I-
Si hay algo que debemos tomar en cuenta cuando analizamos el
poder es desde qué perspectiva lo analizamos, en este sentido las relaciones
internacionales forman parte de la política pero tienen una forma política muy
especial de manifestarse. A mí entender en este caso simplemente expondremos
algunas condiciones generales sobre las contradicciones de los que son los
discursos dominantes y las acciones reales.
Gran parte de las relaciones internacionales se dan dentro
de lo que es realismo, el neo-realismo y realismos más o menos positivistas es
decir, realismos más orientados a hechos numéricos, o realismos más
esencialcitas. Ciertamente que por esto, las potencias y todas las naciones del
mundo están en un sistema de relaciones previo que muchas veces los excede
histórica y geográficamente.
En este sentido, el sentido común dice que la importancia de
las Relaciones Internacionales es capital y lo es tanto como la economía ya que
la economía termina por ser una economía internacional. El CIADI, la ONU , la OTAN y tantas otras
herramientas del imperialismo en general son también parte de la sociedad
internacional, y no sólo eso sino que forman parte de los centros emisores de
información y son citados a perpetuidad por los medios de comunicación.
Los diarios tienen una sección de política internacional que
suele estar mal usada ya que no suele mostrar la mayor relevancia que es la
relación del país donde procede ese diario con el mundo entero sino que suele
mostrar hechos objetivamente puestos ahí. Por esta razón sabemos de algunas
cosas que ocurren en ciertas partes del mundo y otras quedan totalmente en las
sombras. ¿Puede ser una lucha por la hegemonía el tender el mayor número de
puentes con otras sociedades? La respuesta es sí. No sólo eso, podemos decir
qué son las respuestas contradictorias de la sociedad occidental sobre temas
claves si aceptamos su manera de conocer en todo sentido su relación con los
vecinos. En este sentido, esta no es una idea científica sino una mera
divulgación que algunas cosas aplasta, y otras no tanto, pero que ante todo
sirve para acercar conceptos.
Primero y fundamental, toda política internacional tiene que
con el interés nacional de alguna nación-estado, el interés de una
multinacional, y en segundo orden con intereses de organizaciones
internacionales gubernamentales como la
ONU , y en último lugar por organizaciones internacionales no
gubernamentales como Greenpeace. Esto parece algo menor pero no es, ya que a
partir de esto podemos ver como el mundo funciona sin apelar a estar “alejados”
o cercanos un mundo que irónicamente es redondo y nadie se puede alejar
demasiado de nadie, he aquí la bella paradoja.
Sobre el eje; multinacionales-estados, estaríamos en la
típica aporía de la “Gallina/huevo”, qué fue primero, ¿El mercado mundial o el
sistema de naciones? Muchas explicaciones nos pueden llevar a pensar estas
dicotomías, en este caso la resumiremos en una, puede perfectamente convivir el
interés de la multinacional con el poder estatal de una superpotencia, esto nos
basta para esta explicación.
De ahí extraemos otra lección valiosa, si esto es así, ¿Qué
hacemos nosotros? Primero y principal rompemos con la apatía general de la
sociedad de las democracias occidentales que espera información digerida de
embajadas y otros centros, entre ellos agencias mundiales de noticias. Podemos
decir que la “especulación internacional” puede más que las certezas en este
mundo, ¿podrán los analistas en RR II internacionales tener la información
clara y justa? ¿Podrían los que leen noticias contarlas con la propiedad y la
idoneidad que requieren? El periodismo de las RRII muchas veces se conforma con
ser más o menos moralistas, es decir tiene una ideología dice una doctrina pero
no hay una clara conclusión. Se está a favor o en contra pero eso genera
genuino aislacionismo. Uno puede ser el “súper-mejor amigo/amante” de una
superpotencia y no saber nada de ella. ¿Aprendimos cosas útiles de los Estados
Unidos durante los 90´? O simplemente consumimos más y mejor sus marcas. Tenemos
que ser concientes de esta dificultad que es necesaria e importante. No podemos
despertar como sociedad sin aumentar el nivel de la polémica sobre lo que
pensamos en el plano nacional, regional e internacional. Todos ellos forman
parte de la política doméstica. Si algo puede cambiar la vida de los pueblos
del mundo son las grandes oportunidades históricas, ¿qué mejor preparación que
una cultura y un celo importante por conocer no amar ni odiar a la mayor
cantidad de naciones de la tierra?
Podría decirse de forma simpática pero no excluyente que la
soberanía política hoy depende de algo especial, “la prudencia internacional”, prudencia no es otra cosa que el
saber de la experiencia, y para experimentar mejor hay que conocer más y por lo
tanto manejarse mejor. La ridiculez de inventar ideologías en abstracto que
saquen a un país del atraso sin conocimiento de las cuestiones que están en
discusión a escala internacional puede ser una buena pastilla para soñar pero
no es una clave objetiva para una lucha “imperialista/ emancipatoria
/cooperativa” de las naciones en general. Ciertamente que esto nos dará
potencia, el interpretar y sobre en la lengua hispana y latinoamericana
nuestras relaciones internacionales es lo que dará solidez y potencia a
distintos gestos de búsqueda de la independencia más profunda que es la nacional.
Luchar por un mejor sistema internacional es un deber de quien construye para
el futuro de una región que se ha encontrado postergada. Jamás nos han
interesado tanto saber qué eso que nos podemos estar perdiendo allá afuera.
Copiar es no tener “prudencia
internacional”, todas las recetas hechas por fuera han sido abortos nunca
soñados. Las respuestas internas sólo pueden crecer lo que pueden las mentes
que se encargan de ponerlas en acción y el mundo es ante todo el espacio de la
experiencia. Tantas cuestiones que hacen a la felicidad de los pueblos hacen a
la felicidad de la comunidad internacional que sólo el imperialismo quiere la
ignorancia para esos temas.
Ciertamente por esto, cuando entendemos que cada fenómeno
que cada dependencia mal interpretada ha retrasado las cuestiones fundamentales
de las sociedades es cuando se crean los mitos bastardos que dan a las
sociedades limitaciones esenciales. Ninguna región del mundo está libre de ser
transformada dramáticamente, el papel responsable no es pensar sobre una
amenaza abstracta sino el poder de desarrollar políticas concretas. Este es el
llamado importante e inclaudicable, en un momento de crecimiento económico, el
saber integral de la política necesita su pata internacional. Solamente en una
gran perspectiva se entiende que hay que pasar para poder disputar las razones
más fundamentales del poder. Claro que esto ha sido arruinado por ciertas
cuestiones risueñas muchas veces se ha expuesto que la culpa echada al
imperialismo es una simple manera ser ineficiente, mentiroso, incapaz, un
genuino incompetente. En cierto sentido se tiene razón. Si los imperios en
todas sus formas han desarrollado sus fuerzas es por la razón en que el
equilibrio de poder se ha roto. ¿Cuál es el destino de un pueblo si las alteraciones
del sistema económico mundial no dejan siquiera que no sea el uso de la fuerza
la madre de las intervenciones y saqueos más despiadados? ¿Serviría acaso una
carrera armamentística ciega y sorda? No tiene sentido siquiera pensarlo, y
menos cuando no se dispone de la inteligencia y de la capacidad para poder
determinar cuestiones tan generales. Pero ciertamente que si cada embajada es
una pluralidad de acciones desde intercambio hasta espionajes, hay que hacer
valer cada embajada, cada embajador y cada cónsul. Hay que hacer valer el poder
que se encuentra diseminado por el mundo. Recién hoy estamos despertando a
algunas realidad incómodas de una división del trabajo en la ridiculez,
siquiera por esto deberíamos sorprendernos, una cosa es una división del
trabajo hasta una “naturalización” de sus relaciones y otra muy distinta es
aquella que muestra la impotencia de una sociedad ávida de respuestas, pocas
señales de ayuda. ¿De dónde van a salir los cambios culturales necesarios?
Tienen que salir de los propios habitantes, sino es de esto no será de nadie.
El poder poner en tema de discusión el papel de lo que se hace en el mundo no
rompe, ni quita, preocupación por la política interna sino que por el contrario
la reasegura. En este sentido, hay que entender, el realismo es la gran piedra
de toque, su fundamentos después de todo es que los cambios en las relaciones
internacionales son lentas. Además nos aclara que el dominio militar es clave,
que no hay otra razón por la cual se quiera y se mantenga tal situación. Esto
nos ayuda a entender cuál es el peso de poder saber qué es lo que nos amenaza,
no para entrar en guerra ridícula, ni para suponer que algunas naciones tienen
derecho infinito o voluntad de poder sin par y por las que hay que rogar piedad
y hasta perdón. Si hay derecho internacional lo hay porque los conflictos entre
las potencias lo han creado, los países que quieran saber y quieran ser
respetados en este derecho deberán maximizar la fuerza de sus recursos
disponibles. Deberán aprovechar su papel como una fuerza más que puede ser
desequilibrante pero no excluyente. Hay que acercar el conocimiento del otro a
la gente, para que la sociedad internacional sea una realidad, para que se
fiscalice sin odio y sin rencor pero si con gravedad a toda la historia
regional y nacional desde la perspectivas correctas. La historia no admite
segunda vuelta y por esto, hay que pensar que cada ideología ha puesto a
Argentina en un lugar, saber cuál ese lugar sin caer en mitomanías es el labor
de la prudencia internacional la cual tiene que ser una nueva bandera de lucha.
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