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Malvinas en una Agenda más amplia (V)


V- Suma de posiciones previas.

A-

La recopilación al respecto de Malvinas ha crecido en el último tiempo y cruza en síntesis diversos problemas que se han articulado de manera muy distinta, una la pregunta por la soberanía real y efectiva del continente. Lo que quiere decir: ¿qué se hace con el propio territorio nacional? A lo que se suma claro esta la división, sobre lo que son las concesiones su naturaleza por ejemplo en la explotación de recursos estratégicos y la tenencia de tierras por parte de los extranjeros dentro del territorio nacional. Lo cual en sí mismo implica toda una serie de problemas. Una de estas cosas estaba en la relación de la “Ley de tierras”. (Ley que sobre todo molestaba a los liberales, ya que complicaba la noción sobre el derecho de la propiedad (no importa cuán extensa sea con el derecho de la nacionalidad) cuestión que se ha vuelve brumosa según el momento y que claro esta tiene sus distintos adherentes. Es común por ejemplo que esta relación quede de hecho en entre comillas sobre la relación de los kelpers que no soportarían ser argentinos por ejemplo por cuestiones de carga tributaria o acceso a servicios. Argumentos que tienen que ver muchas veces con opiniones que se dan en medios como La Nación. No tiene demasiado sentido pensar hoy que las condiciones de vida de los kelpers tienen que ser necesariamente mejores y óptimas para que el paso de soberanía sea posible. En realidad analizando gran parte de sus ingresos que vienen de las regalías y de la propiedad que ya tienen en las islas con un régimen impositivo distinto o un régimen distinto como el que tiene Hong Kong con respecto de China continental, los Kelpers podrían seguir viviendo su estilo de vida en su dificultad con sus connacionales genuinos. Claramente sin embargo esto va de la mano de un discurso que no tiene demasiado sentido crítico sobre la historia. Es decir que deja de pensar en las razones que llevaron a ese dominio y que da por sentado que las cosas están mejor tal cual como están. Como verán la relación, guerra, soberanía, “estilo de vida” y tantas otras cosas quedan descolocadas muchas veces. Ya que se ocultan los núcleos de problemas verdaderos y los discursos que los sostienen.

Así por ejemplo podemos dar a conocer muchas teorías que reivindican, la fuerza del derecho de conquista. Cuestiones que históricamente se falsean con facilidad remitiéndose en distintos momentos a condiciones distintas. Justamente es por esto que en la proximidad del siglo XX, es donde debemos remitirnos para la idea del reclamo. No se trata en sí solamente de tratar relaciones de fuerza, se trata de entender la disgregación de los imperios coloniales europeos. Casos como el de Argelia fueron importantes, porque mostraron como la cuestión de la liberación nacional tiene mucho que ver con la cuestión final de la soberanía pese a que los franceses hayan considerado a Argelia un departamento de ultramar y no una “colonia” o “una excolonia”. La voluntad de terminar con el colonialismo en Argelia fue más que suficiente para poder poner fin al dominio francés. Esto es un problema en el dominio inglés actual de Malvinas, porque de alguna manera los ingleses prohíben la instalación de argentinos en las islas. Cuestión extraña, podría verse como un argumento endeble pero no lo es tanto. Una población mixta incluso de argentinos e ingleses en la isla podrían incluso (con mucha imaginación en el futuro lejano crear una tercera nación). Esto no quiere decir que esto fuese o no algo deseable sí podría ser considerado como los límites laxos de la historia y el dominio, más la manera claro está de cómo los pueblos cuentan su historia. En los lugares del mundo donde la explotación inglesa fue más brutal más voluntad hubo de liberarse para siempre de la corona británica. ¿Tendría sentido sino el fin del imperio ingles colonial en África acaso? No podemos engañarnos en este punto. No podemos engañarnos en muchos otros. Es la actitud de Gran Bretaña en general la que la convierte en una potencia colonialista. Ciertamente que eso se da en la propia Europa. Esta cuestión no es menor, mientras que la Unión Europea en un gesto paternalista imperial considera Malvinas como un territorio europeo, no considera que al fin y al cabo, los propios europeos no se respeten. Si esto pasará en Latinoamérica sería un escándalo para Europa pero por alguna razón es que Gibraltar no es una cuestión de agenda europea. ¿Alianza de burguesías europeas? ¿Debilidad de los españoles? Franco en su extremo nacionalismo, ultra unificador y ultra español, ni su monarca el actual Rey Juan Carlos quisieron problematizar a la reina Isabel II por algo será. Esto no demuestra lo que fue la realidad de la diferencia de los poderes entre los europeos. Si España no puede recuperar Gibraltar, ¿cómo se puede esperar que tenga posibilidades de negociación ante el banco central europeo? ¿Hay europeos de segunda y de primera? Parece que sí, esto es parte de la coherencia dentro de Europa. ¿Cómo no van a ser coherente fuera de ella? Fuera de ella los europeos se dividen entre sus burguesías entre las que la de los franceses, ingleses y alemanes destacan. Así es como por ejemplo España prefiere oprimir y no buscar mejores soluciones para su estado plurinacional pero se muestra dubitativa ante su reclamo sobre un territorio que es muy pequeño pero que es estratégico. Podemos decir sin jactancia que los que hace Inglaterra es el uso del realismo político ajustando su peso en las relaciones internacionales de acuerdo a sus objetivos y no a los de alguna ley o resolución de naciones unidas. Ni siquiera se respetan entre los “ricos y poderosos”, entre los “europeos” de la UE. Por eso no debemos pensar que se trata de una chicana. Los españoles verán ¿Cuál es su interés nacional? Ellos decidirán. Podemos saber que hoy como en todas partes del mundo las elecciones tienen que ver más con la economía que con el equilibrio de fuerzas. En todas partes del mundo explicitar las relaciones de dominio es un tema delicado. Así relegados a ser ciudadanos de segunda no podemos ser “liberados” o internar liberarnos. Podemos decir que en este sentido no es otra que la propia nación que sabe y que puede oprimir. Sobre la nación que es oprimida y sobre sus habitantes. ¿Es en este sentido sólo algo cultural? No necesariamente, no confía el ocupante en la simple batalla cultural o hegemónica, es decir, no cree que la preeminencia de lo inglés sea lo suficientemente. Una sobre militarización exagerada no se sabe si es una demostración de fuerza para Argentina, Brasil o Latinoamérica. Claramente con esto vemos la idea de una administración militar de Latinoamérica. ¿Reforzando el mundo occidental? ¿De quién? ¿De nosotros? ¿De otros poderes globales? La respuesta es una mezcla y es múltiple. Un territorio puede entrar en disputa por distintas fuerzas a lo largo de la historia. Por eso la palabra no es la última ni esta dada en forma definitiva. Pero si podemos saber que en parte estamos ante la situación de un desafío, al que muchos plantearían como la salida al nacionalismo. Otros los enmarcarían sobre un futuro marco de dependencias a medida que la tensión entre el eje del Atlántico con la del Pacífico se acentúa.

¿Es esto una simple especulación conspirativa? La verdad es que no, no se plantea la idea de que tenga que ver necesariamente un conflicto en el atlántico sur. Muchas veces se recurre al cinismo para pensar que el único enemigo posible de Inglaterra en el atlántico sur es Argentina, lo cual no es cierto podría serlo cualquier país de latino América, podría serlo cualquier país que quisiera una posición privilegiada de acceso a la Antártida.

Esto tiene que ver mucho con la manera en que interpretamos el espacio en mundo globalizado. Sin dudas que si pensamos que es un simple conflicto de vecindad entre dos países las cosas son sencillas. Como sabemos esto nunca fue así, en la propia guerra de Malvinas la participación del Chile de Pinochet fue vital para la victoria británica, como lo fue también Estados Unidos, como lo fueron muchos otros países. Como siempre no podríamos hacer extensivo la relación de los países que se encontraban en alianza con Gran Bretaña en ese sentido porque esto no contiene un enunciado con mucho valor. Si parece algo con sentido hacer una demostración de fuerza de poderío militar frente a una nación que no puede responder militarmente pero es una cuestión más de propaganda que otra cosa. Es decir, ¿qué clase de criterio es el rige? ¿Temer una nueva invasión? No tiene demasiado sentido. Las correlaciones de fuerzas son más brutales que antes, ¿cuál sería la meta? La globalización convertiría a Argentina en un blanco aún más fácil que los ochenta. Para peor podría poner en riesgo las empresas de capital británico en nuestro país, para peor aún desafiaría a Estados Unidos. Este es un hecho curioso porque tiene alguna resonancia parecida a lo que sería la guerra del golfo y la criminalización de las guerras. Es decir el paso de una guerra como un conflicto entre dos bandos al hecho de una guerra total, en donde un bando toma al otro por delincuente o terrorista. Esto tiene que ver con la construcción de un mundo donde la Naciones Unidas toman a los estados enemigos como enemigos del mundo. Lo cual justifica casi cualquier cosa. La naturalización del dominio británico jamás fue presentada como una cuestión de reconquista en sí. Ya que el esfuerzo nacional no es comparable al de la propia Batalla de Inglaterra. Ahí sí fueron los británicos los que defendieron su propia isla de los nazis. Cuestión importante después de todo comprender esto, ya que la victoria fue lo que clausuró el supuesto error de Thatcher en las propias islas que habían quedado desprotegidas. Lo cual fue una muestra más de la “pericia” o impericia de la dictadura, atacó no porque tuviera una fe especial, siquiera una razón providencial, pensó que porque las tropas se alejaban ellos estaban dejando las islas libres. Cuestión que no fue así. La guerra fue una mezcla entre comedia negra y tragedia, a medida que el tiempo pasa vamos comprendiendo esto. A medida que el tiempo pasa podemos entender muy de cerca como el ciclo de dictaduras de Latinoamérica, el Plan Cóndor y la guerra de Malvinas caminaban en el mismo sentido. Sentar las bases de la reprimarización de América Latina. Sentar precedentes para reclamos europeos ulteriores, ya que no solo los ingleses sino toda Europa podría utilizar este argumento para lanzarse sobre la Antártida cosa que de hecho ocurre. Ya que la Antártida como América y África puede que tenga el triste destino de quién se impone se queda con todo. Triste pero real, el largo plazo, la reglamentación del espacio, la economía y sus ciclos muestran la cara terrible. El drama de las sociedades latinoamericanas es como siempre, todo lo que soportan de cara a la explotación, todo lo que soportaron de cara a la dictadura, y todo lo que soportan de cara a la expansión del capital. En este sentido, si se lo observa, la territorialidad es parte de la historia del capitalismo o por lo menos de su ficción o de su verdad. Siempre encuentra gente que sabe valorar que un hecho como una guerra (hecho consumado y terrible) fue la mejor manera para acabar con una dictadura (genocida y terrorista por cierto) y sin lugar a dudas apoyada por Kissinger. ¿Sería demasiado ingenuo considerar que la tutela colonial tiene que ser una garantía para siempre? ¿Por qué será que los tutores siempre encuentran beneficios económicos? La doctrina de la paz perpetua termina generando la ausencia de verdaderos estados periféricos tercer mundistas ya que ellos en la perversión del control deberían ser arrasados de la faz de la tierra. Mientras que Allende fue derrocado con una inversión importante fronteras adentro y por golpes mediáticos y militares para “voltear” a la dictadura hicieron falta cientos de muertos, una guerra, una victoria de Thatcher, una alegría para Reagan (en su lucha contra el “comunismo” o lo que fuese) y sobretodo un relato que trata de decir que los conflictos coloniales son mentira y que la guerra de Malvinas fue algo tan sano y tan natural como el bloqueo anglo-francés, o las invasiones de 1806 y 1807. Seguramente Sarlo o Romero siquiera soñarían por tal comparación por considerarla contra-fáctica. Sería parte de un mito. También fue un mito de un país que no ya no es un Imperio (tan grande) que su gobierno neo-liberal o neo-conservador siquiera estaba en lo correcto por haber ganado la Guerra de Malvinas. 

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