Ni todas las citas a todos los totalitarismos posibles como
una pátina ridícula a una democracia con muchas deficiencias pueden producir el
abismo que hay entre los análisis que se realizan y la realidad que los
sostienen. Casi hay una simbiosis que roza la estupidez, en ella, más que una
ideología en el sentido clásico hay una pretendida suficiencia. En ella se
apoya o no a un gobierno, candidato o lo que sea por una simple enumeraciones
de políticas hechas o no, esta herencia es neoliberal pero se ha empeorado y
embrutecido para generar un “Mundo Feliz” o un “1984” según las preferencias
del personaje, uno que busca evadirse o un paranoico sin remedio.
Tanto es así que llegado cierto punto, el populismo es el
diablo como el socialismo real versus la perfección del mundo, con la ausencia
del Imperialismo (el Amo ausente). Con todo, el “Estado de derecho” que no es
otro que el Estado represor se combina, y cada política redistributiva se
presta como medida más de fondo que la vida, muerte y reproducción de los
humanos que hacen a la reproducción del capital. Argentina tiene de todo pero
algunos se comen los mejores buzones, “Sólo el pueblo salvará al pueblo”, tal
vez la mejor tesis populista jamás vista, tal vez sea un juego pero de algo nos
puede decir una certeza, hay una enorme indigencia por parte de ciertos
individuos, es decir, lo que nos pasa a todos en una sociedad repleta de
información, muchas veces es la chicana y los apoyos débiles, el moralismo, y
cuestiones sin demasiado fondo, las que llevarían a elegir tal o cual opción,
es como una metáfora sobre la irresponsabilidad, eso en el fondo es un logro
más de la democracia del mercado.
El odio casi domiciliario, los recorridos sociales donde la
gente se arranca los ojos, con política o sin política, por insultar y creerse
superior a la sociedad que uno vive; no es política, sino que es simplemente
una forma de evitar el conflicto y tener mucho miedo. El populismo en alza y en
parte en crisis, es parte de esa cuestión, el populismo trajo líderes sobre los
cuales se cargaron tareas mesiánicas que fueron acompañadas por Apóstoles de la Denuncia , a cada mesías
se lo compara con el otro para denigrarlos más. Esto es lo que ocurre, la
promesa de la gran venganza, cuando los medios eficaces y eficientes es decir
las fuerzas de seguridad se comportan de una manera completamente ajena a esa
indignación indescifrable generan un bello espectáculo. Las víctimas más
profundas de la injustita quedan por detrás de las personas que con el proceso
que sea quedaron realmente sumergidas. Pero no pensar como un sistema preferir
una opinión como auténtica, más si es de un individuo sólo como la verdad pero
deformada por la híper comunicación, niega la reflexión, ya en un escalón
inferior al dialogo con el “adversario”, irreflexivamente se salta de una
preferencia a otra, y se queda en querer superar lo político como demuestran;
que si todos los procesos truncados del siglo XX no estuvieran allí para
decirnos que la vida de las sociedades se va en la política que no es más que
economía concentrada tal cual lo entendía de alguna manera Lenin.
¿Cuándo fue que las clases medias en Latino América tuvieron
la sartén por el mango? Todo el tiempo, por negarles el lugar de auténticos
obreros o por el de auténticos oligarcas quedaron por fuera de una realidad que
solía engullir en sus refriegas todo el sistema, jamás la república ideal, y
las buenas maneras pudieron crecer en Latinoamérica, en parte por ser países
periféricos y dependientes. Será por eso, que más peligroso que el
“revolucionario de café” sea el fiscal de la república, si tan sólo, cierta
perspectiva de clase se detuviera a pensar que en Latinoamérica, el continente
más desigual su presencia, ya sea electoral, social y cultural casi es efímera,
¿Qué poder creerían que tienen?
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