Marine Le Pen y las respuestas a la crisis (I):

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¿Quiénes hoy piden por tener una nueva libertad? ¿Son aquellos acaso que ven que la crisis no tiene nada que ver con ellos? ¿Son aquellos que acaso creen que porque los ricos digan que tienen que pagar más impuesto eso va cambiar algo? Hay que ser categóricos, la respuesta es no. Nada de eso funciona. Marine Le Pen, es la reacción que se da en la propia Francia, donde los límites a lo que estrictamente la extrema derecha son difusos. En un clima propicio de crisis y no de cualquiera sino de recesión pese a que Francia no está en su peor momento Marine Le Pen empieza a cobrar una fuerza extraña para la Francia acostumbrada a la perfección de las formas, el americanismo y el atlantismo con las formas del estado de bienestar.

¿Qué pasa entonces? Marine Le Pen no forma parte del gaullismo, tiene un origen más propiamente reaccionario. No obstante se muestra como la “salida” anti-capitalista para la burguesía francesa y una parte de su clase trabajadora. Esto es lo que hace que forme parte de una tercera fuerza que aspira a la presidencia de Francia. La cuestión es de creer o reventar. ¿Hasta cuando? La Francia fuerte, concentrada en un ejecutivo fuerte, con estricto nacionalismo y un barniz no tan obvio es parte de la estrategia reaccionaria. Una mujer al frente del movimiento pareciera que le da un carácter más blando del que debería tener. Pero Marine no es estrictamente conservadora es otra cosa clase de cosa como el FRENTE NACIONAL no es lo mismo que el Partido Conservador. Sus ideas en todo caso son una reacción fija a una serie de transformaciones que Francia ha sufrido a lo largo del siglo XX. Por esta razón la construcción de su poder podría ser algo que cambie vertiginosamente la cara de Francia. Mientras que Alemania es tildada por los griegos como los Nazis, los franceses al no tener que hacer de malos de la película están encubando una reacción importante y mayor. El FRENTE NACIONAL está a la derecha que el partido del Centro (confesional católico alemán). Tenida por simpatizante nazi y con miembros de su partido que están muy relacionados con el tema no hay una cuestión tremenda sino un iceberg que se desplaza por Francia. Justamente no será la democracia la que lo detenga. No tiene con qué. Las respuestas tecnocráticas no ven una salida clara entonces el repliegue de la masa agudiza el conflicto.

De cara aquello y con la posibilidad de que Marine ascienda y participe de una segunda vuelta electoral es todo un terrible escenario para empresarios y coparticipes irresponsables de la debacle actual. ¿Hasta donde se dejaran de lado los derechos políticos en nombre de los privilegios sociales? No podemos estar seguros que se trata de un defensa de un derecho sino que en realidad los neoliberales despavoridos huyen ante la inminencia de su final, tal vez no social pero si político. Entonces las reacciones de una pequeña burguesía que siempre fue satélite y que está muy integrada por el mercado deriva en un nuevo régimen o intento de régimen de corte nacionalista, aislacionista que dice luchar contra la corrupción y que quiere a Francia a la cabeza de Europa. La pregunta es sin los enemigos de la “democracia” los que quieren el FN o si son los amigos del capitalismo. Sarkozy ya empezó con su campaña contra los gitanos. Sigue con sus intervenciones en Siria bloqueadas por chinos y rusos. Ahora se aventura sin problemas en medio de respuestas que son la ante sala del FN. ¿Qué haremos con Francia? El argumento anti-árabe continuará que no es lo mismo que anti-musulmán. Que tampoco es lo mismo que los fanáticos que hay en todas partes y forman parte del elenco del sensacionalismo que hoy se vive. Marine estuvo en Viena, donde otro nacionalista convencido parece ir creciendo. Todos estos nuevos nacionalismos son interesantes, Marine por ejemplo está interesada en llevar mejores relaciones con Rusia y a la vez volver a dominar su propio ejército para agrandarlo y organizarlo mejor. Los “europeístas” son juzgados de disolventes, y pro-alemanes, mientras que la reacción quiere hacerse con el voto de la clase media y la clase baja. Por estas razones el gasto estado que se achican es re dirigidos a los hijos del país y todos contentos. Esta es la razón de la infamia actual sin duda alguna no hay verdaderos motivos para andar con dudas al respecto. La relación entre el gasto que los países piensan dar a su ciudadanía y el valor que piensan dar a la asistencia social va en relación. Esta es otra manera de hacer el ajuste y terminar por sacar a aquellos que con la recesión ahora aparecen como malvados y terribles. En todo el mundo ocurre el ajuste. Francia usa recetas que no tienen demasiado que ver con el abaratamiento del factor trabajo por no poder devaluar, aunque Marine sería capaz de abandonar el Euro después de todo no es esencialmente francés. Claro que sería llevada a una recesión importante que volcaría a su país a más aislamiento o una buena disposición para entrar en relaciones con Estados Unidos y otros países en una forma diferente.  Todo eso no haría otra cosa que sumir a los medios en un papel mejor, en un papel que serviría mucho a esta serie de reacciones. De medios de información a medios de propaganda hay un solo paso. ¿Está es la nueva salida al mundillo liberal que se dio en la Francia de fines del siglo XX? ¿Así termina el lado bueno de la globalización? ¿Tiene sentido preguntárselo así? La realpolitik empieza cobrar fuerza en un mundo con desplazamientos donde países como China o Brasil empiezan a hacer fuerza por hacerse de un mejor lugar en el sistema tal si enfrentase una verdadera guerra entre inmigrantes y capital extranjero, los franceses, al menos una buena parte de ellos creen que la aldea gala de Asterix y Obelix los puede salvar. Esto tiene que ver ya por el problema de los activos y las deudas y no con relaciones de otro tipo. La pregunta es: ¿Hasta cuando y de qué manera el chauvinismo puede ensuciar la reputación de Francia con el crecimiento del FN? ¿Reclamarán por un espacio vital luego? ¿Buscarán las glorias perdidas de Francáfrica? Aún está demasiado verde. Pero podemos saber que el continente que juzga a Garzón está encaminándose sin demora hacia un giro a la derecha que podría desestabilizar las alianzas internacionales.