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Recortes Voluntariosos de la Realidad (III)


1-      Interpretaciones de Laclau qué dice y qué no dice Laclau.

I-

Bernal ha desarrollado cierto gusto por crear nuevas definiciones sobre lo que es la democracia, como Gramsci es interpretado muy libremente por Laclau, Bernal interpreta muy libremente a este último. Las distorsiones en todo caso muchas veces terminan por ser formidables.

Para empezar, ciertamente se puede ser adepto al gobierno de Nestor Kirchner pero una cosa es hablar de populismo, otra cosa es hablar de democracia en general y otra cosa es hablar de democracia en argentina. Tenemos por lo menos varias hipótesis que van en contra de los planteos de Bernal de raíz.

Hay que decir que una cosa es el entusiasmo que puede generar cosas interesantes pero en otro plano lleva a confundir peras con manzanas. Primero de todo debemos saber que los populismo no crean las democracias en todo caso cambian algunas de sus características, para bien o para mal esto tiene una idea bien distinta al planteo de Bernal. Esto es obviamente porque no es una elección la que desencadena un proceso populista. Populismos hay muchos, es un palabra que como democracia se discute y mucho resumirla a ciertas ideas sólo sirve si se es coherente. Bernal no es coherente, tiene una idea sobre lo que el considera que el gobierno de Nestor Kirchner pero no sobre lo que es el populismo. A saber, tiene sentido entonces hacerlo notar. Populismo hay en la historia muchos, en un tiempo el liberalismo los trato de gobiernos carismáticos, Max Weber los incluyo en una forma de dominación, pero los consideró como formas pasajeras. En este sentido si pensamos en planteo de fondo de Laclau, el optimismo sobre esta forma de dominación es una forma más de reforzar una tradición europea, en la cual se entiende qué quiere decir aquello de “populismo”, otra cosa es lo que aquí se llama populismo como experiencias de los 40-50, para reemplazar la imagen primera del fascismo, definición que había dado el liberalismo sobre el peronismo y el varguismo. Esto en todo caso demuestra ciertas ideas que no son todas idénticas.

Un ejemplo de ello podrían ser políticas económicas, sistemas de partidos, y las diferencias de cada país. Podríamos decir entonces que el populismo para que no sea chato tiene que ser un paraguas donde para criticar o para admirar ocurren muchas cosas. Un hombre de por sí no encarna el populismo, entender eso no es entender el populismo justamente es tomar otras ideas, léase Bonapartismo, u otras sobre todo la del carisma que puede valer perfectamente para Berlusconi u Obama. Ciertamente que esto viene de la mano de una mala interpretación de qué es el populismo. Lo que tiene de sentido de lo que se plantea por populismo es ante todo una serie de hipótesis. A) La demandas del “Pueblo” tradición “Radical” (democratizadora europea) lleva a adelante sin mediar con el parlamentarismo que se ve desbordado. Esto no es la supresión de este, ni su negación eso sería fascismo. Todo el corporativismo no es en sí populismo. Idea rara porque choca con distintos postulados más económicos que políticos y románticos en lo que es el populismo. Podemos decir que los populismo son una formula que todo lo abarca, en Laclau tiene algunas acepciones que lo hacen creíble.

Su formula muchas veces se ha criticado tan abierta como la de democracia. Esto en parte por la cantidad y números de casos que tiene. Por lo que no tiene demasiado sentido pensar en las fórmulas de si Menem, Alfonsín o De la Rua eran o no democráticos, donde entraría Duhalde, aunque el mismo sería una excepción más en el esquema de Bernal donde no siempre se detalla el porque. Por estas razones hay que pensar si ciertamente si la “Razón Populista” es tan sólo un libro y no una Biblia. Hacer una “Biblia” este libro es parte de la manera de ignorar los orígenes de Laclau y las preguntas más interesantes que se hace. Ni siquiera tiene valor para la tribuna ya que el error es burdo y no tiene que ver con el proceso político en el sentido del futuro sino que más bien mostraría el populismo como lo que pasó. No podemos estar seguro realmente si el proceso se da desde el “discurso” o de la “realidad”, usando a estos dos como realidades opuestas.

En síntesis en realidad lo que ocurre no viene a la semblanza de la persona de Kirchner, no tiene que ver la biografía un papel relevante en las ideas del populismo como tal. La idea de una personalidad a la cabeza de un proceso histórico, vale para San Martín, Lenin, Kirchner, Menem o Napoleón tienen que ver con otras cuestiones. Forma parte con la historia de un movimiento que con el tiempo tiene que hacer en su memoria un balance sobre ciertas figuras. Eso generó reacciones muy diversas, en la URSS generó un desarrollo gigantesco de lo que fue el PC, en el menemismo algo similar con un PJ que combino la lógica de la pobreza estructural con la burocracia sindical corrupta y podrida, a lo que se sumo la lógica ocasionalista de salir a ganar elecciones.

Las gestiones como tales en números y en cifras no son objeto de las teorías populistas ya que estas no son de alcance medio. No hay teorías de alcance medio sobre el populismo, estas son parte fundamental de lo no pensado aún. Bernal las da por sentadas, la idea de un movimiento con aristas de cuadros políticos, es un desafío en Brasil, en Venezuela, en Argentina. Hasta ahora mismo tenemos un problema, que al igual de lo que fue el estatismo, y otros “ismos”, puede que en Argentina haya más de un partido “populista”. Aunque haya un “populismo” verdadero y uno falso. Esto no es lo más importante de la especulación, empobrece pensar siempre en las mismas vías y en los mismos moldes. Ya que Carta Abierta puede ser un espacio de reflexión pero no es todo el desarrollo teórico del país ni por mucho. Laclau es un claro ejemplo de un proceso que sale de un lugar completamente distinto que Carta Abierta, London School of Economics, no es justamente un nucleamiento coyuntural. ¿Hay que decir esto dos veces? Se juega tres conceptos claves, “Totalitarismo”, “Democracia” y “Populismo”.

Con estas nociones hay ciertos problemas. Uno de ellos está en la manera en que se abordan algunas cuestiones. Primero y principal, la lógica propia del populismo es una que ni los partidos, ni los líderes pueden manejar. Hay que pensar que los partidos a fuerza de construcción se hacen instituciones. Es decir que una parte de las organizaciones oficialistas como opositoras, contienen una parte de la idea de movilización sin banderías que muchas veces se ha idealizado. En abstracto, se puede creer que un movimiento puede gobernar cincuenta años, pero eso es falso. Son varias oleadas de un movimiento, con traiciones, defecciones y cambios los que pueden impulsar un proceso en 50 años. Bernal se adelante velozmente a los tiempos de la política, y eso está mal. No tiene sentido hablar de Kirchner como alguien que se murió hace décadas. No todo lo que se hizo está consolidado, para bien o para mal, sino los desafíos serían otros. Ese “otros” es importante. Sino la intelectualidad se mece en lo peor, crisis que tuvo la propia intelectualidad neoliberal. Porque se puede hablar mucho de que hoy se vive en un “Relato” o en un “Simulacro” pero no poder describir su origen previo es lo que hace ridícula cierta tentativa de crear un discurso que supere de algún que otro punto de vista lo que pasa actualmente. Esta fue la crisis del primer liberalismo frente a todas las formas de intervencionismo que aparecieron del 14´ al 30´, pero no a las formas del neoliberalismo del 74´ al 00´. Es decir nadie teme por la aparición de otro Hayek hoy pero eso no significa que no sea posible. Ante queda preguntarse cuál es la idea de fondo sobre quiénes piensan el populismo y quienes piensan como Rinesi formas distintas de “democracia” o los que creen que es Kirchner y no la sociedad la que hizo la diferencia como Feinmann que suele poner a Nestor y Cristina Kirchner como creadores del proceso. No hay que confundir, no toda la oposición ni todo el oficialismo hablan de lo mismo y eso puede ser una respuesta crítica. 

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