I-
Graciosamente solemos usar muchas series de eufemismos para
poder hablar de cosas que no nos gusta reconocer, se usa sobre todo en los
ámbitos fundamentalmente escatológicos pero puede ser usado en otras partes.
¿Podemos entender realmente que es lo que decimos cuando nos hablan de
coyuntura? ¿Quién decide en el mercado internacional?
Esta respuesta es la más difícil de todas observando la
tensión entre los centros de poder mundial y la final interdependencia del
mercado. De alguna manera, estas dos son las grandes cuestiones que se tienen
en juego. Fácil es falsearlas para un lado o para otro. Muchas veces nos hartan
a repeticiones de mensajes que justamente son ideológicos porque se manejan en
el plano de la consigna. Primero de todo, humildemente hay que decir que
económicamente hablando, las crisis y la explotación demuestran que el
capitalismo es algo que siempre se reformula y no sólo eso sino que lo hace de
manera tortuosota, son los trabadores que llevan la parte más pesada a nivel
mundial los que ponen la otra mejilla. Por esta razón podemos saber lo que es
interpretar, la coyuntura una mejor economía no debería depender de la buena
suerte. Por estas razones es que justamente aplazar por siempre el tema
económico no es una gran solución. Ahora bien, ¿podemos entender realmente por
qué el mundo tiene este esquema y no el anterior? ¿Cuál fue la gran diferencia?
En primer lugar hay que entender que llegado a cierto punto, el precio relativo
de los alimentos tiene que ver con el propio éxito del capitalismo en los
últimos 20 años, si aumenta el consumo, la población desea comer, y si además
esta puja por comer carne, la demanda de granos crece exponencialmente.
La cuestión es ¿Cuánto tienen que valer los granos? ¿Cuánto
tienen que valer las carnes? Esta pregunta maso o menos, recorren los
doscientos años de historia. Esto no es menor, porque cuando se lo piensa se
entiende que hay dos factores por los cuales el mercado hace abuso de su poder
sobre las “ventajas naturales”, el poder de la economía queda relacionado con
el papel de lo militar y de lo geopolítico. Además hay que considerar unos
puntos, primero, ¿Por qué llegamos a la pesificación? ¿Qué habría sido del país
dolarizado? ¿Cuánto sería el margen del agro en dólares? Claro que estas
cuestiones no se toman en cuenta. Pero hay que tenerlas en cuenta, sin
capacidad de condicionar la velocidad y la cantidad del consumo, el país
estaría clavado en el tiempo exactamente como en el 1880 a 1930, su límite sería
la extensión. Encima de todo, para peor, en una autodestrucción, la
especulación destrozaría las bases sobre las cuales subsistía el propio país,
¿Cómo hubiese iniciado la actividad agraria en el 2001? La única posibilidad sería
que gran parte de las deudas hubiesen quedado en manos de extranjeros, los que
sí aprovecharían el poder de la renta agraria de la Pampa Húmeda.
Por esta razón, cada momento en que las exportaciones chinas
crecían, más dinero habría para incrementar la producción. Fue justamente el
crecimiento de esta industria el que hace repetir los ciclos económicos. La Soja es la unidad de
almacenamiento de proteínas más eficiente. Antes en otras épocas, el trigo era
el insumo del pan (el cual no era molido en el país en su mayor parte) y la
carne la cual era consumida en el mercado inglés en su mayor parte. Hoy la soja
es la base de la carne de cerdo, comida esencialmente aceptada por el mercado
asiático. En este sentido, engordar animales en lugares cerrados a base de
granos en grandes cantidades es una producción relativamente nueva. Está hoy
esta siendo la contra parte de la manera en que el consumo de los asiáticos los
cuales en otros tiempos consumían el pollo, desde garras, cola, piel, y otras
partes que eran de descarte. ¿Es acaso esto algo simplemente coyuntural o es
una decisión progresiva del gobierno de la República Popular
China? China sufrió un terrible proceso de apertura que generó una gran
“revolución”, abarato el trabajo mundial pero sobre todo, ayudo a que se
complementará de una manera magnífica con los Estados Unidos su primer gran
socio.
Por estas razones, las relaciones bilaterales de China y Estados Unidos son parte del “Viento de cola”, ¿es acaso el primer mundo decadente y loco? La soja es la base del proletariado más grande del mundo, y por esto, las nuevas clases medias chinas pujan por comer mejor. Entonces, pensando en que los chinos hacen un gran esfuerzo para bajar el precio mundial de la soja, lo que ocurre es que la propia expansión del mercado internacional se realiza por medio de la propia especulación. “Se siembra para tener garantías con anticipación de año a año, con el mercado de futuros, es decir se trata de reducir lo que siempre fue en el agro el gran desastre alimentario. La hambruna generalizada.” Antes que nada, todo queda resumido entre la economía real y la especulación. La inversión, viene de la mano de la especulación las nuevas tierras que se compran y de desmontan en Brasil son aquellas que se pagan solas por los precios de los alimentos. ¿Dónde estaría la especulación? ¿No es acaso el gran negocio de los nuevos interesados? ¿Qué ha hecho la gente que ha comprado campos en la argentina con este “viento”? Si la producción acompaña no es solamente por que hay un “agricultor genial”, sino que más bien hay técnicas que han dado buenos rindes y que han servido para mantener buenos rindes por hectárea. Ante esto todo el peso del viento de cola, como se le dice para que tiene que quedar en la actividad rentística. Por eso el desarrollo indiscriminado del arrendamiento y la tercerización de la explotación de rentas. ¿Tiene sentido creer aquello? ¿Cuánto han hecho las víctimas de su propio éxito? ¿Acaso ellos habrían soñado con estos precios de la soja? Todos sinceramente han acompañado al mercado. Esto es lo que entienden cierto liberalismo vernáculo que no es justamente el liberalismo teórico, no es Hayek, esla SRA ,
la que pide ser salvada en el fracaso. Es la que trata de usar su poder
sectorial, es la que no cree en el mercado como tal, es la que demanda subsidio
al gasoil pero no quiere impuestos. No tiene sentido pensar que el Estado
deformado no tiene sentido en el mercado que se podría tener. Sino que el
mercado queda expuesto a la propia naturaleza del mercado internacional. ¿Acaso
Clarín o tantos otros medios se conformarían con que la gente leyera las mismas
noticias por agencias internacionales? La respuesta sería que la realidad local
es parte de algo que es irrenunciable de lo que es la “argentinidad”, no se lo
ve así en el punto de vista del mercado interno. La simpleza de estas
cuestiones, no es para nada simple, hemos usado el endeudamiento para que
algunos no paguen impuestos. ¿Cómo pudo ser que los todos los técnicos hayan
sido tan “geniales” que con los tratados bilaterales bajaran la capacidad de
recaudación impositiva? Se esperaba que el PBI hiciera desaparecer la deuda,
eso es cierto cuando el país crece la deuda disminuye en forma relativa,
cuestión aparte es saber ¿Por qué se dilato tanto el periodo de tiempo entre
los manejos de la deuda y la siempre constante búsqueda de nuevo endeudamiento?
¿Cuántas cosas podrían hacer creíble y deseable el endeudamiento externo? ¿Esto
es mejor que cobrar impuestos al campo? ¿Puede un político pensar seriamente
que el Estado argentino está en mejores condiciones de negociar con el FMI y el
Banco Mundial que con la SRA ,
CARBAP, y las corporaciones locales? ¿Puede que la pelea con las corporaciones
locales sea peor que la pelea en desventaja con las multinacionales? ¿Cómo
podríamos obviar el problema actual? ¿Cómo podríamos pensar que existe una
verdadera respuesta? Bueno principalmente mirando la clase política realmente
existente, y viendo qué se ha hecho con los organismos multilaterales de
crédito. Entonces todo queda siempre en la re-negociación de deudas mal
tomadas, pasivos millonarios, y sectores que no quieren pagar impuestos. La
salida, claro está en modificar las condiciones permanentes del capitalismo
local pero esto es difícil por la situación de dependencia del país. El
mercado, la política y sucesivas formas de recaudación sobre todo control sobre
la evasión.
Por estas razones, las relaciones bilaterales de China y Estados Unidos son parte del “Viento de cola”, ¿es acaso el primer mundo decadente y loco? La soja es la base del proletariado más grande del mundo, y por esto, las nuevas clases medias chinas pujan por comer mejor. Entonces, pensando en que los chinos hacen un gran esfuerzo para bajar el precio mundial de la soja, lo que ocurre es que la propia expansión del mercado internacional se realiza por medio de la propia especulación. “Se siembra para tener garantías con anticipación de año a año, con el mercado de futuros, es decir se trata de reducir lo que siempre fue en el agro el gran desastre alimentario. La hambruna generalizada.” Antes que nada, todo queda resumido entre la economía real y la especulación. La inversión, viene de la mano de la especulación las nuevas tierras que se compran y de desmontan en Brasil son aquellas que se pagan solas por los precios de los alimentos. ¿Dónde estaría la especulación? ¿No es acaso el gran negocio de los nuevos interesados? ¿Qué ha hecho la gente que ha comprado campos en la argentina con este “viento”? Si la producción acompaña no es solamente por que hay un “agricultor genial”, sino que más bien hay técnicas que han dado buenos rindes y que han servido para mantener buenos rindes por hectárea. Ante esto todo el peso del viento de cola, como se le dice para que tiene que quedar en la actividad rentística. Por eso el desarrollo indiscriminado del arrendamiento y la tercerización de la explotación de rentas. ¿Tiene sentido creer aquello? ¿Cuánto han hecho las víctimas de su propio éxito? ¿Acaso ellos habrían soñado con estos precios de la soja? Todos sinceramente han acompañado al mercado. Esto es lo que entienden cierto liberalismo vernáculo que no es justamente el liberalismo teórico, no es Hayek, es
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