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Análisis del Discurso (III)

[Continuación…]  
    
La moralidad como tal no tiene ningún sentido para ser expuesta. Si alguien quiere creer que los problemas de su sociedad están en relación a su idea de bien y este es abstracto. No tiene sentido entonces ir más lejos. La sociedad argentina mejorará a medida que los sujetos que la conformen varíen como así sus medios de subsistencia. No tiene sentido rasgarse las vestiduras por los últimos diez, veinte, treinta o cincuenta o doscientos años sino estamos dispuestos a algo más que eso. Si sólo se trata de un puritanismo que nos congelen, entonces simplemente iremos vomitando frustraciones de generación en generación. Lo que sabemos es otra cosa y mucho más concreta de lo que se trata es de tener en cuenta que llegado cierto punto la evolución de un país necesita del cambio de los agentes que la constituyeron. Es hora de saber que la oligarquía no se la combate ya por odio, el primer momento era mostrarlos como era, la pérdida de su lugar en el futuro será cuestión de la supervivencia y mejoría de nuestra sociedad. Deberán ceder, una y otra vez, tanto que sea necesario. Sería perfecto que el latifundio desaparezca o que pague lo que tenga que pagar. ¿Hasta cuando la pampa húmeda será para unos pocos? Sean quienes sean deberían pagar más, y así debe ser la correcta opinión de quien quiera saber el cómo será el futuro. Eso no será la completa solución pero es una solución posible. Las sociedades a fuerza de conflicto avanzan, porque así es como podemos verificar la calidad y las destrezas de las agrupaciones para conseguir aquellos objetivos. Si tan solo lográsemos que fuese un tema común para poder proceder ahorraríamos demasiado. Pero sabemos que el campo es un lobby poderoso y un factor de la economía clave. Tanto porque su renta es fácil de obtener. Por esta razón nuestro proceder a la hora de leer los discursos de la SRA debe ser conciso y sin contemplaciones. Estamos entendiendo a gran parte de los problemas actuales.  Si nos cuesta tener como enemigo en parte al elemento de mayor ganancia de los últimos doscientos años estamos en un problema. Ahora bien al respecto del ciclo de la economía, ganar es ciertamente poder hacerse de las herramientas para intervenir tanto como sea necesario. Ya que sólo de esa manera podemos reducir su influencia al resto de la sociedad. En este sentido el separar a los pequeños productores lo antes posible de los latifundistas es clave, como así para terminar de frenar su persecución a los indígenas. Porque si no se lucha contra el latifundio difícil se puede hacer algo por los indígenas no se pueden dar soluciones a medias.

En este sentido la política la cosa viene por el desafío de usar la política como la única y fundamental herramienta para hacernos con el futuro real. Es decir no las ensoñaciones más irracionales sino aquellas que se nos pueden quedar accesibles en un momento en que la economía no se encuentra en un dramatismo total por su supervivencia. Cada crisis del sistema capitalista es una diyuntiva, ¿avanzar o retroceder? Aquí esta la verdadera cuestión cualquier cosa intermedia que espere que las personas cambien porque sí chocará contra un sistema que trabaja las veinticuatro horas para lo contrario. Entonces sí podremos hacer un cambio, debemos tener la capacidad de hacer entender al mayor número de gente que esa riqueza es nuestra y que no hay porque dejarla ahí. Siempre que hay una gran riqueza hay un gran conflicto pero no por eso desaparece. La SRA tal vez no sea la batalla fundamental madre de todas las demás pero será un avance. Es decir que las relaciones con el campo pueden varias pero no los objetivos estratégicos. Debemos avanzar sobre esos intereses.

“No se cambia a la Argentina, si no cambiamos los argentinos. La mejor forma de honrar al Bicentenario será despertar al ciudadano que tenemos dentro para emprender una tarea imprescindible: Poner de pie los valores morales de la Nación.
Con educación, con una sociedad más solidaria, preocupada por el bien común y que audite a los representantes que eligiera con su voto, se irán gestando los objetivos patrióticos de los años venideros. Y cuando los objetivos son patrióticos los ciudadanos no tardan en comprometerse con ellos. Por eso el reclamo del campo tuvo la adhesión que tuvo. Porque era la tierra, la historia, nuestros recursos, nuestra esencia, la Patria la que estaba reclamando. En esta reconstrucción de los valores éticos, no hay lugar para el "no te metas porque es peligroso". En los próximos años no habrá nada más peligroso que no meterse. Debemos dotar a esta democracia de la plena vigencia de sus instituciones para que la Argentina sea auténticamente representativa y federal. Una República de verdad donde el poder legislativo no delegue su poder y ejerza las atribuciones que la constitución le ha asignado como un deber ineludible. Un federalismo real, donde los gobernadores no tengan que ponerse de rodillas frente a la todopoderosa autoridad central y mendigar algo de la riqueza que ha generado el trabajo de los hombres de su provincia. Hoy no tenemos esa Nación. Hoy tenemos administradores a los que parece les gusta tener a nuestros productores sometidos, encadenados llenando un montón de formularios.”

¿Cambiar los argentinos? ¿Ya no nos han forzado demasiado a cambiar? ¿Hasta cuando? ¿Hasta cuando los “argentinos” tenemos que cambiar y la SRA debe continuar con sus privilegios?  Porque todos los ajustes terminar en que los argentinos deben cambiar y hay gente demasiado rico de demasiadas generaciones. Termina por convencer a medias, la verdad de la argentina supera a la SRA. Es extraño tener por buen discurso el de esta gente y en esa operación de discurso nos quieren moralizar. Deberían cambiar los argentinos de la SRA, la de los hombres que se quejan siempre que les va mal pero no cuando le va mal al resto. ¿Hasta cuando hay que aguantar? Poner en pie los valores humanos de la nación, son luchar por la igualdad social. Quizás escribir sobre el tema no sea suficiente. Pero si se puede saber algunas cosas. ¿Quiénes serán los que paguen la educación? La educación es un compromiso de la sociedad a largo plazo, no una mera invención para compensar con las migajas. Si vamos aprender, deberemos aprender los grandes problemas que nos han hecho tan necesitados de ella. Si la educación será para ser meros conformistas las cosas irán mal. La educación ya no debe ser la de oligarquía que mira todo desde lejos, casi afuera en el puerto. Sino que debe viajar hacia el interior, no para viajar y pensar que está en un país extranjero sino para entender la realidad final. La realidad nuestra, la de nuestra gente y ahí proceder.

Tendremos que pensar entonces del esfuerzo para que eso sea posible. La cuestión será entonces ir y avanzar. El bien común no puede ser el bien de los latifundistas. El bien de los latifundistas de por sí perjudica a tantos que a la larga no podría ser más que el bien de ellos. Si ellos creen que el bien común es una promesa a medias, ¿cómo no considerar que ello no sea una demagogia? ¿No es acaso un invento? Sí lo es, es una mera promesa abstracta. Mientras tanto, harán uso de la propiedad, del ambiente y de la sociedad sin miramientos. Por eso, tenemos muchos problemas que la SRA no esconda lo que ella ha generado. Que no esconda su convivencia con los poderes fácticos que cree que no le ha tocado. Por eso la razón de los objetivos patrióticos les quedan muy chicos esto no es un discurso de odio pero si por lo menos es un discurso que muestra que el futuro es una lucha clave entre estos intereses sin grises. Sin lugares comunes para la irresponsabilidad. El plan de aumentar la producción agropecuaria valdrá muy poco si creen que todo el esfuerzo de la sociedad solo les queda a ellos.

El “reclamo del campo” no tuvo el apoyo que tuvo por eso. No fueron los pobres de las villas miserias los que salieron a defender la SRA. Esto es parte del mito. Cuando llego el 2001, y diversas causas hicieron que el sistema estallará pero el orden siguió. Es decir que la situación de desigualdad continúa de manera que en cierto sentido. Las diferencias sociales siguen y por eso, la SRA cuando ve que la relación de fuerzas puede cambiar busca apoyos en el sector, buscan los subalternos los que dependen de la industria por buenas o malas razones. Por esto independientemente de cómo veamos las relaciones entre las instituciones no podemos dejar de ver las relaciones de intereses. Lamentablemente dentro de un clima de tensión generalizado muchas cosas quedan a medias. Sin embargo, los apoyos muchas veces no son cien por ciento racionales por lo que después de todo gran de lo que fue la 125 no tenía demasiada relación sobre si estaba bien o mal. ¿Se puede pensar que realmente es el derecho a cuanto dinero se puede ganar o no? ¿La libre empresa o qué? ¿Hasta cuando? ¿Podemos creer que su libre desarrollo será lo mejor para todos? No tiene sentido pensarlo demasiado tiempo, hemos vivido la mayor parte de la historia bajo el modelo agroexportador y hemos sufrido su pasión sofocadora. Tal vez fue el éxito del país unitario el que siempre da la hipertrofia, concentración administrativa, regional, poblacional y económica. Pocos centros urbanos, pocas industrias. Dependencia casi crónica para formar el capital y además la preeminencia pampeana. Por esto debemos avanzar a medida justa. Debemos darnos cuenta que los propios dueños de los campos viven en la capital, mucho de los grande dueños tienen central en la capital federal no viven en esos pueblos y no comparten realidades. Por eso hasta ahora, la coparticipación si los impuestos son bajos a ellos no les importa. Las cosas deben tener su justa medida y ser demostradas. A medida que el estado se hizo provincial y las deudas en las provincias crecieron fenomenalmente, los impuestos que las provincias pueden cobrar de su propia riqueza de vuelven algo fantasma. Por eso este impuesto la retención es una manera rápida de cortar una herida aunque no sea la mejor.

El equilibrio de un mal se hace con un impuesto que no puede terminar por ser perfecto pero que es parte de la vida y que tiene en sí el proyecto en todas sus variantes. Ver cuanto de la renta agraria puede hacer un aporte al desarrollo nacional.

Si es que se quiere saber qué es el proyecto después de todo es la deuda pendiente de todos los grandes partidos políticos reales del país que ganaron elecciones no justamente de la SRA. Tenemos que decir que la realidad aunque pueda ser múltiple tiene actores privilegiados y sus conflictos de esta manera. La falsedad y la mentira se hacen sistemáticas no es demonizar a las autoridades rurales sino que muestra sus defectos “indeseados” e impensados. Esos son los que terminan de mostrar la realidad. El origen de la propiedad de esas tierras, la poca lealtad hacia la instituciones por no haber pagado por muchas de ellas. Su preferencia a la defensa de la propiedad por sobre el orden legal. ¿Podría ser esta SRA? La que operó sin congreso la que siguió cosechando, la que vendió a la URSS (pese a ser anti-comunista) la que tenía que vivir. Este es el invento el olvido de las cosas, no es que hace bien a la “sociedad”. Sino que sigue manteniendo el dominio. Por esto “la defensa institucional” de una institución casi con historia tan golpista como el ejército deja mucho que desear. Por último, si el país, si los fundadores de la SRA, los unitarios no hubiesen triunfado la relación de fuerzas distinta hubiese alcanzado a la “debilidad de los gobernadores”. La debilidad que tiene que ver con las deudas y con la falta de una verdadera representación de los electores de las provincias con su realidad. ¿Acaso no hay lobby incluso más fuerte en las provincias, ya sea de la minería o de la industria agropecuaria?

¿Quiénes son los productores oprimidos? ¿Los pequeños, los productores de naranjas, los pequeños tamberos? O los que directamente alquilan sus tierras para que otros  las produzcan, si la tierra fuese del que la trabajase de alguna manera el latifundio quedasen atados al ONCAA. Tenemos alguna cosa perdida, ¿qué estamos perdiendo? Si estamos perdiendo algo que yo sepa es que los empleados de esta gente pierdan tiempo con formularios. ¿No sería mejor explicar la industria? No sería mejor utilizar menos la idea del prejuicio. ¿Hasta dónde iremos? ¿Cuánto hay que dar?  Imagino que hombres que están preocupados por la nación estarán dispuestos a hacer ese pequeño “sacrificio” en nombre del “bien común”.

“Haciendo cola en los mostradores de la Oncca. Todo para que le devuelvan un poco de lo que le retuvieron de su cosecha o de su trabajo. ¡Qué manera de hacerles perder el tiempo! Si no, pregúntenle a los productores de trigo que todavía están esperando que les devuelvan las retenciones del año pasado! Seguramente ahora, antes que finalice el período de vigencia de las facultades delegadas, utilizando el más ortodoxo de los gatopardismos, intentarán engañarnos anunciando una segmentación, que simule la eliminación de las retenciones. ¡Si nadie quiere que le quiten con la promesa que le van a devolver!¡Qué poco saben del campo esos funcionarios!¡Qué poco lo conocen!¡Habría que pedirles que averigüen cómo hace el campo para producir alimentos para más de 300 millones de personas!
Que lo recorran a pie y vean esa gigantesca fábrica sin techo que trabaja sin cesar. Que no insistan con políticas equivocadas... ¿Todavía no se dieron cuenta que con esas políticas tuvimos la peor cosecha de trigo del último siglo, No pudimos cumplir la cuota Hilton y falta carne en la Argentina? Pero si los argentinos, somos responsables de la historia que viene, tendremos una nueva oportunidad. ¡No renunciaremos a ser grandes! La Argentina del Bicentenario debe sellar un compromiso con el futuro. Debe impulsar un proyecto agroindustrial que haga crecer la producción a niveles nunca alcanzados. Que convierta a esta Nación en el principal proveedor de alimentos del planeta. No queremos un país que deposite cada vez más pobres y desocupados en las villas miserias del conurbano de esta gran ciudad. Tampoco queremos un desierto verde de soja que produzca riqueza para pocos. Queremos agricultura con agricultores, Trabajadores arraigados a su tierra, a su pueblo. Pueblos que crezcan y se desarrollen al ritmo de la actividad de las pequeñas y medianas industrias locales. Productores rurales, fabricantes de alimentos, de maquinaria agrícola que desde todos los rincones del campo argentino, incorporen tecnología, procesos innovadores, inviertan y multipliquen los puestos de trabajo. Ése será el fin de la pobreza y la exclusión. La posibilidad de bienestar y trabajo para millones de argentinos.”

Uno de los grandes problemas que hay entre el campo y la sociedad argentina es el siguiente. En primer lugar la idea del consumo. ¿Cuánto tiene que valer paradójicamente un alimento en un país productor de alimentos superavitario? Muchas veces la crónica hasta podría decirse popular tiene la idea de que mientras los pobres se comían las entrañas los ricos la carne. Cosa que estaba gravada en la idiosincrasia nacional, Borges mismo lo hizo notar una vez. No era de criollos consumir ciertas partes de un animal porque estas estaban en relación con el poder adquisitivo. En este sentido sin caer en supremos apasionamientos tenemos que ver que el control del precio del trigo para el pan fue una cosa compleja. Un sistema de subsidios cruzados que tuvo un éxito moderado pero que fue el intento de sanear el problema. Gran parte del problema claro está siempre va del lado de un cupo que se espera tener para consumo interno que debería ser el más barato y que luego el resto se exporte. Luego claro está siguen las peleas de siempre, ¿Qué consumen los argentinos? ¿Qué consumen los otros los extranjeros? ¿Hay que dejar lo mejor para exportación? En el caso del asado créase o no era un tema de discusión con el kilo de lomo a 84 pesos, tal cual se lo tenía en Uruguay. Con eso queremos decir que en toda la cadena de comercialización de granos hay todo un proceso de inflamiento de precios que termina repercutiendo en el consumidor final, en productos tan básicos como el pan. Por esta razón gran parte de las tensiones de cara la exportación. Porque después de todo el precio de muchos alimentos tiene que ver con la tasa de ganancia de todas su transformaciones en parte mantener el trigo demasiado barato era una manera de subsidiar a las empresas que producen alimento a base de trigo, fabrica de fideos secos, panaderías, y otras tantas que utilizan el trigo. En otros productos como el maíz o la soja, esto se repite. También se alimenta con granos a las aves que se consumimos lo cual quiere decir que los algunos precios más baratos tienen que ver con la lógica de hacer más barata la carne de pollo. Después si esto ocurre plenamente o no es otro problema. Por esta razón una parte de la manera en que encaramos la industria alimentaria tiene que ver con la manera en que manejamos sus materias primas. En cierto sentido para progresar más con esta política habría que sentar a cada una de las partes de las cadenas de la producción y buscar dentro de lo posible la manera de hacer más eficiente la cadena de valor. Por esto una parte de las relaciones del campo con el gobierno se basan en desarmar al lobby de manera tal que lleve a la conclusión por lo menos de una parte del conflicto. Ya que la idea es tratar de sumar la mayor cantidad de valor posible la producción y diversificarla lo más posibles. Por lo menos esto debería ser lo ideal. Es decir escapar un poco a la recurrente manera de pensar que trataba a estas materias con todas indiferencias la una de la otra. Siempre teniendo una producción por encima de las demás en algún momento con la industria lanar y luego con la industria de los frigoríficos. En este punto debemos recordar que una parte de las relaciones de fuerza hoy está relacionada con los márgenes sobre la cantidad de dinero invertido y el riesgo. Por lo que la soja es el producto que se elige. En este sentido hay registros sumamente amplios y exhaustivos sobre el tema. Hay que pensar que una parte de la producción agropecuaria se venden en el mercado de futuros y que por lo tanto su valor tiene que ver también con cierto factor especulativo que puede dar un plus de ganancia o una neta pérdida. Los mercados a futuro como el de Rosario y el de Buenos Aires son una muestra de ello. A lo que deberíamos sumar que una estrategia agropecuaria integral debería contener puntos sobre la producción de Australia y Estados Unidos, como también de Brasil. Todos ellos terminan condicionando la oferta mundial del producto. Por lo que la especulación queda en manos de aquellos que hacen contratos con los granos de cosecha en cosecha. En este sentido la SRA quiere ser más que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la de Rosario. En parte deberíamos hacer y reforzar estos mecanismos para controlar mejor el precio del grano pudiendo comprar directamente en el mercado para que desde anterioridad estar cubiertos. Esto sería en parte distinto del subsidio, cambiaría los intereses, ya que las commodities por toneladas son todas iguales y permitiría que la retención fuese más fácil de poner y a la vez más sencillo abastecer al mercado interno. Lo que habría que hacer si es controlar la producción de granos sobre todo ver y profundizar las investigaciones no sólo tecnológicas sino sociales. Impulsar escuelas de negocios relacionadas con el agro desde la Universidad Pública y crear diversos foros que reemplacen o por lo menos complementen la voz única de la SRA. En cierto sentido tenemos que ser capaces de crear investigaciones que nos digan la real situación del campo en muchas áreas, desde la legal laboral así también como la potencialidad productiva y el impacto en el medio ambiente cosa que justamente la SRA en todas sus loas no dedica una sola línea. El estado debería la manera de tratar de asesorar o de buscar la manera el que pequeño productor pueda tener información a su alcance de temas de su interés.

Hay algunas cosas que siempre quedan en el tintero. ¿Por ejemplo puede ser la Argentina el productor de alimentos más grande del mundo? Si lo puede hacer, ¿A qué costo lo hará? ¿Lo hará por medio de dudosas expropiaciones? ¿Lo hará por medio de un monocultivo asfixiante? ¿Podremos cambiar la producción si lo deseamos? Brasil alguna vez fue el productor más grande de café del mundo, tal vez lo sigue siendo no dispongo de datos. Lo cierto es que la crisis del café forzó al gobierno a comprar grandes cantidades que nunca se consumieron. Porque una cosa es que haya alimento en abundancia, cosa que predica la SRA todos los días, y otra es que se alimento se pueda comprar. Si el alimento sobra pero no alcanza para abastecer a las bocas que aún pasan hambre lo único que habrá es una crisis en el sector. Cosa que redimensionaría la política claro está, cosa que pasó entre 1880 y 1930. La cuestión siempre es saber cuales son los poderes fácticos que confluyen. No podemos caer en mitos ni positivos ni negativos sobre el campo ya que el campo es una realidad económica y como tal no puede ser abordada con excusas de ninguna clase. “La maldad” o la “bondad” de cada individuo no es una cosa a analizar, puede servir para un antropólogo pero no sirve para una economía que durante periodo de crisis se juega la vida trimestre por trimestre. En este sentido, la renta agraria es un tema que se discute todo el tiempo. Es curioso que la gente no se interiorice más al respecto de lo que se hace con esta riqueza. Lo cual no quiere decir que esta sólo sea una parte de la riqueza. La historia del campo si es cierto tiene que ver con nuestra historia, pero son la historia de las relaciones entre los diversos grupos sociales la que la termina por definir. En este sentido no quedan dudas de lo que ocurre. Una parte del modelo se mantiene en parte por una ventaja competitiva pero esta no puede ser todo. Una parte de las ideas del “nacionalismo” económico tenía ese sentido. El proteccionismo selectivo. Ciertamente que no es la manera de hacer más rápido y fácil el dinero pero si es la manera de poder desarrollar recursos propios donde no los hay. ¿Esto tiene una garantía infinita? La verdad es que no, la economía es el motor de la sociedad y la clave de sus conflictos por lo tanto una buena parte de las actividades se desarrollan en este sentido.   

La promesa de la diversificación de la producción tiene una bella contradicción que es la siguiente. Primero o cambia el régimen de la tierra o tiene que reconsiderarse como se arriendan las tierras. Tal vez, se puede decir que se toma demasiado en serio sino la alianza pequeño productor-SRA, la cual es incierta y donde la SRA ya ha traicionado muchas veces. Por lo que la idea de una sociedad donde la mayor parte de la gente trabaje; de, por y para el campo es trillada y medio imposible. No estamos lejos de decirlo. Hasta Aguad, lo dice que no es precisamente un admirador de Cristina Fernández de Kirchner.  En este sentido, gran parte de los gobiernos desean tener una buena parte del empleo manejado por el sector secundario pese a las contradicciones que ello conlleva. El sector terciario y el secundario, hoy emplean más gente que el campo y lo seguirán haciendo. Por eso las mentiras sobre una riqueza que haga trabajar a una inmensidad de agricultores es un cuento. Un cuento bien narrado. Ya que a cierto tipo de producción, si esta no fuese viable la única manera de sostenerla sería con subsidios. Cosa que pasó en Argentina en la crisis del 30. No por nada el ISI (La substitución de importaciones se arraigo en Argentina hasta el año 1976 inclusive)  El camino hacia el desarrollo va en ese sentido. Invertir en tecnología y mecanización del campo si es importante pero de ninguna manera será una panacea. Es justo decir que industrias como el cemento o la automotriz, petróleo, gas, etc; también generan empleos. Así que todo tiene que ver con el perfil del país y que tasa de desempleo estamos dispuestos a tener con la subsiguiente de dificultad de qué clase de empleos seremos capaces de generar.

El fin de la pobreza y de la exclusión es un tema que tiene que ver con la distribución del ingreso no simplemente de la actividad que se realice. Por lo tanto en este sentido el campo y la SRA por su propia naturaleza difícilmente puedan palear hasta lo último la desigualdad, hay que ser extremadamente iluso para creerlo. O mejor dicho extremadamente mal intencionado para creerlo. Aquí se da como siempre la tensión, acaso cuando se acusa de demagogia no se acusa de esto. ¿No se acusa de la promesa de acabar con los males sociales sin tocar cuestiones de fondo? Solamente con el crecimiento del PBI no habrá respuestas finales y sustanciales para el problema.   

“Más allá de avatares políticos, más allá de circunstancias desfavorables, El futuro fijó su residencia en el campo argentino. Hace 200 años, un puñado de patriotas Comenzó a escribir esta historia. Celebremos este bicentenario De la mano de sus más bellas utopías. Que los hombres de mayo con su pensamiento y sus ideas guíen nuestra acción en el futuro. Los tiempos que vienen, serán tiempos promisorios si asumimos el compromiso de poner de pie a nuestra nación. Ése es el deber y el derecho de esta generación de argentinos. Así nuestros hijos o nuestros nietos podrán vivir coronados de gloria Y ver en su trono a la noble igualdad. Hay unas bellas palabras del antiguo testamento que quiero recordar ahora. Dice "el libro de los libros": Los hombres pasan..., pero la tierra permanece...Y allí está la tierra
argentina. A 200 años de la revolución de mayo, sustentando un gigantesco conglomerado de sectores productivos. El más dinámico y poderoso de la economía nacional. En el Bicentenario de este maravilloso suelo, donde se asienta nuestra Patria Deseo que todos los argentinos se comprometan a respetar la tierra y a los hombres que en ella trabajan. Necesitamos la tierra no sólo para respirar y vivir, También para progresar, crecer y desarrollarnos. Esta maravillosa tierra argentina, la tierra que nos da el pan nuestro de cada día. Porque los hombres pasan, los gobiernos son un mero episodio, Pero la tierra..., como la patria, La tierra permanece. Los invito a formar un coro de voces que se escuchen desde el fondo de la historia. Decía Santa Catalina de Siena: "¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas, que por haber callado, el mundo está podrido!"
Seamos miles gritando. Los invito a exclamar un "Viva la Patria" que sea una invocación a nuestras esperanzas, a nuestros proyectos, a nuestra templanza, a nuestras ilusiones. Un deseo de grandeza para la Argentina de los próximos 200 años. Seamos miles de voces gritando al unísono: ¡Viva la Patria!”

Hay que hacer una digresión. No soy muy brillante pero interpreto que el campo no es la patria. Ni siquiera en ese momento hay que ver que lo hacendados forman un parte del proyecto del país. Hay que saber que fueron los comerciantes los que movilización los engranajes para la libertad de España y no justamente para exportar sino para importar. El primer negocio de argentina en 1810 era importar. La capital vivía de la diferencia que hacía desde la manufactura y lo que le compraba al productor. Por algo en cierto momento de la historia, los “hacendados de Buenos Aires” apoyaron a Rosas. El manejo de la aduana ayer y hoy la clave real y concreta de nuestra historia. Con eso no se quiere decir poca cosa. Con esto se quiere decir que el Estado Argentino nace de la desigualdad y así se mantiene en gran parte. Esto si es una cuestión sobre la cual uno se puede explayar. La idea de Moreno o Sarmiento poco tiene que ver con la SRA del bicentenario. Tiene que ver con la idea del siglo XIX, donde el mundo creía que las relaciones de fuerzas de los países eran muy diferentes y donde el progreso era uni-linear. Esto es que todo progresaba hacia el infinito sin tensiones. Lo cual quiere decir que las relaciones de fuerzas no implicaban distintos desarrollos. Esta idea era una idea europea compartida con los fundadores de la patria. Se puede decir que el pensamiento situado en la Argentina del siglo XIX no existía lo que si exigía era una verdadera convicción con el progreso. La libertad política y el fin de la esclavitud, el tratar de poner fin al mundo feudal formaba parte de aquello. Porque con ello se llegaría a la Utopía, el estado moderno. Siempre son las minorías las que suelen diseñar las utopías de los países y más en las etapas fundacionales. La Primera Junta es un símbolo de la idea de los cabildos que eran el sistema con que comenzó el fin del dominio español. Por eso la SRA no puede siquiera pensar que hoy estamos en las mismas condiciones. Si no fuera por el latifundio, la relación de fuerzas en el campo sería bastante compleja. La tradición nacional y el campo entran en tensión cuando hay tantas tierras en manos de extranjeros que producen. Si caer en la xenofobia debemos reconsiderar el papel nacional de la SRA aunque sea de forma nominal en la producción de granos en el país y su peso específico en la economía. Muchas veces pesa más el símbolo de la SRA como entidad que su naturaleza que aunque conflictiva no completamente vital.

¿Qué es respetar la tierra? ¿Respetar el ambiente, su riqueza, respetar el potencial o respetar la propiedad? Aquí esta la cuestión, la verdadera cuestión vive aquí. La verdadera cuestión es esta. No podemos respetar por siempre los latifundios si queremos que la argentina mejore. O mejor dicho si estos existen no deben ser la realidad de una presión total. El lema de: “La tierra es para quien la trabaja” de la Revolución Mexicana y tantas otras dejaría con pocas tierras a la SRA.

Acá se desnuda una parte final del discurso. La garantía del dominio de la SRA como de todo terrateniente que se oculta en una tradición de una santidad sin ton ni son, pura representación personal. Es decir que los gobiernos sean puro episodios y que los hombrees pasan no quiere decir otra cosa que el dominio de estas continúa sin problema. Es decir que la propiedad supera a gobiernos y hombres, ¿puede decirse que una sociedad tenga por destino no solo la propiedad sino la propiedad de la tierra? ¿Es tan importante o es un mero condimento puramente regresivo?  Por lo que se termina de concluir que si no podemos vencer discursivamente a la SRA, todo queda en un lapsus. El fondo de la historia, es el sentido más reaccionario que quiere demostrar que si por la defensa de la propiedad se han cometido los peores crímenes de la historia argentina, valga recordar la dictadura de 1976 se está dispuesto a repetirlo lo que no es poco. Por eso la entidad moral, negar a la humanidad en nombre de la historia con su desigualdad y su azar como crónica directa de la violencia es la manera de generar las posibilidades de aquello. No obstante las relaciones de fuerzas de lo que será el futuro tienen en gran parte que ver con el papel histórico que quieran tener las masas populares de cara al desafío de la sentencia de la SRA de los “hombres que pasan”. El trabajo o el capital, ¡Viva la Patria! Puede ser la patria chica, la mera estancia, o la patria de millones, la democracia. Todo depende de nosotros, o mejor dicho de todos nosotros. Si el mundo está podrido habría que ir hacia el origen para poder cambiar al menos en parte un poco esas relaciones de dominio. En este sentido, vencer a la historia conocida es sólo el primer paso.    

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