Una bella idea de superioridad moral recorre a muchos. Los que han podido ver más allá de la punta de nariz. El odio, las selvas de odio y de desprecio vienen de aquí para allá. La sociedad perfecta que no existe, los relatos de putas que terminan mal. Los recuerdos un poco obvios y hasta racistas de algunos. La idea de una contabilidad de víctimas y un sistema asesino. Todos los odios juntos, para la diversión general la política si hace arte y hace mucho. Pero para nuestra suerte, los perros, los perros incluso sin dientes surgen de ahí. Hay algunos que se ataban una pata al Kremlin y otros para no ser menos a la Estatua de la Libertad. Claro que no todos disponen del buen gusto de aquello que parece una mera batalla ideológico. Destino de carótidas. Destino de cualquier cosa que pretendan decir que es arte. Tenemos a todos en pose, y luego el combate tiene algunos representantes apenas mejores. Ejemplo Videla en su eterna defensa. La palabra autoritarismo se va perdiendo en el horizonte. Mientras más y más se busca y se escarban las cosas se ponen peor. “Todos defienden la libertad, pero la libertad apenas puede defenderse sola.” Tenemos gente que cree es muy libre porque despotrica, esta libertad, la libertad de despotricar debe ser parte de la manera en que hacemos nuevos actos de fe. Por suerte en la mayoría de los casos de la historia humana estamos ante la genuina perplejidad. Tenemos gente que cree saber y para peor otra gente que cree saber la verdad, y encima tenemos gente que por eso cree que todos los demás son una mierda y por eso tienen razón. Desde modas musicales hasta torretas de libros, pasando por terroristas, combinándose con lo que venga. La cultura de la violencia sigue, el mafioso es el evangelista. Porque el poeta es el adicto. Tienen que serlo en la medida que todos andamos justificando la existencia de cualquier cosa. Tenemos perfectos señores morales en todas partes, tenemos rebeldes para todas las causas, luego tenemos conversos que de “repente” que creen que las cosas van bien. Es como si la providencia pasará de Boca a River, y con eso todo estaría bien. Mientras tanto se dicen casi cualquier cosa, todos tenemos deseos de insultar a flor de piel. Pero creo que cuando se lo toma en perspectiva cuando vemos al fanático occidental apoyando lo que sea se entiende que el fanático oriental será fanático por ignorante y este es fanático por extremadamente aburrido. Tenemos gladiadores para todo y es más los necesitamos, la mediocridad y el propio uso de los peores medios para los peores fines los llaman a cada rato. No habría de extrañarse, aunque claro hay gente que escribe muy mal. Mientras tanto hay una cruzada por lo que se supone que es la banalización del dolor, donde todos dicen que tiran sal sobre todas las heridas. Sobre cada una de ellas ¿para qué? ¿Para ver de qué se trata? No jamás, jamás es parte de no tener qué hacer saber de que se trata. Imaginar lo que se debía haber hecho o lo que se hizo fue parte de la manera en que todos nos ahorramos la molestia de pensar qué lugar y qué valor tenemos en medio del gran baile que decimos “universal”. Tan así nos volvemos que hay que combinar a Erasmo, a Nietzsche y a Foucault. Siempre era bueno ver a los escritores románticos porque ellos creían en el progreso o en su otra forma el mal necesario. Ahora tenemos nuevos doctrinarios, post-modernos, post-racionalistas. Cuando se les acaban las razones para pensar que son menos monos afeitados en un mundo que se devora todo lo que existe asumen que tienen una misión salvífica. ¿Puede creerse que “ver el futuro” es un valor? ¡Cuanta amargura! Es más creo que es parte de una discusión tal cual si fuera una navidad entre una familia, donde todos saben que los otros tienen mucho que ver con uno pero llegado el momento antes de estar bien o en pedo o después no se soportan. Así huele el desgarramiento de vestiduras, es claro que en el medio, el odio se hace forma y color por medio de textos, publicaciones, publicidad y propaganda. Ante los ojos de un paranoico pareciera que el mundo conspira contra su propia felicidad, hasta que esta es imposible aunque los constitucionalistas norteamericanos la hayan prometido. Pero eso no es lo que vale hoy, lo que vale hoy es no saber bien qué hacer, el Leviatán existe, ¿Cómo se financia? No importa, su dieta es parte de la vida de las sociedades, los que quieren ser nutricionistas del Leviatán se olvidan que el Leviatán se pudre por dentro. Muchos desean ser una “heroica enfermedad”. Con sin embargo no basta, jamás debería bastar. Siendo francos, el pensar idealizados en su manera más romántica y más artística tiene ser algo molesto. Así se ha idealizado y por eso también tiene que tener sus perseguidos. Por otra parte en medio de una gran contradicción cada vez somos más los que salimos a decir para la humanidad qué está bien y qué está mal. Claro que esto es lo que forma la verdad de un mundo sin verdad, ahí es donde es divertido ver por qué ramas prefieren ir todos los nuevos entusiastas. Como bien me dijeron una vez: “No van a fundar discurso filosófico, no van a dar un sistema medianamente coherente de ideas. Por lo tanto no es filosofía.” Entonces, todos los que tienen su puesto en la feria hacen su gran pataleta. Claro que algunos son populares y otros no. Mientras tanto las puteadas siguen, van y vienen. Sí la gente que piensa que el mundo de las letras es aburrido supiera que el Boca-River aquí existe también. Si supiera que puede ser odiar que pueda insultar y ensañarse contra cualquiera. Parte de la inutilidad, porque “sudar las gotas gordas” es demasiado relativo. Aquí nacen, lo “políticamente correcto” y lo “políticamente incorrecto” dos selvas donde crecen las pelotudeces más grandes. Por suerte tenemos la suerte de saber que no existe nada peor que el profeta sobre las obviedades, el mundo es maligno, la debilidad humana corroe todo lo encuentra, la gente cuando puede te caga. Los individuos sueñan con vivir mejor, la vida parece ser desperdicio. El drama de los que no son como nosotros sólo muestra altas cuotas de monstruosidad. Así es la manera en que todo se interpreta en un lirismo que quiere respuesta en libros y no en balances, en las historias de las fortunas y de los grandes padrinos de tantos “creativos” que andan sueltos. Parece que todos vivimos del derrame, será de mierda, caramelo, semen, saliva o lo que venga pero es derrame, de lo que sobra somos. No es de extrañarse que hoy eso deje un mal sabor de boca sobre los que son las conveniencias e inconveniencias de escribir. A cada saltito de página vemos como los furcios de todos por todas partes nos revelan lo poco que necesitan estar al día de todas las cosas. Esta idea de que se tiene la verdad de toda la sociedad que se cabalga con total confianza sobre la sociedad es parte de la vida. En parte cuando se confirma que nada genera se entiende que es un valor no “arrepentirse” nuevamente, es un valor saber que las acciones son irreversibles aunque muchas de ellas son inútiles. Seguramente esto es un análisis demasiado chato, siempre habrá una luminaria que habrá conquistado todas las galaxias habidas y por haber. Pero bueno entre la gente que no fue descartada a tiempo siempre quedan rémoras que resisten a todo. Porque son eso, escorias que molestan a veces si es que nota. Una mancha en el azulejo. Por lo demás la mayoría es perplejidad. Con todas las ideas que puedan demostrar con ello. Entender eso y creer que por eso, “todo (eso quiere decir- Mundo, Hombre y Dios)” anda bien por la cultura local es un grado de buena voluntad asombroso. Pero bueno conforma parte de las interpretaciones de una civilización que se sostiene por las herramientas de su tecnología y no por las luminarias que deberían ser “las guardianas de la cultura”. Para mejor pensar que esta cultura vale la pena de por sí como si fuera un fruto maravilloso y mágico, una nueva religión que tiene que tener su creyentes. Los tiene que tener además para ser parte de ese producto final de esa sociedad como si esta sociedad pudiese preveer lo que va ser el arte y lo que es mejor el buen arte, para lo cual hay sabuesos entrenados. Todo es parte del histrionismo que tiene sentido de cara a la necesidad de resaltar de cualquier manera y mostrar la asquerosa uniformidad que parece que hay. Es parte de la vida, es parte de la evolución, ver totalitarismos en todas partes y no poder las armas parece ser una formula para sostener un totalitarismo que a medida que no obtiene respuesta va buscando subterfugios cada vez menos amables para justificar su poder. Así es como creen y dicen creer, pero sin necesidad de redención alguna. ¿Se puede negar el absoluto y después hablar de que “Dios” (sí así en estos términos) es lo más absoluto alguna vez inventado? ¿No sabíamos ya la tesis de Feuerbach, ¿no está suficientemente analizado? Justamente no tiene sentido resucitarlo no tiene sentido decir que la “verdad” es cristiana. Sino que el sistema va y se pisa una y otra vez, cuando quiere hablar de racionalidad es cuando lo vienen a correr. Por eso se habla de Dios como si dios volviese, vuelve su fantasma farsante, un despotismo encubierto necesita de un dios. Cuando todo vaya mal, los impíos maldecirán a ese dios. Por eso en parte porque gran parte de las cosas parecen obvias y sólo necesitan que se pongan las manos a la obra hay tantas volteretas. Por eso parece valioso hablar de “relatos”, hay tantos relatos como necesitadas estén las personas de “describir” la realidad. Después claro está habrá perfectos paladines de la justicia que se podrán mofar de todo. Porque es parte de su desprecio olímpico, es parte de su separación de la humanidad. Pues bien algunas cosas que se han diagnosticado tienen larga data, la indiferencia ante el horror no es algo que se pueda decir hijo de los sistemas totalitarios o no, tiene que ver más bien con el acostumbrarnos a vivir en sociedades violentas. Aunque es cierto que las sociedades las conocidas siempre fueron violentas y que eso siempre las constituyo. ¿Extrañaría pensar que esas no son así hoy? Claro que no, es parte de la falsedad. Siempre poniendo el problema en otra parte. Mientras peor creen ver un régimen del mundo mejor, pero no se trata de eso, régimen autoritario o democrático el capital se lleva su justa cuota. Si tan sólo los dictadores tuvieran un boicot de los fabricantes de armas… “qué naif”. Los cruzados de la valentía de los misiles tienen mucho que explicarse a sí mismos. Pero es lo que menos importa, siempre podrán hacerse con un nuevo cadáver post-mortem. Entero y por separado juzgan mal creen que los hombres superan a sus tiempos, creen que la trascendencia de sus ocurrencias vivirá para siempre. Tal aberrante idea sí tiene mucho que ver con la necesidad de sostener a cualquier precio una “civilización” que no sabemos bien qué es. Qué cuesta explicarla, y que de hecho ya domina el mundo. Pensar que los musulmanes tienen el poder de arruinar la civilización es decir que la civilización es parte de las costumbres de una cierta parte de la población mundial. Pero si uno piensa en las formas de estado-nación o de las empresas o de cualquiera de esas estructuras, Arabia saudita no tiene nada que envidiar a Estados Unidos. Menos claro esta que sea una monarquía sangrienta y asesina mucho más funcional que lo fue la “presidencia-dictatorial” de Sadam Hussein. Pero no es lo interesante ni por deporte, se puede entender que la gente que lucha por los derechos civiles y humanos denuncie con rabia y justicia todas las opresiones. Lo que no se entienden es la superioridad del resto de la comunidad internacional. No se entiende como nunca se hacen cargo de esa realidad post-colonial. Porque la culpa siempre la tienen las sociedades que eligen lo peor de lo peor, pese a que después se acepta que no es burrada que haya fraude. Lo cual es un flagrante contradicción que no importa porque lo importante no es que sean democracias reales sino que parezcan democracias por fuera.
II- 1-Ley de tope: La capacidad de la organización está determinada por la capacidad de líder. El líder reclama la gente con más habilidad, y estos reclutan a la gente con la misma capacidad. Suponer este punto como una mera formalidad plantea muchos problemas. La capacidad de un líder puede variar de un momento a otro con formidable rapidez. No es lo mismo un líder de grupos pequeños que uno de grupos grandes. No es lo mismo una mesa chica a una plaza pública. Muchas veces un líder sólo cuenta con el apoyo indeterminado de adeptos que no termina por conocer. Esto es la clave en el espacio público. La potencia de un líder por fuera de una organización se mide por parámetros diferentes. Muchas veces no es la admiración, o la camaradería lo que lleva al poder. Muchas veces es el temor y el respeto, otras una devoción que no tiene mucha relación con quien la genera. Un líder es líder de los suyos y de su contrario. Un líder tiene que forzar a tener un enemigo necesario. El liderazgo sino
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