El caso de UNEN y el necesario desarrollo territorial antes
lógicas no neoliberales:
Uno de los grandes interrogantes que nos podemos hacer ante ciertas formas de hacer
política es sin duda el más sencillo, ¿No fue la transformación del Estado el que de alguna manera
transformó la política? Quién entienda esto puede deducir que desde principios de la recuperación
de la democracia contábamos con un bi-partidismo imperfecto, UCR y PJ- presidencia de Raúl
Alfonsín. Este fue cediendo a la par de las transformaciones en la totalidad del Estado y la crisis
inflacionaria de 1989. Está demostrado que el “liderazgo” en el gobierno en Argentina está
centrado antes que nada en los poderes que el presidente cabeza del ejecutivo tiene para poder
organizar la economía de acuerdo a decretos de necesidad de urgencia, leyes de emergencia
económica, etc.
En este apartado particular, UNEN como espacio político como frente está de alguna
manera forzado en la lógica de la política nacional a proponer candidatos a presidentes: Julio
Cobos, Ernesto Sanz, Elisa Carrió, Hermes Binner, e incluso Pino Solanas.
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Además en sí mismo existe un sistema complejo que se organiza en una forma muy
particular:
Actualmente el sistema de partidos parece descentrado, con caudillos provinciales
que controlan los mecanismos de financiamiento político y nominación de los
candidatos y están en condiciones de manipular paquetes electorales y negociarlos
con otros caudillos. En Argentina esta situación no es novedosa: así funcionó la
república posible entre 1880 y 1916. Entre 1916 y 1930, los gobiernos radicales
apenas revistieron al sistema con el barniz de un liderazgo nacional. Fue la
aparición del peronismo en 1946 la que determinó la nacionalización de los
alineamientos partidarios, y sigue siendo su presencia la que vertebra el sistema
de partidos. Todo indica que, mientras exista el peronismo, seguirá habiendo
asimetría entre los principales jugadores, pero no habrá lugar para más de dos.
(Malamud, 2011)
Una vez que tenemos este punto de partida debemos preguntarnos si la propia lógica de la
estrategia política especialmente en el ataque aconseja seguir las actitudes que UNEN y
especialmente Elisa Carrió fueron desarrollando. Podemos considerar que muchos de los políticos
que se forjaron un nombre durante el menemismo no han “sabido” evolucionar dentro de lo que
fue la “restauración” de cierto discurso institucional del kirchnerismo en este sentido:
Cuando hablamos de comunicación de los gobiernos, muchos dirigentes de
oposición “sienten” permanentemente que deben atacar al gobernante y actúan
guiados por esos impulsos instintivos. Si el presidente es muy popular, el
adversario que lo ataca puede perder muchos votos por “cumplir el rol de
opositor”, papel que en muchas ocasiones actúa en la manera en que muchas
élites y su entorno político le piden para conseguir sus propios fines. En el caso de
varios líderes autoritarios de la región hay una cierta presión permanente de
empresarios o allegados al poder sobre algunos miembros de la oposición para
que ataquen al presidente, hagan coaliciones o actúen como a ellos les conviene.
(Durán Barba, Nieto, 2010)
Como resultado, UNEN tiene una lógica, y la UCR misma tuvo otra lógica, su principal socio
el PS suponemos que tienen a raíz de esto una lógica bien distinta. Tal vez el precoz éxito de UNEN
(gran cantidad de votos en la CABA), combinado con la ausencia de una elección nacional que lo
pusiera a prueba han sido el gran fracaso de esta experiencia que siempre se encuentra el re-
formulación. Este sin dudas es el gran interrogante que ha ido degenerando. Lo que podemos
observar es que Carrió ha funcionado en este sentido de acuerdo a esta lógica, frente a la
debilidad del resto de los otros candidatos.
En este juego multipolar nos conviene que algunos opositores crezcan debilitando
a los adversarios con posibilidades reales de triunfo. Si enfrentamos a un
candidato que puede ganarnos, cuyos votantes blandos nos odian, es mejor que
esos votos- que de todas formas no serán nuestros- vayan a candidatos menores
que no son peligrosos y de todas formas los pueden dispersar. Si un elector no va a
votar jamás por usted es bueno que desperdicie su voto apoyando a candidatos sin
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posibilidades. Por eso los partidos de derecha son tan útiles para los de extrema
izquierda. En el caso mexicano, si en las presidenciales de 2006 los zapatistas
movían solamente el uno por ciento de la votación nacional, podían llevar al
triunfo a AMLO que perdió los comicios por el uno por ciento. Esos pocos votos
desperdiciados podrían haber cambiado la historia. (Durán Barba, Nieto, 2010)
Este párrafo demuestra ser ilustrativo porque sirve para apoyarse en la coyuntura, ¿Qué
clase de oposición es la que hoy estaría enfrentada al kirchnerismo? A diferencia de las apologías
al kirchnerismo, en la estrategia política, y en especial en estas formas no “ideológicas”,
“técnicas”, y desprovista de ideología, estaríamos viendo que el cálculo electoralista es que no
haya un frente único anti-kirchnerista. El cual después de todo podría surgir luego de las PASO, o
de la primera vuelta incluso. Cuando se considera que los “cambios moderados” en lo económico
pueden llegar a ser una entelequia, ¿No hay hoy ya cambios económicos importantes en marcha?
Sobre esto queda claro, que es muy importante cómo se presentan las medidas económicas, y
cómo las entiende la opinión pública.
Estas dos tesis se vinculan a su vez con dos interpretaciones igualmente disimiles
respecto a lo que ha sido el kirchnerismo para la sociedad: de un lado están
quienes que él puso un nuevo sentido común, transversal a los clivajes que
separaban hasta hace unos años los distintos grupos de opinión y corrientes
políticas del país, al disolver los anteriores antagonismos, los principales, los que
separaban a la izquierda cultural y los movimientos sociales (el feminismo, los de
libertad sexual, de desempleados, de indigenismo, etc.) del peronismo político y
sindical, y al desarrollismo y a la modernización económica del distribucionismo
social, para crear en su lugar otros nuevos y más acordes a los tiempos que corren
(entre izquierda y derecha, nacionalismo y liberalismo o, reformismo u orden); que
apenas si ha reproducido un consenso bastante tradicional que sigue teniendo su
principal asiento en el peronismo y se afirma en el nacionalismo antiliberal y
antinorteamericano […] (Novaro, 2011)
Una definición del kirchnerismo como aquello que pudo re-escribir los límites y las
divisiones sociales, tiene como consecuencia resultados electorales concretos y nuevas formas de
antagonismos, y conflictos. Por estas razones incluso cuando se anuncia un fin de ciclo, este no
tiene la forma clave de lo que tuvo el fin de ciclo en el menemismo sobre todo a nivel de la
superestructura de la ideología a diferencia de lo que ocurrió con Carlos Saúl Menem.
El gobernador bonaerense aspiraba a suceder a Menem en 1999, aunque este
estaba lejos de acceder al reclamo de lealtad de Duhalde. Era vox populi que
apoyado muy a pesar suyo la reelección del riojano, forzado por la popularidad
que tenía en esos momentos Carlos Menem. Sin embargo, el asumía públicamente
su lealtad al presidente, sino que además reflotó la idea de una segunda relección,
con lo que el gobernador de Buenos Aires no le quedó otra posibilidad que
confrontar abiertamente contra el primer mandatario, para evitar que este hecho
se consumara.
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La animadversión de Duhalde hacia Menem llegó a límites insospechados:
reagrupó a los “barones del conurbano” alrededor de su figura, limitó el accionar
de los dirigentes menemistas en los distritos de la provincia, ejercitó presión en el
consejo nacional del partido, a pesar de que no era miembro y hasta logró cooptar
al entonces vicepresidente de la república Carlos Alberto Ruckauf. (Baldioli, Leiras,
2012)
Por lo que en ausencia de un fenómeno como el FREPASO (fenómeno más competitivo
electoralmente siendo segunda fuerza en 1995 desplazando a la UCR) que de alguna manera
permitió el avance de la experiencia de la ALIANZA, queda claro que UNEN sin duda más bien un
resto de lo que podrían ser partidos políticos a nivel subnacional como la UCR capital, y toda una
serie de armados políticos en el interior del país. Hoy el PJ, fundamentalmente su sector más
importante se encuentra contenido bajo el paraguas del “sciolismo-kirchnerismo”. La gran
diferencia es que la eventual interna, como lo fue en la Alianza no podría ser ganada nunca por el
radicalismo como ocurrió en el caso de De la Rúa/Chacho Álvarez y por esta razón se decanta el
resto de las razones por las cuales el cuello de botella puso a UNEN desde el primer momento en
un acuerdo con Macri pero sin una definición muy clara de qué hacer. Es evidente que las propias
experiencias de los actores tiene un peso fundamental en su trayectoria electoral en forma inédita
hasta este momento. Es por esta razón que los candidatos a presidente como Cobos y Binner
podrían volver a intentar a ser gobernadores o senadores, sin llegar a realizar la campaña
presidencial.
Tanto es así que la propia lógica de las élites políticas como la de los votantes tuvo un
impacto; y este tiene que ser considerado que el 2001, haya tenido una consecuencia que por una
parte conformó una transformación en el poder, y que por otra parte fue asimilando gran parte
del poder contestatario que estaba en 2001- en: “Que se vayan todos”:
A diferencia de lo que sucedido en país tras coyunturas similares, los movimientos
de protesta y de cuestionamientos a la dirigencia tradicional no forjaron fuerzas
políticas de tipo qualunquista u orientadas hacia la rebelión cívica, sino que
terminaron disipándose o vinculándose con las organizaciones partidarias
existentes. Y los comicios posteriores a 2001 no registraron fenómenos análogos al
“voto bronca” de este año.
Sin embargo en el sistema nacional persistió la tendencia hacia el desacople, la
“desnacionalización” o “territorialización”, a la que se superpuso una fuerte
reconstrucción del liderazgo político encarada por los Kirchner. Una de las
manifestaciones más evidentes de este complejo fenómeno fue la emergencia de
los “radicales K”: gobernadores, legisladores, y funcionarios de la UCR proclives a
apoyar las medidas del presidente y conformar alianzas electorales y de gobierno
con el kirchnerismo. (Tula, De Luca, 2011)
Considerando esto, el partido que más perdió a lo largo de los 30 años de democracia fue
la UCR, y eso tuvo una consecuencia, las transformaciones del partido gobernante, el PJ durante la
reforma del Estado impactaron en todo el sistema político. Esto es importante porque permite
entender ciertas pautas incluidas la reforma de 1994, y la propia crisis de 2001. No es cierto que
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en Argentina el nuevo elector sólo se dé por parte de una mera evolución en la tecnología (la
recomposición del PJ con el kirchnerismo y el olvido de la raíz menemista del PJ a nivel nacional
son prueba de ello pese al “eufemismo” de la discusión desde adentro del kirchnerismo como
oposición al menemismo)- Duhalde en el segundo mandato de Carlos Saúl Menem fue sin duda la
oposición de la realpolitik más efectiva. Durán Barba ha sabido astutamente ocultar los rasgos de
las transformaciones del resto de las instituciones en Latinoamérica, y no vio los populismos como
Menem y Fujimori, las bases de la posibilidad de los nuevos electores. En este sentido, los estudios
de Liderazgo y de los Líderes electores y electorales pueden ser una contra argumentación.
Ejemplo es importante pensar que Argentina, la Convertibilidad, al potenciar el consumo, forjó de
alguna manera esta psicología, hedonista y desinteresada de la política.
La manera de acceder a estos puntos debe ser mucho más sutil de lo que piensa en un
primer lugar, porque se trata de una forma clara de sistemas de consolidación y de formas de
hacer política. La consultoría política en el caso de Durán Barba y otros hace gala de la
simplificación, y gran parte de los elementos que hacen al oficio quedan ocultos, porque bien no
ayudan a la “transparencia” del candidato, o porque pueden que formen partes de lo que el
consultor político supuestamente no se encarga.
Justamente en este proceso al no poder tener pautas claras de que todos los candidatos
sepan cómo maximizar el voto, el paradigma de una suerte de líderes que compiten con reglas
claras; ganen o pierdan se vuelve difuso. En este sentido se le suele echar la culpa como tantas
otras veces al atraso en América Latina para entender estas características. Es decir, el “Pasado”
funciona como la fórmula para llenar gran parte de los baches que se pueden plantear. No es
cierto que podamos pensar a las democracias como desarrollos unilineales, a menos que
pongamos como cenit a la democracia norteamericana.
En el caso de Macri y Massa, la búsqueda de dirigentes de la UCR tiene una forma clara de
representarse en un avance donde no hay muchas posibilidades de obviar el bi partidismo
provincial, en este sentido el tener o no figuras mediáticas es la apuesta arriesgada mientras que
tratar de ir por la UCR sería la apuesta segura. La debilidad de los partidos por fuera del Estado
Nacional habla más de la genealogía del kirchnerismo que de otra cosa.
Por qué no pensar en una suerte de “cúmulos de líderes”, en la disputa por todos los
puestos estatales como la realidad más acabada de la fragmentación de los partidos políticos-
identidades en significación reciproca por la lógica de la diferencia- a la vez simplificadas: gobierno
versus oposición. Podemos entender que son los funcionarios y especialmente los del Estado
nacional los que cuentan con el poder de fuego fundamental para tener muchas de las iniciativas.
En este sentido la UCR, el PRO y el FR se encuentran en desventaja. La UCR piensa en el largo
plazo, a diferencia del PJ e parte porque su liderazgo es débil o nulo de acuerdo a los formatos
personalistas y presidencialistas de nuestro país. Luego de la muerte de Alfonsín padre, el partido
ha quedado tensado entre Carrió, una eterna aspirante a captar ese aparato desde formaciones y
camarillas más pequeñas y distintos líderes que no formaron el núcleo más importante de la edad
de oro alfonsinistas. Mientras que los radicales más audaces como Coti Nosiglia cabalgan entre el
PRO y la UCR, de hecho la UCR se ha convertido de facto en un partido del Interior del país.
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En este sentido la UCR le falta una refrescada como la que fue el kirchnerismo en el PJ, no
hay lugar a dudas para pensar lo contrario, en parte lo mejor del gatopardismo en Argentina se da
por y gracias a la Opinión Pública. La UCR lejos del poder a nivel nacional nunca pudo hacer su
relato, para poder re hacer su lugar entre los partidos políticos importantes, este vacío en parte
fue llenado por el PRO (el partido de la derecha y de la oligarquía pero democrático según el
kirchnerismo versus el partido del pueblo, la patria, etc.) La única persona en el espacio de UNEN
que ha entendido esto ha sido Elisa Carrió, podemos decir que esta campaña la encuentra poco
fantasiosa, porque entiende que el PJ es el techo del radicalismo, y ganar o no ganar a Macri la
interna es crear la interna del futuro aspirante al gobierno con chances de tener dificultades para
cerrar con el PJ. De este Tabú se han alimentado políticos como Julio Cobos que han sabido
hacerse una carrera invadiendo la UCR desde el kirchnerismo. Poder ir a ser vicepresidente de
Cristina Fernández para volver fue lo que hoy hace que pueda ser un “dogmático” de la UCR.
Binner es sin duda uno de los más perjudicados porque literalmente tiene un partido
provincial, el PS sólo pisa fuerte en Santa y en Rosario en particular fuera de allí no suma. La
presencia nacional, es poco importante cuando ocupar el Estado provincial, municipal, y nacional
se vuelve lo más importante. Los medios de comunicación entre ellos Página 12, La Nación y Clarín
han presionado en este punto. Es decir, la oposición que no quiere “repartirse” el Estado muestra
debilidades para la gobernabilidad; esto en parte tiene que ver con lógicas hegemónicas en todos
los partidos políticos incluida la UCR. Tanto es así que Insaurralde quedó en el medio de la nada
misma porque quiso ganar la interna del FR sin ser parte del FR- este ejemplo forma parte de una
contradicción que tuvo mucha importante mediática pero tiene en muchas otras figuras formas
similares. La identidad “radical”, “peronista”, “kirchnerista” son lo suficientemente volátiles, por
lo que termina importando son las composiciones de las boletas en cada elección antes que la
suposición del origen.
UNEN fue una experiencia que pudo mostrar que la UCR no sabe adaptar su maquinaria
política a nuevos desafíos- fracaso previo, dificultad de hacer del gobierno, el Estado, y la
propaganda política una unidad importante- no así con Binner y el socialismo con los intentos de
Marca Rosario como un proyecto político ideológico no diferente del PRO en el sentido de
presentar una ciudad con una cierta impronta particular. El gran problema se dio en el mismo
2011, cuando las PASO entre Cobos, Sanz y Ricardo Alfonsín fueron olímpicamente aparateadas
por el tercero por medio de la UCR de la Provincia de Buenos Aires (Hoy este en franca
decadencia), paradójicamente un recurso fuerte por la potencialidad pero débil en la realidad. En
este sentido, en vez de pensar una suerte de “Liga de gobernadores radicales” a eso huele la
forma PRO y la doble interna PRO y FR de Gerardo Morales (El periodismo además refuerza esta
tentativa desde todas partes, a excepción de Pagina 12 que lo considera una medida de salvataje).
Ahora será en marzo de 2015, cuando la Convención Nacional de la UCR al fin cree un delfín, o
disponga la alianza final con Macri- el pacto con Massa, o un doble pacto local sepultaría
obviamente la asamblea nacional y las autoridades partidarias. Con De Narváez, esto fue
dramático por las condiciones socio-político y económicas, y fue resultado de abortar la PASO, y
pretender hacer primero pie en la Provincia de Buenos Aires, antes de hacer pie en el resto del
país; ahora mismo De Narváez también irá de furgón de cola del PRO. Porque la consultoría
política no explica la dinámica histórica ni de las organizaciones, hay un espacio en blanco muy
importante. Se supone que los candidatos producen largos planes para saber a dónde quieren
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llegar, esto descartaría el transfuguismo, las crisis, y el oportunismo- también mostraría las
limitaciones importantes de todos estos líderes cuando no logran sus objetivos. Por estas causas,
la propia UCR al no participar de forma importante en la elección de 2011, fue al UNEN con un PS
sobrevaluado de acuerdo a las lógicas de ocupación del Estado, pero no se dedicaron a apuntalar a
este personaje extra-partidario, ni a Carrió para la jefatura de gobierno (No sólo se trató de buscar
el espacio Pan-radical como una simple suma de votos, sino que fuera del interior del país, las
candidaturas políticas radicales no existen y parece que no van a existir en 2015). En este sentido,
la contradicción de Carrió es fantástica, Losteau- jefe de gobierno en un país donde Macri es
presidente y dónde son aliados y enemigos podría ser sólo plausible ya en un segundo mandato de
Mauricio Macri una vez este consolidado. La idea de un anti-PJ, tiene como consecuencia una base
“populista” implícita, la misma que tuvo la Unión Democrática que fracasó, versus, la de la Alianza
que fue precisamente exitosa por la crisis del PJ entre Eduardo Duhalde y Carlos Saúl Menem. La
irrelevancia dentro de lo que Elisa Carrió puede hacer está sustentada en la ausencia de
herramientas políticas por parte de la UCR que no es oficialismo importante en ninguna parte. Esta
es falta de definición que los medios le reclaman en los issues de campaña como: BCRA,
Inseguridad, Cepo al dólar, Futbol para Todos, AUH, etc. Tanto es así que Nito Artaza, una figura
“irrelevante” en la conducción nacional puede calificar de progresista a Sergio Massa. Por su parte
el UNEN no tienen una lógica de polémica con los grandes bloques del PRO, el FR, y el
kirchnerismo, sino que se encuentra a la defensiva. Esta no división de las tareas dentro del frente
parece una de las grandes torpeza del UNEN que no se define entre el silencio y los “buenos
modales” como el PRO o la confrontación, la épica, y la polarización como el kirchnerismo.
Esta es la gran diferencia entre las formas radicales y del PRO junto con Daniel Scioli. La
tranquilidad se dio por partida doble, el PRO sólo pueden hoy soñar con presionar porque ha
podido lograr dos mandatos completos, y en el segundo ha tenido al kirchnerismo capitalino como
socio de facto; el pacto PRO-K, se confirmará con el lanzamiento de la próxima autopista rivereña,
financiada por la Ciudad y la Nación. Scioli por otra parte, supo que la interna del PJ es demasiado
compleja, y con todo lo que le falta ha sabido no acaparar, lo que le sobra, y esto ha sido sin duda
conocimiento y luchar verano a verano por el poder.
El 2013 mostró que UNEN tiene una base débil que es el propio radicalismo. Pese a esto, la
UCR sueña con un nombre propio para presidente, esto sería a los ojos de la consultoría política
un capricho y así lo podemos entender. La pregunta es, ¿No se trata nuevamente de las paradojas
de la seducción de los antiguos partidos políticos? Lo que apuestan los partidos es a re-escribir su
propia historia una vez en el poder. En este sentido, la debilidad de UNEN está en el largo y
mediano plazo. Su fracaso actual está signado por la mala fe de sus miembros y la edad de sus
componentes fundamentales. Los líderes carismáticos ausentes en la UCR no hacen pensar en el
post 2015. En Mendoza mismo, Sanz y Cobos han sabido depredar su propio partido. En este
sentido cuando se observa que Nito Artaza, inventa el radicalismo nacional y popular del siglo
XXI. A diferencia de Moreau el cual está cooptado y es un irrelevante en esta campaña, en la de
2013, y en la de 2011, Artaza, ha sabido pensar que el radicalismo son los radicales reales del siglo
XXI. Tanto Macri como Massa representan facetas de las contradicciones- la nueva política;
concepto vacío pero que se basa en lo mejor que vende la política hoy en día. Decimos sin duda
que la memoria de la crisis del 2001, será un peso que se va diluyendo.
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En este sentido, el hacer campañas buenas o malas es importante pero el ganar espacios
en estructuras cambiantes es aún más importante. La suerte de Insaurralde, perder para ganar, ha
sido una de las bases de la política en este fin de ciclo del kirchnerismo puro. El PJ podría
implosionar en la forma que lo hizo la UCR, si tan sólo si la crisis política fuera irreversible. Pese a
todo el “relato” sobre el 2001, de hecho la matriz progresista de la intelectualidad K (la anomalía
de Néstor Kirchner- tal cual la entendió Ricardo Forster), es alfonsinista con toda la debilidad que
implica, en la forma en que el capitalismo de amigos, fue la fase agresiva. Una suerte de
capitalismo popular.
Debe estar harto de encontrar en todos los noticiarios y en todos los programas
políticos a los renovadores peronistas, a funcionarios de gobierno y a voceros de
izquierda y derecha, pero ¿recuerda haber visto a Francisco Macri, Livio Kuhl,
Carlos Bulgheroni o Miguel Roig?
Precisamente vamos a hablar de estas personas, no como tales sino como
representantes de un selecto número de empresas que conforman el poder
económico. Un poder tanto ¿o más? Importante que el poder político pero, sin
duda mucho menos conocido. Son interlocutores diarios del gobierno, son quienes
están armando acuerdos de integración con Brasil, son quienes acompañan al
presidente en cada uno de sus viajes y –durante esos viajes- quienes les organizan
una parte de la agenda. Son los llamados capitanes de la industria, gran burguesía
industrial o grupos empresarios oligopólicos. En resumen, son los principales
capitalistas industriales de este país capitalista dependiente de otros países
capitalistas, y por supuesto imperialistas. (Aliverti, 1987)
Este recorte que no habla de “Patria o Corporaciones” ya en 1987, fin del gobierno de
Alfonsín, crisis de la UCR mediante, ya muestra que los “Capitanes de la Industria”, “Los
capitalistas amigos”, y la “Corpo” son básicamente las mismas personas, las mismas personas, que
dependen en la forma en que la Opinión Pública las presenta.
Curiosamente lo que fue el kirchnerismo, el alfonsinismo, y el menemismo puede
resumirse en una definición simple, el cambio de régimen en el mismo sistema productivo, por eso
es importante tener en cuenta el panorama económico, ya que los éxitos del gobierno en
economía no son “exógenos” que el resto de los factores de producción sobre todo los más
importantes; para entender esto incluso, el radicalismo en su auge tenía las limitaciones muy
claras como las tendría hoy en día:
El 10 de diciembre de 1983 el poder político en el país cambió de manos. Aún con
presiones y condicionamientos, nadie puede negar que el radicalismo es quién
domina el poder político en el país. Sin embargo en diciembre de 1983 no se
produjo ningún cambio en el poder económico. Lo más importantes empresarios
seguían siendo los más importantes, no hubo ninguna votación que le quitara el
dinero a unos para dárselos a otros, ni hubo desde entonces juicio alguno que
estableciera las responsabilidades que tuvieron los empresarios en el
endeudamiento externo, en la fuga de capitales, en la especulación financiera y en
la crisis económica. Es decir, que el nuevo poder político del gobierno
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constitucional debía inevitablemente coexistir con el mismo poder económico de
la época de la época de la dictadura. El punto central de esa convivencia- si es que
uno cree que hay alguna contradicción entre radicalismo los grandes grupos- es
quién se impone a quién, o mejor dicho, cómo se desarrolla la negociación. Pensar
que el sistema capitalista un gobierno puede no negociar con los empresarios más
importantes es ignorar la esencia misma del sistema. Es ignorar que el crecimiento
de un país con el capital concentrado en pocas manos producirá básicamente al
ritmo que crecen esos grupos. Es ignorar el poder del Estado en el sistema
económico.
No obstante, la negociación, los contactos y los acuerdos pueden tener finales muy
distintos. Dependerá de las características del poder político, de la situación
económica y, por supuesto, de la habilidad de negociar. (Aliverti, 1987)
La UCR no ha renovado mediáticamente su discurso- cuestión material necesaria-, pese a
tener una suerte de antiguos periodistas que le simpatizan. ¿Por qué pasó esto? En parte porque
las palabras Gestión [lema del PRO-tecnocracia] y las palabras República [progresismo Frepaso y
todos los partidos que formó Elisa Carrió con entusiastas “liberales institucionalistas”] compiten,
gestión es la buena palabra para la forma concreta del “Roban pero hacen”, mientras que
Republica, es una palabra disociada a gobernabilidad, en una lógica que funciona al revés, la
Republica, es…. “el límite de la gobernabilidad”.
En este sentido la UCR no es una fuerza amenazante en el fin de ciclo kirchnerista o como
se lo quiera llamar pero la radiografía en clave progresista, incluso en un periodo más largo, más
del doble, 12 años, tres mandatos, frente al mandato de 6 años de Alfonsín puede leerse desde el
mismo discurso:
Si los grandes empresarios empiezan a defender la democratización, seguramente
fue porque percibieron que el radicalismo empezaba a archivar muchas de sus
promesas en pos de una nueva política hacia ellos. Observados con objetividad, los
últimos dos años de política económica han favorecido principalmente a los
llamados capitanes, quienes son para el gobierno los únicos capaces de la
modernización. Uno a otro se fueron sucediendo los hechos: El plan Houston, la
decisión de privatizar algunas empresas estatales, la integración con Brasil, la
integración con Brasil, los negocios con Japón, la promoción de la informática, la
biotecnología, etcétera. (Aliverti, 1987)
En este sentido, la modernización, hoy tiene las banderas de la YPF “nacionalizada” con el
51% de las acciones en un grupo privado, pero además con Vaca Muerta con la –modernización-
necesaria, léase como se usó en el párrafo anterior. Esta supervivencia final, y capitulación no
existe un Carlos Menem. La ausencia de audacia, de todos los políticos de los partidos burgueses, y
sus variantes quedaron en este plano relegados. ¿Acaso no debería ser esto la clave de pensar
para afirmar o no el derrumbe del kirchnerismo antes de ver pálidas estadísticas con mucho
tiempo de anticipación incluso de las PASO?
A los 30 años de la democracia, el liberalismo económico defendido a capa y espada no
tiene variaciones relevantes, y en este sentido, no pensamos en futurología pero vemos que
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primero puede ocurrir como tragedia y luego como farsa. Las apelaciones del periodismo, parecen
“repetir” casi con citas, las presuposiciones de las economías con alta inflación e intervención
estatal, especialmente en subsidios y no en la producción en sí misma.
Considerando la apuesta táctica del sector empresario consiste en apoyar la
democracia, el poder económico que ejercen se puso de manifiesto en toda su
dimensión en el terreno político. La idea es que el tipo de modernización, que
tanto el gobierno como los empresarios impulsan, precisa una nueva articulación
entre el Estado y esos empresarios, y precisa también, de una determinada
inserción del país en la economía mundial. […] En este documento- escrito poco
días antes del mensaje de Alfonsín en la Plaza- Orsi decía: Es necesario que el líder
y estadista se disponga a ser el elemento sacrificial de nuestro drama; que
convencido de sus verdades, las empiece a proclamar con claridad, utilizando la
oportunidad histórica que presenta la situación actual. También decía que es
necesario adoptar una posición realista y abandonar actitudes ideológicas utópicas
y se pronunciaba se favorezca el reagrupamiento de las empresas alrededor de un
número de empresas líderes al estilo del modelo japonés. (Aliverti 1987)
En este sentido las palabras: “Patria, Nación, País, Pueblo, Argentina, Orgullo” (entre
muchas otras) conforman la idea de gobernabilidad, y esto tiene sentido limitado. En este sentido,
podemos entender que la idea misma de temas como la inseguridad, el desempleo y la inflación
tienen formas de ser leídas. Por esto mismo, UNEN tuvo éxito en establecerse en las claves de
lectura de los centros urbanos, pero ha agotado su propio crecimiento, la hipótesis que estos
lugares son lo más difíciles de roer para el peronismo no fue coherente con una valoración de
intendentes de estas ciudades como podría serlo Ramón Mestre en la ciudad de Córdoba.
La “Sociedad Civil” ha sido el formato de pensamiento que ha fracasado en Argentina, a
esta se le opuso el pueblo, ya que la sociedad civil habría sido la oposición a-política a la dictadura.
Mientras que una fue tomada como la forma del pluralismo, las ONG, y otras formas, incluidas el
cacerolazo (auge que de hecho tuvo una raíz económica) versus los piqueteros formaciones
político concretas con orígenes de clase evidentes,- ¿Acaso se puede pensar que la economía del
empresario local, de la clase media alta y alta ha sido desatendida del discurso político? Se puede
decir que sí porque tiene su costo, el costo de ser netamente “anti-popular”.
Justamente por estas razones se da claramente una bancarrota de la forma en que alguna
vez se pensó la democracia en Argentina. El fetiche por las elecciones ejecutivas versus las
legislativas, tiene que ver con la debilidad para cambiar la tendencia presidencial sólo por tres
periodos no es una fórmula científica. De hecho 12 años de Kirchnerismo, no son más
específicamente los años que un hombre estuvo en el poder, Menem estuvo 10 años, mientras
que Cristina Fernández de Kirchner, estará 8, y Néstor Kirchner sólo 4, por lo que cualquier sucesor
que no tenga su mujer de legisladora, socia política y pueda medir en una forma importante
parece condenado a 8 años como máximo en el poder. ¿Acaso no fue esto el doble-comando la
magia inicial? Justamente en este sentido, la Mesa Nacional de la UCR no tiene mujeres
candidatas a presidente, algo que Durán Barba considera capital, pero además ha tenido la base
de un partido que avanza lentamente donde el cacicazgo tiene que ver con cuestiones poco
electorales. El PJ pudo ser comandado por Néstor Kirchner porque ganó la presidencia, hoy la UCR
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va a deliberar demasiado sobre quién debería conducirla y eso hace del chantaje de la
“presidencia del partido” (Sanz) versus la “Convención Nacional”.
Expansión de la base del peronismo a lo largo y a lo ancho del país se ha hecho a base de
listas que compiten, de hecho la PASO está funcionando así incluso cuando es una ficción.
Peronistas que quedan afuera, buscan nuevos dirigentes que presionan por los mismos lugares, la
UCR tiene una fuerte endogamia que además es auto-excluyente y en este sentido la apología de
esta actitud es un microclima que parece solo enrarecido por ciertos medios de comunicación sin
base real. La unidad del partido no es más que una suerte de cacicazgo mezquino. ¿Por qué UCR y
el mote “radical” tienen que converger y a la vez sostener la lógica de un pan radicalismo? Al
negarle la voz radical a Elisa Carrió, y a muchos del PRO y curiosamente –reincorporar al partido a
Julio Cobos, no han hecho más que restringir la etiqueta, dejando la estela curiosamente opuesta
el “radicalismo-k” que no es la UCR. El radicalismo-PRO, el nosiglismo tiene otra lógica parte de la
dinámica propia del alfonsinismo:
Para entender la imagen de poder que transmitía Nosiglia reemplazó a Anotonio
Troccoli al frente del Ministerio del Interior, el diputado Cesar Jaroslavsky inventó
una frase para compararlos: “Los dos son buenos negociadores, pero hay una gran
diferencia. Troccoli, va negocia y triunfa, y cuando vuelve dice: “Arregle todo, hay
que poner tanto”. En cambio el Coti negocia, acuerda y, cuando vuelve dice:
“Arregle todo, cobramos tanto”.
En medio de la lucha por sobrevivir tras la derrota parlamentaria en 1987, el
oficialismo pensó en sumar a un sector del gremialismo. Buscaban calmar a los
sindicatos, que verían en los derrotados a un enemigo débil para acorralarlo a
paros. Jarolavsky comenzó a negociar con Diego Ibáñez, de los petroleros. Primero,
logró que Juan Sourrouille recibiera al titular del sindicato del Sindicato Único de
Petroleros del Estado (SUPE), para llegar a un acuerdo sobre los dineros de
Yacimientos Petrolíferos Fiscales le debía al gremio. Ésa fue la señal de que el
gobierno estaba dispuesto a negociar con hechos, además de palabras. “Cacho
Jarolavsky” e Ibañez solían reunise en la sede que el SUPE tenía en Juncal y Paraná.
Una vez iniciada la concordancia “radical-sindicalista”, ambos quedaron en
almorzar con Luis Barrionuevo, para sumar el apoyo de los gastronómicos. La
sorpresa del radical fue mayúscula cuando llegó, a la hora de las achuras, y se
encontró sentado a Nosiglia. Chacho estaba convencido que era el único
negociador del gobierno, por eso la presencia del Coti fue un trago amargo. Años
después Jarolavsky se quejó: “El Coti toma iniciativas brillantes, pero tiende a
concertarlas en secreto”. Es cierto Nosiglia ha hecho del secreto una de sus formas
de poder. (Alvarez Guerrero, Gallo, 2009)
Ahora bien ¿cómo pudo el PRO y el kirchnerismo devorar la identidad radical y no la
identidad peronista? En parte podemos entender porque el PJ siempre supone una base
imaginaria a la cual siempre es interlocutor. Esto es algo que en el radicalismo ha quedado
congelado, los radicales, que se van se llevan más del partido- que los radicales que se quedan. El
Pro en cierto sentido se hace con la etiqueta de anti-política y del peronismo, y va y viene por esta
base social. Hasta ahora, no pudo hacerse del radicalismo. El radicalismo no pudo venderse como
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el partido de la gestión, la eficacia, y el orden del siglo XXI, el cual debería estar asociado a valores
liberales en lo económico, seguridad jurídica, independencia del BCRA, fin de las retenciones, el
Campo, La Universidad, etc.
Durán Barba en este sentido es muy claro que los candidatos que pelean, y que no
muestran gestión cuando la tienen pierden. En este sentido, recién la UCR si es exitosa en
recuperar provincias va a poder iniciar su relato del siglo XXI. Cuando consideramos relato en esta
forma simple, no discursiva como la versión más chata del Story-telling. ¿Alguien va a creer
positivo que Cobos se baje eventualmente de la candidatura presidencial? ¿Alguien va a tener
dudas que si Nito Artaza ganase la provincia de Corrientes será un político de más peso pese a
toda la burocracia enquistada de la UCR?- en este sentido, la experiencia de Das Neves
(candidato apradinado de Duhalde), el mismo Néstor Kirchner, y Macri hoy en día, propone que
hay que tener una unidad lo más grande posible antes de soñar poner condiciones a aliados y
enemigos. En este sentido la paradoja es que UNEN pesa bien poco en la interna de la UCR en
Santa Cruz, y pesará mucho menos en una eventual victoria. Nuevos gobernadores e intendentes
radicales, incluso lo que ya se han pasado han sabido “cuidar el partido” en el siglo XXI.
La UCR y el mismo UNEN sufren con Carrió, y con otros políticos como Cobos, los intentos
frustrados del FPV y la Campora por vencer ciertas lógicas electorales y locales. No obstante, estas
presiones idas y vueltas, han sido la clave de los distintos cerrojos en los cuales el PJ no se
desintegró, la UCR no sabe atar, su destino a personas.
Lo más importante es que la Sociedad Civil, es decir grupos concretos, van a seguir
produciendo emanaciones de contenidos nuevos. Despreciados por la idea del pueblo, y las
teorías discursivas, sobre todo aquellas como las de Laclau que hacen énfasis en la equivalencia
antes que en la diferencia. En una definición que se ha vuelto canónica- “el liberalismo” es para
Foucault gobernar con menos, esto intenta el PRO, gobernar con menos discurso con menos épica.
El UNEN tiene una contradicción extraña, imágenes vistosas como Pino Solanas, y Elisa
Carrió que se han pasado de exposición, casi terminan por ser sepultados por el amarillismo. Lo
que es cierto es que estas formas de hacer política chocan con la supuesta “alternativa” al
kirchnerismo a la militancia, se le enfrenta la gestión y la gestión la llevan adelante los tecnócratas.
La UCR tuvo en Lavagna a un tecnócrata. El Pro en este sentido ha sabido premiar a sus
“economistas” fieles, las segundas y terceras líneas, estos hablan desde el congreso y entidades
como bancos y fundaciones. Lejos de las masas, lejos de los actos. Casi que instintivamente
podemos disociar a Redrado y a Luis D´Elia pese a que formaron parte del mismo gobierno, esto
pasó también con Prat Gay (siendo este uno de los desgraciados experimentos del UNEN
expulsado demasiado pronto del candelero-como figurante incluso en una reunión de líderes de la
UCR abierta- habría generado expectativas). Esta dicotomía entre ministros militantes, y la gente
que sabe es una paradoja de la misma idea del kirchnerismo y es ancestral en el peronismo en la
frase: “Alpargatas sí, libros no”, que hoy sería “Militantes sí, Tecnócratas no”
¿Por qué esta versión simple y chata de divisiones no se explota más? En parte por la
torpeza de entender los cambios en la política, y como los datos como imagen positiva o negativa,
no responder a perfiles estancos, la imagen positiva de Scioli nada tiene que ver con la imagen
positiva de Cristina Fernández de Kirchner, como personajes de una obra de teatro; estos miden
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de acuerdo a lo que se espera “imaginariamente” de ellos. Esto además parece que sufre una
deformación ulterior, que si es trabajada por la consultoría política en especial, ¿Cómo se defiende
un candidato? ¿Acaso el kirchnerismo no tiene enemigos no electorales mucho mejores que los
elementos electores que podrían disputarle votos? ¿No es justamente este el lógico elemento
paradojal de la derrota del propio gobierno con el Grupo Clarín?
Algún comedido consiguió información acerca de los manejos sospechosos de los
manejos sospechosos de los fondos del Parlamento. Una secretaria resentida
entregó más datos, y nuestro candidato publicó un extenso reportaje en una
revista de poca circulación, con nombres, apellidos y minucias de los supuestos
abusos del jefe del Parlamento. El impacto fue mínimo. Ningún medio de
comunicación importante se hizo eco del asunto, y sólo los ciudadanos politizados
supieron lo que ocurría. El atacado respondió de manera correcta no respondió
nada. No estaba perdiendo votos con el ataque y por lo tanto debió callar. (Durán
Barba, Nieto, 2010)
Podemos ver que la propia argumentación del kirchnerismo, la judicialización de la
política, y la escasa repercusión que tienen ciertas denuncias una vez que tienen corta vida y no
son encausadas por ningún proceso tienen límites claros, UNEN y la misma Carrió parecen ser
muestra de eso, y el desplome de su experiencia política va en este sentido. Por eso cuando
consideramos que la crisis del propio frente tiene como epicentro a Carrió y al resto de la
dirigencia de la UCR podemos comprender un punto. Hay una suerte de autopercepción errada de
la potencialidad de los votos radicales, y para peor, un error frente a qué votante debería sustraer.
La forma en que hoy se pregunta y se considera a los candidatos, de acuerdo a los temas centrales
de la Opinión Pública, no tiene nada atractivo que ser ofrecido por el Frente Amplio UNEN.
Si analizan los grandes casos de corrupción, de todo lo que se produjo, siguen siendo los
medios de comunicación y los principales columnistas de los diarios quienes de alguna u otra
forma van recolectando todas las variantes de oposición. ¿Por qué el impuesto a las ganancias
podría tener un impacto mayor que las denuncias sobre el narcotráfico? La respuesta más
sencilla es que antes que nada, el narcotráfico se ve como un problema de inseguridad, y por esto
mismo cuando se lo considera se quiere la salida más sencilla, y está siendo suministrada por toda
la campaña punitivista en marcha desde las cámaras de seguridad, a la creación de grandes
cantidades de policía. El impuesto a las ganancias representa a una serie específica de votantes, y
demuestra el malestar de estos, grupo importante por su composición social como aquellos que
pueden comprar dólares, si son o no son una minoría activa y ruidosa es otra problemática. Lo
cierto es que los ejes se cruzan mucho más fácil de lo que se podría pensar. Tanto es así, que el PS
en Rosario con su “Marca Rosario” (En la ciudad clave para la elección santafesina), de la mano
de la especulación inmobiliaria, y otras industrias, tiene garantía de perdurabilidad incluso si
resiste el acuerdo entre radicales y socialistas en Santa Fe mientras que la experiencia de Carrió ya
está condenada al fracaso. Cuando se ve que en el centro urbano por excelencia donde Carrió tuvo
más presencia es dónde ella siempre se ha resistido a ejercer un cargo ejecutivo, nos preguntamos
si no es otra cosa que la propia trayectoria de Carrió uno de los auto-boicot más importantes, de
una oposición realmente inútil desde la propia fuerza, e incluso para otras fuerzas. La viabilidad
trillada de un pacto Massa-UNEN que no fue, y la viabilidad de un pacto Macri-UNEN, tienen que
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ver con, la presencia de los candidatos a gobernadores en la provincia, y el no intento de
enfrentamiento en la Ciudad de Buenos Aires.
Carrió y Cristina Fernández de Kirchner de hecho presentan un fenómeno que es
interesante y digno de consideración- ¿Cómo el enemigo ordena la discusión política, la campaña
política y la opinión pública?
Cuando nuestro adversario responde a cualquier ataque, si tenemos la
información y las estrategias necesarias, es fácil hacerlo trabajar para nosotros.
Ante todo, debemos saber cuántos son, y en qué sitios están los votos que
necesitamos para lograr el triunfo, cuál es la evolución de la imagen de nuestros
adversarios en los últimos meses y, sobre todo conocer su psicología. Si son fríos y
racionales en sus decisiones será decisiones será difícil atacarlos de manera
eficiente, porque saben defenderse con juicio. […] Hemos conocido a muchos
candidatos que han perdido debido a su personalidad hiperactiva y agresiva. En
algunas ocasiones si no hubieran hecho nada, habrían ganado las elecciones. […] El
candidato redactó una carta con el objetivo estratégico de enfurecer al presidente
para que le respondiera violentamente, lo insultara en los medios y si tenía suerte
lo encarcelara. […] Tras su publicación el presidente armó un escándalo
descomunal, convocó una rueda de prensa, insulto de manera salvaje al candidato.
El despliegue fue excelente y los votantes que odiaban a Febres Cordero se
enteraron de que existía un opositor a quien este aborrecía, llamado Jamil
Mahuad. (Durán Barba, Nieto, 2011)
Es evidente que mientras que el candidato no sea una amenaza el kirchnerismo tiende a
no caer en esta forma de ataque, esto no fue así en el caso de Sergio Massa, el cual tuvo en poco
tiempo una presencia inédita, y tampoco lo fue con Mauricio Macri durante su primer mandato.
Hoy en día ambos tienen dificultades para sobreponerse al conflicto que tiene el gobierno mismo
con las cámaras empresarias, los fondos buitres, la justicia, etc. Se está convirtiendo en una
obviedad que los operadores de prensa, especialmente Clarín y La Nación han tenido una posición
divergente, Clarín jugó la carta de la eyección de Cristina Fernández de Kirchner por parte del PJ,
la Nación en cambio se esperanzó con un acuerdo Macri-UNEN ya que entonces, las relaciones
entre el PJ y la presidente se hubieran tensado por su propia supervivencia. Hasta ahora al no
ocurrir esto, ni Macri puede superponerse al escenario nacional de crisis económica, ni la UCR
puede hacer creer que es una opción electoral ganadora en alguna parte.
Es evidente que hoy en día, hay una suerte de disociación. Hay salidas tecnocráticas, una
de ellas la línea Randazzo, esta es vista como la forma alternativa de la alternativa, una síntesis
entre Cristina Fernández de Kirchner y Scioli. Funcionario todo terreno, trae una “solución” los
trenes y el METROBUS le pese a quién le pesen no funcionan para tracción votos de una forma
muy distinta. Por eso, cuando estas gestiones son medidas, Randazzo y Macri por ejemplo tienen
una forma de hacer política que se les parece, en este sentido, la gran diferencia, es el grado de
exposición, Macri no ha sabido hacer de su presencia un capital, y si bien su ausencia lo hace
distinto, es cierto que lo hace distinto siempre y cuando su rival hasta el último día se Cristina
Fernández de Kirchner, con Scioli y con Massa, incluso con Binner aún más, su “diferencia” se irá
diluyendo, lo cual hace que pierda votos por todos lados.
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Fracaso de la sociedad PRO-UCR puede o podría ser una crisis larga y profunda para
ambos. Lo que se sabrá luego de las tres vueltas electorales (Paso- Primera vuelta- Segunda
Vuelta), es obvio que si el kirchnerismo (el scioslimo en potencia o en acto) gana en primera vuelta
por una serie de torpezas, eje que Durán Barba valora como clave en Latinoamérica. La crisis será
peor.
El UNEN está siendo devorado por el radicalismo y en este sentido, esto no es una mala
noticia, sería un absurdo que toda una estructura se perdiera un sello que puede que dure hasta el
último día de la elección presidencial, donde el candidato radical reconozca la derrota. Es evidente
que esta elección tiene que sepultar a muchos líderes del partidos, desde Ricardo Alfonsín a
Leopoldo Moreau. Cualquier otro que se alce con algo para mostrar, sea Morales, Cano, Cobos,
Artaza, o en la propia Santa Cruz tienen que ser el futuro creíble del radicalismo. Esta renovación
cerraría el ciclo post-De la Rúa que tanto le ha costado al radicalismo salir pero será una vuelta de
página sobre el “Alfonsinismo” que se ha apolillado.
El síndrome de la nostalgia radical degenerada, es sin duda Leopoldo Moreau- su
kirchnerismo sui génesis es algo que muchos han asociado con el fin de su carrera y es así (Eso
habla mal de Moreau y bien del kirchnerismo). Él como Ricardo Alfonsín son los ideólogos de las
derrotas sucesivas en la Provincia de Buenos Aires, mientras que los intendentes allí quedan bajo
la línea de flotación, entre “la socialdemocracia, el GEN y Francisco de Narváez”, por lo que el
escándalo actual con Macri y Massa, sólo muestra, cómo sigue pesando el apellido del
expresidente en las internas. El futuro sea Scioli, Massa o Macri depara la suerte de la UCR y del
socialismo, por partida doble. Cobos, especialmente tal vez tenga por objetivo conducir el partido
en el largo plazo, y para eso deba desalojar de una vez por todas a sus socios menores, Sanz sólo
va probar una recompensa dulce en el caso de Macri sea presidente, y los gobernadores….
“nuevos” sólo si Massa es presidente, con Scioli de presidente, la UCR sólo va a poder ser algo
distinto si gana espacios legislativos, y puede purgar de una vez el mito de una jefatura de partido
que se va a tornar irreal.
Con eso cerramos las formas en que UNEN puede ser una compleja base electoral, y
partidaria para Macri y Massa, pese a que en sí mismo, están en crisis. Su asimilación a estos
esquemas hoy no es clara, pero su derrota se puede explicar con un pasaje sencillo del Arte de la
Guerra de Sun Tzu:
Cuando las armas estén embotadas, la tropa desmoralizada, la fuerza exhausta y el
tesoro mermado, los enemigos aprovecharán tu debilidad para intervenir.
Entonces ni los consejos del sabio de los estrategas te permitirán evitar el
desastre.
Así aunque se diga que los sólo los estúpidos se apresuran en la guerra, yo debo
decir que no conozco ni un solo caso en la que un ataque bien planificado se haya
caracterizado por su lentitud. Tampoco se ha dado nunca el caso de que un país
haya sacado provecho de una guerra prolongada.
El que no sea consciente de los riesgos de declarar la guerra tampoco sabrá cómo
resolverla con posibilidades de éxito.
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El experto en el arte de la guerra, no necesita reclutar tropas por segunda vez, ni
exigir provisiones a su país más de tres veces.
Debe contar siempre con su propio armamento y material, pero ha de procurar
abastecerse en territorio enemigo. Esto le permitirá abastecer a sus hombres a
bajo coste. (Sun TZU, 2001)
¿Acaso no son estos principios sencillos los que hacen de la vida política? ¿Acaso no es la UCR la
que no puede emprender la campaña presidencial? ¿Acaso son sus socios capaces? Porque esto
no es así, porque no tienen posición de la cual partir, no tienen claro qué disputar no pueden
hacer capitular a nadie. Porque no tienen recursos propios por volver al partido hipertrofiado se
adelantaron al resto de las fuerzas en una interna inútil y sin resolución al no presentar listas,
cualquiera de las estrategias hubiera sido mejor. UNEN y la UCR demuestran que la estrategia,
general de la estrategia está errada, y que por lo tanto ni políticos del exterior podrían salvarla en
parte de la debacle antes desarrollada, que esto sea parte de un “triunfalismo kirchnerista” es un
error, se trata sin lugar a dudas de errores de la propia UCR.
lógicas no neoliberales:
Uno de los grandes interrogantes que nos podemos hacer ante ciertas formas de hacer
política es sin duda el más sencillo, ¿No fue la transformación del Estado el que de alguna manera
transformó la política? Quién entienda esto puede deducir que desde principios de la recuperación
de la democracia contábamos con un bi-partidismo imperfecto, UCR y PJ- presidencia de Raúl
Alfonsín. Este fue cediendo a la par de las transformaciones en la totalidad del Estado y la crisis
inflacionaria de 1989. Está demostrado que el “liderazgo” en el gobierno en Argentina está
centrado antes que nada en los poderes que el presidente cabeza del ejecutivo tiene para poder
organizar la economía de acuerdo a decretos de necesidad de urgencia, leyes de emergencia
económica, etc.
En este apartado particular, UNEN como espacio político como frente está de alguna
manera forzado en la lógica de la política nacional a proponer candidatos a presidentes: Julio
Cobos, Ernesto Sanz, Elisa Carrió, Hermes Binner, e incluso Pino Solanas.
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Además en sí mismo existe un sistema complejo que se organiza en una forma muy
particular:
Actualmente el sistema de partidos parece descentrado, con caudillos provinciales
que controlan los mecanismos de financiamiento político y nominación de los
candidatos y están en condiciones de manipular paquetes electorales y negociarlos
con otros caudillos. En Argentina esta situación no es novedosa: así funcionó la
república posible entre 1880 y 1916. Entre 1916 y 1930, los gobiernos radicales
apenas revistieron al sistema con el barniz de un liderazgo nacional. Fue la
aparición del peronismo en 1946 la que determinó la nacionalización de los
alineamientos partidarios, y sigue siendo su presencia la que vertebra el sistema
de partidos. Todo indica que, mientras exista el peronismo, seguirá habiendo
asimetría entre los principales jugadores, pero no habrá lugar para más de dos.
(Malamud, 2011)
Una vez que tenemos este punto de partida debemos preguntarnos si la propia lógica de la
estrategia política especialmente en el ataque aconseja seguir las actitudes que UNEN y
especialmente Elisa Carrió fueron desarrollando. Podemos considerar que muchos de los políticos
que se forjaron un nombre durante el menemismo no han “sabido” evolucionar dentro de lo que
fue la “restauración” de cierto discurso institucional del kirchnerismo en este sentido:
Cuando hablamos de comunicación de los gobiernos, muchos dirigentes de
oposición “sienten” permanentemente que deben atacar al gobernante y actúan
guiados por esos impulsos instintivos. Si el presidente es muy popular, el
adversario que lo ataca puede perder muchos votos por “cumplir el rol de
opositor”, papel que en muchas ocasiones actúa en la manera en que muchas
élites y su entorno político le piden para conseguir sus propios fines. En el caso de
varios líderes autoritarios de la región hay una cierta presión permanente de
empresarios o allegados al poder sobre algunos miembros de la oposición para
que ataquen al presidente, hagan coaliciones o actúen como a ellos les conviene.
(Durán Barba, Nieto, 2010)
Como resultado, UNEN tiene una lógica, y la UCR misma tuvo otra lógica, su principal socio
el PS suponemos que tienen a raíz de esto una lógica bien distinta. Tal vez el precoz éxito de UNEN
(gran cantidad de votos en la CABA), combinado con la ausencia de una elección nacional que lo
pusiera a prueba han sido el gran fracaso de esta experiencia que siempre se encuentra el re-
formulación. Este sin dudas es el gran interrogante que ha ido degenerando. Lo que podemos
observar es que Carrió ha funcionado en este sentido de acuerdo a esta lógica, frente a la
debilidad del resto de los otros candidatos.
En este juego multipolar nos conviene que algunos opositores crezcan debilitando
a los adversarios con posibilidades reales de triunfo. Si enfrentamos a un
candidato que puede ganarnos, cuyos votantes blandos nos odian, es mejor que
esos votos- que de todas formas no serán nuestros- vayan a candidatos menores
que no son peligrosos y de todas formas los pueden dispersar. Si un elector no va a
votar jamás por usted es bueno que desperdicie su voto apoyando a candidatos sin
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posibilidades. Por eso los partidos de derecha son tan útiles para los de extrema
izquierda. En el caso mexicano, si en las presidenciales de 2006 los zapatistas
movían solamente el uno por ciento de la votación nacional, podían llevar al
triunfo a AMLO que perdió los comicios por el uno por ciento. Esos pocos votos
desperdiciados podrían haber cambiado la historia. (Durán Barba, Nieto, 2010)
Este párrafo demuestra ser ilustrativo porque sirve para apoyarse en la coyuntura, ¿Qué
clase de oposición es la que hoy estaría enfrentada al kirchnerismo? A diferencia de las apologías
al kirchnerismo, en la estrategia política, y en especial en estas formas no “ideológicas”,
“técnicas”, y desprovista de ideología, estaríamos viendo que el cálculo electoralista es que no
haya un frente único anti-kirchnerista. El cual después de todo podría surgir luego de las PASO, o
de la primera vuelta incluso. Cuando se considera que los “cambios moderados” en lo económico
pueden llegar a ser una entelequia, ¿No hay hoy ya cambios económicos importantes en marcha?
Sobre esto queda claro, que es muy importante cómo se presentan las medidas económicas, y
cómo las entiende la opinión pública.
Estas dos tesis se vinculan a su vez con dos interpretaciones igualmente disimiles
respecto a lo que ha sido el kirchnerismo para la sociedad: de un lado están
quienes que él puso un nuevo sentido común, transversal a los clivajes que
separaban hasta hace unos años los distintos grupos de opinión y corrientes
políticas del país, al disolver los anteriores antagonismos, los principales, los que
separaban a la izquierda cultural y los movimientos sociales (el feminismo, los de
libertad sexual, de desempleados, de indigenismo, etc.) del peronismo político y
sindical, y al desarrollismo y a la modernización económica del distribucionismo
social, para crear en su lugar otros nuevos y más acordes a los tiempos que corren
(entre izquierda y derecha, nacionalismo y liberalismo o, reformismo u orden); que
apenas si ha reproducido un consenso bastante tradicional que sigue teniendo su
principal asiento en el peronismo y se afirma en el nacionalismo antiliberal y
antinorteamericano […] (Novaro, 2011)
Una definición del kirchnerismo como aquello que pudo re-escribir los límites y las
divisiones sociales, tiene como consecuencia resultados electorales concretos y nuevas formas de
antagonismos, y conflictos. Por estas razones incluso cuando se anuncia un fin de ciclo, este no
tiene la forma clave de lo que tuvo el fin de ciclo en el menemismo sobre todo a nivel de la
superestructura de la ideología a diferencia de lo que ocurrió con Carlos Saúl Menem.
El gobernador bonaerense aspiraba a suceder a Menem en 1999, aunque este
estaba lejos de acceder al reclamo de lealtad de Duhalde. Era vox populi que
apoyado muy a pesar suyo la reelección del riojano, forzado por la popularidad
que tenía en esos momentos Carlos Menem. Sin embargo, el asumía públicamente
su lealtad al presidente, sino que además reflotó la idea de una segunda relección,
con lo que el gobernador de Buenos Aires no le quedó otra posibilidad que
confrontar abiertamente contra el primer mandatario, para evitar que este hecho
se consumara.
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La animadversión de Duhalde hacia Menem llegó a límites insospechados:
reagrupó a los “barones del conurbano” alrededor de su figura, limitó el accionar
de los dirigentes menemistas en los distritos de la provincia, ejercitó presión en el
consejo nacional del partido, a pesar de que no era miembro y hasta logró cooptar
al entonces vicepresidente de la república Carlos Alberto Ruckauf. (Baldioli, Leiras,
2012)
Por lo que en ausencia de un fenómeno como el FREPASO (fenómeno más competitivo
electoralmente siendo segunda fuerza en 1995 desplazando a la UCR) que de alguna manera
permitió el avance de la experiencia de la ALIANZA, queda claro que UNEN sin duda más bien un
resto de lo que podrían ser partidos políticos a nivel subnacional como la UCR capital, y toda una
serie de armados políticos en el interior del país. Hoy el PJ, fundamentalmente su sector más
importante se encuentra contenido bajo el paraguas del “sciolismo-kirchnerismo”. La gran
diferencia es que la eventual interna, como lo fue en la Alianza no podría ser ganada nunca por el
radicalismo como ocurrió en el caso de De la Rúa/Chacho Álvarez y por esta razón se decanta el
resto de las razones por las cuales el cuello de botella puso a UNEN desde el primer momento en
un acuerdo con Macri pero sin una definición muy clara de qué hacer. Es evidente que las propias
experiencias de los actores tiene un peso fundamental en su trayectoria electoral en forma inédita
hasta este momento. Es por esta razón que los candidatos a presidente como Cobos y Binner
podrían volver a intentar a ser gobernadores o senadores, sin llegar a realizar la campaña
presidencial.
Tanto es así que la propia lógica de las élites políticas como la de los votantes tuvo un
impacto; y este tiene que ser considerado que el 2001, haya tenido una consecuencia que por una
parte conformó una transformación en el poder, y que por otra parte fue asimilando gran parte
del poder contestatario que estaba en 2001- en: “Que se vayan todos”:
A diferencia de lo que sucedido en país tras coyunturas similares, los movimientos
de protesta y de cuestionamientos a la dirigencia tradicional no forjaron fuerzas
políticas de tipo qualunquista u orientadas hacia la rebelión cívica, sino que
terminaron disipándose o vinculándose con las organizaciones partidarias
existentes. Y los comicios posteriores a 2001 no registraron fenómenos análogos al
“voto bronca” de este año.
Sin embargo en el sistema nacional persistió la tendencia hacia el desacople, la
“desnacionalización” o “territorialización”, a la que se superpuso una fuerte
reconstrucción del liderazgo político encarada por los Kirchner. Una de las
manifestaciones más evidentes de este complejo fenómeno fue la emergencia de
los “radicales K”: gobernadores, legisladores, y funcionarios de la UCR proclives a
apoyar las medidas del presidente y conformar alianzas electorales y de gobierno
con el kirchnerismo. (Tula, De Luca, 2011)
Considerando esto, el partido que más perdió a lo largo de los 30 años de democracia fue
la UCR, y eso tuvo una consecuencia, las transformaciones del partido gobernante, el PJ durante la
reforma del Estado impactaron en todo el sistema político. Esto es importante porque permite
entender ciertas pautas incluidas la reforma de 1994, y la propia crisis de 2001. No es cierto que
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en Argentina el nuevo elector sólo se dé por parte de una mera evolución en la tecnología (la
recomposición del PJ con el kirchnerismo y el olvido de la raíz menemista del PJ a nivel nacional
son prueba de ello pese al “eufemismo” de la discusión desde adentro del kirchnerismo como
oposición al menemismo)- Duhalde en el segundo mandato de Carlos Saúl Menem fue sin duda la
oposición de la realpolitik más efectiva. Durán Barba ha sabido astutamente ocultar los rasgos de
las transformaciones del resto de las instituciones en Latinoamérica, y no vio los populismos como
Menem y Fujimori, las bases de la posibilidad de los nuevos electores. En este sentido, los estudios
de Liderazgo y de los Líderes electores y electorales pueden ser una contra argumentación.
Ejemplo es importante pensar que Argentina, la Convertibilidad, al potenciar el consumo, forjó de
alguna manera esta psicología, hedonista y desinteresada de la política.
La manera de acceder a estos puntos debe ser mucho más sutil de lo que piensa en un
primer lugar, porque se trata de una forma clara de sistemas de consolidación y de formas de
hacer política. La consultoría política en el caso de Durán Barba y otros hace gala de la
simplificación, y gran parte de los elementos que hacen al oficio quedan ocultos, porque bien no
ayudan a la “transparencia” del candidato, o porque pueden que formen partes de lo que el
consultor político supuestamente no se encarga.
Justamente en este proceso al no poder tener pautas claras de que todos los candidatos
sepan cómo maximizar el voto, el paradigma de una suerte de líderes que compiten con reglas
claras; ganen o pierdan se vuelve difuso. En este sentido se le suele echar la culpa como tantas
otras veces al atraso en América Latina para entender estas características. Es decir, el “Pasado”
funciona como la fórmula para llenar gran parte de los baches que se pueden plantear. No es
cierto que podamos pensar a las democracias como desarrollos unilineales, a menos que
pongamos como cenit a la democracia norteamericana.
En el caso de Macri y Massa, la búsqueda de dirigentes de la UCR tiene una forma clara de
representarse en un avance donde no hay muchas posibilidades de obviar el bi partidismo
provincial, en este sentido el tener o no figuras mediáticas es la apuesta arriesgada mientras que
tratar de ir por la UCR sería la apuesta segura. La debilidad de los partidos por fuera del Estado
Nacional habla más de la genealogía del kirchnerismo que de otra cosa.
Por qué no pensar en una suerte de “cúmulos de líderes”, en la disputa por todos los
puestos estatales como la realidad más acabada de la fragmentación de los partidos políticos-
identidades en significación reciproca por la lógica de la diferencia- a la vez simplificadas: gobierno
versus oposición. Podemos entender que son los funcionarios y especialmente los del Estado
nacional los que cuentan con el poder de fuego fundamental para tener muchas de las iniciativas.
En este sentido la UCR, el PRO y el FR se encuentran en desventaja. La UCR piensa en el largo
plazo, a diferencia del PJ e parte porque su liderazgo es débil o nulo de acuerdo a los formatos
personalistas y presidencialistas de nuestro país. Luego de la muerte de Alfonsín padre, el partido
ha quedado tensado entre Carrió, una eterna aspirante a captar ese aparato desde formaciones y
camarillas más pequeñas y distintos líderes que no formaron el núcleo más importante de la edad
de oro alfonsinistas. Mientras que los radicales más audaces como Coti Nosiglia cabalgan entre el
PRO y la UCR, de hecho la UCR se ha convertido de facto en un partido del Interior del país.
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En este sentido la UCR le falta una refrescada como la que fue el kirchnerismo en el PJ, no
hay lugar a dudas para pensar lo contrario, en parte lo mejor del gatopardismo en Argentina se da
por y gracias a la Opinión Pública. La UCR lejos del poder a nivel nacional nunca pudo hacer su
relato, para poder re hacer su lugar entre los partidos políticos importantes, este vacío en parte
fue llenado por el PRO (el partido de la derecha y de la oligarquía pero democrático según el
kirchnerismo versus el partido del pueblo, la patria, etc.) La única persona en el espacio de UNEN
que ha entendido esto ha sido Elisa Carrió, podemos decir que esta campaña la encuentra poco
fantasiosa, porque entiende que el PJ es el techo del radicalismo, y ganar o no ganar a Macri la
interna es crear la interna del futuro aspirante al gobierno con chances de tener dificultades para
cerrar con el PJ. De este Tabú se han alimentado políticos como Julio Cobos que han sabido
hacerse una carrera invadiendo la UCR desde el kirchnerismo. Poder ir a ser vicepresidente de
Cristina Fernández para volver fue lo que hoy hace que pueda ser un “dogmático” de la UCR.
Binner es sin duda uno de los más perjudicados porque literalmente tiene un partido
provincial, el PS sólo pisa fuerte en Santa y en Rosario en particular fuera de allí no suma. La
presencia nacional, es poco importante cuando ocupar el Estado provincial, municipal, y nacional
se vuelve lo más importante. Los medios de comunicación entre ellos Página 12, La Nación y Clarín
han presionado en este punto. Es decir, la oposición que no quiere “repartirse” el Estado muestra
debilidades para la gobernabilidad; esto en parte tiene que ver con lógicas hegemónicas en todos
los partidos políticos incluida la UCR. Tanto es así que Insaurralde quedó en el medio de la nada
misma porque quiso ganar la interna del FR sin ser parte del FR- este ejemplo forma parte de una
contradicción que tuvo mucha importante mediática pero tiene en muchas otras figuras formas
similares. La identidad “radical”, “peronista”, “kirchnerista” son lo suficientemente volátiles, por
lo que termina importando son las composiciones de las boletas en cada elección antes que la
suposición del origen.
UNEN fue una experiencia que pudo mostrar que la UCR no sabe adaptar su maquinaria
política a nuevos desafíos- fracaso previo, dificultad de hacer del gobierno, el Estado, y la
propaganda política una unidad importante- no así con Binner y el socialismo con los intentos de
Marca Rosario como un proyecto político ideológico no diferente del PRO en el sentido de
presentar una ciudad con una cierta impronta particular. El gran problema se dio en el mismo
2011, cuando las PASO entre Cobos, Sanz y Ricardo Alfonsín fueron olímpicamente aparateadas
por el tercero por medio de la UCR de la Provincia de Buenos Aires (Hoy este en franca
decadencia), paradójicamente un recurso fuerte por la potencialidad pero débil en la realidad. En
este sentido, en vez de pensar una suerte de “Liga de gobernadores radicales” a eso huele la
forma PRO y la doble interna PRO y FR de Gerardo Morales (El periodismo además refuerza esta
tentativa desde todas partes, a excepción de Pagina 12 que lo considera una medida de salvataje).
Ahora será en marzo de 2015, cuando la Convención Nacional de la UCR al fin cree un delfín, o
disponga la alianza final con Macri- el pacto con Massa, o un doble pacto local sepultaría
obviamente la asamblea nacional y las autoridades partidarias. Con De Narváez, esto fue
dramático por las condiciones socio-político y económicas, y fue resultado de abortar la PASO, y
pretender hacer primero pie en la Provincia de Buenos Aires, antes de hacer pie en el resto del
país; ahora mismo De Narváez también irá de furgón de cola del PRO. Porque la consultoría
política no explica la dinámica histórica ni de las organizaciones, hay un espacio en blanco muy
importante. Se supone que los candidatos producen largos planes para saber a dónde quieren
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llegar, esto descartaría el transfuguismo, las crisis, y el oportunismo- también mostraría las
limitaciones importantes de todos estos líderes cuando no logran sus objetivos. Por estas causas,
la propia UCR al no participar de forma importante en la elección de 2011, fue al UNEN con un PS
sobrevaluado de acuerdo a las lógicas de ocupación del Estado, pero no se dedicaron a apuntalar a
este personaje extra-partidario, ni a Carrió para la jefatura de gobierno (No sólo se trató de buscar
el espacio Pan-radical como una simple suma de votos, sino que fuera del interior del país, las
candidaturas políticas radicales no existen y parece que no van a existir en 2015). En este sentido,
la contradicción de Carrió es fantástica, Losteau- jefe de gobierno en un país donde Macri es
presidente y dónde son aliados y enemigos podría ser sólo plausible ya en un segundo mandato de
Mauricio Macri una vez este consolidado. La idea de un anti-PJ, tiene como consecuencia una base
“populista” implícita, la misma que tuvo la Unión Democrática que fracasó, versus, la de la Alianza
que fue precisamente exitosa por la crisis del PJ entre Eduardo Duhalde y Carlos Saúl Menem. La
irrelevancia dentro de lo que Elisa Carrió puede hacer está sustentada en la ausencia de
herramientas políticas por parte de la UCR que no es oficialismo importante en ninguna parte. Esta
es falta de definición que los medios le reclaman en los issues de campaña como: BCRA,
Inseguridad, Cepo al dólar, Futbol para Todos, AUH, etc. Tanto es así que Nito Artaza, una figura
“irrelevante” en la conducción nacional puede calificar de progresista a Sergio Massa. Por su parte
el UNEN no tienen una lógica de polémica con los grandes bloques del PRO, el FR, y el
kirchnerismo, sino que se encuentra a la defensiva. Esta no división de las tareas dentro del frente
parece una de las grandes torpeza del UNEN que no se define entre el silencio y los “buenos
modales” como el PRO o la confrontación, la épica, y la polarización como el kirchnerismo.
Esta es la gran diferencia entre las formas radicales y del PRO junto con Daniel Scioli. La
tranquilidad se dio por partida doble, el PRO sólo pueden hoy soñar con presionar porque ha
podido lograr dos mandatos completos, y en el segundo ha tenido al kirchnerismo capitalino como
socio de facto; el pacto PRO-K, se confirmará con el lanzamiento de la próxima autopista rivereña,
financiada por la Ciudad y la Nación. Scioli por otra parte, supo que la interna del PJ es demasiado
compleja, y con todo lo que le falta ha sabido no acaparar, lo que le sobra, y esto ha sido sin duda
conocimiento y luchar verano a verano por el poder.
El 2013 mostró que UNEN tiene una base débil que es el propio radicalismo. Pese a esto, la
UCR sueña con un nombre propio para presidente, esto sería a los ojos de la consultoría política
un capricho y así lo podemos entender. La pregunta es, ¿No se trata nuevamente de las paradojas
de la seducción de los antiguos partidos políticos? Lo que apuestan los partidos es a re-escribir su
propia historia una vez en el poder. En este sentido, la debilidad de UNEN está en el largo y
mediano plazo. Su fracaso actual está signado por la mala fe de sus miembros y la edad de sus
componentes fundamentales. Los líderes carismáticos ausentes en la UCR no hacen pensar en el
post 2015. En Mendoza mismo, Sanz y Cobos han sabido depredar su propio partido. En este
sentido cuando se observa que Nito Artaza, inventa el radicalismo nacional y popular del siglo
XXI. A diferencia de Moreau el cual está cooptado y es un irrelevante en esta campaña, en la de
2013, y en la de 2011, Artaza, ha sabido pensar que el radicalismo son los radicales reales del siglo
XXI. Tanto Macri como Massa representan facetas de las contradicciones- la nueva política;
concepto vacío pero que se basa en lo mejor que vende la política hoy en día. Decimos sin duda
que la memoria de la crisis del 2001, será un peso que se va diluyendo.
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En este sentido, el hacer campañas buenas o malas es importante pero el ganar espacios
en estructuras cambiantes es aún más importante. La suerte de Insaurralde, perder para ganar, ha
sido una de las bases de la política en este fin de ciclo del kirchnerismo puro. El PJ podría
implosionar en la forma que lo hizo la UCR, si tan sólo si la crisis política fuera irreversible. Pese a
todo el “relato” sobre el 2001, de hecho la matriz progresista de la intelectualidad K (la anomalía
de Néstor Kirchner- tal cual la entendió Ricardo Forster), es alfonsinista con toda la debilidad que
implica, en la forma en que el capitalismo de amigos, fue la fase agresiva. Una suerte de
capitalismo popular.
Debe estar harto de encontrar en todos los noticiarios y en todos los programas
políticos a los renovadores peronistas, a funcionarios de gobierno y a voceros de
izquierda y derecha, pero ¿recuerda haber visto a Francisco Macri, Livio Kuhl,
Carlos Bulgheroni o Miguel Roig?
Precisamente vamos a hablar de estas personas, no como tales sino como
representantes de un selecto número de empresas que conforman el poder
económico. Un poder tanto ¿o más? Importante que el poder político pero, sin
duda mucho menos conocido. Son interlocutores diarios del gobierno, son quienes
están armando acuerdos de integración con Brasil, son quienes acompañan al
presidente en cada uno de sus viajes y –durante esos viajes- quienes les organizan
una parte de la agenda. Son los llamados capitanes de la industria, gran burguesía
industrial o grupos empresarios oligopólicos. En resumen, son los principales
capitalistas industriales de este país capitalista dependiente de otros países
capitalistas, y por supuesto imperialistas. (Aliverti, 1987)
Este recorte que no habla de “Patria o Corporaciones” ya en 1987, fin del gobierno de
Alfonsín, crisis de la UCR mediante, ya muestra que los “Capitanes de la Industria”, “Los
capitalistas amigos”, y la “Corpo” son básicamente las mismas personas, las mismas personas, que
dependen en la forma en que la Opinión Pública las presenta.
Curiosamente lo que fue el kirchnerismo, el alfonsinismo, y el menemismo puede
resumirse en una definición simple, el cambio de régimen en el mismo sistema productivo, por eso
es importante tener en cuenta el panorama económico, ya que los éxitos del gobierno en
economía no son “exógenos” que el resto de los factores de producción sobre todo los más
importantes; para entender esto incluso, el radicalismo en su auge tenía las limitaciones muy
claras como las tendría hoy en día:
El 10 de diciembre de 1983 el poder político en el país cambió de manos. Aún con
presiones y condicionamientos, nadie puede negar que el radicalismo es quién
domina el poder político en el país. Sin embargo en diciembre de 1983 no se
produjo ningún cambio en el poder económico. Lo más importantes empresarios
seguían siendo los más importantes, no hubo ninguna votación que le quitara el
dinero a unos para dárselos a otros, ni hubo desde entonces juicio alguno que
estableciera las responsabilidades que tuvieron los empresarios en el
endeudamiento externo, en la fuga de capitales, en la especulación financiera y en
la crisis económica. Es decir, que el nuevo poder político del gobierno
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constitucional debía inevitablemente coexistir con el mismo poder económico de
la época de la época de la dictadura. El punto central de esa convivencia- si es que
uno cree que hay alguna contradicción entre radicalismo los grandes grupos- es
quién se impone a quién, o mejor dicho, cómo se desarrolla la negociación. Pensar
que el sistema capitalista un gobierno puede no negociar con los empresarios más
importantes es ignorar la esencia misma del sistema. Es ignorar que el crecimiento
de un país con el capital concentrado en pocas manos producirá básicamente al
ritmo que crecen esos grupos. Es ignorar el poder del Estado en el sistema
económico.
No obstante, la negociación, los contactos y los acuerdos pueden tener finales muy
distintos. Dependerá de las características del poder político, de la situación
económica y, por supuesto, de la habilidad de negociar. (Aliverti, 1987)
La UCR no ha renovado mediáticamente su discurso- cuestión material necesaria-, pese a
tener una suerte de antiguos periodistas que le simpatizan. ¿Por qué pasó esto? En parte porque
las palabras Gestión [lema del PRO-tecnocracia] y las palabras República [progresismo Frepaso y
todos los partidos que formó Elisa Carrió con entusiastas “liberales institucionalistas”] compiten,
gestión es la buena palabra para la forma concreta del “Roban pero hacen”, mientras que
Republica, es una palabra disociada a gobernabilidad, en una lógica que funciona al revés, la
Republica, es…. “el límite de la gobernabilidad”.
En este sentido la UCR no es una fuerza amenazante en el fin de ciclo kirchnerista o como
se lo quiera llamar pero la radiografía en clave progresista, incluso en un periodo más largo, más
del doble, 12 años, tres mandatos, frente al mandato de 6 años de Alfonsín puede leerse desde el
mismo discurso:
Si los grandes empresarios empiezan a defender la democratización, seguramente
fue porque percibieron que el radicalismo empezaba a archivar muchas de sus
promesas en pos de una nueva política hacia ellos. Observados con objetividad, los
últimos dos años de política económica han favorecido principalmente a los
llamados capitanes, quienes son para el gobierno los únicos capaces de la
modernización. Uno a otro se fueron sucediendo los hechos: El plan Houston, la
decisión de privatizar algunas empresas estatales, la integración con Brasil, la
integración con Brasil, los negocios con Japón, la promoción de la informática, la
biotecnología, etcétera. (Aliverti, 1987)
En este sentido, la modernización, hoy tiene las banderas de la YPF “nacionalizada” con el
51% de las acciones en un grupo privado, pero además con Vaca Muerta con la –modernización-
necesaria, léase como se usó en el párrafo anterior. Esta supervivencia final, y capitulación no
existe un Carlos Menem. La ausencia de audacia, de todos los políticos de los partidos burgueses, y
sus variantes quedaron en este plano relegados. ¿Acaso no debería ser esto la clave de pensar
para afirmar o no el derrumbe del kirchnerismo antes de ver pálidas estadísticas con mucho
tiempo de anticipación incluso de las PASO?
A los 30 años de la democracia, el liberalismo económico defendido a capa y espada no
tiene variaciones relevantes, y en este sentido, no pensamos en futurología pero vemos que
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primero puede ocurrir como tragedia y luego como farsa. Las apelaciones del periodismo, parecen
“repetir” casi con citas, las presuposiciones de las economías con alta inflación e intervención
estatal, especialmente en subsidios y no en la producción en sí misma.
Considerando la apuesta táctica del sector empresario consiste en apoyar la
democracia, el poder económico que ejercen se puso de manifiesto en toda su
dimensión en el terreno político. La idea es que el tipo de modernización, que
tanto el gobierno como los empresarios impulsan, precisa una nueva articulación
entre el Estado y esos empresarios, y precisa también, de una determinada
inserción del país en la economía mundial. […] En este documento- escrito poco
días antes del mensaje de Alfonsín en la Plaza- Orsi decía: Es necesario que el líder
y estadista se disponga a ser el elemento sacrificial de nuestro drama; que
convencido de sus verdades, las empiece a proclamar con claridad, utilizando la
oportunidad histórica que presenta la situación actual. También decía que es
necesario adoptar una posición realista y abandonar actitudes ideológicas utópicas
y se pronunciaba se favorezca el reagrupamiento de las empresas alrededor de un
número de empresas líderes al estilo del modelo japonés. (Aliverti 1987)
En este sentido las palabras: “Patria, Nación, País, Pueblo, Argentina, Orgullo” (entre
muchas otras) conforman la idea de gobernabilidad, y esto tiene sentido limitado. En este sentido,
podemos entender que la idea misma de temas como la inseguridad, el desempleo y la inflación
tienen formas de ser leídas. Por esto mismo, UNEN tuvo éxito en establecerse en las claves de
lectura de los centros urbanos, pero ha agotado su propio crecimiento, la hipótesis que estos
lugares son lo más difíciles de roer para el peronismo no fue coherente con una valoración de
intendentes de estas ciudades como podría serlo Ramón Mestre en la ciudad de Córdoba.
La “Sociedad Civil” ha sido el formato de pensamiento que ha fracasado en Argentina, a
esta se le opuso el pueblo, ya que la sociedad civil habría sido la oposición a-política a la dictadura.
Mientras que una fue tomada como la forma del pluralismo, las ONG, y otras formas, incluidas el
cacerolazo (auge que de hecho tuvo una raíz económica) versus los piqueteros formaciones
político concretas con orígenes de clase evidentes,- ¿Acaso se puede pensar que la economía del
empresario local, de la clase media alta y alta ha sido desatendida del discurso político? Se puede
decir que sí porque tiene su costo, el costo de ser netamente “anti-popular”.
Justamente por estas razones se da claramente una bancarrota de la forma en que alguna
vez se pensó la democracia en Argentina. El fetiche por las elecciones ejecutivas versus las
legislativas, tiene que ver con la debilidad para cambiar la tendencia presidencial sólo por tres
periodos no es una fórmula científica. De hecho 12 años de Kirchnerismo, no son más
específicamente los años que un hombre estuvo en el poder, Menem estuvo 10 años, mientras
que Cristina Fernández de Kirchner, estará 8, y Néstor Kirchner sólo 4, por lo que cualquier sucesor
que no tenga su mujer de legisladora, socia política y pueda medir en una forma importante
parece condenado a 8 años como máximo en el poder. ¿Acaso no fue esto el doble-comando la
magia inicial? Justamente en este sentido, la Mesa Nacional de la UCR no tiene mujeres
candidatas a presidente, algo que Durán Barba considera capital, pero además ha tenido la base
de un partido que avanza lentamente donde el cacicazgo tiene que ver con cuestiones poco
electorales. El PJ pudo ser comandado por Néstor Kirchner porque ganó la presidencia, hoy la UCR
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va a deliberar demasiado sobre quién debería conducirla y eso hace del chantaje de la
“presidencia del partido” (Sanz) versus la “Convención Nacional”.
Expansión de la base del peronismo a lo largo y a lo ancho del país se ha hecho a base de
listas que compiten, de hecho la PASO está funcionando así incluso cuando es una ficción.
Peronistas que quedan afuera, buscan nuevos dirigentes que presionan por los mismos lugares, la
UCR tiene una fuerte endogamia que además es auto-excluyente y en este sentido la apología de
esta actitud es un microclima que parece solo enrarecido por ciertos medios de comunicación sin
base real. La unidad del partido no es más que una suerte de cacicazgo mezquino. ¿Por qué UCR y
el mote “radical” tienen que converger y a la vez sostener la lógica de un pan radicalismo? Al
negarle la voz radical a Elisa Carrió, y a muchos del PRO y curiosamente –reincorporar al partido a
Julio Cobos, no han hecho más que restringir la etiqueta, dejando la estela curiosamente opuesta
el “radicalismo-k” que no es la UCR. El radicalismo-PRO, el nosiglismo tiene otra lógica parte de la
dinámica propia del alfonsinismo:
Para entender la imagen de poder que transmitía Nosiglia reemplazó a Anotonio
Troccoli al frente del Ministerio del Interior, el diputado Cesar Jaroslavsky inventó
una frase para compararlos: “Los dos son buenos negociadores, pero hay una gran
diferencia. Troccoli, va negocia y triunfa, y cuando vuelve dice: “Arregle todo, hay
que poner tanto”. En cambio el Coti negocia, acuerda y, cuando vuelve dice:
“Arregle todo, cobramos tanto”.
En medio de la lucha por sobrevivir tras la derrota parlamentaria en 1987, el
oficialismo pensó en sumar a un sector del gremialismo. Buscaban calmar a los
sindicatos, que verían en los derrotados a un enemigo débil para acorralarlo a
paros. Jarolavsky comenzó a negociar con Diego Ibáñez, de los petroleros. Primero,
logró que Juan Sourrouille recibiera al titular del sindicato del Sindicato Único de
Petroleros del Estado (SUPE), para llegar a un acuerdo sobre los dineros de
Yacimientos Petrolíferos Fiscales le debía al gremio. Ésa fue la señal de que el
gobierno estaba dispuesto a negociar con hechos, además de palabras. “Cacho
Jarolavsky” e Ibañez solían reunise en la sede que el SUPE tenía en Juncal y Paraná.
Una vez iniciada la concordancia “radical-sindicalista”, ambos quedaron en
almorzar con Luis Barrionuevo, para sumar el apoyo de los gastronómicos. La
sorpresa del radical fue mayúscula cuando llegó, a la hora de las achuras, y se
encontró sentado a Nosiglia. Chacho estaba convencido que era el único
negociador del gobierno, por eso la presencia del Coti fue un trago amargo. Años
después Jarolavsky se quejó: “El Coti toma iniciativas brillantes, pero tiende a
concertarlas en secreto”. Es cierto Nosiglia ha hecho del secreto una de sus formas
de poder. (Alvarez Guerrero, Gallo, 2009)
Ahora bien ¿cómo pudo el PRO y el kirchnerismo devorar la identidad radical y no la
identidad peronista? En parte podemos entender porque el PJ siempre supone una base
imaginaria a la cual siempre es interlocutor. Esto es algo que en el radicalismo ha quedado
congelado, los radicales, que se van se llevan más del partido- que los radicales que se quedan. El
Pro en cierto sentido se hace con la etiqueta de anti-política y del peronismo, y va y viene por esta
base social. Hasta ahora, no pudo hacerse del radicalismo. El radicalismo no pudo venderse como
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el partido de la gestión, la eficacia, y el orden del siglo XXI, el cual debería estar asociado a valores
liberales en lo económico, seguridad jurídica, independencia del BCRA, fin de las retenciones, el
Campo, La Universidad, etc.
Durán Barba en este sentido es muy claro que los candidatos que pelean, y que no
muestran gestión cuando la tienen pierden. En este sentido, recién la UCR si es exitosa en
recuperar provincias va a poder iniciar su relato del siglo XXI. Cuando consideramos relato en esta
forma simple, no discursiva como la versión más chata del Story-telling. ¿Alguien va a creer
positivo que Cobos se baje eventualmente de la candidatura presidencial? ¿Alguien va a tener
dudas que si Nito Artaza ganase la provincia de Corrientes será un político de más peso pese a
toda la burocracia enquistada de la UCR?- en este sentido, la experiencia de Das Neves
(candidato apradinado de Duhalde), el mismo Néstor Kirchner, y Macri hoy en día, propone que
hay que tener una unidad lo más grande posible antes de soñar poner condiciones a aliados y
enemigos. En este sentido la paradoja es que UNEN pesa bien poco en la interna de la UCR en
Santa Cruz, y pesará mucho menos en una eventual victoria. Nuevos gobernadores e intendentes
radicales, incluso lo que ya se han pasado han sabido “cuidar el partido” en el siglo XXI.
La UCR y el mismo UNEN sufren con Carrió, y con otros políticos como Cobos, los intentos
frustrados del FPV y la Campora por vencer ciertas lógicas electorales y locales. No obstante, estas
presiones idas y vueltas, han sido la clave de los distintos cerrojos en los cuales el PJ no se
desintegró, la UCR no sabe atar, su destino a personas.
Lo más importante es que la Sociedad Civil, es decir grupos concretos, van a seguir
produciendo emanaciones de contenidos nuevos. Despreciados por la idea del pueblo, y las
teorías discursivas, sobre todo aquellas como las de Laclau que hacen énfasis en la equivalencia
antes que en la diferencia. En una definición que se ha vuelto canónica- “el liberalismo” es para
Foucault gobernar con menos, esto intenta el PRO, gobernar con menos discurso con menos épica.
El UNEN tiene una contradicción extraña, imágenes vistosas como Pino Solanas, y Elisa
Carrió que se han pasado de exposición, casi terminan por ser sepultados por el amarillismo. Lo
que es cierto es que estas formas de hacer política chocan con la supuesta “alternativa” al
kirchnerismo a la militancia, se le enfrenta la gestión y la gestión la llevan adelante los tecnócratas.
La UCR tuvo en Lavagna a un tecnócrata. El Pro en este sentido ha sabido premiar a sus
“economistas” fieles, las segundas y terceras líneas, estos hablan desde el congreso y entidades
como bancos y fundaciones. Lejos de las masas, lejos de los actos. Casi que instintivamente
podemos disociar a Redrado y a Luis D´Elia pese a que formaron parte del mismo gobierno, esto
pasó también con Prat Gay (siendo este uno de los desgraciados experimentos del UNEN
expulsado demasiado pronto del candelero-como figurante incluso en una reunión de líderes de la
UCR abierta- habría generado expectativas). Esta dicotomía entre ministros militantes, y la gente
que sabe es una paradoja de la misma idea del kirchnerismo y es ancestral en el peronismo en la
frase: “Alpargatas sí, libros no”, que hoy sería “Militantes sí, Tecnócratas no”
¿Por qué esta versión simple y chata de divisiones no se explota más? En parte por la
torpeza de entender los cambios en la política, y como los datos como imagen positiva o negativa,
no responder a perfiles estancos, la imagen positiva de Scioli nada tiene que ver con la imagen
positiva de Cristina Fernández de Kirchner, como personajes de una obra de teatro; estos miden
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de acuerdo a lo que se espera “imaginariamente” de ellos. Esto además parece que sufre una
deformación ulterior, que si es trabajada por la consultoría política en especial, ¿Cómo se defiende
un candidato? ¿Acaso el kirchnerismo no tiene enemigos no electorales mucho mejores que los
elementos electores que podrían disputarle votos? ¿No es justamente este el lógico elemento
paradojal de la derrota del propio gobierno con el Grupo Clarín?
Algún comedido consiguió información acerca de los manejos sospechosos de los
manejos sospechosos de los fondos del Parlamento. Una secretaria resentida
entregó más datos, y nuestro candidato publicó un extenso reportaje en una
revista de poca circulación, con nombres, apellidos y minucias de los supuestos
abusos del jefe del Parlamento. El impacto fue mínimo. Ningún medio de
comunicación importante se hizo eco del asunto, y sólo los ciudadanos politizados
supieron lo que ocurría. El atacado respondió de manera correcta no respondió
nada. No estaba perdiendo votos con el ataque y por lo tanto debió callar. (Durán
Barba, Nieto, 2010)
Podemos ver que la propia argumentación del kirchnerismo, la judicialización de la
política, y la escasa repercusión que tienen ciertas denuncias una vez que tienen corta vida y no
son encausadas por ningún proceso tienen límites claros, UNEN y la misma Carrió parecen ser
muestra de eso, y el desplome de su experiencia política va en este sentido. Por eso cuando
consideramos que la crisis del propio frente tiene como epicentro a Carrió y al resto de la
dirigencia de la UCR podemos comprender un punto. Hay una suerte de autopercepción errada de
la potencialidad de los votos radicales, y para peor, un error frente a qué votante debería sustraer.
La forma en que hoy se pregunta y se considera a los candidatos, de acuerdo a los temas centrales
de la Opinión Pública, no tiene nada atractivo que ser ofrecido por el Frente Amplio UNEN.
Si analizan los grandes casos de corrupción, de todo lo que se produjo, siguen siendo los
medios de comunicación y los principales columnistas de los diarios quienes de alguna u otra
forma van recolectando todas las variantes de oposición. ¿Por qué el impuesto a las ganancias
podría tener un impacto mayor que las denuncias sobre el narcotráfico? La respuesta más
sencilla es que antes que nada, el narcotráfico se ve como un problema de inseguridad, y por esto
mismo cuando se lo considera se quiere la salida más sencilla, y está siendo suministrada por toda
la campaña punitivista en marcha desde las cámaras de seguridad, a la creación de grandes
cantidades de policía. El impuesto a las ganancias representa a una serie específica de votantes, y
demuestra el malestar de estos, grupo importante por su composición social como aquellos que
pueden comprar dólares, si son o no son una minoría activa y ruidosa es otra problemática. Lo
cierto es que los ejes se cruzan mucho más fácil de lo que se podría pensar. Tanto es así, que el PS
en Rosario con su “Marca Rosario” (En la ciudad clave para la elección santafesina), de la mano
de la especulación inmobiliaria, y otras industrias, tiene garantía de perdurabilidad incluso si
resiste el acuerdo entre radicales y socialistas en Santa Fe mientras que la experiencia de Carrió ya
está condenada al fracaso. Cuando se ve que en el centro urbano por excelencia donde Carrió tuvo
más presencia es dónde ella siempre se ha resistido a ejercer un cargo ejecutivo, nos preguntamos
si no es otra cosa que la propia trayectoria de Carrió uno de los auto-boicot más importantes, de
una oposición realmente inútil desde la propia fuerza, e incluso para otras fuerzas. La viabilidad
trillada de un pacto Massa-UNEN que no fue, y la viabilidad de un pacto Macri-UNEN, tienen que
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ver con, la presencia de los candidatos a gobernadores en la provincia, y el no intento de
enfrentamiento en la Ciudad de Buenos Aires.
Carrió y Cristina Fernández de Kirchner de hecho presentan un fenómeno que es
interesante y digno de consideración- ¿Cómo el enemigo ordena la discusión política, la campaña
política y la opinión pública?
Cuando nuestro adversario responde a cualquier ataque, si tenemos la
información y las estrategias necesarias, es fácil hacerlo trabajar para nosotros.
Ante todo, debemos saber cuántos son, y en qué sitios están los votos que
necesitamos para lograr el triunfo, cuál es la evolución de la imagen de nuestros
adversarios en los últimos meses y, sobre todo conocer su psicología. Si son fríos y
racionales en sus decisiones será decisiones será difícil atacarlos de manera
eficiente, porque saben defenderse con juicio. […] Hemos conocido a muchos
candidatos que han perdido debido a su personalidad hiperactiva y agresiva. En
algunas ocasiones si no hubieran hecho nada, habrían ganado las elecciones. […] El
candidato redactó una carta con el objetivo estratégico de enfurecer al presidente
para que le respondiera violentamente, lo insultara en los medios y si tenía suerte
lo encarcelara. […] Tras su publicación el presidente armó un escándalo
descomunal, convocó una rueda de prensa, insulto de manera salvaje al candidato.
El despliegue fue excelente y los votantes que odiaban a Febres Cordero se
enteraron de que existía un opositor a quien este aborrecía, llamado Jamil
Mahuad. (Durán Barba, Nieto, 2011)
Es evidente que mientras que el candidato no sea una amenaza el kirchnerismo tiende a
no caer en esta forma de ataque, esto no fue así en el caso de Sergio Massa, el cual tuvo en poco
tiempo una presencia inédita, y tampoco lo fue con Mauricio Macri durante su primer mandato.
Hoy en día ambos tienen dificultades para sobreponerse al conflicto que tiene el gobierno mismo
con las cámaras empresarias, los fondos buitres, la justicia, etc. Se está convirtiendo en una
obviedad que los operadores de prensa, especialmente Clarín y La Nación han tenido una posición
divergente, Clarín jugó la carta de la eyección de Cristina Fernández de Kirchner por parte del PJ,
la Nación en cambio se esperanzó con un acuerdo Macri-UNEN ya que entonces, las relaciones
entre el PJ y la presidente se hubieran tensado por su propia supervivencia. Hasta ahora al no
ocurrir esto, ni Macri puede superponerse al escenario nacional de crisis económica, ni la UCR
puede hacer creer que es una opción electoral ganadora en alguna parte.
Es evidente que hoy en día, hay una suerte de disociación. Hay salidas tecnocráticas, una
de ellas la línea Randazzo, esta es vista como la forma alternativa de la alternativa, una síntesis
entre Cristina Fernández de Kirchner y Scioli. Funcionario todo terreno, trae una “solución” los
trenes y el METROBUS le pese a quién le pesen no funcionan para tracción votos de una forma
muy distinta. Por eso, cuando estas gestiones son medidas, Randazzo y Macri por ejemplo tienen
una forma de hacer política que se les parece, en este sentido, la gran diferencia, es el grado de
exposición, Macri no ha sabido hacer de su presencia un capital, y si bien su ausencia lo hace
distinto, es cierto que lo hace distinto siempre y cuando su rival hasta el último día se Cristina
Fernández de Kirchner, con Scioli y con Massa, incluso con Binner aún más, su “diferencia” se irá
diluyendo, lo cual hace que pierda votos por todos lados.
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Fracaso de la sociedad PRO-UCR puede o podría ser una crisis larga y profunda para
ambos. Lo que se sabrá luego de las tres vueltas electorales (Paso- Primera vuelta- Segunda
Vuelta), es obvio que si el kirchnerismo (el scioslimo en potencia o en acto) gana en primera vuelta
por una serie de torpezas, eje que Durán Barba valora como clave en Latinoamérica. La crisis será
peor.
El UNEN está siendo devorado por el radicalismo y en este sentido, esto no es una mala
noticia, sería un absurdo que toda una estructura se perdiera un sello que puede que dure hasta el
último día de la elección presidencial, donde el candidato radical reconozca la derrota. Es evidente
que esta elección tiene que sepultar a muchos líderes del partidos, desde Ricardo Alfonsín a
Leopoldo Moreau. Cualquier otro que se alce con algo para mostrar, sea Morales, Cano, Cobos,
Artaza, o en la propia Santa Cruz tienen que ser el futuro creíble del radicalismo. Esta renovación
cerraría el ciclo post-De la Rúa que tanto le ha costado al radicalismo salir pero será una vuelta de
página sobre el “Alfonsinismo” que se ha apolillado.
El síndrome de la nostalgia radical degenerada, es sin duda Leopoldo Moreau- su
kirchnerismo sui génesis es algo que muchos han asociado con el fin de su carrera y es así (Eso
habla mal de Moreau y bien del kirchnerismo). Él como Ricardo Alfonsín son los ideólogos de las
derrotas sucesivas en la Provincia de Buenos Aires, mientras que los intendentes allí quedan bajo
la línea de flotación, entre “la socialdemocracia, el GEN y Francisco de Narváez”, por lo que el
escándalo actual con Macri y Massa, sólo muestra, cómo sigue pesando el apellido del
expresidente en las internas. El futuro sea Scioli, Massa o Macri depara la suerte de la UCR y del
socialismo, por partida doble. Cobos, especialmente tal vez tenga por objetivo conducir el partido
en el largo plazo, y para eso deba desalojar de una vez por todas a sus socios menores, Sanz sólo
va probar una recompensa dulce en el caso de Macri sea presidente, y los gobernadores….
“nuevos” sólo si Massa es presidente, con Scioli de presidente, la UCR sólo va a poder ser algo
distinto si gana espacios legislativos, y puede purgar de una vez el mito de una jefatura de partido
que se va a tornar irreal.
Con eso cerramos las formas en que UNEN puede ser una compleja base electoral, y
partidaria para Macri y Massa, pese a que en sí mismo, están en crisis. Su asimilación a estos
esquemas hoy no es clara, pero su derrota se puede explicar con un pasaje sencillo del Arte de la
Guerra de Sun Tzu:
Cuando las armas estén embotadas, la tropa desmoralizada, la fuerza exhausta y el
tesoro mermado, los enemigos aprovecharán tu debilidad para intervenir.
Entonces ni los consejos del sabio de los estrategas te permitirán evitar el
desastre.
Así aunque se diga que los sólo los estúpidos se apresuran en la guerra, yo debo
decir que no conozco ni un solo caso en la que un ataque bien planificado se haya
caracterizado por su lentitud. Tampoco se ha dado nunca el caso de que un país
haya sacado provecho de una guerra prolongada.
El que no sea consciente de los riesgos de declarar la guerra tampoco sabrá cómo
resolverla con posibilidades de éxito.
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El experto en el arte de la guerra, no necesita reclutar tropas por segunda vez, ni
exigir provisiones a su país más de tres veces.
Debe contar siempre con su propio armamento y material, pero ha de procurar
abastecerse en territorio enemigo. Esto le permitirá abastecer a sus hombres a
bajo coste. (Sun TZU, 2001)
¿Acaso no son estos principios sencillos los que hacen de la vida política? ¿Acaso no es la UCR la
que no puede emprender la campaña presidencial? ¿Acaso son sus socios capaces? Porque esto
no es así, porque no tienen posición de la cual partir, no tienen claro qué disputar no pueden
hacer capitular a nadie. Porque no tienen recursos propios por volver al partido hipertrofiado se
adelantaron al resto de las fuerzas en una interna inútil y sin resolución al no presentar listas,
cualquiera de las estrategias hubiera sido mejor. UNEN y la UCR demuestran que la estrategia,
general de la estrategia está errada, y que por lo tanto ni políticos del exterior podrían salvarla en
parte de la debacle antes desarrollada, que esto sea parte de un “triunfalismo kirchnerista” es un
error, se trata sin lugar a dudas de errores de la propia UCR.
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