“Tom” sobre nombre estúpido para Tomás. Por lo menos así lo pensaba Tom. Así era chivar y hablar de cualquier clase de inconsecuencias. Locura, beber. Ser vividor, virtudes que pocos pueden hacer. Ocupar una casa y ser una larva hasta el final. Ocupar un sillón verde. Uno que sea una especie de balsa. Una gran balsa estúpidamente quieta ante el gris dominante de la baldosa. Lo demás importa una mierda. Las sillas que restan son como patas de un muelle. Recordatorios de una monjita sexy en la televisión, recordatorios de gente que escribía bien y que cagaría a puntinazos en los dientes a Tom. Pero Tom quería su cartoncito, y sus pastillas. Tom quería quemar, Tom quería no morirse de calor. La nostalgia todo lo hace mierda, el chivo funciona como ácido y tira paredes enteras. La vida es parte de ese navegar sobre baldosas, si es un pedo nihilista. ¿Y? ¿Tiene algo de malo? Tom es demasiado básico, ni siquiera disfruta de la cerveza que tiene en la boca. Lo putean, lo tratan de loro, de sorete, de flojo de asesinable. De puro kilo de mierda pero en vez de volverse fascista se espera así mismo llegar a otra parte. El ventilador no anda. El chiva desde el culo a la nunca sin opción.
Tom tiene el final de dos cigarrillos. Tiene la gracia de irse un poco a la mierda. Tiene el furor de la miseria. El de la feria eterna interminable cual fantástico revistero infernal. Pero a la mierda con todo, a la mierda con todos los intelectualismos. Con toda la puta falta de la plasticidad. De toda la puta idea, sí era lindo putear. Para bellas palabras, para cosas terminadas para escupir a las masas. A la gente chivada del colectivo, al hombre, sí el quiere fumar faso con uno falta poco. Tiene que faltarlo. La droga hace mal, pero no nos dejan fumar el Glifosato de cada día. ¿Cianuro o Alquitrán? Aquí esta la cuestión. Será cuestión de pensarlo en una manera romántica. Es parte de la diversión. Casi sería cuestión de parias y culos rotos. En fin, cuestión de lo bizarro de lo mal presentado de la locura. Del insulto miserable a quien no se puede defender. Porque este dicen que es el país de los idiotas, como en todos los demás siempre dicen que el manda es idiota porque manda y el idiota que obedece porque cree que lo manda. Pero claro, hace calor. Hace una deuda fenomenal con el calor.
¿Por qué no te dan por el culo después de tanto cuento? ¿Por qué no lo intentan siquiera? Tienen mejor gente qué matar, o mejores románticos. O personas que tienen vidas que ser robadas o verdaderos ilustres. El miembro al aire para la idolatría de una mortaja. “Qué bueno eras”. Al pedo, siempre al pedo. Siempre confundiendo a Jesús con Lenin. Siempre jodiendo, siempre soñando un espiral de amores y de muertes. Si tan solo la vida existe por ese ventilador. El resto es una mierda, un desgarramiento del culo donde sale mierda y más mierda. ¿Moral? Histeria general cada cual con sus libritos e influencias fingiendo que piensan. La mala pasada de la civilización tecnológica. El recuerdo de la paja, pero la paja en medio del desierto anaranjado del sueño. Casi mojada en un elemento disolvente. Vuelta borrosa al fin. El calor como sal de la vida. La pretensión de lo rápido. La idea siempre pornográfica de la existencia. Las putas soñadas como dirigibles. Culpas a medias de algunos. La idea de una mujer que vengue ese proxenetismo sin pudor. Metiendo vergas en licuadoras. Cortando tarjetas de créditos. Remeros al fin, eunucos. Pobres infelices que sueñan con volver a ver sus vergas licuadas. Maldades. El escritor, malvado, el escritor de mierda.
¿Por qué no te dan por el culo después de tanto cuento? ¿Por qué no lo intentan siquiera? Tienen mejor gente qué matar, o mejores románticos. O personas que tienen vidas que ser robadas o verdaderos ilustres. El miembro al aire para la idolatría de una mortaja. “Qué bueno eras”. Al pedo, siempre al pedo. Siempre confundiendo a Jesús con Lenin. Siempre jodiendo, siempre soñando un espiral de amores y de muertes. Si tan solo la vida existe por ese ventilador. El resto es una mierda, un desgarramiento del culo donde sale mierda y más mierda. ¿Moral? Histeria general cada cual con sus libritos e influencias fingiendo que piensan. La mala pasada de la civilización tecnológica. El recuerdo de la paja, pero la paja en medio del desierto anaranjado del sueño. Casi mojada en un elemento disolvente. Vuelta borrosa al fin. El calor como sal de la vida. La pretensión de lo rápido. La idea siempre pornográfica de la existencia. Las putas soñadas como dirigibles. Culpas a medias de algunos. La idea de una mujer que vengue ese proxenetismo sin pudor. Metiendo vergas en licuadoras. Cortando tarjetas de créditos. Remeros al fin, eunucos. Pobres infelices que sueñan con volver a ver sus vergas licuadas. Maldades. El escritor, malvado, el escritor de mierda.
¡Hostias!- bella palabra. Que no sangre. Que no se rompa y que no se doble. La señal de la cruz por un par de tetas que durará más que el misticismo propio del cilicio. Así era de divertido ese sillón ese día. Ante el romanticismo un tereré con olor a vómito. Un poco de asco nomás. Si las moscas perladas por la cara tan sólo fueran un recuerdo. Así todo sería más fácil. Cuando las personas están perdidas en su mente hablan solas. Perdidas en el laberinto que no tiene un mito que preguntar por ellas. Ante esto el sudor del culo se vuelve crónico como una especie de justa catarata. ¿No hay tacho con llantos para vidas derrotadas? Tom tiene la idea, del cajón. El cajón siempre pesa. Uno cree que es el muerto pero ante todo es la defensa del cofre. La muerte pesa y su preservación su ahorro para la otra vida pesa más. Los que en todas partes son negados en la historia con el cal. No tienen cajón, tienen el alma convertida en sal. Pero qué sería de este sudor. Si tan solo algo agradable lo sorbiera. Todo sería mejor.
Cuando la sociedad determina que hay gente mejor, los mas lindos. Que todos los demás son negros, o puros, o putos puros, o lo que venga. Hay serias dudas. Nadie debió escribir sobre la gente que supuestamente no existe. “El progreso no llama a pensar”, ¡Ay de nosotros los oscurantistas! Tom sabe que es Tom. La mierda es que Ton es cualquier cosa. Tom solo quiere que el ventilador siga funcionando. No espera ser nada, ni un grande, ni alguien que piensa. No tiene derechos como tantos a pensar que su vida es especial. Eso se lo deja a un gabinete lindo, con finos libros. Para recordar precisiones de aventuras sexuales. Tom sabe que hay que rescatar lo mejor del espíritu humano y para eso hay que ser sobre-humano. Hay que mentir. Hay que pensar que tenemos derecho a respirar lejos del tacho. Hay que creerlo. O ¿Quién mierda sos Lenin? ¡Lenin! ¡Celular! ¡Lenin! La punta de la chota no te lleva al Apocalipsis. Nada de eso tiene que existir. ¡Celular! ¡Lenin! ¿Quién mierda te crees que sos? Tom sabe que el sueño es creerse algo. Sudar y estar mojado es un sueño. Es un sueño pensar que no nos van a matar como unos perros. Es un sueño, como mirar como viene el subte. ¿Cuándo hay esperanza al futuro? No en el futuro, tal cual quien tira la pelota. Tom sabe que mientras algunas personas tengas carnes la cosa va a continuar. Es fatalidad, vivir son amor y sin odio. ¿Podría ser la vida como un estúpido clasificado? ¿Dónde vamos a cagar esto? ¿Comeríamos nuestros soretes con tanta docilidad? Mamadera ácida para conversos. Tiene miedo al turbante mastubante que tiene a todos los agentes prendidos de la gorra. Estamos en el sentido babeante de la papa frita. Tom tiene calor y delira. Tom solo tiene calor. Tiene ganas de morir o torturar a alguien una cámara frigorífica. En todo caso no tiene afectos. Sudado y dormido se levanta: ¡No te muerdas ventilador! Y su sangre desde alguna otra parte lo ha dejado en el piso. La sangre lo deja y todo se seca. Y él, Tom, si Tom. Una estrella estúpida en el medio de la cara. ¿Dónde está Tom? ¿Fue un sueño? Sabían…. Había un ventilador. Un ventilador con fama de Siberia. Un ventilador donde un hombre, quiso vivir. En la cima de un ventilador pero era delirante. Tom se perdió. No te muerdas corazón, ¡no te mueras ventilador! Sigue latiendo.
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