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El Ateísmo es un anti-clericalismo: (II)


II-

El ateísmo es ante todas las cosas la primera voluntad de liberarse de lo retrógrado de la religión en todos los sentidos del término es decir en la idea de que un sistema de creencias puede ser revelado y que a la vez este es infalible literalmente. Sobre todo por extirpar las “religiones reveladas” (las creencias de más largo alcance), los objetos que debería partir para siempre al terreno de la cultura aún está en el terreno de la moral (lo cual termina por ser totalmente inútil) y del orden (el cual lo usa por excusa para organizarse casi de cualquier manera es decir para ser mera “ideología” y a la vez “misticismo”).

Por esta razón debemos implicar cuán poco nos sirve continuar especulando sobre la naturaleza de esta, poco nos sirve saber ya cuán importante ha sido si no ponemos medios y remedios para avanzar en su erradicación. Ni los santos, ni los “ejemplos morales” que quieren dar los credos generan una versión que de por sí haga de la sociedad algo más sustentable, es más son parte de aquello que termina formando parte de los tabúes de aquellas cosas de las que nada se puede decir. No sirven para mucho más, sirven para que halle fanáticos que te puedan matar no para mucho. Si fueran por propia invención serían tomados por meros esquizofrénicos pero cuando participan de cultos organizados se envalentonan en todas las formas posibles. Consignas como: ¡Cristo vence! Forman parte de ese mundillo. La guerra contra el Ateísmo ha sido una carta que han jugado todos los papados para sobrevivir.
Todos los modelos morales que cuentan con la idea de una revelación lo que hacen es desplazar el campo de la ética (estetizada por cierto en medio de un relato ideológico- en el cual sólo un solo mito o variante dado cerca de la medialuna fértil es la religión) de la interacción de los hombres con los hombres a cualquier otro plano donde: la especulación, el mito, el sentimiento milagrero (uniendo cosas porque sí siendo un ejercicio casi dadaísta tomado con una seriedad pasmosa) y otras tantas cosas ofician de lo que se quiera pero no sirven para casi absolutamente nada. Se puede dudar ciertamente del espíritu, del alma, de la propia mente y hasta de la racionalidad porque la paz del espíritu puede que sea una relajación (¿para qué pensar que tiene que ver con algo que este más allá?)  Más cuando estos modelos quieren ser trascendentes. La simple idea de un principio de autoridad infalible que encima se cree dueño de la moral absoluta fue la marca de la barbarie por siglos (Hoy sigue siendo en el despotismo de las multinacionales y en los poderes de partido único.)

Esto no quiere decir que por eso mismo, estas formas autoritarias no sigan lo que quiere decir es que la religión como actividad no tiene de por sí un fin específico (La religión tiene tantos fines como quiera dárseles ya que es un sistema inventado un juego de palabras, una mera sucesión de invenciones que han replicado reglas demasiado viejas). Su papel para homogeneizar a la sociedad podría ser reemplazado por otras asociaciones (las cuales algunas puedan ser peores o mejores pero es posible cambiar ese vacío por otra cosa dudando ciertamente del vacío del hombre moderno, es decir dudando de que ese vacío sea un vacío de revelación. ¿Por qué introducir tal cosa entonces? ¿Tiene algún sentido? ¿Vale la pena multiplicar las sensaciones de angustia? ¿Es eso profundidad? ¿No sería mejor una falta de respuestas mejor plantada?), su papel en la educación fundamental de los individuos sólo vale para verla como tal como una mera imposición que por lo tanto puede durar porque se impone y porque los humanos les cuesta cambiar. Es decir se da por fuerza de tradición (hábito mecánico) y sus prácticas se van en la tradición (porque cada uno de sus “cambios” que parece racional no fue más que la coyuntura y acompaño a cada contingente de la historia). Contrario a lo que se puede pensar, las creencias no son sistemas cerrados sino que son sistemas que van en sintonía con el funcionamiento de los sistemas de producción a los cuales responden (Es decir las religiones están dispuestas a decir cualquier cosa). Con eso se puede entender fácilmente que la cuestión teológica (¿Tal cuestión es un verdadero problema?, ¿No está más cerca del arte, de la dramaturgia?) y puede ser descartada fácilmente, lo que no quiere decir que la cultura se deshaga del absoluto, idea extraña pero presente en el lenguaje sin un conjunto de normas X. Es decir que el hecho de un “Dios” que interviene es tanto menor a medida que es obvio que todas las prácticas religiosas tienen sentido puramente pragmático y que son funcionales a distintos sistemas de dominación a la vez que son pintadas de antigüedad, es decir que tienen elementos irracionales que por antiguos pareciera que tienen algún sentido. Pero no tiene sentido creer que eso es fuerza de moral alguna. Nadie por ejemplo haría esos juicios de valor con la esclavitud como tal (aunque la religión la aprobase y las distintas religiones lo aprobasen), aunque esta subsiste hoy bajo formas modernas es decir por la sobreexplotación y la esclavitud sexual. Esto quiere decir que en el fondo, las religiones organizadas son un “qué hacer”, y por eso, la racionalización de la sociedad es parte de un proceso que en relación con el laicismo no se ha concretado del todo, es parte de la revolución social es parte de ir quitando obstáculos a cosas medianamente útiles como el pensamiento racional (limitado pero efectivo y es un paso para reconocer la humanidad y sus dificultades). Fue la burguesía, la que re-introdujo a la religión por miedo por reacción. La fachada de eternidad que puede tener una religión es algo da cohesión y muchas veces “Esperanza” (este valor es extraño en muchos casos) pero trabaja fundamentalmente sobre las premisas difíciles que ocurran. Es decir que sirve para aceptar que las dificultades son parte de algo que será superado por una simple acción. La fe en el progreso fue la manera en que se reemplazó aquello que la esperanza eminentemente enciclopedista. Es extraño entonces como el mundo de las creencias, y el mundo de: “ateos y agnósticos” son conjuntos muy difusos. Pero forman parte de los que no aprueban ni la idea de Dios ni la idea de Iglesia. No importa quien agonizante cambie de idea o quien asustado lo haga, no hay razón para pensar que la institución de por sí tenga algo de divino como la “Monarquía” que se decía “divina” jamás tuvo algo de divino. La idea cultual es parte de la creación de una “supuesta rebelión” la cual hay que pagar infinitamente. Bajo este lema la vida puede ser peor aún de lo que era. Toda religión tuvo un origen histórico distinto del hombre, así que incluso con infierno y todo, con locura, con gente torturada con Mahoma torturado gracias a Dante, el mundo está a salvo de la crónica de las desgracias. Los hombres creando campos de concentración y matanzas, policías, burocracias, poderes despersonalizados han llegado a crear “Dioses justicieros” que todo lo ven y todo lo oyen. Dioses que todo lo pueden resolver dioses que pueden condenarte incluso antes de nacer “voluntaria” o involuntariamente. En este sentido el calvinismo del siglo XXI, el neoliberalismo no se queda atrás. Pobres y más pobres que nacen en el genuino infierno, en la dominación, la única manera de perder la cordura y en medio de eso, los tótems absurdos. El fetiche en la desesperación y la pasividad que se vende como necesaria. Eso es la religión, la religión no tiene excusas. Es parte de un sistema y lo peor, para muchos casos no plantea reformarse. Por eso la propia curia es el peor problema posible para esta cadena interminable de mentiras. Seres bastantes propios de la industria del entretenimiento forman parte de un mundo que ya no tiene sentido. Por eso mismo triunfan.  No necesariamente tiene que ser más malos y más buenos que unos cuantos, algunos de ellos son eminentes personajes que poco sentido tienen. La formulación residual del clero es algo que más o menos se viene combatiendo desde la Revolución Francesa. Hoy como burocracia se defienden como cuerpo, inventando que los creyentes y ellos son algo en común. Los pastores son como gerentes y si no apelan al marketing es porque les cuesta cambiar el libreto. Hay cierta tosquedad en el gusto por la magia en los seres humanos, si las iglesias muchas quisieran que les fuese mejor deberían ser más benévolas, podrían volver a la época de las indulgencias y como ente de la impunidad podrían forma parte de lo bello de un mundo irresponsable y consumista. Podríamos decir con justicia que no hay que ser brillante para saber esto. Acabar con la Iglesia debería ser un giro fundamental para acabar con los regímenes absurdos de la historia humana. No obstante no por eso querer ilustrar a la fuerza al mundo, sino ir a la raíz a aquellos manipuladores uniformados de blanco y oro. La mentira religiosa no cabe en ninguna parte, lo que forma su estructura es un negocio, es un espectáculo, la ayuda del más allá no es una cuestión privada sino que además quiere ser un desgraciado juicio sobre nuestras vidas. Esto no quiere decir culpa pero si un cierto escozor al saber que uno de los enemigos más viejos de la integridad humana sigue en pie, porque hay gente que trata de ser distinta y esto esta muy bien, trata de ser solidaria y lo es incluso pese a su fe. ¿Qué tiene de malo eso? ¿Se ha probado una vida sin religión? No una vida huyendo de ella, sino una vida donde ella no cuente. Eso es lo divertido, no caer en la tentación de tener que vivir contrario a la religión. Occidente, y el tercer mundo deben entender que la religión revelada nada hacer por mejorar las cosas. Ciertamente si existen personas que desde la iglesia han luchado por algún que otro cambio, pero es justamente la Iglesia misma en sus términos una contradicción y esto vale para las otras religiones en su mayor parte. Hay gente que cree que la religión sólo sirve para contener las mentes desviadas, la pregunta es: ¿Desviadas de qué? Del mundo del pecado original al mundo de la Deuda externa y la acumulación originaria, la civilización que reclama ser la mejor de todas aún carga con gente disfrazada que cree que hace milagros y que además cree que sus creyentes son otra sociedad dentro de la sociedad. No se los toma como unos elementos anti-democráticos pero lo son y su fin no es otro que obstaculizar. Da refugio a la gente hastiada de estas supersticiones o que no quiere ser oprimidas por ellas simplemente porque no les placen es algo que debemos discutir. No podemos seguir ocultándolo.          

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