Ir al contenido principal

Cárceles la pelea ideológica II


¿Podemos naturalizar el papel de las cárceles? ¿Podemos tener teorías que en abstracto se muestran generosas pero no mucho más? Ciertamente que tenemos muchas versiones sobre lo qué es y no es el sistema carcelario. También tenemos muchos debates sobre quienes deberían estar en las cárceles. Ciertamente que algunas discusiones parecen planas y chatas porque no tienen la promesa de una solución trascendental, no poseen un gran salto hacia delante. Por estas razones deberíamos pensar si lo que pedimos por seguridad es una razón general o si creemos que cierta pauta, cierto desarrollo de ciertas conductas nos hacen sentir más seguros irracionalmente. Casos así se pueden observar en muchas partes del mundo, la pérdida de la privacidad por ejemplo en nombre de la seguridad es un clásico no resuelto. No es que una ciudad opta tener cámaras en todas partes y hace un auditoría cierta sobre su utilidad. Tampoco es cierto que los datos que ellas extraen sean sólo para tener una noción concreta y real de los hechos delictivitos pueden seguir a cualquier persona bajo cualquier razón. Sin embargo hay que recordar que ciertos grupos económicos pueden lucrar con ciertas formas de seguridad y no otras.

Por estas razones por ejemplo no se puede entender como siempre tiene que haber valores tan irracionales como la xenofobia en relación con la delincuencia. Pareciera pensar que hay o tiene que haber una conexión, esta manipulación hace que muchas veces se diga que se atrapa a un extranjero responsable de un crimen que luego es liberado y el delito como tal jamás se resuelve. Con esto podemos decir que la policía puede deliberadamente llenar las cárceles, tomar y desarrollar grandes y caros presupuestos y que el conocimiento que tienen la sociedad sobre el crimen sea aún más bajo que en los momentos donde el periodismo relata todo lo que ocurre en una zona. Ciertamente que esto tiene que ser analizado. Justamente por estas razones por el hecho de que la policía muchas veces vende parte de su tiempo para cuidar zonas en particular y no otras, como tantas otras actividades que están en la frontera de la arbitrariedad no podemos estar seguros que las soluciones vengan todas por el mismo carril.

Estas son las razones sobre las cuales debemos repasar. Gran parte de la opinión pública hoy colecciones de datos. Donde la cantidad y la densidad de la información son las claves. Justamente en el error de creer que la ideología no existe, se obvia que cada ideología tiene una metodología para entender muchas cosas. Por estas razones la “Crinología”, el “Derecho” e incluso la administración de las cárceles en tanto tales, tal cual se administran escuelas, hospitales y demás tienen que ver con una ideología. Las ideologías no conforman una solución única dentro de un estado. Sino que cierta ideología va impregnando a las demás y así se genera esta suerte de dependencia entre ciertas formas de pensamiento. Con ello llegamos a conclusiones totalmente distintas que las que podríamos llegar pensando que las personas tienen opiniones que surgen de la nada. Contrariamente a lo que podamos pensar, la sociedad en su mayor parte piensa que la criminalidad es un mal tan sostenido como la pobreza con el que hay que convivir. Esta visión es la que naturaliza una buena parte de lo que cree que es la diferencia social pero no razona el porque de esta diferencia. Es decir, la apertura de distintas realidades no ha dado de por sí, una igualdad.

A partir de una crisis de fines del siglo pasado se asumió que los grandes proyectos políticos eran ante todo impracticables por buenas o malas razones. Lo nefasto de esta transformación es que se perdió buena parte del debate de las instituciones, lo que llevo a sus crisis, y su desmantelamiento sucesivo. Cone esto se da por sentado que como en la mayoría de los casos las cárceles funcionan como toda política pública, analizando su alcance real y sus éxitos. No se puede entender porque la seguridad de por sí tenga un valor o una característica esencialmente distinta. Pensar así sólo quiere mantener y polarizar la sociedad en torno a la propiedad, no dice que una sociedad sea más rica o más pobre, sino que esta dispuesta a usar la fuerza a favor de la propiedad de manera más reiterativa y a veces sanguinaria. Solamente cuando dejamos de lado la alienación nos podemos preguntar seriamente sobre qué es lo que está pasando. En una sociedad donde los casos de tortura por parte de la policía parece eventuales, cuando las zonas liberadas en la lucha de militantes sociales es algo que se hace y se hace con consentimiento de jueces, sólo una pequeña parte de la aplicación de la violencia salvaje tiene cierto resultado disuasorio. Curiosamente no fue un progresista tampoco el que vio este punto ya estaba en Santo Tomás de Aquino cuando este, expresó que la pena de muerte no era la mejor manera de limitar los robos sino que por el contrario generaba el desprecio por la propia vida y la ajena. Sin tener la cita exacta podemos decir sin tener demasiadas fuentes lo que sirve para este panfleto. Lo que tiene es que lo que se ha descubierto como valor fundamental, ciertamente que las penas están en relación con la privación de la libertad que estas son efectivas siempre y cuando los ilícitos no se vuelvan a repetir por lo que vale la pena es la permanencia en el conjunto penitenciario no un sistema deficiente donde el preso pase un infierno pero que pueda escapar fácilmente esta es la conducta que genera lo contrario. Nadie que puede saber que puede escapar de una mala situación y que además es su única salida. Este es sistema que demuestra la ineficiencia misma de la cárcel. Es la ineficiencia la que se revela como parte de una política que quiere la auto-anulación del Estado. Con esto implica que la pérdida, conforma parte de una situación general donde el Estado es presa de su propia no realización. Ya no se trata de ver cuánto ha de gastar el Estado, cuestión administrativa e impositiva, sino en qué forma el gasto del Estado puede representar un beneficio social. Ser enemigo de la idea de que el Estado pueda producir un beneficio social puede implicar dos posturas, la primera la eliminación del Estado por parte de otra forma de organización social, la segunda el mínimo Estado en contradicción con el capital privado, en este sentido el Estado como tal en cuanto a ser una herramienta para la organización de los territorios y de poblaciones en la piedra angular del debate. Las cárceles son sólo una de las formas más representativas. Esto es que sólo conforman una parte de lo que es el sistema de seguridad. La seguridad a la vez tiene que ver con la economía, no tiene que ver con ningún valor abstracto, todos los crímenes giran en torno a la propiedad o destrucción de la propiedad siendo el cuerpo el sinónimo a la vida. Justamente por esto es terrible que un Estado que quiera tener políticas de seguridad transparentes tenga desaparecidos, ya que estos secuestros hechos por parte del Estado dejan por entredicho la propia capacidad de este último para poder hacerse de una justa indemnización a la sociedad. Sino sólo queda un Estado que es políticamente oligárquico por lo restringido y plutocrático ya que no importa, cómo se hace el dinero sino que una vez que este es generado, da a su vez fundamento de los privilegios. En el siglo XXI, esto quiere decir que las tecnologías privadas y públicas abarcan de sobre manera a los ricos, los cuales son parte de una inseguridad distinta especializada, generan su respuesta por parte del crimen semi-organizado, asociaciones ilícitas que muchas veces son irregulares y que se conforman en las cárceles realmente existentes. Todo esto genera una extraña relación entre la realidad de las cárceles su supuesta impermeabilidad y la realidad de los reclusos.

Un sistema que desee la democracia debería tener mejores controles, y esto en primera instancia son internos. El panóptico como tal es bastardeado por la sociedad burguesa, el preso sabe que vive en una inferioridad de fuerzas aparente. A su vez entiende que en esa lógica vale poco él sólo como tal. Las técnicas más abusivas por eso usan la tortura para hacer de los presos políticos o no, presa de su debilidad de conciencia. Así por medio de las vejaciones la superioridad del número se vuelve inferioridad. ¿Acaso tiene sentido un sistema donde el “botón” por no usar una palabra peor tenga privilegios que el resto de los presos no tienen? Si estas cosas que ocurren con la muerte de los internos que se consideran peleas entre los internos a nadie le importan, o por lo menos ocupan poco espacio en la opinión pública porque parecieran que sólo conforman una imagen menor de un subsistema aislado de la sociedad, cómo no pensar en las consecuencias para la propia salud mental de los reclusos. Es muy pobre pensar que si vejamos durante años la salud mental de los presos: A) que estos busquen mejoría de cualquier manera, siempre tenemos el caso no muy feliz pero que pasa como si fuera nada del preso que se suicida. B) La idea de que el privilegio no tiene sentido cuando no hay mínimo de sentido. ¿Quién va a garantizar que las condiciones de encierro de ese preso sean iguales durante todo el periodo de su condena? ¿Quién lo determina y por qué? (No quisiera imaginar en el sistema tal cual lo conocemos de un “Defensor del Pueblo” por parte de los presos. ¿Cuánto es el celo por la salud de la gente que está en los pabellones?

Tenemos como fuente de extraña consecuencia que cada revisión general por parte de las fuerzas políticas sean del signo que sean a los penales demuestran según ellos que no hay las mejores condiciones para los reclusos. ¿Cómo puede ser que este no sea un tema entonces de común acuerdo? Curiosamente obviar el problema y ver si es parte de que una autoridad de aplicación haga cumplir la condena de esos presos es más factible que la condena misma de los presos. Extrañamente esto no se transparente, si una pena es rebajada por buena conducta, o por asuntos administrativa también se la considera nociva. Curiosamente los dardos que se usan para los sistemas previsional y tantos otros no se aplican para los sistemas carcelarios. Para peor como siempre, se busca desprestigiar el debate mismo. Jugando con las palabras, parece que todo aquel que quisiera defender la calidad de vida de una institución quiere aumentar la delincuencia, eso tiene tan poco sentido como decir que cualquiera que quiere aumentar la calidad de la educación tiene voluntad de ampliar la delincuencia. O por lo menos es suponer que la educación tuviera que llevar necesariamente a la consecución de más delitos. Curiosamente, así, Argentina invierte gran parte de sus polos. Promete lo que no puede cumplir. Si la mayoría de la gente no puede tener un acuerdo mínimo sobre las condiciones de vida de los presos, poco sentido tiene que siquiera se pueda implementar un plan a largo plazo. Un periodismo inerte no será la manera de resolverlo. La pregunta es si estará a disposición del público si lo desea, la información necesaria para entender estas políticas y si una vez que esto fuera posible esto despertase un gran interés. Ciertamente que el re-pensar una buena parte de la institución carcelaria nos da una mejor oportunidad de progreso que ir de caso puntual en caso puntual para tener como única garantía el papel de fiscal parcial de cierto medio periodístico. ¿Cuánto tiempo puede durar el interés por las cárceles, o por los grandes accidentes, o por los servicios públicos? Esto es lo que nos llama la atención. Curiosamente las noticias muchas veces dependen más de las declaraciones de los funcionarios, a veces que no tienen idoneidad alguna que la realidad. Curiosamente esto permite que las opiniones sean discrecionales. Serían los medios más persuasivos si buscasen como en tantos otros casos, las formas de lograr cámaras ocultas dentro de los sistemas penales defectuosos.

La impotencia generalizada ante algunos temas es parte de una sociedad. Parte de esa sociedad tiene por objetivo generar una intolerancia que le parece una salida más fácil, parece que se dice que no se “convive con el delito” cuando a fuerza de vivir en sociedad se va a convivir siempre con el delito. Más cuando las condiciones urbanas y de vida muestran contradicciones tan grandes. Esto es parte de una situación general. Temas como este y el de la defensa nacional pueden llenar bibliotecas enteras pero no son tan accesibles. Las campañas de miedo y de estafa sobre las cuestiones de seguridad pueden ocurrir con la misma facilidad que las ocurre en el plano económico. Aceptarlo es parte de poder fiscalizar la democracia. Tanta pasión ejercida sobre el castigo del criminal moderno tiene algo de parecido al castigo al hereje. Primero porque se busca castigar fuertemente a castigar bien, esto es busca extrañamente armar un circo, en el cual pareciera que ciertas formas de procesar son mejores que otras.

Quizá este sea un buen momento para tener en cuenta alguna de estos temas. Gracias a ellos podremos acceder a una nueva realidad. La incapacidad que tenemos frente a ciertas formas de las fuerzas de seguridad es parte del problema. Toda pena tiene que ver con una ideología y esta a su vez tiene que ver con cierta concesión a la sociedad. La pregunta es si esta es valida, pregunta al fin y justa es tener en cuenta como si en cierta época grandes filósofos abogaban por la erradicación de la pena de muerte, como supuestamente las formas de violencia política deben desaparecer y no perpetuarse, si intente por otra parte mantener ciertas formas de castigo con perfiles claramente definidos. Así por ejemplo funciona la defensa propia, el asesinato por defensa propia es parte de una dimensión extrema que incluye lo peor que le puede pasar a un ser humano, es decir ser amenazado de tal manera que tenga que matar, no un plan de acción. La defensa propia no se extiende por ente a la sociedad entera. No tiene sentido que en forma general lleguemos a la idea de lo que nos pasa radica allí.

Terriblemente porque el miedo es parte de la situación y de la percepción sobre temas como este, influye mucho el tener o no tener distracciones. Invirtiendo la situación, ¿Cuán difícil sería una situación donde la inseguridad no quedase registrada en ninguna parte? Es obvio que negar todo ese acceso a esa información sería un crimen tan grande como usarla mal. Ciertamente que tenemos que aceptar que si el autoritarismo se afianza, es más difícil poder decir ciertamente luego si un periodista puede o no puede entrar a un penal. Generar análisis sobre las soluciones y tratar de especular desde puntos de vista constructivos sería una solución realista, pero eso dejaría menos opciones para la acción de los medios de cualquier gobierno. ¿No será por eso que ciertas formas de acción de la policía no tratan de ser contrastadas con su efectividad? Jamás podremos decir que la voluntad de saber de un pueblo por su bienestar es una forma de apología del delito, jamás podremos decir tampoco que estas pautas no son las que deseamos para vivir en una mejor sociedad. Estas reflexiones son las que debemos tener cuenta. Tal vez si el activismo crece en forma exponencial, tal vez de esa manera se pueda tener una forma mejor de contención, aunque sabemos como ha ocurrido con la ONG: La Alameda (se encarga de buscar casos de tráfico de personas y denunciarlos) que su capacidad de acción para poder cambiar algunas decisiones generales de los poderes ejecutivos es escasa.

La sociedad argentina tiene que ser muy prudente con las políticas carcelarias que tiene. Ya que por el contrario podría convivir con dos horrores simultáneos, el primero la incapacidad para resolver el problema de la inseguridad, el segundo el no poder hacer que sus propias fuerzas de seguridad no aumenten esa criminalidad. Ahí es donde parece que el sistema cruje. Ya que no tiene solución alternativa, la pregunta termina por ser obvia. ¿Acaso estas “reflexiones” son suficientes? ¿Acaso no son meras imágenes que en abstracto no van a ninguna parte? Esta es una buena pregunta, pero esto nos lleva a pensar lo que es la sociedad democrática real y concreta. La capacidad para tener un debate amplio en la sociedad sobre estos temas es pertinente siempre y cuando uno trate de tener los mejores criterios para juzgar con la poca información que puede disponer lo mejor posible, si hace otra cosa simplemente creerá que avanzado demasiado en direcciones que parecen prometedoras y son parciales. ¿Acaso no será hora de interpretar esto de justa manera? No tiene sentido seguir embarrando el código penal con miles de enmiendas, no tiene sentido que las campañas políticas sigan creando una Hidra que sólo pueda ser interpretada por burocracias cada vez más complejas. Esto sólo hace a la arbitrariedad, y vuelve a las medidas inservibles. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Crítica a “Las 21 leyes irrefutables de liderazgo” de John C. Maxwell.

II- 1-Ley de tope: La capacidad de la organización está determinada por la capacidad de líder. El líder reclama la gente con más habilidad, y estos reclutan a la gente con la misma capacidad. Suponer este punto como una mera formalidad plantea muchos problemas. La capacidad de un líder puede variar de un momento a otro con formidable rapidez. No es lo mismo un líder de grupos pequeños que uno de grupos grandes. No es lo mismo una mesa chica a una plaza pública. Muchas veces un líder sólo cuenta con el apoyo indeterminado de adeptos que no termina por conocer. Esto es la clave en el espacio público. La potencia de un líder por fuera de una organización se mide por parámetros diferentes. Muchas veces no es la admiración, o la camaradería lo que lleva al poder. Muchas veces es el temor y el respeto, otras una devoción que no tiene mucha relación con quien la genera. Un líder es líder de los suyos y de su contrario. Un líder tiene que forzar a tener un enemigo necesario. El liderazgo sino

Praxis política, organizaciones y democracia:

No hay que ser superficiales. La cuestión de la actividad política tiene que ver con el sistema político en el que se vive, es decir en la democracia de carne y hueso. Hoy en día, Argentina tiene una interesante mezcla de armados políticos. ¿Cómo se hace política? La respuesta es un justo equilibrio entre movilizaciones e instituciones. En este proceso debemos interpretar que la acción es la política es la que puede dinamizar a la sociedad. Transformar a la sociedad depende de la política, los límites de la sociedad a lo largo de la historia tienen que ver con las propias organizaciones políticas. No con una sino con todas. Es decir que a partir de la organización se implementan políticas, con ellas se pueden materializar gran parte de los objetivos que se proponen. Por esto el esfuerzo, el trabajo en la política existe. No existe de por sí una relación que no sea política en todos los procesos de producción de un país, o territorio cualquiera.                                      

General Motors y Waymo disputan el automovil inteligente.

Una parte de las apuestas del futuro inmediato del transporte de pasajeros a nivel mundial tiene que ver con el hecho de que las personas no tengan cada una su automóvil, a la vez una solución más particular que simplemente el uso de transporte público, trenes y colectivos. Estas dos razones sumadas a que el segmento autos es uno de los que más paga impulsan el desarrollo de autos que no necesiten chofer para desplazarse. Justamente porque baja los costos y la manera en que las personas se relacionan con sus coches queda claro que el cambio social será muy importante. Muchos hablan de una cuarta revolución industrial dentro de la share economy. Esto puede que tenga un sentido siendo vista en el largo plazo. Muchas innovaciones ocurrieron y ya muestran que una parte del mercado de autos y de aviones, como otros bienes se manejan por medio de leasing y de los préstamos. Ya no es el ahorro y el ingreso lo que mueve a los que pueden a tener su propio coche, sino que con gastos de capita