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Lanata versus Lanata, historia de una metamorfosis argentina:


Cualquiera pensaría que se trata de un traspié más en esa carrera interminable de lo que fue ensalzar o despreciar a Lanata. Podemos pensar hoy que se trata de formulas varias sobre algunos mitos que rodean nuestras cabezas con facilidad. Entre ellos, ¿Qué es la democracia? Pero podrían ser otras cosas más. En realidad, lo belicoso de lo mediático muchas veces se devora la idea fundamental de algún conflicto político más profundo. Lanata hoy es signo paradigmático de los tiempos. Tanto que su carrera y su final hoy tienen que ver en parte de lo que pasa en esta idea un poco apurada de dar batallas culturales que muchas veces no se cimientan. Ciertamente que en eso se basa mucho de lo que hoy vemos como novedad. Lanata tiene el rasgo de lo que es pasar a formar parte del “Mainstream” (todo contenido que los grupos dominantes creen un valor necesario y útil, hablar de corrupción sin desigualdad es un ejemplo de ello), definición que es correcta para lo que ha pasado, hoy más homologado que nunca sus críticas son más parte de esa homologación que lo ingeniosas que puedan ser, cuando Lanata decía que te metían el dedo en el orto en 2001 no parecía cool, no parecía rebelde sino más bien registro más amargo de la realidad, ¿Qué pasa hoy?

¿Tiene sentido esto? Realmente sí, parte de la idea siempre vigente de que el que se supone el más mirado tiene una serie de puntos generales que creen que llegan a todos. En este sentido, ¿será cierto que todo el arco opositor realmente se desvive por la corrupción? Es poco serio que el presidente de la Bolsa de Comercio siendo nombrado por el “peor vicepresidente de la historia” (por la prensa) en una conferencia según los titulares jamás haya sudado por las supuestas implicaciones en actos de corrupción. Ciertamente que estas cosas son graciosas y no por poco. Siempre se buscan malos ejemplos para llegar a ver lo que se cree como fundamental, es raro por ejemplo que Clarín muestre el desarrollo de grados de estado como el sueco. ¿Por qué el modelo sueco sería una mala noticia? ¿Sería porque el avance del Estado puede ocurrir incluso sin movimientos populares? La respuesta es sí. Los servicios públicos desastrosos de Macri no se explican por movilizaciones de violentos uniformados como se pretende o sí, ¿Macri es o no autoritario? Lo blanco del relato de Clarín comienza allí.   

Los neoliberales argentinos pragmáticos desde el Alvearismo “liberalismo pro-británico y pro conservador en general”, hasta la UCeDe tiene en común que son los verdaderos liberales. No son Milton Friedman, ni Hayek los que realmente meten las manos en la masa en este país. ¿Cuántos economistas críticos jamás llevarían a cabo una tarea como ministros de economía?  (con la presión que eso implica) Ciertamente que los tecnócratas pueden estar afuera o adentro del Estado pero muchas veces la recubierta del tecnocratismo y de la capacidad no llega a la realidad. Sin reflejo se conforma una gran patina de todo lo que faltan y los objetivos parecen inmediatos, una simple cuestión de voluntad pero se termina viendo que no era así. ¿Por qué los medios se desesperan ahora en sostener a De la Sota y a Scioli como parte de la última salida?  ¿No será acaso la miseria de una filosofía que termina aceptando el ajuste de cualquier manera venga de la mano de quien venga? Jamás se piensa en que haya que superar la idea de una economía que tenga que mantener el empleo y a la vez no tener inflación, porque esto es lo más complicado de responder y no cierra en ninguna parte, se prefiere diagnosticar. Muchas veces eso sirve porque los puestos de trabajo son los de los otros. En este sentido, los partidos que llegan al poder y hacen el camino de la “Libertad” tienen sus propios empleados superfluos, y además mantienen una parte de los regímenes de privilegio. Jamás un neo-liberal se maneja en Argentina por lo menos como un mero empleado. Ya que la mayoría de ellos jamás fueron en su vida meros empleados ¿Para qué engañarse?

Para mejor si lo pensamos un rato, la razón porque estas cosas apenas se entiendan no es menor. Cuando los periodistas son tendenciosos van creyendo con el tiempo en una coherencia que no tienen. La profecía se auto-cumple cuando la gente se hace eco de una opinión es curioso que esto sea parte de la forma en que se entiende la representación. Los dueños de la opinión tienen que ser sus profesionales. Es por eso cuando entendemos que las malas preguntas, y las malas respuestas van de la mano. La obsesión por la primera mandataria tiende a pensar que hay cierta tendencia a estar convalidando la idea de una sola autoridad relevante. No gastar tiempo en pensar en qué piensan los otros a menos que despunten en las encuestas demuestra cuán poco le interesan realmente los cambios en el país. Tener una gran política con el dólar es algo que Argentina no pudo tener en 30 años de democracia, que no se tome en cuenta y que se crea que la clase media iba a zafar de gran parte de los ciclos económicos es muy infantil y demagógico tal cual se entiende lo que es costo de vida. Pero extrañamente se prefiere remarcar la inflación que por ejemplo remarcar el papel de las organizaciones de consumidores y su poder en el mercado. ¿Se puede o no luchar como consumidor? ¿Para qué los derechos a los consumidores sino? Ciertamente que es lo que genera la idea de vacío que tanto asco les genera. También hacemos falsos ecos de la democracia cuando las idealizamos, como lo hacemos con la libertad de expresión. La democracia no siempre pide lo mejor de lo mejor para todos, y no por eso tiene que ser tomada como una forma más de ciertas pautas que se olvidar fácilmente. Su nacimiento más humilde y gris es como forma de validación de políticas de Estado, uno puede amar/odiar políticas de Estado pero eso no hace a la democracia. Claro que esto muestra lo más propio de los intereses en Argentina. Ni por nada del mundo deja en claro que son los derechos en sí, cuando una tribu indígena no es vista porque están lejos, ¿No habría que preguntarse por qué se defiende tanto a un multi-medio?  Claro que tiene una respuesta simple, es “responsabilidad del estado”, ahora bien ese Estado que debería ser universal además debe tener por fin inmediato por ejemplo la cuestión dólar y debe por ejemplo ser contemplativo con el tema Malvinas sólo porque a un grupo de gente le convence. Cuando esto se dice así, pareciera que se dijera poco pero se dice mucho. Es esto lo que se hace con la democracia argentina, nuestros liberales argentinos cuando les conviene nos cuentan que hay “sobre” y “sub” representación. Ahora bien eso cree que es algo que vale poco. Creen por ejemplo que el “populismo”  y el “institucionalismo” se dan de manera pura. Tal cual como la idea de la Constitución. Poco importa que la oligarquía haya hecho una constitución a medida y que incluso haya usado la fuerza militar, el soborno y el ahogamiento fiscal. ¿No se ahogo la Confederación Argentina frente a Buenos Aires frente a su “secesión”? muchas veces las palabras del pasado parecieran que dijeran cosas que hoy son raras. La enorme cabeza de la Argentina, la ciudad de Buenos Aires que es capital y a la vez un ámbito sobre-representado y terriblemente mal administrado es una caja de lobby de los grupos más poderosos de Argentina que usan a la propia realidad local como una muestra más de lo que es la historia real de nuestro país. Por eso nuestro parámetros tiene siempre una necesidad clara de pensar, ¿Cuál es la realidad que toca? Siempre con la doctrina del merecimiento. Doctrina que en el fondo es la que nos hace pensar, quién debería estar al frente del país. La verdadera historia, es que la mediocridad de un estado como el argentino podría responder muy bien parte de la decadencia del 1930. Todo lo que vino después podría ser un juicio divertido, sobre qué hizo con la riqueza la oligarquía. Pero claro que en esos momentos la idea de corrupción era una denuncia de un Leandro N Alem. La idea de que una revolución contra la “corrupción” iba a cambiar el régimen fue algo que fracaso. ¿Podría ser esto una muestra de la política realmente existente? Ciertamente que muchas veces se idealiza al siglo XIX como si fuese un momento en que éramos tan jóvenes que todo lo que pasó era necesario. Es curioso entonces que los políticos de un país no cambien tanto. ¿Eso muestra que la clase media hace mucho o hace poco por su política? Ciertamente que en este sentido, las súper-oferta es parte de la manera en que los argentinos piensan que todo irá bien. El Cepo al Dólar es la manera corto plazo para no pensar en una política energética ambiciosa, y en un plan para hacer crecer más al mercado interno. Estas dos serían las salidas a la siempre complicada balanza comercial. ¿Tiene sentido decir que si el mercado interno un día fuera mucho más grande de lo que es hoy la vía que quedaría para el saldo exportable sería menor en comparación? Ciertamente que la salida de la soja, es tan útil como la salida de la lana, del churrasco, o del producto agropecuario del futuro, ejemplo: La colsa que se usa para hacer biocombustibles y tiene baja retención. ¿Tiene sentido insistir con lo mismo? Parece que muchas veces podemos aceptar que algunas cosas anden bien otro mal. Entonces claro que no podemos gestionar, si un Estado no se puede gestionar a sí mismo será gestionado por otros. Todas las colonias o semi-colonias tienden a ser mal administradas. Curioso es, entonces que se muestre sólo una parte. Mostrando sólo una parte no se entiende como la política va a dejar de ser propaganda. ¿Cuándo los medios criticaron al gran negocio de embolsarse dinero pasando publicidades de cualquier partido?  ¿Cuándo fue el momento en que se asquearon? Si tuvieran que ceder gratis espacios de sus publicaciones para difusión de políticas de cualquier gobierno provincial, ¿aceptarían gustosos o pensarían que se pierden un negocio? Claro que esto va en contra de la lógica del negocio. Entonces es difícil saber donde termina la frontera de la política, los negocios y el periodismo. Claro estas cosas son las que por ejemplo dejan las manos libres para la propia mala administración, nuevamente cuando las provincias se prende fuego, mejor es pensar que la nación hará algo por ellas. No saber quienes son para gran parte del país los que digitan la realidad de cada provincia sólo nos deja con lo provisorio. ¿Cuántos funcionarios de algún gobierno electo gastarían tiempo en responder a Lanata? ¿Larreta lo haría? Ciertamente hemos idealizado tanto que encima creemos que las conferencias de prensa son ante todo algo que se da seguido y que además se dan sin influencia. Claro que podemos entender lo que son los públicos hostiles. Alfonsín en su discurso en la Rural muestra cómo el mejor de los “dialogismos” siquiera es valorado. Es raro que con ese precedente de tribuna, con el ideal de “yo hago lo que quiero”, el “poder es mi empleado” cuando en realidad, sería el empleado de todos, y todos es algo como siempre difícil de responder. Eso también puede que forma parte de la “sociedad soberbia” como nos suelen remarcar.

Esto es lo peor que nos ha pasado a nivel intelectual. Ya no hay siquiera gente que se ponga a plantear ya que es intelectual cosas que esté totalmente afuera de la agenda. Por eso estamos en una situación interesante. No hemos avanzado en otra cosa que en la escala de la denuncia permanente. Método que en los 90´ servía para perjudicar la intención de voto pero no para resolver problemas. Por esta razón, cuando algunos temas son tragedias y otros son problemas, el sesgo es tan evidente que cuesta pensar en otra cosa. Por eso cuando se nota que la voluntad de criticar al poder judicial por ejemplo no puede quitar a los últimos jueces de la dictadura, cuesta pensar que se va a poder tener una buena base para poder buscar “independencia del poder”. Por esta razón confundir los términos es la comodidad para vender el interés general. ¿No puede hablar Lanata de la miseria de Ledesma? Claramente no, porque eso sería ser demasiado juicioso. Puede hablar Lanata de la riqueza de Pedraza, ¿puede ir a la puerta de su edificio y decirle a su portero si lo deja entrar? ¿Tiene Lanata ganas de aconsejar a Moyano como tiene ganas de hacer otras parodias? Lanata como se llevará ahora con la idea de un Barrionuevo, un genuino gremialista que trato de ser siempre anti-k. Lanata no pierde el tiempo en cosas que no “interesan”. Hablar de López puede que no cierre en sus esquemas lo tienen que hacer otros. Por eso el tiene un raiting pero eso no quiere decir que le sobren temas para hablar. ¿Cuánto tiempo le va a dedicar a Monsanto? ¿Cuánto tiempo le va a dedicar a la medicina prepaga? ¿Cuánta voluntad tenemos en saber tantas otras cosas? Claro que con la idea reinante de que Argentina está condenada al éxito o al fracaso, todo es más sencillo.

Esta es la miseria del periodismo vernáculo. O mejor dicho su estilo, y si su estilo tiene algo de leguleyo es por una cuestión de sentido de la oportunidad. Pro eso cuando se piensa en la constitución se tiene un sentido bajo cuando se piensa en una colección de derechos en abstracto. ¿No tiene sentido decirlo? Si dos personas que son ricas en nuestro país hacen lo mismo que dicen no querer que pase es decir condicionar a la justicia con su dinero e influencia. Hay veces que la idea de una “ingenuidad” extrema puede funcionar. Pero parece que no siempre cierra. Por eso cuando se piensa en la manera en que se manejan los monopolios, cuando se entiende la preocupación de la prensa en atacar sus propias fuente no se sabe qué pensar. Creer que la libertad de expresión siempre genera buenas cosas es algo tonto a ingenuo como pensar que todos los gobiernos hacen las cosas bien. Es como creer que todas las críticas son acertadas. La buena voluntad para con los propios contenidos periodísticos tiene siempre correlatos claros. Carrió muchas veces simbolizó aquella mujer que iba a los medios a decir lo que los medios querían escuchar pero no que hacía lo mismo para con la propia prensa. Jamás Carrió uso su fuerza y su energía para enriostrar a la prensa su papel discrecional con las distintas administraciones. Claro que eso es parte del mito, parte de lo que se dice y no se cuantifica. Entonces es claro que la miseria del periodismo genera cierta cuota de realidad. Es decir cuando aparecen noticias que realmente conmueven. Pero claro que eso no es el rol fundamental del periodismo. El periodismo es una pequeña parte de la sociedad. Creer tanto en partidos, como en diarios en casos donde se necesita un consenso más amplio muestra como realmente no se quieren ver grandes procesos. Tanto así que para cuando las privatizaciones llegaban al país venían de la mano de Angelloz o de Menem en igual forma. La no alternativa en esa elección es parte de la ridiculez en la cual se manejo una buena parte de lo que iba a ser la Reforma del Estado. Cosa que salió mal incluso desde su versión optimista. Cosa que hoy mismo se está tomando como la calamidad. Cuando se pensaba que el derrame iba a generar riqueza y trabajo se manipulaban las intencionalidades con la misma fuerza con la que hoy se tocan los precios. Ciertamente que en ese momento ver que preocupantemente el nivel de empleo bajaba y que el empleo genuino no subía no fue causa de cacerolazos. ¿Será que sólo es un tema mediático? ¿Cuánto tienen de financiero los cacerolazos que siempre vienen de la mano de escasez de divisas o de corridas bancarias? Las primeras quiebras del sector privilegiado de los 90, los bancos ocurrieron en 1995, nadie reparó en ese momento con una fuerza desesperada que era el preludio de la crisis bancaria más grande de la argentina diciembre de 2001. ¿Acaso pensamos que el Banco Galicia se sostuvo por la genialidad de su gente? Cuando los bancos quebraban y nadie se justificaba fue la única vez que en argentina por un periodo de tiempo breve se veía a los banqueros con una moral tan similar a los detestados políticos que daba calambre. Casi se podría decir que eran lo mismo, huían en un sálvense quien pueda. Ahora bien, eso no puede formar parte de la realidad actual. ¿Imaginan a un Lanata yendo en contra del Citibank, Standard y compañía? Pocas veces se piensa esto. Lo que pasa hoy en España pasó y puede que vuelva a pasar en Argentina. Pocas veces, se tentó alguien a buscar la intimidad de hombres de poder de estas características. El poder es algo complejo y el patrimonialismo alcanza muchos actores distintos. No es reconfortante para cierto periodismo saber que gran parte de sus auspiciantes están desesperados por embolsar contratos fraudulentos con el Estado que dicen aborrecer.


El grupo Roggio en sí mismo podría ser digno de investigación y de juicio, lo mismo vale para los Cirigliano, cuestión que estos buenos muchachos son la cara existente d de la privatización. Estos son los privados realmente existentes que se hace cargo de los servicios públicos. La idea de una eficiencia y de una inversión acorde al lucro jamás llegó. Pero ahora no importa a Lanata ni a nadie, menos cuando no conviene pensar que al fin de cuentas los grandes robos de argentina, vienen de la mano de la evasión y donde entonces, el IVA paga más la AUH que los patrimonios de las multinacionales. Por eso cuando la plata se queda corta y a la vez hay que alentar el plan de inversión extranjera que siempre es un negociado que ningún periodista optimista del mercado puede defender apenas hay una suerte de eco. ¿Hasta cuando insistiremos en pensar que lo peor es el voto a los 16 años? Cuando muchas veces cuando en argentina no se ve una cosa es porque no se la quiere ver. ¿Cuándo se va a decir que el modelo sojero con o si n retención envenena, desertifica y arruina el ambiente? Ciertamente que en estos casos, parece que hay ciertas cosas que se olvidan. ¿Cuántas cuesta pensar que el viento de cola tiene tanto que ver con la concentración de los latifundios que muchas veces un viento de cola para algunos pocos? Y así la cadena podría seguir.

Razones sobran para expresar la idea. Hay muchas cosas en argentina que no tienen que ver con el gasto público, también hay muchas cosas que tienen que ver con ciertas pautas ciertas decisiones que se dan en marcos no tan generosos como se podría creer. La idea que el mundo feliz es un mercado sin problemas para los que pueden comprar termina saliendo mal con el tema final la inseguridad. ¿Cómo puede ser que un gobierno que no arregla sus propias escuelas como el porteño tenga votantes que digan que todo se soluciona con educación? Siempre hay una excusa para decir que la gestión anterior no pudo. Lo que vale para el modelo “K”, vale para el macrismo, vale para el socialismo, lo no hayan conseguido tiene que ver con ellos. Pocas se reparan en eso. La UCEP desalojando pobres urbanos es tan brutal como los que persiguen indígenas. Sólo que cuando se piensa que una posición puede ser más cómoda que la otra algunas fichas cierran. Cuando se piensa que en realidad el gasto de publicidad se expande en todas las gestiones, y encima uno se da cuenta que eso tiene que ver con la idea de una gobernabilidad con los medios a favor o en contra. Cuesta pensar que no se trate ante todo de una cierta forma de vivir dentro de una sociedad. La “Revolución comunicacional” tiene sus propios mensajes. Cómo costaría en la realidad concreta ya de por sí que las políticas se vieran por sí solas y se valoraran como tales. La realidad es que Lanata no pierde tiempo en eso. En nuestro país, gran parte de los problemas de financiamiento de caja son impuestos mal cobrados, gastos mal hechos, y esto incluye a casi todo el mundo. Claro que eso no termina de cerrar, se cree que el feudo es sólo parte de un gobernador eterno. ¿No les conviene a las mineras y los terratenientes de esas provincias la existencia de esos feudos? ¿Cuántas ONG pueden molestar a una empresa como la Barrick, o a Monsanto si la actividad política no es la ideal? ¿Quién sería la alternativa? ¿Cuántas personas vivirían en Formosa entregando su vida para la transformación de la provincia? Preguntas como estas, son las que terminan generando solidaridades raras. Cuando se piensa que en realidad, una parte de los grandes trabajos para entender la realidad son generados por científicos sociales y que estos no tienen la oportunidad de hacer monólogos, “¿ácidos?” los domingos a la noche, nos llega la idea seria de qué si realmente queremos tomar conciencia seriamente de gran parte de las problemáticas del país. No poder ver la extraña convivencia de intereses, forma parte de la manera en que pensamos el Estado. Ciertamente el estado genera una ideología que tiende a ser la dominante, y ciertamente que eso a su vez genera una cierta pauta general sobre qué es lo que se vive. La pregunta es sin duda si eso se responde de una u otra manera. Sería inútil para Lanata rescatar el papel no lucrativo de las personas que hacen algo por el país. Es más sencillo buscar el lado hitleriano a los conjuntos de personas. Pero toda aglomeración agresiva, podría ser vista como hitleriana, Aguinis y Grondona lo usan con tanta amplitud que llegado el caso, siempre serían parte de una gran manifestación. Es evidente que lo que llevó al nacimiento del nazismo no fueron los nazis sino que la democracia colapsara como lo más elemental. Fueron cuando los moderados se fueron del poder cuando los nazis llegaron. Ciertamente que en esos momentos, contrariamente a lo que pasa hoy. Derechas a izquierdas estaban muy marcadas. La idea acá esta sobre el autoritarismo o no. Siempre tenemos para nuestra suerte la idea de un momento donde pensamos que ciertas personas son autoritarias y otras no. En realidad, podríamos decir que gran parte de los problemas que existen. Son más complejos que si el cepo cambiario es real o irreal. Si el país pasa tanta hambre ¿Por qué hablar del cepo?  Se habla del cepo porque el gatopardismo es más sencillo. Confundir la competencia por los cargos con el hecho de resolver problemas es ante todo una ingenuidad. Ahora estamos pensando la idea de una reforma constitucional. Podría no hacerse, podrían pensarse otros instrumentos. Pero sin embargo cuando se deberían pensar estos no se los piensa. No podemos generar y mantener cuentas del presupuesto acordes a la administración, podríamos modificar muchas leyes pero no cambiamos algunos de los vicios más antiguos. Argentina tiene una constitución que por ejemplo no refleja nunca una buena parte de lo que es la vida real de los argentinos pero eso tiene que ver con el problema para poder dar derechos. Esto es lo fundamental. Porque esto implica trabajo, ciertamente que es mejor el amarillismo. En este sentido, lo que se ha hecho es dejar que la técnica domine nuestras opiniones. En vez de temer la dificultad de poder hacernos de juicios sin medios, pensamos que los medios son buenos para ayudarnos a hacer juicios. Esto es lo que ha generado una suerte de contra-revolución comunicacional. Tenemos gente demasiado movilizada conviviendo con personas apáticas. Todas ellas conforman parte de un gran mosaico que es Argentina. Por eso cuando se pregunta, ¿cuál es el papel de gran burguesía hoy en argentina? Uno se puede volver a que Lanata piensa solamente en ciertas familias, y no en los Bulgheroni, y no en los Pérez Companc. Todo eso genera la idea de que la riqueza en argentina es emergente, que sale del paraíso. Pero no es cierto, ciertamente que por el contrario los ricos argentinos tienen el buen gusto de llevarse su dinero pero dejarnos sus negocios con nosotros. Entonces sí vemos que son los que laburan en negro en talleres clandestinos los que no votan y crean ropa cool los que no pueden ir a cacerolear. Esta humillante práctica tiene tantos correlatos terribles como la trata de personas, y otras que conforman parte de las ideas de lo que no podemos observar directamente. Hoy en día con desaparecidos en el sur o muertos, como Fuentealba o Gabriel Solano, desaparecido por reclamar su sueldo “completo” conforman parte de una argentina donde la explotación es común y se mantiene.

                                                                       II-

Tenemos suerte entonces de saber que en realidad, lo que nos debería preocupar muchas veces no es tanto. ¿Por qué tanto énfasis en la psicología? Ciertamente que hoy en día la psicología es un tema predilecto para muchas interpretaciones de la política desde la filosofía política, hasta el periodismo. La pregunta es; ¿Qué clase de psicología? La psicología a la que se refieren tiene mucho que ver con el marketing político. Lo raro de todo esto es en primer lugar que en realidad gran parte de lo que hoy está ocurriendo en argentina tiene que ver con el ciclo económico, es decir que gobierne quien gobierne se vana tener que tomar medidas. Por lo menos es eso, o esperar a que la economía colapse, cosa que también se dice, se ha escuchado bastante esa posibilidad. La idea de la economía colapsada puede forzar a un cambio de gobierno. Lo que es cierto es que llegado ese punto, la psicología importa poco. En este sentido, el periodismo tiene poco que ver con el papel más importante de leyes o de iniciativas que ayuden a salvaguardar cuestiones como la energía, el tipo de cambio, etc. Gran parte del consenso hoy tiene que ver con cierta pauta de una economía que se mantiene dentro de cierto cauce. Tal vez para distraer sobre eso, se lanzan tantas campañas cruzadas. Las manifestaciones y escarches a funcionarios tienen por el contrario una demostración más de que en realidad, se adjudica un cierto valor fundamental a cierto tipo de acción. Cosa que se suponía imposible antes. ¿Cuándo fue que el escrache se volvió bueno? La respuesta que era difícil para Grondona, u otros periodistas, tuvo sentido sí para Guillermo Moreno. Creo que lejos del horror en realidad deberíamos pensar que se trata de más de lo mismo. Estamos en un conjunto de fintas que nos alejan de cosas importantes, nos alejan de pensar cuál es el papel de los grandes grupos económicos en casos concretos. Podría uno decir que por ejemplo Ledesma tiene demasiada buena voluntad, el país debería ir a buscar primero a Blaquier, a los ejecutivos de Mercedes Benz. También deberíamos sanear las causas importantes sobre todo en torno a Pedraza. La cuestión es que al final de cuentas, la justicia no hace ganar elecciones. Eso lo sabe mucha gente y es parte del maquiavelismo en la democracia. Claro que eso es lo que desnuda una parte de lo que ocurre, el maquiavelismo de las alianzas incómodas se olvidan ante todo de los que no son corporaciones. Ciertamente de ellos es parte de la historia que nos perdemos. Es ciertamente interesante que un conjunto de personas que creen que tienen el deber de congeniar con una buena parte de la sociedad, tarden tanto en explicar sus ideas. Si no pueden llevar adelante un proceso es porque, no tienen clase que representar o no se pueden aliar a una que si tenga sentido o funcionalidad.


¿Lanata gastaría tiempo con estas cosas?  Ciertamente que el papel del FMI con Argentina era algo que fácilmente podría mostrar una parte de las contradicciones. La primera de ellas, fue que en primer lugar personas como De la Rua como tal siguen en sus propios partidos sin cargos, paradójicamente. Por mal que nos pese todos los que se reciclaron en la política pudieron ante todo poder volver porque en parte una buena y supuesta reacción de la clase media se quedó en el lugar. Lo mismo se podría pensar desde otros lugares pero podemos creer aunque no este bien que el esfuerzo por cooptar a los sectores populares tiene un sentido más claro herede quien herede un gobierno. Ya sea que el apoyo sea voluntario o forzado, nada tuvo que ver con la clase media. Si la clase media optó por Carrió y a la vez este término siendo disuelta en otras fuerzas como el FAP y el PRO, huelga decir que la UCR no ganó nada en este proceso, y que la CC se infligió todo el daño que su líder logró. Lanata jamás gastaría un tiempo en entrevista a Elisa Carrió. Curiosamente, no porque le valga o no la pena, por descarte por recursos y por plataformas, al FAP le será más difícil penetrar en lugares donde el PRO puede. En este sentido Lanata sólo tiene que dedicarse a buscar conexiones entre distintas gestiones y podría encontrar lugares interesantes entre toda esta incertidumbre. No obstante como vemos la clase media no es traccionada directamente por el periodismo. Lanata en todo caso hoy hace lo contrario que hacía en otra época que era ir en contra de la clase media. Esto es, ir en contra de lo que pensaban que era lo más coherente. Esto quiere decir que Lanata ya no busca exasperar a la clase media. Sí busca que la clase media, tome lugar como opositora. Cuando el discurso se vuelve más cuidado, el que se vayan todos sería imposible. Clarín y la propia clase media verían mal el que se vayan todos. Los propios periodistas verían una escena rara. En este sentido la expectativa trabaja sobre la idea final de que llegado el caso, un éxito electoral se puede vender mejor que una investigación periodística cualquiera. Esto tiene por lo menos un lado malo que es, en realidad, la corrupción venga de donde venga si es real o no, no termina por ser un factor clave. En este sentido, sí podemos decir que nos vamos encajonando un proceso que se podría volver estéril. No es una dirigencia como tal la que erosiona lo existente, si no que son las circunstancias la que lo hacen. Si todas las fuerzas opositoras crecieran en igual velocidad o se mantuviesen constantes sería difícil pensar que llegado cierto punto haya un cambio sustantivo. Si lo que se van a dañar son los apoyos a las gestiones existentes. Lo cual tiene sentido pero se puede explicar sin tanto análisis del discurso. La verdad que el ahorro y el consumo van de la mano de una situación favorable caso contrario viene una restricción, en este caso, explicar las cosas así es difícil para todos. Vale también para Lanata.

Iniciativas modernizadoras serían mejores. Pero claro eso no rinde gran parte de la mezquindad que hay en estos momentos. Ciertos sectores no ven la posibilidad de un avance que no sea una contradicción. Es claro que “burocracia sindical” para uno significa hacer pedazos los convenios de trabajo y para otros una idea de democracia sindical. Por eso cuando vemos el centro entendemos que en realidad, muchos de los que están adentro, pueden decir que coinciden que los están afuera pueden hacer poco. La prensa como tal tiene un dilema y este es no poder dar una gran respuesta acorde a la necesidad de los momentos. La coalición opositora no existe porque los esquemas impositivos, y las alianzas de clases no pueden congeniar. Solamente se pueden hacer pocas modificaciones para mantener a la mitad más uno de los argentinos en cierto esquema productivo y eso por más que no guste forma parte de un acuerdo nacional que toma al 2001 como el momento donde la desarticulación llevó a un colapso de la matriz productiva de los tres sectores, el primario, el secundario y el mercado de trabajo. Los bancos, sólo se han salvado de la manera más infame y caso que pasase una crisis similar pedirían por los mismos medios, cancelar sus deudas, y retrasar el pago de sus depósitos. Lanata no va a la puerta de ningún banco. Ciertamente que esto incluye los entramados más densos de las grandes operaciones de compras de canales de televisión, títulos de deuda, financiamiento de campañas, etc. Con estos datos podemos partir de un esquema, se llega a la parte final de un proceso. El dólar es un indicador general de la economía, y su consecuencia es que el poder de compra sigue siendo en dólares. Por eso no tiene sentido invertir las razones por las cuales esto no es una pelea por el ingreso. Depurar al estado de problemas de sus propios subsidios es importante incluso para aumentar el gasto público. Los inútiles como Cirigiliano y Roggio tienen que ser despegados de las malas administraciones que tienen a su cargo. Ya no tiene sentido que ellos sean los que inviertan. Ciertamente que ellos forman parte de un gasto que apenas se puede sostener, ya que de ellos no salen servicios directos como escuelas, universidades, AUH, y otros. Si esto no se tiene en cuenta la riqueza de YPF y otros esfuerzos serán minados por la comodidad de ciertos acomodados que esperan que todo salga mal para sobrevivir a un gobierno más. No poder re-pensar esta relación es lo que nos ata al pasado más que la CGT de Moyano, o el papel tal vez no tan coincidente de otros sectores. Hay que eliminar en parte el papel poco útil de todos estos grupos que especulan con nuestros servicios, ya sea transportes y basura. Esta es una razón clara para poder proceder con tranquilidad. Clarín se anquilosa en el Lobby que depende de la extorsión por partida doble, el que vive de la renta y del que vive del subsidio. No son las PYMES las que disfrutan de los cuantiosos recursos que Cirigliano robó. No tiene sentido que sigamos esperando a que llegado el momento, tengamos que pensar que será la excusa incompleta del mal uso de las buenas medidas para tapar las malas medidas. Macri podría haber cambiado de concesionario, podría haber buscado un nuevo administrador pero se le presenta como imposible. ¿Quién garantiza que el ajuste se haría sobre el subsidio negro del cual se hace tanto escándalo? Los nuevos sectores que entran a la política pueden preferir entender el papel a medias que tiene la psicología de la noticia o pensar si en realidad no es necesario cortar por lo sano. Hay grupos económicos dentro de esta alianza poli-clasista que están esperando el desastre.        
Hasta ahora, jamás nadie puede decir si comandar al Estado en campaña que va a poner Techint en su lugar, ¿Lanata tiene la idea del miedo del Lobbysta más grande de la argentina y su capacidad para destruir empleo? ¿Gasta su tiempo en buscar el lavado de dinero en la “burbuja inmobiliaria capitalina? Claramente no, esto es parte de lo terrible y por eso no debe cundir el conformismo. Hay que ir a las causas profundas de los problemas. Claramente no va ser el periodismo el que genere la alianza triunfadora como mucho luego la alabará o simplemente no hablará de ella. Hay muchos escandalizado hoy de la reforma que no piensa que ella en el fondo fue un acuerdo por arriba y no por abajo. ¿Por qué no ir a preguntar a Alfonsín o Barrionuevo cómo se reforma una constitución? Ciertamente que muy pocos partidos creen que llegado el punto no tiene sentido esa ingeniería electoral, lo terrible es que tal vez por la estúpida desinteligencia argentina podría vivir mejor con un parlamento. Pero claramente que eso no gusta, por terrible que sea o no, la “Re-re-re” y la lógica destituyente si se dan van a ser plebiscitarias pero mucho más agresivas. Esto es parte del problema insoluble. Una parte de la riqueza del proceso argentino queda trunca. Por exceso de fuerza de un partido sobre la debilidad de un sistema si un opositor lo debilita, no compite, lo abandona. Con esto queda claro que en cierto punto, la realidad condiciona la propia existencia de una posibilidad de una oposición partidaria. Muchos partidos que aspiran a presidente pero no tienen con qué no podrían gobernar ni prohibiendo al kirchnerismo. Cosa que en Argentina y el peronismo salió muy mal. Terminado el proceso los partidos más chicos menos la UCR terminaron desaparecidos. El PS de hoy nada tiene que ver con el histórico en el sentido claro de que primero es la cabeza de una coalición y además que para muchas cosas depende de la UCR, cosa que la UCR le ocurre en forma inversamente proporcional cuando el PRO; descabeza un ala de su partido. Los PJ provinciales en este sentido están más sanos. ¿Por qué el FAP o la UCR no aspiran a una provincia como Córdoba? La respuesta es simple, tampoco tendrían éxito. La idea de que los centros urbanos son la clave única para ganar en una campaña muy costosa y de amplia cobertura es lo que los hace dependientes de los medios. El PRO teniendo la mayoría de la capital y siendo esta la idea de la prensa de que se puede proyectar mecánicamente una realidad sobre otra deja una cierta sospecha. Es raro que los encuestadores no muestren que la imagen positiva y negativa es más cambiante en los centros urbanos que en el resto del territorio. Si alianzas con los PJ locales, o con los “radicales K”, las posibilidades de algo que no sea el PRO son ridículamente bajas. Se podría pensar en Mendoza, en Santa Fe, pero no mucho más. La otra idea por la Pcia de Buenos Aires puede volverse suicida. Por eso la realpolitik, tiene más sentido desde Moyano, el cual si tiene medios para sobrevivir que para con otros “candidatos” si Lanata antes perseguía a Moyano y ahora no, es simplemente porque no tiene sentido que la prensa tuviera dificultades legales más las dificultades de distribución de sus propias publicaciones. ¿Se animaría Clarín ahora a desafiar a Moyano? El gobierno no lo defendería y estaría peor que al principio, la alianza tácita entre Moyano y Clarín es valerse de que el enemigo común es más poderoso. Clarín siendo el más débil virtualmente ante todas las dificultades hace equilibrio. No entender ese equilibrio es parte de un juego absurdo. ¿Podría acaso Macri condicionar a Clarín? ¿Podría alguna ley que no fuera la ley de medios hacerlo? ¿Qué presidente sin un lazo bueno con la CGT y algún grupo importante de empresarios podría tratar siquiera de evitar que Clarín tenga rápidamente un posición mejor? Todos sabemos que si Clarín gana a fuerza de su razón de débil pero abusando del derecho pasará a ser fuerte por una legitimidad que le van a inventar. Esta pasión por la esterilidad de una serie de críticas no sirve a los partidos de “centro” opositores en los cuales hay sólo una buena salida que es una crisis corta pero puntual pero no una larga y sostenida. La debilidad de sus partidos estaría a prueba como lo estuvo la alianza. Una crisis de dos años sin salida aniquilaría a casi todos los partidos a excepción del PRO. ¿Qué otro mecanismo de captación podría haber sino que seguir con la privatización y el pago de cometas y retornos de toda clase ante una cosa que ellos llamaría la ausencia de caja? ¿Se puede soñar un Estado incluso con la inflación que se dice tan terrible sin más impuestos?      

Esta falta de pensamiento a futuro no tiene que ver con el periodismo no pensemos en Lanata como aquel que tiene que dar las políticas de estado no tiene porque, no tiene la obligación incluso. Lanata muestra sí muchas cosas que ocurren, no muestra las soluciones. Las soluciones las tienen trabajadores sociales, observatorios barriales, las tienen las personas que hacen algo para lidiar con una parte de esos problemas, también lo tienen las encuestadoras y los publicistas. No verlo es creer que nada se puede hacer. Que nada se pueda hacer tiende a pensar en una supervivencia que tiende a aislar a los que menos tienen. Estas realidades son las que demuestran una buena parte de la intencionalidad con la que nos manejamos. ¿Acaso no debería ser esto una respuesta política? Respuestas políticas hay, hay fabricas que se quieren autogestionar, hay personas que toman sus colegios para hacer que las autoridades hagan algo, hay personas que marchan todos los días para que sus demandas sean escuchadas. Hay personas en José León Suárez que reciclan la basura como millones de cartoneros y que conviven con un silencio sepulcral. Alguna persona debería meditar sobre estos puntos. Cuando estas personas demuestran una voluntad de trabajo incansable, en vez de ser vistos como nuestros héroes son vistos como problemas. Entendemos entonces que en realidad, la peor parte de la sociedad con respecto a la carga tributaria, la que más carga termina por ser una mayoría silenciosa. Jamás se entrevista sin poner el filtro de la alienación y de la compasión. Por esta razón, ocupan ellos un sector pequeño de la reflexión. Pocas veces pareciera que no fuera más que el recuento de una gran decepción que la demostración de una lucha. Sería tan bueno jugar con la excusa, ¿Podría Lanata ir a Brasil ya que le gusta tanto viajar para entrevistar al Movimiento Sin Tierra? ¿Qué pasa cuando hay gente que si quiere trabajar y no la dejan? Las respuestas sobre las multinacionales aburren. Las respuestas sobre la idea de que en realidad, gran parte de la gente no dispone de los medios para cambiar su destino son tan incómodas que decirla todos los domingos sería peor que estar en el peor de los gobiernos posibles. Mientras que las dictaduras se basan en el miedo y la división reales que son desconfiar del vecino no desconfiar del Estado. Porque en realidad, el terror es capilar, y entonces ¿Por qué no decirlo? ¿Se junta la gente espontáneamente en las plazas cuando hay certeza de represión? Y eso encima en la capital federal porque en otros del territorio si hay represión, cuestión que en el caso indígena es tan obvia que no podemos hacernos oídos sordos. Es más difícil ser ambientalista en argentina que mandar a la mierda a un presidente por televisión por no poder ir a Punta del Este. (Lo cual demuestra que de hecho hay una cuestión de status que da visibilidad a ciertas cosas) lamentablemente se ha hecho demasiado abuso de la espontaneidad en todo sentido.

Por eso cuando pensamos en si realmente estamos preocupados, podemos decir que sí. Podemos dar buena voluntad pero no cierra el hecho de que la gente que se harto de Menem deje de insultarlo porque ahora insultan a Cristina, es parte de una ingenuidad que sólo Tenenbaum que juega a ser más pluralista que todos los demás. Sería un relato demasiado extraño que aquellos que consideran que todo el peronismo siempre sobrevive de la peor manera, basta leer Perfil no sean también consecuentes por lo menos en el odio a Menem, a Cristina y a cualquiera que alguna vez haya usado el escudito y haber cantado la marchita, como se dice despectivamente. Lamentablemente la negligencia del estado a todo nivel no termina por dar respuesta, problemas que son de la propia estructura interna del estado pero a nivel micro, buscar y saber quienes son los incapaces y no recortar como quien amputa porque está aburrido. Simplemente hoy en día, lo que pasa es que las reacciones diversos en torno a lo que debería ser un gran mercado. Lo que choca es que el tiempo necesario para procesar aquello es más que suficiente para demostrar una realidad, el mercado también demanda políticas que terminan en un círculo vicioso, si las políticas como la AUH no puede ser rápidamente actualizada por grandes acuerdos, no tiene sentido pensar políticas más ambiciosas. Estar en contra o a favor del Estado no genera esta reacción del periodismo con un inmediatismo que no tiene sentido cuando no hay expectativas de democracia directa, un presidente puede renunciar y un vicepresidente hábil puede continuar el caso de Carlos Pellegrini en la historia es importante. Cuando se toma conciencia que el representante tiene poco que ver con la idea de una política a muy corto plazo, todo lo que se proponga no tiene sentido. Más cunado se espera con tanta anticipación el fenómeno electoral. Lanata ni ningún periodista puede decir que una campaña política como tal no puede cambiar una buena parte de su labor. El tema de la inseguridad es fundamental en este sentido. Mientras se mantenga puede hacer ganar a tantas plataformas distintas que no tiene sentido pensar que ciertas pautas no son más que irresponsabilidad. ¿No es demagogia acaso prometer seguridad como soluciones mágicas? Recién en 2017 la metropolitana va a poder funcionar de acuerdo a un Standard medianamente creíble no hay que dudar que Macri en este sentido no vaya a poder cumplir nunca su promesa en 2015.

Lo es y tanto que en realidad, no se trata de una sensación sino de lo que se ha adherido, lo que es difícil de explicar es la sensación de “seguridad”, ¿Cuándo una persona cree que está segura? ¿Cuándo una persona está satisfecha? ¿Cuándo una persona llega a tener conciencia de su papel en estas relaciones? Es raro que el localismo termine siendo una cuestión olvidada. Ahora bien esto es parte de la manera en que la censura se maneja. Censura que termina siendo como fue siempre una institución. Una que hizo y genero el orden occidental. Esta ideología es la que ha acostumbrado a convivir a los medios como Clarín y la Nación, los cuales han convivido con la censura. Curiosamente eso queda únicamente en la realización de revistas como Barcelona. ¿Cuántas veces cuesta tener justicia por algunas aireaciones que escapen al buen gusto? La contratapa de Bussi como una suma de gusanos a la hora de su muerte sería considerada algo no apropiado, cosa que si fuera una tapa de noticias sería tomado como algo serio. Estas son las realidades de pensar lo que es el periodismo. Lanata tiene la suerte de poder usar la libertad de expresión, su trabajo en parte es producir contenidos con eso. La pregunta es si no es demasiado conformista esperar que un programa de televisión nos haga accesibles grandes problemas. La cuestión de la implementación de los grandes problemas para soluciones habitacionales y sanitarias, los proyectos ya casi presupuestados quedan cajoneados al olvido. Todo el intento de mostrar la realidad es parte juntamente de lo que termina siendo una actividad política donde no se propone que la gente lea políticas detalladas. Destruir a Nuevo Encuentro, tarea fácil por cierto muestra que cualquier administración más decente en el conurbano no es algo que desviva al hombre de los domingos a la noche, no hay una sola nota o epígrafe donde se pueda siquiera sospechar de dinero en manos de Sabatella.

Es mejor para el periodismo vernáculo no citar, no explicar y no hacer un pedido para hacer conocer las mejores razones. Es curioso que se usen siempre fuentes tan difusas cuando hay mecanismos como La Auditoría General de la Nación, el cual está al frente un opositor no como el INDEC huelga decirlo. ¿Por qué no se le da visibilidad a las herramientas de control realmente existentes, cosa que puede servir para la CABA también de hecho.  

Siempre cuando se considera que en cierto punto, lo que se quiere es pronosticar para dejar tranquilos y no por el contrario adelantar problemas que podrían aparecer se muestra la realidad de un sistema que sólo sabe reaccionar. Es el medio el que pone o impone una agenda y es el periodismo el que trata de darle coherencia si puede a todo eso. Esto es lo ridículo cuando un medio se quiere defender a sí mismo. A esto se llegó cuando se vio que en realidad, sin que haya censura explicita la realidad puede ser manipulada en forma sorprendente. Conquistados todos los “totalitarismos clásicos”, hoy en día, la censura es un asunto relativo. Todo lo que el “medio independiente” no quiera ver no esta obligado a ello. Malvinas no sólo era una “locura colectiva” como proponen Sarlo sino que era una campaña mediática. Es curioso que eso no se tome como un factor transmisor y cómplice de la opinión pública. Lo errático supuestamente eran los argentinos y no el papel de los medios ante una independencia que le valdría la pena más que hoy. Por eso cuando Lanata no puede hablar siquiera en contra de La Nación cuando no puede apostrofar a Aguinis, pareciera que de repente se convirtió en un militante. Ciertamente que ese no es el Lanata de Crónica de la Argentina o de Pagina 12 donde estaba al frente de su propio proyecto. Puede que en realidad como todo sea víctima de la propia desilusión que existe en el propio medio, pasa en todos los ambientes que en realidad la verdad como tal no cambia tanto las cosas como se pretende. Una verdad que se dice pero que no quiere ser cambiada genera una ilusión inútil.                               

Sinceramente no es el caso, en todo caso es lo contrario. Lanata hace lo que quiere, la prensa hace lo que quiere, y por eso mismo tenemos las muestras reales y concretas de los asuntos que nos cuestan pasar.

Por esta razón no se trata de tener una brillantez muy grande para darnos cuenta que muchas cosas no dependen de simplemente chequear o no fuentes de información. Podemos decir que hoy más que nunca algunos contenidos son pensados para ser repetidos como publicidad. Esto es lo que forma parte del “Sentido Común” y para peor se usa en el abuso más aberrante que puede haber. ¿Cuántas veces coexiste un gran escepticismo con respeto a la política y a la vez formas contradictorias de impugnación y fiscalización del poder? Es síntoma del apático desencantado pero a la vez furioso es algo que se va generando como una gran verdad. Por eso queda claro que muchas cosas son deliberadamente dejadas de lado. Cualquiera que tenga tiempo se dará cuenta que el periodismo funciona en sí como un partido en tanto que se disputa como entendía Gramsci el pensar y el creer de las personas. La pregunta es, ¿cómo llegamos a esto? ¿Cómo puede que tal o cual medio se hagan representantes de valores universales?

¿Por qué deberíamos esperar tanto de una sociedad como la Argentina? Es un fiel reflejo de una serie de operaciones, entre ellas, valores que hacen a la vida del día a día. Como siempre se cree que la idea de la voluntad de distracción no es menos que la voluntad de control. ¿Cuán abierto es el sistema político argentino? ¿Son sólo algunos intereses de turno lo que se nos aparecen como permanentes? ¿Por qué le dan tanto crédito a ciertas formas de pensar y no a otras? Ciertamente que en estos casos, pensar que el futuro de una persona depende de su supervivencia es todo un hito. Sobrevivir en este sistema argentino es todo un hito, más cuando se piensa que una buena parte de los que sobreviven lo hacen por largo tiempo. ¿Cuáles son las convenciones sobre las cuales nunca hay que ir en contra para mantenerse en el aire? Bueno esta es una de las preguntas que nos pueden decir qué pasa hoy en día con el gobierno y Clarín.

Ciertamente que antes de Periodismo para Todos, Lanata estaba en televisión y sus investigaciones no variaban tanto como las de ahora. También es cierto que la opinión de Lanata mismo frente a ciertos datos de la realidad podría descolocar a más de uno.

Los medios llegan a tener tanto poder en una sociedad de servicios, en una sociedad sin grandes movimientos políticos a la vista a nivel de unidad monolítica. Lo que era una época la virtual invasión del otro, el cabecita negra, del subversivo, de algún otro. Ahora se convierte en una seguridad, mostrado en su justa salsa y editado, cualquiera puede ser héroe o villano. Cuando se dice cualquiera se dice cualquiera no es razón de pensar en ángeles en todo caso se dice con corrección la vida de la tragedia del periodismo es su comedia. La comedia de los periodismos empieza como la de toda actividad intelectual cuando intenta negar alguna realidad flagrante. Pareciera que la idea de seguidor o fanático es menos peligrosa que la de mercenario pero no sabe bien el por qué.

A uno le gustaría pensar en varias ideas que siempre sobrevuelan las cabezas de todos nosotros. Los intereses más importantes de los grupos de poder suelen estar salvaguardados antes que cualquier medida de agenda les pueda dar un paso atrás. Por esta razón sería bueno una vez en la vida pensar, ¿quién se mueve para quién? El periodismo suele tener en cuenta al seguidor de cualquier cosa como un creyente. Ser creyente tiene que ver más con ideas de masas que con las de personas bien informadas. Tanto así que la política callejera es tenida como algo básico de la vida en sociedad y además de algo atrasado de una época en la cual tenía sentido esa clase de demostración. Es curioso que eso sea parte de una manifestación ordenada de la realidad. Tanto que al final de cuentas, en realidad mucha gente tiene avidez de saber muchas cosas, y al final las sabe. La cuestión es que hace con ellas. Muchas veces parece que los temas más dramáticos de la argentina fueran las excusas para ir sacando de todos lados estas cosas. Claro que si esto se consigue, tiene dos efectos un o niega que una buena parte de la política se mide en la calle porque no hemos creado otros foros o no los usamos. Es curioso que una sociedad que es capaz de movilizar a tantas personas no tenga así también organizaciones vecinales fuertes. La respuesta está claro en el grado de relación entre sus objetivos y sus semejantes. Quien entiende que llegado a cierto punto, todas las quejas puede ser motivo más de una constelación de ideas diversas de la sociedad no hace más que dar crédito a quien se manifiesta. Lo pobre es en el caso de Lanata que una persona que creía que eran justamente los periodistas como tales y no los medios los que hacían que la historia se supiera ahora crean que es justamente lo contrario. Si nadie paga a un movilero para que vaya ninguna cámara va ir. Lo mejor de todo es que muchas veces nos creemos que hemos superado problemas tan elementales que no son tales, y para mejor aún creemos que es ortodoxia que nos recuerden los problemas. Tanto es así que en realidad la historia tiene poco que ver con la idea de la responsabilidad en general. No se piensa que las cosas podrían salir mal. O mejor aún no se piensa que en el fracaso o no de las acciones se va la vida. Esto demuestra una buena parte de lo que es ideología y su declinación.

Cuando se lo piensa uno se da cuenta que hay dos versiones, la primera es la que cree que esto es no es más que la locura de cierto grupo por permanecer en el poder. Lo cual tiene sentido, pero nunca es un solo grupo, y menos cuando en realidad la visibilidad del conjunto de gente está en relación a ciertas formas de comportamientos. Sí es cierta que cada manifestación puede ser reinterpretada de otra manera. La famosa unión por el espanto va generando cosas sobre la nada. En estas constelaciones algunas cosas quedan atrás. Aparte siempre parece que los cambios son más transversales de lo que en realidad son. ¿Quién podría ganar con cierta forma de desaprobación a un gobierno? Bueno en todo caso se debe entender el papel de cierta coalición que puede formar gobierno. ¿Quiénes son ellos? Son ellos ni más ni menos que los que tratan de ocupar un cierto poder preferencial, son ellos que tratan de vender algunas ideas como necesarias y otras como que no. A la idea de un “fanatismo totalitario optimista” para masas descabelladas surge un pesimismo tecnocrático que sólo quiere tener por certeza que el Estado quede en manos de sus capacidades. Tenemos entonces expertos que nos cuentan la verdad de los planes sociales que no funcionan, que creen que pueden y saber como administrar empresas públicas y así muchas cosas por el estilo. El periodismo asume el papel de un fiscal que sabe que la súper-oferta es el mejor lugar posible. Si siempre se piensa que es el peor momento de la historia, siempre se termina optando por soluciones que a medias pueden parecer mejores. Estos cambios de timón son clásicos de la vida política argentina y forman parte de la vida de coaliciones de corta vida.

Las coaliciones de corta vida forman parte de una serie de salidas cesaristas de las cuales el kirchnerismo es una de ellas sino no tendríamos este problema fundacional lo que no quiere decir que sea malo de por sí, ya que todos apostaron hasta que por los menos en 2007 todo fuera sobre ruedas. Recordemos que incluso Sarlo y afines en cierto momento se preguntaron sobre que pasaría con el ejecutivo post- De la Rua y sucesores. 

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