple ocurrencia sino que forma parte de una reflexión que cruza a las sociedades constantemente, ¿son las viejas críticas las que vuelven?, ¿es la invariabilidad del sistema económico de base en el que se sustentan?, ¿se trata de crisis cíclicas?

Grasset como Guevara nos traen los resultados de las elaboraciones de Jean Ousset, espiritualista católico cuyas obras son muy apreciadas por los círculos eclesiásticos y miliares hasta tal punto que el coronel Guevara apodado el “Tú” para diferenciarlo de su primo el Che, tradujera sus libros y el primado de la República, Monseñor Caggiano le hiciera prólogos a este pensador que no dudaba en apuntar: el liberalismo es el verdadero enemigo. Es decir Poncio Pilatos, todos los Poncio Pilatos del mundo, aquellos que se lavan las manos frente a la verdad del mismo modo en que se las lavó el desgraciado romano que exclamó “quid est ventas?” cuando Jesús le decía: “ego in huc natus sum et ad hoc veni in mundum, ut testimonium veritati” (he venido al mundo para dar testimonio de la verdad).

Es propio de los liberales tomar distancia de la verdad, ellos son los macabros inventores de las tolerancias, del que cada uno crea lo que más quiera, los pobres cerebros pragmáticos, dice Ousset, que se cobijan en las faldas del principio de la respectabilidad de las personas. Porque si en algo puede resumirse la falacia del mundo moderno, es lo que ha hecho con la Verdad, no con Dios, con Él nada puede hacerse porque no es inalcanzable, pero lo que se ha hecho con su principio, el de la Verdad. Los modernizadores se han divertido en los últimos siglos en quitarle la mayúscula al en nombre del pluralismo y de la libertad, doncella inventada por Satanás. Lo que los liberales pluralistas llaman fundamentalismo en realidad es apostolado, el principio de que el orden de la Verdad, no hay límites ni vacíos. En el orden de la Verdad no puede haber tolerancias. Rivanera Carlés sostiene que el pluralismo ideológico se funda en el relativismo que ignora que la naturaleza de la comunidad es unitaria. Las teorías anticomunitarias- agrega- no tienen derecho de circulación, como los alcaloides. Se exige una labor de eugenesia social. El error no tiene derecho a la existencia, ni propaganda, ni acción. (Abraham, La vida fascista, p. 18-19)

            Es interesante hacer perder la idea de una única causa de creación ideológica nueva que irrumpe en la historia gracias a los totalitarismos, nazi y estalinista, esto es falso. La idea de una verdad por encima de todas, no tiene porque estar unida a un líder en particular o a un partido en particular. Podemos decir como podría pensar Schmitt, y otros que justamente el problema de la verdad es importante en esta clase de sociedades en crisis. El pensamiento totalitario tiene un problema con la verdad y el orden social, estos puntos son fundamentales para entender el gran paraguas que fue el fascismo italiano, el fascismo croata, el franquismo español o el Rexismo belga. Sobre eso queda decir que las contradicciones dentro de este tema particular sorprenden. Esto es un hecho desde el punto de vista jurídico, ya que las críticas anti-liberales no tienen que ser un simple constructor de una época contemporánea sino que eran ya reacción desde la Revolución Francesa. Lo que se podría pensar es que justamente sobre esta base, se construye una serie de experiencias que conciben el Estado como la contracara de la sociedad liberal. El Estado idealizado en el siglo XVIII, igualdad gracias a La Declaración Universal de los derechos del Hombre, a la que siguió la puja del siglo XIX por el sufragio universal. De estas surgieron particiones que poco tienen que ver con el terror, de la primera, estaba la idea de un individuo que tenía derechos y que era capaz de combatir y velar por ellos, en la segunda, la idea de que las masas de alguna manera necesaria no había “delegado” de forma primigenia su poder sino que debían apoyar activamente la sociedad en la que vivían, esta alianza solía estar dada por los liberales unidos a los sindicatos obreros en países como Gran Bretaña.

            Cabe pensar esto en la forma en que la política contemporánea se mete en la vida de los políticos. Una parte del líder totalitario, lo que engolosinaba, era la especie de mito viviente que era gracias a la propaganda, en eso consistió la vida de Hitler, Stalin, Mao, y otros que vinieron después, escribir biografías sobre ellos, contrastar sus dichos y sus hechos, tratar de interpretarlos parece ser más una cuestión de oráculos que una cuestión de análisis como lo es hoy sólo quedarse en el discurso del presidente X, sea del país que sea, pese a que hoy en día esto está en auge, la belleza del análisis del discurso, el metabolismo del proceso “democrático” desde una ilusión que dura poco como una fascinación de un amor de corta vida, donde el líder es todo y al poco tiempo es nada, y otro surge para ser el “nuevo líder”. Esta líder-dependencia Light genera que las dictaduras sean Light, o al menos no menos violentas pero no se trata del deseo del dictador matarlos a todos, no se trata de una carrera por hacer una maga-polis imaginaria, hoy el dictador, se conforma con su mansión, sus cohortes, el abuso sexual indiscriminado como Gadafi, de hombres, mujeres y niños, más cerca del emperador Tiberio que de un dictador como Hitler y Stalin. Pero claro esto tira abajo una serie de ponencias que hoy la democracia se enfrenta siempre al mismo fantasma. Pero eso es de un grado de falsedad importante, como el más malo de los malos, Osama Bin Laden, sin territorio, sin reino, ¿O lo fue Afganistán? Tuvo una especie de extraño régimen como el Talibán que pese a ganarle a la URSS, nunca fue una potencia amenazante del mundo libre. Justamente por eso, tomemos algunas ideas necesarias para entender el porque de esta transformación:

En nuestra sociedad post-política y liberalmente permisiva, los derechos humanos se pueden ver como derechos a violar mandamientos. El derecho a la privacidad es, en efecto el derecho a cometer adulterio, en secreto, sin que nadie observe o investigue. El derecho a perseguir la felicidad y poseer propiedad privada, es en efecto, el derecho a robar (explotar a otros). La libertad de prensa y expresión: el derecho a mentir. El derecho que permite a los ciudadanos libres poseer armas: el derecho a matar. La libertad de creencias religiosas- el derecho de tener dioses falsos. Los derechos humanos por supuesto, no condonan directamente la violación de los mandamientos, sino que conservan una “zona gris” marginal que este fuera del alcance del poder religioso y secular. En esta zona sombría, puedo violar los mandamientos, y si el Poder me sorprende: “in fraganti” y trata de impedir mi acto violatorio, puedo exclamar: ¡Es una violación flagrante contra mis fundamentales derechos humanos! Es posible que un poder impida un abuso de los derechos humanos, y que al mismo tiempo este infligiendo su correcta aplicación. A Lacan le llama la atención la resistencia que se hace al uso del detector de mentiras en la investigación de crímenes- como si tal violación “objetiva” de alguna manera inflingiera el derecho del sujeto a la privacidad de sus pensamientos. (Zizek, Tú puedes, p. 5-6)

Como veníamos diciendo las dos formas anteriores de Estado tenían comportamientos totalmente distintos ante lo que se consideraba el papel fundamental de la manera en que el Estado gobernaba a la sociedad, desde el defender a ultranza la propiedad privada, hasta administrar gran parte de la actividad económica. Estas dos fases alteraron por completo la sociedad, pero en este mismo momento la consolidación y permanencia del neo-liberalismo muestra que se han roto las bases de la comprensión anterior ante el Estado que esencialmente podría desarrollar la imagen de una resistencia total a los impulsos humanos y que era por lo tanto el papel de las mayorías emanciparse completamente. Por lo menos esta es la visión del post marxismo, es decir la visión de una dimensión perdida en la emancipación por los medios clásicos de liberación, curiosamente el éxito de la sociedad, su heterogeneidad y su comportamiento en sociedad civil nada tendrían que ver con el ideal de Arendt por el contrario cada grupo pide una más sofisticada respuesta a su demanda, el Estado debe ser laxo, plástico y a la vez represor, promoviendo contradicciones banales, propiciando discursos impotentes, pequeñas liberaciones, pequeñas realizaciones, replegando más y más la acción en sentido arendtiano, la fundación, Israel, el Reich de los mil años, la URSS, Estados Unidos son piezas de museo de pequeñas vidas, de construcciones que no terminan aún de cerrar como la Unión Europea. Este vacío de conmociones, ejemplo de ello es la no unión del Islamismo como el mal absoluto en una cosmovisión de un solo gran y digno enemigo de un imperio lleva a esta administración un poco provincial y patética. Surgen nuevos Estados pero incluso ellos ya se crean no bajo su propia dinámica sino como resultado bello y armónico que colonialistas que orden y dan pie a la existencia de pueblos- ¿Qué más lejos esto que el nacionalismo rabioso de árabes, alemanes, japoneses, y muchos otros?

La constelación post-moderna en la que el sujeto está proclive a experimentar con su vida, esto lo alienta a la formación de nuevos tipos de “vinculaciones pasionales” (usando el termino de Judith Butler), pero ¿qué ocurre si la desintegración de la autoridad simbólica paterna es contrapesada por una sujeción más fuerte? Esto parecería explicar la creciente prevalencia de una estricta y severamente observada relación amo-esclavo en las parejas de lesbianas. La que da las órdenes es la de arriba, la que obedece es la de abajo y que para que la posición de arriba sea obtenida, se requiere de un arduo aprendizaje. Esa dualidad arriba/abajo no es una señal directa con el agresor varón ni una imitación paródica de las relaciones patriarcales de dominación. Mejor aún, esto expresa una genuina paradoja de una relación de coexistencia libremente elegida de amo-esclavo, que provee una profunda satisfacción individual. (Zizek, Tu puedes, p. 7)

            Justamente cuando vamos comprendiendo la manera en que las relaciones se van re-inscribiendo, desgarrando una parte de la sociedad fue la que Freud concibió su teoría la crítica al totalitarismo cambia, es más productivo el concepto de Ley en Lacan/Freud que el de “masa” o “multitud”, estos elementos terminan por ser superfluos a la psicología que se centra en los individuos, en su soledad, en el dialogo consigo mismos y en la representación de otro. El otro que le interesa providencialmente a la ciencia política es el “Padre/Estado” antes que el de la clase, que es el síntoma, su forma burguesa y a la vez despersonalizada, la salida no “voluntarista”, no hay un dictador Schmittiano, ¿acaso eso importa? Nunca antes el lugar de la decisión vacante dio tanta fuerza a la orden es decir a la Ley, pero la Ley no del derecho burgués, sino la ley no escrita, la profunda manera de comprender la base de la economía capitalista. La esencia de la dinámica de os choques de las fuerzas productivas, las maravillas de hoy, su manifestación, la entrada en la historia. Vale la pena entender esto para entender a la vez la vuelta del individuo a su propia vida que es la trampa fundamental de la dominación, la perspectiva pequeño burguesa de la vida, es la anti-nomia justa de la vida humana desligada de todo lo demás. La libertad absoluta y violenta es borrada y sin horizonte, cierta creencia gregaria puede ser creada  como una nueva Fe, la Fe en la auto-preservación y disfrute en medio de la sociedad con sus dispositivos.

La vida marcial, por ejemplo, podría ser gobernada tanto por una colección de obscenas no escritas y ritos (golpizas homo eróticas y humillaciones a compañeros más jóvenes) como por reglas oficiales. Esta violenta sexualidad no socava el orden de los cuarteles, su función es un directo soporte libidinal. Los mecanismos regulatorios del poder y sus procedimientos se convierten en “reflexivamente” erotizados, aunque la represión primero emerge para regular cualquier deseo considerado “ilícito” para el predominante orden socio-simbólico, éste solo puede sobrevivir en la economía psíquica si la regulación del deseo existe, si la verdadera actividad de regulación se convierte en inversión libidinal y deviene en una fuente de satisfacción libidinal. (Zizek, Tú Puedes,  p. 8)

            Sobre esta base podemos decir que si el goce y el cumplimiento, pueden sublimarse, es decir si los medios de la ley, si sus formas más violentas pueden ser un medio del goce, el problema del Estado del siglo XIX, es decir qué hace que la sujeción a las formas de la pobreza puedan ser compensadas por la insuficiencia bastada por el objeto de consumo reverenciado. ¿Puede el consumismo ahogar las aspiraciones humanas más ambiciosas? El semblante de la felicidad a través de los objetos es la forma superior del significante amo capitalista, el trabajo es voluntario, la vagancia es opción y cada gran sacrificio por un premio evanescente es más fuerte que la historia de la humanidad, esta forma de introyectar el goce, “el Goal, el Score, la marca” el poder al fin sin tener nada, tener todo, ese simple goce final de poder ser parte de ese mundo. Es poder llenar la vida con cosas, forma parte de la negación del hombre como actor de su destino, Marx y Arendt se da la mano, la historia en la filosofía burguesa, imprime, eterno reformismo, y formas metafísicas de la economía que no imprimen transformaciones sociales.

                        Todo está trastornado.

El orden público ya no está mantenido por la jerarquía, la represión y reglas estrictas y por eso ya no es subvertido por actos liberadores de transgresión
(como cuando nos reímos a espaldas del profesor). En vez de eso, tenemos relaciones sociales entre individuos libres e iguales, suplementaria por “vinculaciones personales” una forma extrema de sumisión, que funciona como “secreto perverso” el origen transgresivo de la satisfacción individual. En una sociedad permisiva, la rígidamente codificada y autoritaria relación amo-esclavo se convierte en transgresora.

Esta paradoja o reverso es justo el tema del psicoanálisis: el psicoanálisis no trata del padre autoritario que prohíbe el goce, sino trata del padre obsceno que lo manda, y por eso produce impotencia y frigidez. El inconsciente no es secreta resistencia a la ley, sino la ley misma.

La respuesta psicoanalítica a la “sociedad de riesgo”, teoría de la flexibilización de nuestras vidas no es insistir en una sustancia pre-reflexiva: el inconciente, sino sugerir que la teoría impide otro modo de reflexividad.

Para el psicoanálisis, la perversión de la economía libidinal humana es lo que sigue a la prohibición de alguna actividad placentera, no a una vida con estricta obediencia a la ley y privada de todo disfrute sino una vida con estricta obediencia a la ley y privada de todo disfrute, una vida en la que el cumplimiento del ritual destinado a tener a raya la tentación ilícita se convierte en el origen de la satisfacción libidinal. (Zizek, Tú puedes, p. 7) 

            Este fragmento en la relación entre el neoliberalismo- no como un ideología como las torpes críticas superficiales al consenso de Washington, no simplemente a la reforma del Estado sino a las consecuencias que esas subjetividades sufren en un nuevo tipo de sociedad que considera la noción de productividad y de goce de una manera completamente distinta a las anteriores, reforzando las ideas entorno a Freud, Reich y el propio Lacan que es en el goce donde el psicoanálisis realiza un gran aporte para entender la “mecánica del poder” y la relación con el otro.                  

      

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