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Ecología, ¿para qué?:

I-

Gran parte de la revisión de lo temas como la economía, y el desarrollo económico en general suman además la idea de la ecología. Esta puede ser vista como un discurso autónomo. Tal cual si la “Naturaleza” fuese una cosa, o puede ser visto como un discurso más que es atravesado por distintos actores sociales que de acuerdo a lo que opinan avanzan o retroceden. La pregunta siempre es la misma. ¿Hasta qué punto hay realismo sobre el tema ecológico? ¿Lo hay? Las ONG sólo por el hecho de ser ONG, ¿son las respuestas? Nada peor que la santidad por la santidad misma. Es curiosa la relación tan compleja de las diversas políticas ecológicas en relación con cada uno de los países. Es raro que el discurso de la ecología sea puro. Podemos decir que hay gente que te puede mandar al infierno por la contaminación pero no esta dispuesta a atacar las raíces profunda de ello. Allí claro está, vive la política y eso es algo sucio pecaminoso. Ahí desaparecen muchos ecologistas y quedan en todo caso unos pocos.

¿Qué hace a la ecología ser lo que es? Si no nos vamos a poner sensacionalistas, la ecología lo que debería hacer es buscar la sustentabilidad. ¿Contra quien va la idea de sustentabilidad ambiental? Contra claro está los que ganan más rápido y “mejor” por el hecho de contaminar. ¿Acaso con decir como si fuera una jaculatoria cristiana que lo ellos hacen esta mal será suficiente? La respuesta es no. El imperialismo es la fuerza que sabe contaminar no aquí sino en todas partes, como sabe depredar la naturaleza. Generando nuevas deudas para las sociedades que deben soportar el lucro. Cualquiera que dice esto al menos lo tratan de taimado. Pero si se lo piensa en el lenguaje de las grandes empresas es pura economía. Uno no discute con empresarios de principios porque pierde. El empresario sólo quiere dinero. Si este es para ayudar a pobres, al ambiente a usted mismo. Eso para él es regulación es no “dar trabajo” y toda la perorata que se llama después de todo obtener y aumentar la plusvalía. Muchos nos aconsejan olvidarnos del capitalismo, algo así como la providencia: “El capitalismo proveerá”. Por eso la verdadera cuestión antes de los linchamientos políticos que son “válidos por razones políticas no por razones ecológicas” queda demostrar si existen o no existen posiciones subsidiarias al capitalismo dentro del discurso ecologista. Es gracioso porque si lo pensamos, no es parte de la agenda más inmediata de ninguna nación. Podemos si decir que algunos están adaptando en parte el ecologismo a una cierta demanda política de modificación real y concreta del sistema económico. No hay que ser ilusos. Modificar el sistema económico es la madre de todas las batallas en política e implica muchos sacrificios. La minería y el petróleo, la agricultura moderna, la urbanización y tantas otras actividades son los agentes totales de la contaminación. La pregunta será en qué sentido pensamos o no pensamos la naturaleza. Si pensamos a la naturaleza como algo misterioso, probablemente perdamos el tiempo en misticismos de toda clase que no sirven para mediar con el discurso capitalista imperante. Si pensamos la ecología no como lo que vamos a dejar a nuestros nietos, sino como lo que somos como sociedad y como mejoramos nuestra calidad de vida como sociedades ahora, tal vez dejemos de tener a la ecología como un discurso subsidiario, lo suele serlo por ejemplo la caridad de la iglesia para que empiece a ser un discurso reivindicativo. Lo que a la ecología le hace ser lo que es la verdadera interpretación de la actividad humana en el ambiente. Luego sin ponernos como verdaderos ofendidos, sin tapujos, lo que sigue es ver de manera realista como llegar a puntos concretos para cambiar el sistema lo que en parte puede ser adaptar el capitalismo, “reformismo” o buscar otras vías, revolución. La ecología no es una actividad con la naturaleza a secas sino que es una actividad social, y por lo tanto es una actividad de hombres con hombres respecto a la naturaleza. No es que están defendiendo a la naturaleza. Si esta tuviese que defenderse, un poco de ironía no viene mal quizás con una gran epidemia o la propia superpoblación no extermina. La cuestión es saber como diría Darwin, ¿qué haremos con los ambientes? Si una especie crece lo hace a costa de los demás, los humanos crecen y crecen. Tal cual lo contaban en Matrix como si fueran un “virus”. ¿Qué se hará al respecto? La salida fascista siempre en boga es matar al sobrante de gente para preservar a la naturaleza. No se crean que eso no se oye, el desarrollo tiene que ser limitado para que los hombres de bien, los ricos, los que se pueden dedicar a la ecología de manera subsidiaria no se sientan mal. Así tenemos estúpidos debates sobre el calentamiento global que no van a casi ninguna parte, porque con que sólo un científico diga que las cosas no son “tan así” todo está puesto en duda. Pero nuestra sociedad no es un gran congreso de meteorología. Aspira a ser un poco más que eso, sin despreciar la ciencias de la atmósfera pero es así. ¿Qué hacer con la agricultura? ¿Cómo producir alimentos? ¿Cuánto tienen que valer? Esas son las verdaderas preguntas. Si el termino cuando tienen que valer los alimentos no va de la mano de ¿Cuánto vale y cómo se salvan bosques nativos? La respuesta es una quimera que sólo encandila al que quiere charlar. Esto es lo que hace que el activismo que se encuentra por debajo de la política se vuelva estéril. Esto no se trata de una cuestión ni de creencia ni conciencia. En todo caso que estas sean las acciones de la lucha. Entonces, ¿cómo hacer la ecología algo real digno de respeto y no de la sorna de los cínicos que entienden que este es el mejor de los mundos posibles? La respuesta siempre es compleja pero sin duda que no se debe dudar que es parte de los agentes que llevan a cabo estas demandas. Si el capitalismo en su fase actual es la manera en que efectivamente se genera todo el desperdicio. Por que no calcular los costos, de ahora en más sumando el “factor” contaminación. Trabajo, más capital, más plusvalía, más contaminación. ¿Será una contradicción más en un sistema que viene matando mineros en el carbón desde el siglo XIX? ¿Por qué el ecologismo no hace una verdadera crítica de dónde surge la historia de la contaminación? No es acaso la presencia humana de por sí la propia presencia de lo que llamamos contaminación. Si esto es así, termina por ser un problema entre humanos, entre clases dirigentes y dirigidas. ¿Cuánto contribuyen los que más tienen a cuidar el ambiente? ¿Cuidar el ambiente es solo hablar en un spot? ¿Es solo crear conciencia? O es aportar económicamente para la continuidad del sistema. Planes para la recuperación ecológica no se podría llamar para nada populismo. ¿Dónde están los republicanitos pro-ambiente? ¿Dónde están aquellos que no ven al ambiente como algo digno de valor constitucional?  ¿Podrían vetarse leyes anti-ambiente si el ambiente fuera un derecho?  ¿Puede seguirse pensando que el constitucionalismo liberal del siglo XIX basta para resolver problemas del siglo XXI? ¿Cuánto le dedicaron los Alberdi y lo Sarmiento a la ecología? Absolutamente nada. Los primeros que pensaron en la salud pública en nuestro país, los sanitaristas se toparon con la idea de que tal vez las malas condiciones de vida harían que la gente de alguna manera se volviese peor predispuesta a aceptar un sistema ya de por sí injusto. ¿Tiene esto relación con la ecología? ¿Desde que argentina alambró y convirtió a la Pampa húmeda en el granero del mundo? ¿Qué hemos hecho con la pampa original? ¿Qué queda de ella? ¿Hay alguna necesidad de explicar con más profundidad porque la “ecología” se descubre ahora? Lo cierto es que la ecología en cada sistema de dominación tuvo una relación muy cierta y muy directa con cada época. Basta con hacer la genealogía de la noción naturaleza y vida. Cuando el mundo era una creación salvaguardada por un Dios, ese cuidaba de la naturaleza. La especie humana viene extinguiendo o ayudando a extinguir muchas especies no por eso hace que el destino final de la especie sea destruir todo ambiente natural que quede. Pero hay tensiones. Si esto no se considera, lo que queda es un gran gris donde anidan nociones terriblemente laxas. Si el sistema entra en contradicción lo será cuando la ecología demande medidas económicas serias. La idea de post-poner la cuestión ambiental indefinidamente es darle más aire a la clase capitalista y a su mala administración. ¿Qué es gobernar la tierra? ¿Qué es administrar las cosas? ¿Qué es un balance? ¿La vida acaso se mueve sin ambientes? Pero lo mejor, tiene sentido decir que estamos en una sociedad que vaya a gastar por un beneficio social así como así o estamos en una sociedad del lucro donde la ecología solo sirve para que se venda. ¿Dónde está la moralidad de la burguesía frente al ambiente? ¿Tendremos que hacer la difícil memoria? O aceptaremos la responsabilidad del bastardeado presente. Estas son las cuestiones. Sin sujetos que quieran pensarse a sí mismos inmersos en un mundo de técnica es imposible pensar un mundo relacionado con el ambiente seriamente. 

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