1-
Interpretaciones
de Laclau qué dice y qué no dice Laclau.
I-
Bernal ha desarrollado cierto gusto por crear nuevas
definiciones sobre lo que es la democracia, como Gramsci es interpretado muy
libremente por Laclau, Bernal interpreta muy libremente a este último. Las
distorsiones en todo caso muchas veces terminan por ser formidables.
Para empezar, ciertamente se puede ser adepto al gobierno de
Nestor Kirchner pero una cosa es hablar de populismo, otra cosa es hablar de
democracia en general y otra cosa es hablar de democracia en argentina. Tenemos
por lo menos varias hipótesis que van en contra de los planteos de Bernal de
raíz.
Hay que decir que una cosa es el entusiasmo que puede
generar cosas interesantes pero en otro plano lleva a confundir peras con
manzanas. Primero de todo debemos saber que los populismo no crean las
democracias en todo caso cambian algunas de sus características, para bien o
para mal esto tiene una idea bien distinta al planteo de Bernal. Esto es
obviamente porque no es una elección la que desencadena un proceso populista.
Populismos hay muchos, es un palabra que como democracia se discute y mucho
resumirla a ciertas ideas sólo sirve si se es coherente. Bernal no es
coherente, tiene una idea sobre lo que el considera que el gobierno de Nestor
Kirchner pero no sobre lo que es el populismo. A saber, tiene sentido entonces
hacerlo notar. Populismo hay en la historia muchos, en un tiempo el liberalismo
los trato de gobiernos carismáticos, Max Weber los incluyo en una forma de
dominación, pero los consideró como formas pasajeras. En este sentido si
pensamos en planteo de fondo de Laclau, el optimismo sobre esta forma de
dominación es una forma más de reforzar una tradición europea, en la cual se
entiende qué quiere decir aquello de “populismo”, otra cosa es lo que aquí se
llama populismo como experiencias de los 40-50, para reemplazar la imagen
primera del fascismo, definición que había dado el liberalismo sobre el
peronismo y el varguismo. Esto en todo caso demuestra ciertas ideas que no son
todas idénticas.
Un ejemplo de ello podrían ser políticas económicas,
sistemas de partidos, y las diferencias de cada país. Podríamos decir entonces
que el populismo para que no sea chato tiene que ser un paraguas donde para
criticar o para admirar ocurren muchas cosas. Un hombre de por sí no encarna el
populismo, entender eso no es entender el populismo justamente es tomar otras
ideas, léase Bonapartismo, u otras sobre todo la del carisma que puede valer
perfectamente para Berlusconi u Obama. Ciertamente que esto viene de la mano de
una mala interpretación de qué es el populismo. Lo que tiene de sentido de lo
que se plantea por populismo es ante todo una serie de hipótesis. A) La
demandas del “Pueblo” tradición “Radical” (democratizadora europea) lleva a
adelante sin mediar con el parlamentarismo que se ve desbordado. Esto no es la
supresión de este, ni su negación eso sería fascismo. Todo el corporativismo no
es en sí populismo. Idea rara porque choca con distintos postulados más
económicos que políticos y románticos en lo que es el populismo. Podemos decir
que los populismo son una formula que todo lo abarca, en Laclau tiene algunas
acepciones que lo hacen creíble.
Su formula muchas veces se ha criticado tan abierta como la
de democracia. Esto en parte por la cantidad y números de casos que tiene. Por
lo que no tiene demasiado sentido pensar en las fórmulas de si Menem, Alfonsín
o De la Rua eran
o no democráticos, donde entraría Duhalde, aunque el mismo sería una excepción
más en el esquema de Bernal donde no siempre se detalla el porque. Por estas
razones hay que pensar si ciertamente si la “Razón Populista” es tan sólo un
libro y no una Biblia. Hacer una “Biblia” este libro es parte de la manera de
ignorar los orígenes de Laclau y las preguntas más interesantes que se hace. Ni
siquiera tiene valor para la tribuna ya que el error es burdo y no tiene que
ver con el proceso político en el sentido del futuro sino que más bien
mostraría el populismo como lo que pasó. No podemos estar seguro realmente si
el proceso se da desde el “discurso”
o de la “realidad”, usando a estos
dos como realidades opuestas.
En síntesis en realidad lo que ocurre no viene a la
semblanza de la persona de Kirchner, no tiene que ver la biografía un papel
relevante en las ideas del populismo como tal. La idea de una personalidad a la
cabeza de un proceso histórico, vale para San Martín, Lenin, Kirchner, Menem o
Napoleón tienen que ver con otras cuestiones. Forma parte con la historia de un
movimiento que con el tiempo tiene que hacer en su memoria un balance sobre
ciertas figuras. Eso generó reacciones muy diversas, en la URSS generó un desarrollo
gigantesco de lo que fue el PC, en el menemismo algo similar con un PJ que
combino la lógica de la pobreza estructural con la burocracia sindical corrupta
y podrida, a lo que se sumo la lógica ocasionalista de salir a ganar
elecciones.
Las gestiones como tales en números y en cifras no son
objeto de las teorías populistas ya que estas no son de alcance medio. No hay
teorías de alcance medio sobre el populismo, estas son parte fundamental de lo
no pensado aún. Bernal las da por sentadas, la idea de un movimiento con
aristas de cuadros políticos, es un desafío en Brasil, en Venezuela, en
Argentina. Hasta ahora mismo tenemos un problema, que al igual de lo que fue el
estatismo, y otros “ismos”, puede que en Argentina haya más de un partido
“populista”. Aunque haya un “populismo” verdadero y uno falso. Esto no es lo
más importante de la especulación, empobrece pensar siempre en las mismas vías
y en los mismos moldes. Ya que Carta Abierta puede ser un espacio de reflexión
pero no es todo el desarrollo teórico del país ni por mucho. Laclau es un claro
ejemplo de un proceso que sale de un lugar completamente distinto que Carta
Abierta, London School of Economics,
no es justamente un nucleamiento coyuntural. ¿Hay que decir esto dos veces? Se
juega tres conceptos claves, “Totalitarismo”,
“Democracia” y “Populismo”.
Con estas nociones hay ciertos problemas. Uno de ellos está
en la manera en que se abordan algunas cuestiones. Primero y principal, la
lógica propia del populismo es una que ni los partidos, ni los líderes pueden
manejar. Hay que pensar que los partidos a fuerza de construcción se hacen
instituciones. Es decir que una parte de las organizaciones oficialistas como
opositoras, contienen una parte de la idea de movilización sin banderías que
muchas veces se ha idealizado. En abstracto, se puede creer que un movimiento
puede gobernar cincuenta años, pero eso es falso. Son varias oleadas de un
movimiento, con traiciones, defecciones y cambios los que pueden impulsar un
proceso en 50 años. Bernal se adelante velozmente a los tiempos de la política,
y eso está mal. No tiene sentido hablar de Kirchner como alguien que se murió
hace décadas. No todo lo que se hizo está consolidado, para bien o para mal,
sino los desafíos serían otros. Ese “otros” es importante. Sino la
intelectualidad se mece en lo peor, crisis que tuvo la propia intelectualidad
neoliberal. Porque se puede hablar mucho de que hoy se vive en un “Relato” o en
un “Simulacro” pero no poder describir su origen previo es lo que hace ridícula
cierta tentativa de crear un discurso que supere de algún que otro punto de
vista lo que pasa actualmente. Esta fue la crisis del primer liberalismo frente
a todas las formas de intervencionismo que aparecieron del 14´ al 30´, pero no
a las formas del neoliberalismo del 74´ al 00´. Es decir nadie teme por la
aparición de otro Hayek hoy pero eso no significa que no sea posible. Ante queda
preguntarse cuál es la idea de fondo sobre quiénes piensan el populismo y
quienes piensan como Rinesi formas distintas de “democracia” o los que creen
que es Kirchner y no la sociedad la que hizo la diferencia como Feinmann que
suele poner a Nestor y Cristina Kirchner como creadores del proceso. No hay que
confundir, no toda la oposición ni todo el oficialismo hablan de lo mismo y eso
puede ser una respuesta crítica.
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