Chun!:

Imaginen que le rompen el cuello a alguien, imaginen esa cabeza traumatizada aflojada, esa cabeza dejada en un estado inconexo con el cuerpo. Imaginen el miedo al asesinato en una farsa, imaginen una danza entre lobos subterráneos. Bueno eso no diría mucho, podrían pedir otras cosas, otros datos, las cabezas suelen tener contenidos, las cabezas muertas antes alojaban cosas que decían palabras, fundamentalmente personas. Podrían pensar que escribir sobre estas cosas es perder el tiempo y lo es. ¿Por qué se hace? Alguna, vez se han preguntado ¿Por qué no se cuestionan lo quieren hacer? Bueno, no lo hacen porque la gente conoce por los efectos, por más que lo encubramos primero conocemos por los efectos, y no siempre queremos saber la verdad. Porque la verdad apesta la verdad no esta en la boca ni de los buenos ni de los malos poetas. Eso es cosa de peritos, y para el peritaje la ciencia. El desprecio de los analíticos se puede ir por el caño, la vida como engaño es un arte, como ciencia es un desencanto tras otro.

A diferencia de otros absurdísimos, este se basa en un nombre, un sobrenombre, uno que es una contracción musical. Este solipsismo con el que a veces, parecer ser una parodia de la esquizofrenia es parte de esa parte de nosotros que dejamos de lado. ¿Importa tanto el crédito?, ¿La vanagloria pesa? Ese deber ser se puede ir un poco a la mierda, cada tiempo tiene su lugar y si este no es muy brillante; mala suerte.

 Tengo la tendencia a vender las cosas como si fueran más raras de lo que son, uno va proyectando todo el tiempo manías que posee. Es el desencuentro entre Cáncer y Capricornio, o el sabor de los mates raros. Muchas cosas pasan, pero estas son parte de algo que podemos desconocer con tranquilidad. Escribir muy mal cuesta poco, y cuando se le dice al que escribe que es imposible entenderlo, parece que se logra en efecto el objetivo. Sin embargo quedan cosas por resolver, siempre quedan cosas por coser como si se tratase de poner límites a las ideas. La perdida de una gran matriz de una gran pretensión es lo que hace que estas cosas sean imposibles de abarcar, ya que se ahonde en la miseria o se meta uno en las cosas mínimas o se intente en vano volar hacia lo sublime. Ahora se puede decir con creces que no se pierde demasiado al empezar a contar cosas que se ven, se perciben anteojos, anteojos, convencionales tal vez lo sean, creo que tienen borde negro. La memoria puede fallar. Otros datos que suman, es la estatura importante;  se supone que hablamos de una persona de un metro setenta y cinco. Se supone más; se supone que no debe ser muy pesada, se llega a más, se discute sobre las esencias de los paladares. No se sabe porque se toma este tema, pero las cosas son así cuando se habla. Se desvaría mucho menos que cuando se hace discurso, el discurso tiende a mostrar todas sus armas, la conversación es una serie de fintas interminables que de un lado para otro ocultan. Quien sabe, otros pensamientos, preocupaciones, acciones celulares, reacciones fisiológicas. Este animal humano es maravilloso, ya sea que se lo mire como un dios o se lo mire como un ser poco menos valioso que un perro. No podremos en duda eso, haremos como digo una descripción que ronde lo anecdótico, aunque pueda molestar y moleste. La redundancia, molesta a la persona que describimos, parece que los tornillos sin fin tal vez la desesperan y peor debe ser cuando se trata de palabras. Hay que ponerse un poco en las ropas de los otros para entender como descubren que no son ellos, por eso, las observaciones siempre cuentan. Aunque siempre estamos preguntando muchas cosas, siempre queremos develar que más ahí se encuentra. No importa si somos imbéciles o no, todos queremos un poco de poder, la mitología de los anteojos de rayos X que todo lo podían ver está en nosotros. Ese juego de espejos que hoy se ha hecho tan corriente. De alguna manera estamos tranzando con todos los enemigos a la vez. Teniendo por norte, un sur, o un este; o lo que sea.

Por eso describo las cosas, las capas tal cual me las contaba según el relato entiéndase que a raíz del frío; llevaba dos pantalones, dos medias, tres remeras, un gorro de color verde (un buen verde) además debemos sumar sin duda el hecho no menor de los zapatos, creo que los zapatos no me decían nada por si solos pero en el conjunto me decían cosas, los zapatos no pueden hablar a la gente por lo que asumo que este acto de estupidez redundante. Ahora, digo yo que hablo de la belleza de las combinaciones ya sean las alteraciones de los números en condiciones que a nosotros, los carentes de conocimiento sobre ellos no nos dicen nada, pero poseen la elegancia de ser simples, o las combinaciones y deformaciones de los tejidos óseo y epitelial. Todo esto debe tener un sencillo contrapeso. Creo que hablo de la persona como si fuera un objeto, entonces la trozamos y ponemos los contenidos, el alma humana (discurso que nunca logro esclarecer ahí). Creo que era interesante conversar con esta persona, hacía tiempo que no tenía que derogar tantas palabras, había justeza, eso era bueno, había una ida y vuelta de información sumamente interesante. Uno siempre va captando las continuidades en los movimientos. En este caso, así empecé, entonces hablamos de los grafismos y unos, eran: tetas, otros más; eran planetas y algunos eran cruces. Hay que sorprender, estamos comprando y vendiendo mesías, para que nos digan que somos enfermos, y que con ese discurso agoten nuestra forma de expresión. Serán un día pose, nuestras maneras de ser, o seremos descartados hasta por el snobismo. No lo sé, no es una angustia recurrente, me gusta pensar en otras cosas, me gusta pensar en sacar los muebles de mi cabeza. Dejando que los piojos hagan un loft con las neuronas, me gustan esas cosas, me gusta más pensar y ver algunas personas, como la que narro, uno siempre narra cosas que lo afectan, sino sería en vano. Lo bueno es que uno puede ser afectado de muchas maneras, este recetario, no es más que eso. Una descripción que se complica, todo lo que se complica, pretende profundidad, cierta o no es un misterio. Es el pelo un asunto inetresante, hablamos de este pelo, porque estamos hablando de la cabeza, dislocada del principio, hablamos de él, se veía bien (era acogedor). Era bastante largo pero estaba preso en una configuración que lo ponía detrás de la nuca. A diferencia de muchos otros, nunca obvio el espacio para la insignificancia, la uña, una de sus uñas la que hacía que se pintase las otras, había sido destrozada por la acción de un ascensor.

La atonalidad es el tema que vengo desarrollando, aquella forma de experimentación que me han dicho que es completamente inicua. Una cosa que roza con lo ilegible. Una cosa que podría ser hoja de números, pero yo soy demasiado barroco y obsesivo. Para hacer con ceros y unos, tal vez con cuatros una composición y llamarla letras hay que estar muy relajado. Podría decir que como pieza esta interesante, uno tendría la sensación de que el cuello es bastante largo, casi llama a la estrangulación. De hecho, pensó que cuando decían verme había algo loco, como una especie de esquizofrenia (me gusta pensar que hoy en toda la nueva fantasmagoría sembraron algo nuevo). Por suerte, no se puede decir que se haya equivocado quien sabe con quien hablaba o hablo en ese momento. Los raptos a los que la mente se puede disparar son diversos. La impasibilidad se puede tomar como una espera absurda lo cual será y es, o se puede esperar; como una especie de derroche. Una reacción del pánico frente a la época. El hígado esta en la jaula de un canario. El hígado canta, podría haber sido un buen maniquí. Lo llamativo es en realidad que disponía de cosas muy interesantes, siempre vendrá el que diga que lo que a mí me llama la atención es mierda. Pero bueno, el gusto es el gusto. Uno a veces, se queda pensando en la inutilidad de todo el asunto sin respuesta.

Pero no importa, la historia de este Post, post, post, no es salir con al predica antigua. Yo no me la creo, otra vez con los mismos cuentitos sería absurdo, hablaremos de lo que sea, si es paja que sea paja, si es paja mal hecha que sea paja mal hecha. Si es una persona que sea una persona y si roza lo patético que roce lo patético, después de todo en un mundo de dudosa moral, los jueces están en el banquillo y no otros. Yo creo que la gente se pone pelos en la lengua y niega cosas, porque todo lo nuevo ahora es freak. Son los monstruos esos que no tienen ideas fuertes, tumores pero parecen que los sembrasen porque se habla de grandes pasados. Pero yo cuando hablo cuando veo, cuando me retuerzo cuando cago, cuando hago esas cosas. Cuando me miran a la puerta de un subte sin saber que puta impresión cauce. Yo creo que eso es arte, y si es una arte, burgués, si son las letras de utilísima que lo sean. Como si no existieran libros que la gente los atesora para decorar la biblioteca. Podríamos pensar que hay un deber leer, un deber sentir, un deber pensar que hay que elevarse. Yo creo que hay una cosa que siempre es nueva, el ser humano, los libros se ponen en un anaquel y se mueren, son ficciones pegamento para unir la actualidad, sino superan a la vida y es un error.

Por eso, cuando me preguntan por la miseria, la mayor miseria que tenemos es que nuestro egoísmo nunca termina de ser satisfecho. Tenemos un cosquilleo, un incomodo cosquilleo que nos dice lo poco que vale, pensar que debemos cambiar algo. Cambiamos cosas cuando actuamos y enfrentamos lo que pueda aparecer, no soñando con tener algo que decir, mejor decir y que el resto venga sólo. Entonces es cuando para bien o para la mal la gente se sorprende, porque no supone que se pudiese hacer tal o cual cosa. Por eso tenemos las revoluciones de copetín, la fiesta cósmica que no tiene otro fin que siempre estar en el mismo lugar. El punto macabro donde se aprecia que todo lo que se consigue se va a perder, en ese punto no hay otra cosa que una abertura en las cabezas donde se cuela cualquier cosa o se fuga el espíritu. Aunque ya no existe nada demasiado terrible, entonces, la fuerza de las uniones, uniones cuestionables son las que constituyen el asunto.

Entonces se podría decir que cada vez que uno se fuga hacia los objetos vuelve a si  mismo. Mientras más se interna en eso que cree que esta afuera, sólo descubre que no se trata de otra cosa que de la idea que uno supone de las costumbres. Este muestrario, demasiado incompleto, que pone en crisis toda la idea de continuidad. Tiene la ventaja de no ser teoría, tiene la ventaja de podría terminar con el incendio de un banco. Tiene la virtud de que es misterioso porque puede realmente no llevar a nada, puede ir hacia el mismo mar, y perder al que se haya metido en la nada misma. Puede desembocarlo una vez en una superficie sin compromiso y demasiado extensa. Puede introducirlo en una noción de lo fantástico como irreversible. Podríamos decir que si nos ponemos ambiciosos, deberíamos ir de timbre en timbre, armados y preguntar si los otros, no tiene algo de lo que ya hemos dicho. Porque lo insufrible de aquello es que quizá nadie sea del todo único pero falsificar ayuda a que la gente viva más tranquila.

¿No sería peor? Pensar que somos una especie de bichos, encerrados en rutinas, rutinas raras, pero rutinas al fin. Los cuales, comemos y vivimos según una “pauta misteriosa”, y puede que así sea, pero por suerte también nuestro oscuro comportamiento, la esencia de nuestro misterio radica en que no podemos basarnos en algo con suma certeza, por eso este asunto de las palabras poco tiene que pensar. Los que buscan hacer historia a veces entran en un juego demasiado difícil para ser jugados, el asunto debería salir de toque, con esfuerzo pero de toque. No puede ser que la meta, este antes de las historias. Cuantas cabezas hay que cortar hasta que alguna nos convenza, cuantas cosas nos van engañar, por cuantos barrancos se cae. Pero esto es la diversión, si no fuese así, estaríamos cómodamente pensando que tenemos la razón, lo cual nos suele pasar y no tiene demasiado sentido. Ahora bien cuando esas cosas no pasan, cuando la gente por medio de una razón que suele rondar el delirio se encapricha con cosas porque sí pone de relieve eso que el humano aún no tiene clasificado el error. Claro que estos errores se pueden llamar razones y la gente puede defenderlos impunemente con los conocidos, esto es parte de la manera en que las posiciones se adquieren. Pero este embrollo a donde va, a ningún lado. Quise contar una serie de cosas y lo hice.