Rogelio llega a su casa y supone que no es tarde, en
realidad su angustia le dice que si, yo sé de buena fe que cuando escribo esto
no puedo describir este estado en Rogelio porque él nunca se describe en su
totalidad. Lo que sí se es que su casa, ya parecía el escenario y el espectador
era el regalo del Polaco, por lo que ingresó por la puerta forzada, sin duda.
Ahora no habrá problemas de ninguna especie en la interpretación solo se ve lo
que se daba la escalera ya poseía las marcas de ese asenso y es más los últimos
escalones con sangre y el olor de esta eran una cosa repulsiva pero el estomago
le fue lo suficientemente amable con él y sin quererlo le empujó hacia delante
sin duda ahora se iba acercando y podía reconstruir paso a paso. La mente en
este estado recibiendo información que se superpone y la emoción eso tan humano
que invade y deforma. Por lo que el pasillo ensangrentado se hacía más largo y
más anguloso por lo tanto algo más
intrincado. La sangre que se presentaba bajo la forma irregular de manchas
informes se dirigía primero al armario el cual estaba roto.
El ojo registraba el interior que poseía las marcas de las
uñas que resistían el ser arrastrada, y estas quedaban en el piso de manera
cruzada y profundamente. Entonces vislumbro con claridad que al final se
encontraba el baño y más sangre la puerta abierta abrigaba muchas
posibilidades.
Si los corazones humanos se aceleran en estos casos él de
Rogelio por el contrario se volvía mas lento, la sangre le era más espesa y el
corazón esforzaba por hacer su trabajo correctamente. Pasos inalterables hacia
la senda fulminante, pasos autómatas consecutivos a una voluntad que se
estrangula así misma.
En fin los minutos son relativos y ellos sin duda nos
consagran a esta noble tarea la de los finales inscriptos quizás en la lapidas,
tal vez más allá de ellas en el punto donde dudo de la existencia de algo más.
Los ojos en problemática surrealista se desenvuelven en el sueño que parece
tornarse pesadilla, no es la muerta en el fondo una composición que le reste
interés a la vida por el contrario. Así las distancia es derribada y al fin sin
más motivos dilatados en si mismos sus pulmones exhalan.
La mano de Rogelio en fin desplaza la puerta y así sin
piedad, es labor de la verdad mostrar las duras realidades, en el fondo de ese
baño. Si, se podía observar en detalle por lo que el cuerpo casi miraba a
Rogelio; este destruido, demacrado sin brillo. Por un instante la mente de
Rogelio hizo la reconstrucción metal de lo que había sido su vida, y de cómo
había conocido a esa mujer. Al fin podía verse en ese espejo roto, definitivamente
estaba deshecho a tal punto que de sus ruinas solo se podía pensar que había
sido el peor de los hombres. El cuerpo casi hablaba y reprochaba ese último
error e imprudencia, en un tono bajo y contundente decía: me has dejado morir.
El estafador casi pensaba que su infierno era más grande y más hermético que la
luz del se le había quitado.
Es de almas estoicas que todo lo contienen no padecer ante
momentos de esta clase pero este hombre era demasiado común, la aparente dureza
en su compresión su racionalidad se aplastó. Los instintos humanos que emergen
hoy se dan a tal punto que el hombre recuerda que la civilización siempre le ha
sido ajena, he ahí el despertar de un hombre. El fin de lo que él creía ser. Un
grito sordo, e insolente se mecía sobre su alma, su respiración obtenía un
mayor cauce. Todos sus sentidos cobraban vitalidad el fin de todo sus
significados se avistaba. Siendo este el contexto se sintió molesto pero a la
vez intrigado. Se queda sobre la pared, su mente se había vuelto plástica y
maleable. El cuerpo aún no era una parte tangible de la realidad.
En este momento todo se conjugó, en fin no es de mi
intención presentar los errores de manera patente sino insinuarlos. En fin el
cuerpo tomaba forma y si estaba allí. Ahora pudo llorar como un desgraciado,
sus rodillas cubiertas de la sangre de ella. Simplemente estaba transmitiendo
toda la muerte que allí se encontraba a él, sin duda pensó en eso. Pero algo le
hacía desear que fuera irreal por eso al fin se acercó a la proximidad de ese
rostro tan diferente a la belleza del original. La violencia pule, y talla de
maneras inconsecuentes con los originales.
La mosca que se movía en aquel ojo, era demasiado real. Su
ruido era real. Todo estaba siendo real, si no era la peor de sus pesadillas de
la que iba a poder despertar se encontraba lejos de eso. Descolgó a ese cuerpo
miserable para que al fin descanse de tanta tribulación. Tomó aire y salió de
allí luego de cerrar los ojos de ese cuerpo que ahora descansaba en paz, para
bien o para mal.
Abandonando el baño, sus ojos se dilataron se vio nuevamente
como un hombre aplastado, humillado. No era otra posibilidad mas que era el rey
de los miserables convencido, arroja su corona. Se mira sus manos sangrientas,
y ríe de manera insana no es más un producto de la desesperación. El suicidio
es una posibilidad tentadora pero por algo no consigue siquiera pensar en que
esto sea posible. Esta afrenta a esta mujer que era más que su amante, en su
mente se pasó la idea de que su mujer; la otra estuviera muerta pero no le
conmovía. Por fin lo sabía había perdido lo más importante en su vida y ahora
su ira estaba a flor de piel.
Cayó al suelo y retorciéndose como un gusano parecía al
punto de sufrir algún ataque.
Tirado en medio de ese terrible vagabundeo mental concibió a
ese ser sin razón que era él porque no se podía ver más como el anterior.
Maldito espejo se dijo. Pero ya estaba del otro lado, la luz
no era luz, ni la vida, la vida. La composición gramatical de las palabras
desaparecía, era ahora un perdido un inmoral. Que más daba su pasado que en la
basura se pudría, eterno era el desprecio y mejor sería que le matarán porque
el ahora se había vuelto el nuevo exterminador. Todos pagarían lo que el último
hijo de Sodoma haría.
Por fin su vida se había definido no esperaba que otra cosa
pudiera ocurrir era uno de los peores seres que los que uno pudiera llegar a
toparse.
Repuesto ante tal metamorfosis demoníaca, estaba listo. Fue
hasta ese baño, tomo la cabeza del cadáver y besó apasionadamente a la muerta.
Ahora pensaba en prender fuego la endemoniada casa.
Ya era hora de que esto ocurriera era necesario, roció con
alcohol varias de las cortinas de la casa y todo fue impregnado de llamas.
Estas se devoraban la casa, que empezaba a sucumbir, en el segundo piso partía
para siempre a la eternidad a tiniebla tal vez, Julieta la amante de Rogelio.
Las llamas tomaron todo y finalmente tomaron también el cuerpo que se redujo a
cenizas.
Rogelio ahora escribió una carta de suicidio sin duda tenía
que ser creíble, en fin la carta maldiciendo al mundo se cortaba trunca. Se
subió a su auto y se fue dejándola en él, luego de conducir e intentar el auto
en medio de un campo.
La casa como una antorcha llamó la atención de la gente, los
bomberos tardíamente se dedicaron a terminar de apagar las ruinas de ese lugar,
policía científica halló el cuerpo de la mujer asesinada, y empezó a planear
hipótesis. En este punto de especuló en que la había matado Rogelio, por lo que
se empezó una investigación rápidamente se encontró un mercedes en medio de un
campo de Santa Fe. La policía por fin pensó estar cerca de una pista, pero
encontró solo la nota y un cadáver pero no se sabía si era el de él peor
coincidía bastante.
Nota: en este punto un hombre se suicidó en se campo
realmente, cosa que sabía Rogelio, por la mafia ese hombre se había quitado la
vida allí. Lo curioso es que este homosexual poseía una pareja que se fue a
matar en el mismo sitio. La policía toma el cuerpo carbonizado de este sujeto
como él de Rogelio. En estas circunstancias es dado por muerto, y se le
atribuye el asesinato de la mujer. La policía no quiso escarbar más y así
prefirió clamar a los noticieros y los circos mediáticos.
Rogelio despierta en medio de un pueblo de Santa Fe donde se
alojó. Allí unas cuantas pesadillas le sorprendieron por lo que el descanso se
le hizo imposible. La conciencia de la muerta se volvió constante por lo que
nunca dormía ya solo ni comía ni vivía. Quizás era esquizofrénico, pero ya tenía
un objetivo matar al Polaco. Pero necesitaba gente, en fin no era cuestión
fácil. Ya que estaba solo recordaba que tenían el dinero en el banco peor parte
de él ya no la podría retirar peor la otra parte sí. Así que pensó que se
alojaría en algún lugar, tal vez San Telmo. Pasaría allí unas semanas hasta que
se le ocurriera que hacer y esperaría el mejor momento en el que por fin su
venganza sería completa.
El desayuno que se tomaba en el último día de su estadía en
Santa Fe, le puso en evidencia que su aspecto debía cambiar ya no podía parecer
el mismo. Se quito el pelo por sus propios medios y así cortado de manera
irregulara e insólita por fin se digno a salir de allí de Santa Fe. Para
volver, a Buenos Aires y a su vida.
Para este momento Fish especulaba en que verdad estaba
muerto cosa que lamentó sin duda, no demasiado pero se le haría complicado
reemplazarlo. El Polaco continuo su vida normalmente, así que sin duda estamos
frente de un violento enfrentamiento. Hasta por ellos, presentido. El gordo supuso
ahora que el Polaco lo había matado pero no le preocupaba en el fondo ni quería
saber la historia que el Polaco le contaría sobre la muerte de Julieta.
Fish encendió un cigarrillo esperando olvidarse del tema
pero no le serviría de mucho por lo que miraba el reloj de la pared, y sin
embargo no le comunicaba nada por lo que su vida continuaba igual por lo menos
por ahora. No esperaba que ese al que no le dieron importancia se volviera un
hecho imposible de manejar en el futuro.
Rogelio llega a Buenos Aires y luego se instala en San
Telmo, por lo que luego de buscar en antiguas pensiones se instala en una. Allí
donde pasa semanas se encarga de crearse un nuevo personaje y más gente se
contacta con él.
No obstante un hecho inesperado ocurre se da cuenta que él
sería reemplazado y sin embargo Ramírez ya toma su lugar ese que se quería ir a
vivir la vida tranquila en fin nunca conocemos a la gente. Esta completamente
concentrado, nuevamente Rogelio piensa en ese grupo de vengadores que le
ayudarán a terminar con toda la basura. Los días de calor ya pasaron ahora el
otoño le recibe en aquella pensión deteriorada, al final de todo estas
cavilaciones se le ocurren ideas extrañas. Trata de contactar a Ramírez pero se
da cuenta que ahora todos están en su contra que esta solo, como un perro
rabioso a punto de perder los dientes. Pero en medio de estos sucesos se
mantenía tranquilo su memoria lo mantenía en pie en un punto que él considera
sin retorno.
Pero al fin se topo con gente apropiada un grupo de locos
que se habían escapado del Borda, estos locos estaban convencidos de que un
profeta los salvaría. Los tres locos tenían una de las habilidades
extraordinarias el tema era justamente esta irascible cosa profética. Pero
estos hombres vieron en Rogelio a su mesías, él más alto dijo: Si, este deber
ser su forma, su existencia nos muestra la verdad. El estafador se fijó que
estos eran unos personajes ideales para que puedan secundarle, ya que no tenían
idea de la realidad. Peor lo más curioso es que sin duda estos trabajaban muy
bien, el petiso de ojos grandes y ansioso hacía bombas, el alto el sereno el
creyente era el un francotirador, el del medio era el más versátil en fin sin
duda. Uno de ellos era el líder, luego el vengador entendería que si era el
alto.
Lo vieron en la plaza, estos se quedan unos instantes como
si tratara realmente de su salvador. Las dudas se plantearon ante los dos
primeros pero él más alto frunció el ceño y dijo: Tiene que ser, él es el único
capaz de lograrlo. El hombre alto se acercó a Rogelio, y le mostró una cruz en
fin después de unos segundos. El estafador sin dudas en la mayor de las
claridades, le mostró una bala del revólver que tenía.
Los tres locos se postraron inmediatamente ante su salvador,
este era comprendió el mensaje. El sujeto alto dijo: Soy ángel, el señor me ha
iluminado con la posibilidad de dar muerte a la distancia. El segundo dijo: soy el mentiroso, mi poder
es el de engañar a las gentes como en Babel. El tercero: Soy el duende, y el
fuego es mi trabajo, mi dedicación. Por lo que Rogelio dedujo que: se trataban
de un esquizofrénico, un mitómano y piromaniaco. Ellos le seguían pero el
enviado de lo alto se preguntaba si eran de hecho confiables por eso le
pidieron que le mostrarán su fe. Para esto debían traer tres mil pesos, y
además debían llegar a las tres de la mañana disfrazados de médicos. Todo esto
era para que lo dejaran en paz, no tenía fe plena en ellos ni tampoco quería
arriesgarse.
Así que se fue a la pensión y en ella se pone a leer todos
los diarios y camina mucho por la ciudad que la encuentra más familiar que antes, no había otra que
comprar muchas cosas. Sin embargo al punto de enfrentar una futura miseria
nada. Pero antes de todas estas preguntas se dirigía hacia el bar de Miguel.
Pasados tres cuartos de hora, llega allí Miguel en su blanco habitual no
reconocía a Rogelio hasta que al verlo pedir el café se le cruzó la idea
posibilidad de que fuera él hombre que conocía. Con cara de extrañado el dueño
mira con recelo al hombre, pero no se atreve a decir nada, hasta que le dice:
el hombre que usted ve aquí sabe que usted quería instalar un burdel- el
cliente. Ahora Miguel al verlo así lo primero que hizo fue ir a buscar una
picada y una cerveza. Atropelladamente llego con las cosas y las puso sobre la
mesa, hasta que al fin dijo: estas muy flaco, y hecho mierda. Pero el estafador
se entrego a comer la picada comía poco últimamente pero ¿Qué te paso? : Le
preguntaron. Luego de unos bocados más dijo: Bah, si te contara te cagarias
todo che, la Julieta
esta muerta. Miguel se queda pensando y se paso un pañuelo por la frente, luego
se va y trae unos fideos con salsa blanca. Comieron y luego dijo Rogelio: Sabe
que el quibombo sé esta por armar no te creas que es tan fácil, pero el Polaco
la va a pagar. Ese cretino va a comer sangre.
En ese momento cerca de allí, los tres locos estaban
llenando de tiros el lugar llegaron a la caja por lo que obtuvieron novecientos
setenta pesos, pero el alto dijo: Cuidado, solo podemos llevar tres paquetes de
trescientos, los setentas quedan ahí como ordeno el maestro. El chino fue
muerto de una balazo, el petiso prendió fuego el local. Sin duda, el mandado
estaba hecho estos locos se dirigían ahora a la residencia de Rogelio.
En el bar terminada la comida, el estafador se levantó y le
dijo: tengo tres pesos y setenta centavos pero si los queres son tuyos. Miguel
se fue al mostrador a atender un cliente, pero igual este hombre empobrecido le
dejo la suma y se fue.
Cuando el estafador entra a su residencia ve a los locos con
tres pilas idénticas de dinero. El pequeño dice: Bienvenido, quiere fuego. Le
acercó un encendedor. Los miró el maestro extrañado se expresó: tú debes ser,
si prometeo nos a dado el fuego no debes derrocharlo. Así al fin, contrólalo.
Ustedes dos saben de lo que hablo y por eso están aquí vean
que han sido elegidos también cada uno es un miembro más de esto: Así se
expresó, pero al final gritó: Nosotros somos una iglesia, nosotros somos el
grupo pánico. Los tres locos se miraron un segundo y luego aceptaron cálidamente
la noticia.
Pasaron algunos días hasta que estos se pensaran lo
suficientemente aptos, pero los dejó. El miércoles, por fin los tres médicos y el maestro salieron a las calles.
Rogelio les mostró un revolver y le disparó a un auto repetidas veces. Dijo: Hoy
mis hijos destrozarán los autos de toda ciudad, ustedes deben asistir a
Prometeo.
Los veré a las doce de la noche en el obelisco hasta
entonces no vuelvan: así finalizo su discurso, perder la vida es poco y los
dejo en medio de la calle.
Los tres locos pensaban ya como deshacerse de tantos autos,
con este entretenimiento Rogelio buscaría finalmente a Ramírez. La pregunta es
hasta que punto el grupo pánico se volvería un asunto sustentable, el estafador
intuía que estos personajes que estaban bajo su mando eran muy susceptibles y
volvérsele en su contra inmediatamente, al fin y al cabo no existe en sí mismo
una buena razón para que le sigan solo están poseídos por aquel delirio místico
que los había impulsado hasta allí, que
más da a estas alturas de que las cosas se plantearan mucho mejor.
En el colectivo Rogelio se dirige a su antigua oficina aún
tiene la llave, por lo que entrar no sería difícil, luego de ver como se aleja
de San Telmo y se va adentrando en otros barrios hasta el destino final su
oficina. Durante este tiempo se planteo la posibilidad de que Ramírez lo ayude,
pero lo duda, más factible es que le traicione en última instancia lo tendrá
que matar. Pero cómo hacer que todas esas cosas ocurre la mafia a la que él
había pertenecido en el final solo sé de forma inobjetable que él tendría que
destruirla para deshacerse finalmente del Polaco. No existían muchas
posibilidades extra por lo que las cosas se veían como una línea recta en ella
pocas cosas se podían fugar. Finalmente piensa si sus discípulos estarán
haciendo un buen trabajo. Por lo que si estos tipos eran útiles quizás se
necesitaban más locos como ellos que encerrados en dependencias podrían entrar
al servicio activo de sus intereses, por lo que una tropa de asesinos
desquiciados conforme a un objetivo mesiánico podrían implantar el terror. Si
tenían que inventarlo algo de la nueva iglesia del pánico sin duda le creerían
hasta que el final solo sería más.
Pero el colectivo ya lo dejaba cerca de la oficina, allí
descendió al fin y al cabo eso era todo.
Rogelio, bajo del colectivo miró su reloj, la hora era la
indicada sin más que ese impulso instintivo que le llevaba lejos estaría al
borde de matarse. Caminó deprisa por la vereda mirando para ambos lados, tenía
la impresión de que algo de esto le podría afectar seriamente, al fin de
cuentas no se sabía como otro del que era ahora. No venía para buscar la paz
por lo que mejor que le podría pasar era que todos sus antiguos compañeros de
trabajo se fueran al infierno.
Ya llegó a la oficina y entró Ramírez no lo reconoció por lo
que estaba apunto de llamar a seguridad, Rogelio intuyendo esto saco su navaja
y la clavo en el escritorio. El otro le miraba aún más extrañado se preguntaba
la clase de loco que se había topado ahora. Pero mantuvo la serenidad por unos
instantes pero el efecto de la adrenalina se hacía sentir igual. Miraba con los
ojos bien abiertos a este hombre que había entrado y que se encontraba a una
distancia casi inexistente al otro lado del escritorio. Rogelio le apuntaba
ahora con su arma y le dijo: Ya que no tenes memoria te aviso que vengo para
que dejes esto te vayas de acá con la guita que juntaste y no vuelvas más. El
contador mostró en su rostro una clara muestra del desprecio que sentía sobre
este vago, que aparecía a darle ordenes pero seguridad iba a venir pronto y lo
iban a sacar a las patadas.
El estafador desquiciado dijo: Bien miserable por mí
llegaste acá, así que te vas a ir de igual forma. No obstante su antiguo socio
no lograba reconocer a su interlocutor o no quería hacerlo en cierto sentido le
beneficiaba que ese Rogelio no se le apareciera más. Si en estos momentos, él
tenía más dinero que nunca y vivía aún mejor, Fish le había dado el puesto del
difunto, supuestamente. El estilo de vida le era lo suficientemente bueno para
olvidar rápidamente los asuntos referentes a su predecesor en el cargo.
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