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Crítica a “Las 21 leyes irrefutables de liderazgo” de John C. Maxwell.

I-

Casi por hábito pensamos que algunas de las razones sobre las cuales construimos nuestra conciencia tienen de por sí un efecto fundamental en lo que hacemos. Entonces, ¿Qué pasa con las nociones que se nos presentan nebulosas? ¿Qué pasa con los problemas? Bueno una parte de esto es lo que trataremos de analizar tal vez muy pobremente aquí. No se trata ya de tener una idea absoluta pero si una herramienta para comprender mejor algunos puntos. Liderar puede verse como la forma en que se representa algo en una sociedad, empresa u organización cualquiera. En este caso el líder es un mero demiurgo que actúa de acuerdo a una relación compleja. Su acción en el grupo forma parte de una idea compleja. Ambas la idea y la relación a la vez niegan la singularidad del líder hay un líder ideal para un grupo ideal, tanto que hay tantos grupos perfectos como imperfectos en la realidad. ¿Podemos acaso pensar en la organización perfecta? ¿Es esta una mentalidad o un hábito? ¿Tiene sentido verlo así? Grandes líneas corren en paralelo. Organizaciones, partidos, iglesias, ONG, empresas, comparten y difieren de sus objetivos finales. ¿Quién es el líder ideal? ¿Puede serlo para todas las organizaciones? ¿Tiene que ser así? De lo abstracto a lo concreto tenemos que pensar que en parte las formas de dominación tienen que ver con las formas de liderazgo. Ante todo debemos reconocer, que el líder prima más donde la regla, y el sin sentido “el nihilismo” (ausencia de fundamentación) primen. Preguntarse por los líderes puede ser la manera de preguntarse por las sociedades jerárquicas sin escapar a las dudas. Es parte también de entender si un solo hombre o no puede hacer uso de la materia de la política y de la decisión o es un mero engaño que va pasando de una generación a otra. ¿Es el líder un rol? ¿Es el liderazgo un talento? ¿Es líder el poder de la organización o la organización el poder del líder? Problematizado nodo a nodo estas cuestiones se avanzan con resolución hacia claves de suma importancia. El individualismo y el organicismo entran en tensión. ¿Puede una organización devorarse a fuerza de progreso a su líder? ¿Puede mediante la sugestión construirse el liderazgo o tiene que ser por medio de medios racionales, claros y distintos? ¿Tiene el líder que entender porque es líder? Muchas de estas cuestiones son densas. A medida que el mundo avanza duda y a la vez necesita de líderes, explica viejas formas de organización. Desde autonomías extremas, anarquismos a veces abstractos y a veces concretos hasta las más patéticas formas de dependencia. Es parte de la idea de una irracionalidad en las formas de la organización humana donde surge el problema. ¿Dónde está la respuesta? Bueno en parte en cómo vivimos. Los líderes responden a la idea de las organizaciones a las que forman. El autoritarismo de tal o cual decisión corre en paralelo a la confianza final por un objetivo común, a lo que cual se llega por una serie de maniobras. El líder suele ser parte de una forma carismática. Tiende a tener que necesitar un cierto sentido de la representación y dramaturgia, consejo del Príncipe de Maquiavelo: “No basta con serlo hay que parecerlo”. (Aquí está el gran dilema) ¿Es un líder un poder que es mayor que la organización o es la organización la que produce líderes excepciones que apenas manejan su poder? Nuevamente pareciera que perdemos el rumbo pero es necesario. Líderes hay de todas las clases con resultados distintos. El uso de la violencia, el temor, el dolor, la amistad, la lealtad, la previsión y otras tantas formas de pensar son parte de lo que los hacen historia. Un líder es alguien que entiende  a su tiempo, si no es esto, es un Mesías. Alguien que dice entender el tiempo que viene. En parte el elemento mesiánico forma parte del elemento carismático y parte de la realización de lo peor del ser humano es cuando confía meramente en la forma retórica de esas profecías. Estas cuestiones no son menores. Tienen un sentido, tiene el sentido de pensar la forma en que se organizan todas las organizaciones desde un plano de conflicto donde a veces crecen. El poder como administrador, como pastor, como gerente hace de un sistema una atmosfera de concordia total. El poder como conducta, el poder como demostración, el poder como expansión, el poder como división tiene que ser parte del conflicto. Ningún líder es líder en un mundo sin conflicto, aquí nace una de las características fundamentales del líder político en la moral y en la política, las dos en su sentido estricto y combinado, la responsabilidad. Los líderes dan organicidad por medios racionales o irracionales, todo depende de clase de objetivos tenga. En cada uno de los casos, los seguidores terminarán adoptando esa estrategia principal. Muchas veces la combinación de ambas lleva a una racionalización a medias de las dificultades que el líder cree ver como objetivos de su organización. No todo liderazgo es deseado. No todo liderazgo tiene por fin la continuidad de un grupo tal cual es. Hay organizaciones que se adquieren, otras que se construyen y otras que se reforman. Las tres son distintas, en cada una de ellas existen buenas razones para desconfiar. Las organizaciones que se adquieren suelen mostrar el rasgo más racional del líder el cual muchas veces no puede hacer otra cosa que primero entender su lógica si quiere sobrevivir. Esto suele pasar cuando el líder por ejemplo tiene que mediar con corporaciones que no puede modificar por los más diversos motivos. Muchas veces estos líderes son los que menos duran. Su estancia depende del ánimo de la organización a la que llegan. Es las instituciones mas antiguas con costumbres más viejas, a veces más elitistas, el líder sólo hereda una buena serie de pautas que el no eligió. Esto es parte de la manera en que debe asumir el poder. Su poder muchas veces es hereditario y no tiene méritos. (Muchas personas son consideradas líderes sólo porque sus padres y ancestros fueron líderes) esto muestra que el líder que se basa en tradiciones y formas exteriores muchas veces está conciente de su limitado poder, su fuente muchas veces será la historia. El destino común, tiene un cierto aprecio por lo emocional, se explica muchas veces de la forma más didáctica. La exposición de su discurso es ambulante. Su propio dominio es amenazado por el propio relato que cree o que hace creer. El relato es una de las formas del dominio la manera en que la organización no puede escapar de su propia historia y contradicciones. Entonces, sí se puede decir que la vida y vitalidad de una organización y su líder tienen algo del poder de las agrupaciones, tradiciones y sentidos de pertenencia pre-existentes. Son los soldados, los empleados, los creyentes, los subalternos los que aprenden estas nociones. Muchas veces las cuestionan y muchas piensan sobre su autonomía en el proceso lo cual no es menor. La historia o mística de una organización tiene mucho que ver con su futuro. También puede ser un verdadero escollo. Un líder puede verse atrapado por viejas formas y llevar a ahogar a su organización al no poder aceptar más y nuevas generaciones. En este proceso se suele dar y concebir con el techo de una historia de una organización cuando a esta se le antoja como mejor y más cómodo el pasado. Esto nos dice mucho, de acuerdo al propio ideario de un líder se puede pensar que lo haga o no sea irrealizable. Querer imitar una cáscara vacía puede servir para retener un cargo pero no para poder expandir la influencia de él. 

Comentarios

  1. Hola me podrías dar una crítica positiva y una crítica negativa del libro?

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