“Lo más gracioso es que no busca ya que la quieran sino estar entretenida, que la celen, que le compitan. Sabe que las cosas perfectas no tienen sentido y por eso se siente más cómoda así”.- fuentes del Ciberespacio.
Llega el punto del que los proyectos se van a la mierda. Tal vez solo existan por instinto dos estados, la torpe pero segura reflexión pesimista y la mejor aún pedante explicación triunfalista. Siempre sin embargo tiene que haber en nombre de no sabemos qué mierda un llamado a la irreverencia. Como el gorilismo eterno de gente que se cree importante por ser “gorila” pero no ser “gorila” según como ellos definen tal cosa.
Pero ni KING KONG, podría estar del todo feliz. Las bananas de un mono que se hace herbívoro. En un mundo de vaca carnívora. En un mundo donde las cosas pueden ser relativas pero nunca sería como los litros de café que se pueden tirar. ¿Dónde mierda está la narración? Seguramente jamás sería tenido en cuenta el que supuestamente se expresa mal como un hijo de la “Libertad” de “Expresión”. Que ha sido el derrumbe y escupitajo contra el suelo el regalo de la “libertad de expresión”, pero donde estará el filisteo de la cultura que señalará la correcta manera de andar y de sentir, que tiene que ser la correcta manera de vivir. La correcta manera efectiva de terminar cagando.
Por eso; la sabiduría, la tan preciada sabiduría se va poniendo peliaguda. Pero sin todos, los tiene por putos y por cobardes. Y si no pueden tenerlos por cobardes y solo por putos, los excluyen porque serían ellos. ¿Acaso idea de genero? Nah; en todo caso, será sin demasiado escándalo un pasión literaria de pajas mal hechas de coger en lugares incómodos. Ciertamente que mientras más adverso se nos presenta, y mientras cerca esta el cuchillo al cuello, más cerca estamos de saber que la adversidad es algo tan caprichoso como lo feliz. El que no quiera sufrir ¿Por qué no busca que todas sus islas sean afortunadas?
Tiene que ser por esto que las cosan salen mal. Como dice Barcelona, o Anti-Libros o quien sabe qué, intentaremos ser más profundos que la revista VIVA. ¡Cuidado sin embargo que si existe VIVA existe por algo! Porque si la cosmética existe, porque algo no se quiere ver. Y quien esconde la mano tiene el dolor o un arma en la punta de los dedos. Y hasta tan cierto es; que los pobres sujetos que escriben, sienten y pasan, una desgracia más, una desgracia que los tiene mal parados. ¿Pero qué putos demonios es esta desgracia? ¿Acaso lo hemos preguntado con suficiente fuerza?
Gracias a esto los desconsolados minutos entre que nos tiramos un pedo, o tenemos ganas de mear pero tenemos que esperar por diversos impedimentos. Hasta en esos momentos sabemos que predomina el comentario. Y hasta en esto, Ojeda me sugiere que sí; vencer esa irrelevancia se va pasando de mano en mano como moneda gastada y no como puta soñada y cara; la cual se pensase invencible. Consigna clara y simple la que quiero enumerar, pasión caníbal argenta, lugar difícil para vivir no tanto porque sea más cruel que otros pastos sino por su comicidad por su familiar comicidad. Que entonces, figúrese usted, no sería “Reventame el orto”- por una morocha infernal que se presume que sabe hacer de todo. O al menos así lo publicitan hasta en España. Sería mezclar la novela románticona pero sexualmente desencajada a las ideas de Sade sumadas a la chochera post-moderna. Eso sería en resumidas cuentas y por medio de cosas imposibles, una especie de enema que incluyese por fuerzas extrañas y demoníacas la elaboración de un omelet que terminase saliendo de culo. Tal cual y final, sin pena ni gloria, por medio de un Deux ex Machina; o por arte de magia.
Pero si hay que tener la sanidad, o la salud, ¿quién sabe? Bueno ella debe venir no solo de una vida que no tiene sentido. Si de un garzo que se lleva como una florcita celeste en un traje mostaza sin otro mérito que la desgracia siempre primaveral. No, será como tantos dramas humanos una cosa casi sanitaria. Tal cual si las desgracias se las sudase, cagase y vomitase. En ese punto la gracia es tan dichosa, si la pena fuera como un sorete que nos matase de una vez sino pudiese irse o si se fuese por un caño para irse a una especie de enorme estigio maléfico pero sin almas. Donde las causas y crímenes se hicieran aún más negros que el riachuelo.
“Ahora bien cuando uno lee no sabe si el mundo se aferra que la gente sufra pero no por melancolía o por molestia como si fuera incapacidad sino por pasión……… sadismo”
¿Dónde esta el mejor retrato? Acaso quien no sabe que la comida cuando se come vorazmente que no todos saben hacerlo, se mete hasta por dentro de las encías y en algunos casos hace sangrar. Y hasta que por un pobre desgraciado se puede morir de comer velozmente un sándwich de jamón crudo y queso. Muerto por la pasión, tal cual el que pide y pide por la misma mujer. La esencia de la tragedia, el familiar perdido, la patria derrotada, la idea siempre imposible. La desilusión, la pata que arremete contra la florcita que si bien no grita y no sangra quita la vista de quienes quieren halla en ella reposo.
Pero jamás pagan por dar buenas noticias, tiene que ser la noticia de mierda la que conmueve la comezón idiota que no termina en una cama llena de lujuria, ni en el sueño sino en el insomnio de los problemas varios del hombre que no tienen solución. Y algunas que dicen que aman y no aman, o aman a medias, o aman las medias. Pero… no es una cosa del amor. Hay cosas que se pierden de contexto porque el texto es algo como una música o un paisaje. Pero hay gente que se aburre con la descripción, quieren acción; ¡Entra! ¡Sale!, ¡Vuelve a entrar! ¡Vuelve a salir! Presencias desorbitadas. ¿Ojos de éxtasis? Primero habría que ver el estado de la cuestión porque la mayoría de los libros no son juguetes de tanto erotismo espiritual para ser leídos como credos sino que pasan como una relación de una noche. Y para recordarlos mejor como uno los quiere recordar como cosas importantes, mejor sea que no vuelvan aparecer.
Pero no es tan malo, creo que las cosas se ponían pesaditas con el romanticismo. Durante miles de años no se sabría si era la tradición o que otra perniciosa costumbre que la gente sufría menos o más pero lo haría suponemos de manera tal que no generaba estas cosas. Y sería que hasta quizás las enfermedades de la conciencia van cambiando de acuerdo a un código o a una supervivencia. ¿Dónde esta el retrato entonces?
Si uno ve la obra original y luego la ve agredida, grafititeada, regada de meos y de injurias. ¿Qué más pedir? La ilusiones no siendo deseos honestos, deseos que sean suficientemente sanos para poder vivir en el mundo no pueden morir por medio del oxido y de la podredumbre. Sino que se anquilosan y piden lugar en el alma; tal cual si fuera una rama caprichosa. Tan preciosa imagen de los cagatintas, porque esta juventud para escribir, es la que lleva a pensar que no hay peor que el fin de texto. Joyas, de verde tapa, sí son de LOSADA. Pero…. Uno no tiene ese lujo. Tal vez la tapa de uno no exista. Y los capítulos, no terminan de cerrar. Pero…. ¡Descanso! Tengan sus cabellos y sus caballos atados. Que si no el recuerdo parece tormenta marina que en una bahía hace espectáculo símil ridículo. Ha de saberse, ¡Qué diablos! Ha de sentirse que esta idea de la palangana, y si la palangana que es el mundo de la tormenta de la bahía chiquita.
Bello es el amante estaqueado al piso y con las bolas paspadas al sol. Y si e sufrimiento para la mujer alguno lo puede suponer en mismo sentido no hay que apenarse. Jamás he pensando que el genital sea ordenador del dolor. Sino que la sangre, el veneno y las lágrimas por goteo, resurgen y hierven. ¿Dónde esta el retrato entonces?
El argentino es un ser que pocos entienden que creo que el uruguayo huele, y que el brasilero ha podido oír. Pero…. Ciertamente muy ciertamente el argentino para tener amigos ha sabido tener primero enemigos. ¿Quién sabe que Alberdi, Mitre y Sarmiento antes que todo se odiaban? No eran odios sabios, no…. No lo eran. Pero sí eran efectivos odios. ¿Quién mierda me creo para andar reseñando detalles que ni historia son. ¿Es que acaso no tengo dos millones de hectáreas? Es claro que no. Y la gente que se ilumina siempre con las ideas del amor y de la historia debe saber que esto es conocer. ¿Dónde están nuestros sanos odios para ser fieles? Nuestros enemigos, ya no nos quieren matar, nos desprecian. La Sociedad Popular
“Destila la gente que pesa, mide y calcula. Los que han vencido a los loquitos de caballos. Dicen que nosotros, los hombres del dinero que hemos conversado todo, que hemos pactados que hemos desvestido. Que hemos visto los videos de los abusos que nos hemos deleitado con la idea del pantalón desgarrado en la perpetua manera de preservar y refrescar el sentido de lo violado de lo vejado y de lo que no se deja permitirse.” Bueno, será; porque es de pequeños burgueses. Pero ojala que el mundo deje si puede el mayor libertinaje posible. Hasta sabremos que las luces amarillas amamanten un coito que no sea tomado por locura. Y que la gente coma pizza con grasa en medio de un abrazo fraterno incluso si las grasas les sobran y las muecas les faltan dientes. Que las revistas se derritan, y que sean vencidas promesas a medias.
¿Dónde esta el preciado retrato?
Tiene que estar en medio de una sensación.
Pero no hay que esperar. La virtud en salud es pensar que si tan solo.
Nomos muere.
¡¡Momo vive!!
Salvaje risa, y salvaje principio.
Los enfermizos deseos de quien tenga el poder de ser poeta.
Hay por cierto dos hombres que saben vivir de esta manera.
Los criminales y lo hombre delicados.
¡Brutales! Contradicciones.
No recuerda el nacido a quien debía su muerte.
Este iba a ser un texto de esos melosos y estúpidos, dignos de la horca. O algo similar, pero ha derivado en otra cosa. Seguramente que no será breve pero eso importa poco. A veces a uno le aconsejan que escriba y entonces escribe, lo demás es una serie de errores en cadena. Gran parte del valor de la perseverancia esta dado en la puta ridiculez circundante. Extraño a Peña que siempre nos decía esas cosas de forma tan visceral. Pero sí puedo decir alguna que otra cosita aunque jamás aspire a ser el grande que era el “Puto Lindo”. Puedo decir que recuerdo haber escrito muchas estupideces varias de todos los tenores y calidades. Tal vez algunas más liquidas como la diarrea y otras casi tan sólidas como el boomerang. Pero ante todo he creído siempre que tenía algún sentido. Luego me di cuenta que era parte más que nada un rito estrafalario. De un lujo.
Al final me di cuenta que solo ronda lo patético eso que la familia propia de uno quisiera, que uno ni siquiera fuera así. Así que las más divertidas amarguras pero ya no importa. Se ha dicho demasiado en esta vida sobre gente que no se lo creen. Y al final todo se sabe, y cuando se sabe ya nada importa.
Nunca fui un tipo docto, nunca seré algo de tal suerte. Seré siempre un imbécil. Y ahora en más un imbécil solitario. ¿Por qué habría de escribir estas cosas sino? Tantas veces pensé que la vida iba a cambiar, el pantano autocompasivo agota, pero el suicidio es un chiste. Suena a promesa cristiana al por mayor.
¿Qué me valdría de todo lo que alguna vez dije? El destino de los locos, y de los dementes es que no los tomen en serio. El resto de los cretinos hasta por ahí nomás.
Y un día las esperas ya son eternas. Y no tiene sentido mirar si el tren va o se viene, sino que se trata de que no sea el mismo tren, no es el mismo subte. No es la misma cara. Ya no vale la pena. Ya no se llega tarde a ninguna parte. Si me divertido haciendo la justa alabanza de todo, total el aire es gratis. ¿De qué vale? De nada, se trata en todo caso de ser un mono pulguiento con dos platillos por manos. La puta rutina de la hipocresía, el premio de los premios. Hasta que el mismo día que ya da todo igual, que el escupitajo queda en la cara sin parabrisas. Cuando la gente se va a la mierda, y piensa que bueno la otra gente se puso loca o similar. Porque todo es gente, nadie se preocupa demasiado porque haya una víctima que valga la pena.
Desgraciadamente estamos en medio de un cuasi entierro. Tiene que ser bastante deprimente pensar que toda idea que uno va abrigando y nutre al final tenga que morir. Pero así parece que son las cosas. Hay que abdicar a tener siquiera una esperanza que ronde por aquellos parajes. Todo es hiel mezclado con mierda, cosa común. Tal vez es quejarse demasiado. Y no debe tener nadie derecho de hacerlo ni que se vea.
Ya no se tiene espacio para decir que se extraña lo que nunca se tuvo y lo que nunca pasó por la propia cabeza. Siempre con la misma cantinela, recordar, recordar es en vano; recordar la espera es un absurdo. Mirar todo el tiempo pasado en esa relación.
Por eso difícil es ser amargo para el comediante. Tiene que serlo y eso que la comedia sufre. Pero para eso hay que tener ojos de abajo. Cuando la miseria se huele, cuando la pelea por el dinero, por la vejatoria insensibilidad, la escasez en el coger, la idea de que la heladera esta vacía. O… ¿Quién sabe qué? Entonces algunos sueñan con alzar el puño. Y otros sueñan con andar metiendo la chota por todas partes. Pero no todos quieren una corona tan especial de oropel. Prefieren en todo caso dejar la vida pasar.
La crítica a veces es demasiado débil. Y solo tiene orejas porque la prensa la imprime, y solo porque llega, sí solo porque llega impacta. En todo caso, como he podido decir, este retrato de saber que el payaso se esta condenando siempre.
Nunca lo toman en serio, siempre se ríen de él y al final, ya no lo quieren.
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