Lucia:

Finjamos que lo intemporal existe. Seamos una vez más líricos. La memoria tiene que ser siempre un ejercicio forzado, y el deterioro tal vez sea solo una parte de la vida. Demasiado frívolo y sin duda poco mesurado ha sido esta manera de escribir y de pensar durante años ejercida. Y que poco se logra. Pero si se quiere se puede pensar que demasiados largos textos ya se habían ido por el caño. Si tuve alguna serie de delirios que siempre pude ver que pese a ser malos se basaban en lo cierto y lo cierto es que la vida tiene muchas cosas llenas de crueldad y de indiferencia. Pero hay que estar seguros que esas cosas efectivamente no matarán a nadie.

Sin duda que algunas personas son más bellas que otras y pese a que la belleza abunda en el mundo, hay muchas personas que no lo disfrutan lo suficiente; tal vez porque buscan disfrutarlo demasiado. Y eso lo dice el culo que anda mirando todo aquello que se mueve para huir de la misma rutina que siempre lo único que hace recordar es que de la cuna a la tumba las cosas serán poco interesantes.

Puedo decir que no importa lo demás, que la mayoría de las trifulcas son inútiles que el precio de la vida de lujo de unos se paga con la sangre de otros. La mayoría de la gente sabe estas cosas y sino no las sabe es porque no las quiere saber. Yo por mi parte jamás fui ejemplo de nada en ese aspecto. También hay que decir y que no es menor que solemos ser tomados por hijos de puta por escribir. Y esta muy bien que así sea. ¿Quién sabe al final donde habremos hecho más daño? No es una cosa que nos haga sentir bien. Aunque sentirse bien hoy sea algo más relacionado con la idiotez y la autoayuda que otra cosa no es así la manera de pasar la vida tratando de escapar del tedio. Por eso será que escribir puede ser un escape pero es sin duda una evasión a medias. Entre lo deslumbrante y la desgarradora nostalgia se erige el mundo cual ciudad arrasada o cuarto con los juguetes rotos. Pero por suerte, la vida y no es por nada como es, tiene poesía y crueldad. Lucía con y pese a todo era la clase de mujer para esas cosas y muchas más. Y en eso no debemos perder la talla. Porque tal vez nadie le dedique justas líneas, esto es parte de la vida. Y siempre se sabe que las líneas que justifica este pobre escritorcito apenas pueden sumar.

Aunque quisiera escapar a lo grasa. Aunque es claro que no será así porque uno es inculto y no tiene el buen gusto de llevar una bella y pulcra conciencia existencialista que supone que se debe preguntar ¿qué son los sueños?, ni nada similar. Estas cosas no están del todo permitidas pese a que surgen a cada rato. Eso se suma a que no somos los más perjudicados por esta rueda de las reencarnaciones. Debe haber algo más. No se trata de la redención ni otra porquería parecida. Tal vez este sea el destino y desde el pobre lugar de lo que escribo que quizá sea cursi y enfermizo tal cual un cáncer. Tengo que decir que si tal vez sea el paso de las personas fugaz, Lucía seguramente portaría en un futuro en otras generaciones y esperamos que la bienaventuranza jugase un azar megalomaníaco. Así que tendría que imaginar que no esta tan mal, después de todo si ni siquiera punteo bien ¿qué podrá hacer? Lo que me queda es escribir por insana diversión.

Mis cartas a un Theo que no existe. Y no tiene que existir. La liberación de algunas experiencias humanas que ni siquiera esperan ser cuentos borgeanos ni esperanzas estúpidas de hippie. Tampoco han de ser fatalistas largos textos de precisión insulsa, sino que son oleadas de insulso desvarío. Como los que algunas veces si el azar les hiciera pasar alguna vez por esos textos de Lucía sabrían que la compare con el acero. Como la belleza más durable. Esto es cierto, ella podría ser la dama de las tragedias. Y la vida no haría daño a la forma. Poca gente puede contener aquello. Todo será una especie de vapor asqueroso pero tal vez, ella se salve del óxido.

Después de derrapar como siempre. Y de pensar que escribir vale la pena. Lo cual no tiene valor de por sí, vuelvo un poco a lo que ya sabía. Soñando en medio de las babas, y demasiado sudado para despegarme asumo que este destino es parte del calor y de la vida que cada uno va eligiendo. En parte esto es ser escritor de mierda, de pura mierda. Pero sin el abrazo fácil y sin necesidad de andar contando demasiado de que se trata. Lo bueno será que este abrazo único anfibio de calor cretino que me llega ahora, sí en esta especie de Vietnam mezclado con todo por dos pesos apenas me sirve.

En lo demás el universo es parte de lo borracho. Y en ese sentido la imagen de la Dama pesa mucho más. Nuestra Lucía podría sacar a la tan famosa María, la cual ha tenido más de dos mil años de prensa. Hay que decirlo de alguna manera, la desgraciada tradición siempre nos come los talones. Nos los hace doler. Uno solo puede intentar pensar que no es un optimista más que esta viviendo en el mejor de los mundos. No por el mundo este mejor o peor sino porque siempre hay que buscar algo distinto en el borde. Tal cual si fuera un disparo al vacío. Esta puede ser la manera de usar la imaginación y de vivir de las impresiones. Tal vez sea el delirio que nunca se terminó definir mientras caminaba en algún momento de mi vida por Rivadavia. Pero no mucho más, y esta vida podría, debiendo tenido que ser sueño. Tendría que haberlo sido, tal cual si las copitas las regalasen y uno solamente tuviese que andar de brindis en brindis hasta que la muerte llegue en medio de un hígado lleno de colágeno.

Tal vez el cerebro sufre una cirrosis similar al respecto de las ilusiones. Las cuales tienden a desinflarse. Pero no espero ser como Sábato y buscar a un hombre o una mujer oscuros y miserables. Me gusta a escapar a esa idea del drama que es propia de los hombres sanos, o de la tragedia que es parte de los hombres profundos que van camino a la locura. Prefiero, el terreno de los locos, la genuina comedia negra. Aquella donde un llamado de teléfono de otro, arranca el aire. Aquel lugar propio de las cobardías, las insinceridades, pero a la vez aullante de deseo. Por todas estas cosas, no me parece justo hacer creer que Lucía es sobrehumana por el contrario por lo que siempre se vio era demasiado humana. Y tal vez en el tiempo mientras todo se disuelve en una gran arcada sea mejor que mil millones de hojas de halagos. Aunque no se si tendrían ya sentido porque se no trata de agradarle.

En todo caso como siempre es como todo lo que se ve en los subtes, en los bondis, en las aulas en las oficinas. Un escaparate que por un rato distrae, no contiene esto historia dignificante. Mucha gente ni a eso puede aspirar. Cuando no se viaja apiñado se puede estar feliz. Bella contradicción vivir aquí. Y más bella no pensar que se tiene que resolver mediante la escucha. Las ilusiones desgajadas, chupadas y sin jugo. Bueno esta cosa ocurre con las voluntades débiles. Las cosas que atestiguan el paso por el mundo de las mejores cosas. Y no quiero pensar que eso es un concepto árido.

Lucia es la sinfonía de la carne, de la sangre corriendo en el matadero. Es la especie de murmullo que siempre existe en una foto que se arremete contra la cornea. Por eso hoy en esta breve digresión que no es más que eso. Y es breve porque es huérfana de buen significado he optado por decir que aquella idea delirante de otros tiempos se basaba en uno de esos pocos casos de belleza imperecedera auténtica e invencible que es Lucía. Conozcas o no conozcas y te resulte casi imposible hallarla por medio de un método convencional de búsqueda.

He aquí la llama a lo universal desde lo particular, una mujer para desvariar sobre lo desgraciado de la vida en general de mucha gente versus la belleza inobjetable de mundo.