II-
Corrupción:
Constantemente tenemos dos problemas muy grandes para
entender la relación entre la política y la corrupción. Esto hoy en día termina
en una triada que es dialéctica, “prensa, corrupción y política.” Curiosamente,
las ONG y la Prensa ,
parecen querer forma parte de algo más que los tres poderes clásicos del
republicanismo liberal: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Torpemente
ha quedado con ello aparentemente resguarda la sociedad civil, y esto es a lo
que apuntamos. ¿Puede que los que no tienen ni ONG, ni Prensa pudieran ser
victimas deliberadas de ciertas formas del Estado?
La respuesta es sí. Tanto es así, que las propias fuentes de
estas ONG y prensa pueden ser ocupadas por poderes fácticos. Esto ha sido parte
de la lógica con la cual una nueva faceta del imperialismo ha encontrado fines
legítimos para actualizar sus herramientas de dominación. ¿Quién no quiere
acabar con la corrupción en el mundo? Esta tiene el mismo sentido que la
erradicación de la pobreza y de las grandes epidemias. Lamentablemente no
existe algo que verifique que todos los bienes que estas organizaciones sean
tan buenos. ¿Cuál es el drama de gobiernos de distintos signos políticos? Bueno
la cuestión es sencilla, las nuevas ONG y la sociedad civil, no hacen mucho por
cambiar la lógica esencial de la política. ¿Acaso en la lucha contra la
corrupción no hay intencionalidades políticas? ¿Acaso no se busca algunos
corruptos más que otros? ¿No tiene esto que ver con el rendimiento económico y
las relaciones de dependencia?
Si pensamos en estas relaciones nos damos cuenta rápidamente
que se quiere mantener una gran contradicción, la cual tiene un punto a favor y
un punto en contra. La primera es que claramente todo Estado al menos desea
idealmente tener la mayor capacidad para solucionar sus problemas, o por lo
menos eso dice todo liberalismo y todo republicanismo, y en parte debería ser
ese contrato entre la sociedad, sobretodo las masas populares y el poder
político. ¿Estamos seguros que esto es un problema tan sencillo? Pareciera que
la corrupción tuviera un solo origen en una maldad ancestral, lo curioso es que
por el contrario fue parte de una lógica para convencer por medios buenos y
malos de ciertas relaciones especiales. ¿No será que gran parte de los grandes
grupos económicos están desesperados por recibir dinero del Estado? La
respuesta es sí, ahora bien, ¿Cuándo esto empieza a ser extorsión? ¿Qué podemos
pensar? Si una empresa financia porque se cree defraudada por un contrato
“corrupto” pero ella misma se encuentra dispuesta a hacer lo mismo y sólo lo
denuncia para tratar de seguir esmerilando “sociedades” de ciertos grupos
económicos, ¿cómo llegamos a pensar que esto se hace por el bien general de la
sociedad? Por esta razón las investigaciones sobre los problemas de la
administración son caprichosas y tendenciosas, esta nueva manera de hacer política,
tiene un cierto valor. Se lucha contra la corrupción como parte de la ideología
neo-liberal, en la cual se piensa que un Estado, debería dejar de ser cuando no
es tan transparente como se supone que debería. ¿Dónde está el interés
nacional, el interés de los grandes poderes internacional, y el interés
sectorial de cada uno de los implicados en denunciar? La respuesta es simple,
casi nunca existe un gobierno que orgánicamente este desvinculado con los
grupos de poder concretos. Cuestión está de saber si estos parámetros de la
corrupción se habían aplicado o no a la prensa escrita.
La prensa escrita fue la caja ciega donde se heredó la
noción de la verdad que daba la libertad de prensa. Lo cual es falso, la
liberta de prensa huelga decirlo no obliga a veracidad alguna, ni a no tener
parcialidad, todo eso queda en un cierto código de ética periodístico que es
bastante dudoso, gris y hasta tal vez banal. Ciertamente que muchas veces esto
en todo caso es una pata más que ayuda al recambio en el poder frente a la
petrificación de las grandes corporaciones a ciertas formas del estado.
Asumiendo esto, podríamos pensar que una parte importante del cambio en la
política es la relación fundamental entre este estado y estas corporaciones.
Ahí es cuando los ejes de la corrupción van cambiando y distintas personas
aparecen y desaparecen de la opinión pública. La cuestión en suma, es si se
puede avanzar hacia alguna dirección sin sufrir los embates de las guerras
mediáticas. El arte de gobernar hoy en día esta atravesada por una guerra
mediática que tiende a evitar eso que se llama la censura, la cual fue vale
decirlo una gran herramienta en el mundo occidental en todos los enfoques. Por
esto a la hora de acceder al Estado, ¿cuál sería la posibilidad de existencia
de ciertas relaciones de fuerzas que no fueran absurdas? ¿Acaso estamos en un
mundo que paso a la democracia para lucha contra la corrupción sin historia?
Ciertamente que esta iba a ser la gran estafa de la vuelta a la democracia, se
iba a volver a democracias que eran condicionadas. Las luchas por lograr por lo
menos discusiones de peso dentro de lo que eran las propias corporaciones sigue
siendo parte fundamental de la vida de un país ya que de allí se habla de la
idea misma de la economía y por lo tanto de todo lo que ella depende.
No hay que ser muy maquiavélico para darse cuenta de que
manera elemental el mundo no tiene ni tendrá una transparencia perfecta, esto
es por lo menos hoy en día tan evidente como la idea de una paz perpetua. Son
grandes ideales, pueden movilizar pero ante todo conviven con intereses que no
se quieren mover y que por lo tanto operan de la manera más conveniente para
mantenerse tal cual están. Jamás hay que pensar por ejemplo que cuando los
partidos desaparecen, el estado no puede ser ocupado por tecnócratas que no
tienen necesidad de responder ante nadie por lo que hacen. Es en realidad la
idea de que el Estado es la herramienta por excelencia para incidir en la
sociedad la que no sólo muestra como es cierto que el Estado ha cambiado su
naturaleza pero lo que no ha perdido es su monopolio al menos virtual de la
violencia física en un territorio. Entonces, ¿desde donde puede ser ideal
ajustar económicamente una sociedad sino es donde el Estado? ¿Acaso bastaría
sólo con campañas publicitarias y noticieros? Tiene sentido pensar de manera
naif que los grandes procesos llegado el caso tienen un momento político
inevitable. El que no entiende esto, no entiende que es la política
contemporánea. Democracia es un concepto que en abstracto tiene muchas promesas
que chocan por la realidad despiadada por ocupar el estado y “gestionarlo” o en
otros términos llevar políticas a través de él.
Esta manera de pensar sólo hace más compleja y actualiza los
medios de la dependencia. ¿Qué sería de los medios de los países dependientes
si entraran en guerra e investigarán a los medios de comunicación de los países
centrales? ¿Por qué en Estados Unidos está naturalizada la condición de Lobby y
nadie desgarra sus vestiduras? La respuesta es sencilla, las potencias
capitalistas compiten por el poder político en forma distinta en el centro que
en la periferia. Estas razones son las que configuran las relaciones que
determinan ciertos modelos productivos, ya que esto no puede ser en abstracto,
¿puede haber modelo más o menos corruptos que son necesarios para un interés
nacional? Y otros más transparentes que sólo podrían mostrarse como netamente
dependientes y coloniales. ¿Es sólo una mera contradicción? Es algo poco serio
pensar en estos términos, el recorrido del derrotero del país agroexportador
neto tiene formas de corrupción iguales o equivalentes a grandes partes de las
problemáticas actuales. Esto simplemente cuando es revisado y muestra justas
constancias. Lo que en realidad configura la relación diferente entre las
instituciones centrales y las periféricas. Poco tiene que ver eso por ejemplo
con las terribles condiciones de una ley que en abstracto internacionalmente
deja de lado las posibilidades reales de los estados que no pueden llegar a los
standards pretendidos.
Podríamos pensar que en realidad una buena parte de las
investigaciones sobre la corrupción, operaciones de prensa, y estrategias de
manipulación masivas tratan en suma de ser encubiertas. Pensar que no se puede
pensar la manera de mostrar y de manipular estas relaciones es fundamental, hay
cierta pasión por fiscalizar el Estado, pero es ante todo por el mismo propio
poder de la prensa. No existe esta pasión en el control hacia los grandes
grupos económicos. Cada tanto nos damos cuenta que su mal funcionamiento lleva
derroteros gigantes o a sucesivas quiebras pero jamás hay tantos fiscales al
poder privado. Lo natural en todo caso en pensar lo relativo de las fuerzas en
las peleas netamente políticas. ¿Quién y quien pierde? A lo que termina por ser
la realidad de pensar que la economía transparente parece ser tan abstracta
como el comercio justo, el respecto a la diversidad cultural y al ambiente.
Curiosamente pocos gobiernos de potencias centrales entran en crisis por
problemas ambientales, o por atreverse a usar de manera extorsiva los
mecanismos multilaterales. ¿Cuánto necesitamos para darnos cuenta de esta
relación necesaria? Tal vez la mejor estafa de la década pasada fue pensar en la Sociedad Civil como un actor
importante en la pelea contra el Estado y no haber asumido el poder omnipotente
de las multinacionales. La suma de todas las ONG poco puede hacer contra las
multinacionales. Podría pensarse entonces que el Estado funciona como la
herramienta, y se busca interpretar diversas racionalidades donde las “elites
políticas”- los funcionarios clave, son la palanca ideal para condicionar
políticas que jamás tienen que ser llevadas a elección. Ciertamente que los
movimientos sociales obviamente en sus luchas y piquetes fueron verdaderos
fiscales de los que muchas veces la prensa se lavó literalmente la cara de su
campaña previa por el estado de cosas existente. ¿Acaso esta relación no es
demasiado clara para no sospechar de los “buenos motivos” con los cuales hemos
desarrollado nuestras utopías de sociedades más abiertas de lo que en realidad
son?
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