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Recuerdos de Louis Ferdinand XXIX


209- Eros Valentiniano.

I-

Gracias a que somos mamíferos no tenemos “parejas estables”
Gracias a una sociedad tememos por el allá afuera.
Gracias al patriarcalismo, la galantería sigue.

He aquí el Eros Valentiniano.
Admirador pornográfico, del trauma, el cisma y el melodrama.
Una simple gota de crueldad.
Un evento más.
Si tiene éxito como la flor, que de otra flor su destino escoge.
Será una más.
Fornicar es durar y el duplicado es ingenio.
Y el que se sabe multiplicar no necesita tanto de los Mesías.

II-

La opinión mayoritaria.
¿Sirve?
Tiránica pasión.
Mejor que la aristocrática manera de decir….
“Aquí no ha pasado nada”
Para desgracia, desde el sudor hasta el amor…
Difícil es de apaciguar.
Si no se puede comerciar.
No se vende.
El amor del fiel consumidor….
No del fiel que se consume.
De lo “fiel” que es consumir a otro.
¿Pasiones caníbales?
¿Úlceras en medio de calor en posiciones repetidas?
No es el amor “intelectual” a “Dios”.
No es una bengala, ni un cacerolazo.
Si una turba furibunda, te dijera….
Compra, desea, ama, ¿Lo harías?

Esto que nos refriega pero no nos mata.
Ese “amor” de que no depende del amor de otros.
De un tercer observador.
Incluso en la compra, en la sopa instantánea de la satisfacción.

III-

Feliz día de los enamorados de:
La vida,
La revolución.
Las matanzas,
Las compras,
La satisfacción a cualquier costo del deseo.
La hipocresía.
El “bien”
La no pasará más.
Lo que nunca pasa….
Lo que podría estar pasando.

Hemos negado la acción de lo íntimo.
No ponemos los genitales en las ventanas,
No dejamos que se deseen todos a la vez.
Pero hacemos un día,
Un prospecto del amor.
Y no nos llena.

210- Un pasaje más.

I-

¿Cómo era eso de la ida y de vuelta?
Como se consigue el ingenio cretino.
Como se reparte, la tarjeta, el cadáver.
Cómo se entiende que hay quien no ve nada….
Puede ir más allá.

II-

Cómo puede ser que eso no sea otra cosa que un pabilo.
Cómo se no se puede creer que la grasa hierva entes…
Sí ser cenizas es más fácil que tener una revelación.
Y el orgasmo de una santa
Es la conjugación de una araña,
Es la forma estalinista de la metafísica.
Fijeza en pocas cosas….
Alarmismo en todas partes.
Cuestión de encender hogueras.
Ya estamos en la parrilla y ardiendo.
Sin administrador a la vista.

La risa ante la debilidad del otro.
El golpe de gracia.
Y que no de más.
Y que no da más.
El olvido solitario para la decepción inminente.

III-

Vas a llegar y hasta puede que encuentres lo que estabas buscando.
La última fase del automatismo.
La manera que se encontró para ir evadiendo el prejuicio del abismo.
Barridos por medio del autoconsumo.
No leyendo para ser los héroes de la lucidez.   
Expulsados al final de cualquier recorrido.
Estando en plena pose.
Y la rueda
Que al final se lleva el cráneo y eso…
El cuerpo.
O lo sea…
Por medio de la inercia.
A cualquier parte.  

211- Decadente Valentiniano.

I-

Te dedico esta fantasía perversa.
Sueño que la seducción sea crimen, escándalo y vergüenza.
Imagino el mundo aquí como allá cantando siempre las mismas cosas.
Sin paz y in fin.
Hierve con la sangre, y con la azúcar de hace sangre se hace caramelo.
No ahogarás con tu seno a nadie.
Queremos sentir como bebes o cucarachas tu calor.
Queremos jugar como ángeles compinches a que sos la Virgen,
Madre de un dios.
Te imaginamos, en el fondo de un vaso con agua que no se puede vaciar.

II-

Los dedos que se acosan son los míos.
Es el terror del espacio.
No sientas angustia,
Que tus cabellos me ahorcan sin haber tocado.
Que tu nuca es ternura.
Que tus ojos son drogas.
La lengua acepta cualquier cosa.
Mi esófago es el cenicero del residuo de un silencio.
Bulle, hierve y no te ve cadáver.
No te devora.
Allí bella locura del virus.

III-

En la punta del cuchillo.
En el principio de la paranoia.
Dientes que ceden a la pasión inútil de morderse las uñas.
Mendigará el tiempo.
Si no es peor que no seas pasado.
Si algún día serás futuro.
Si la maldición será como siempre irse por la ventana.
Y que primero, caiga la cara, y se lleve al cuerpo.
Sos el suelo de la caída.
Sos la justa y agradable consecuencia de saber que se está muriendo.
Ahora,
El cuerpo tuyo resiste….
Y el mundo dentro de su eje.
Sólo queda pensar…
Como el coagulo de ese instante.
En que el mundo no me será diferente,
En que sólo seré inerte.
Abre extendido,
Una sola mano al vacío.
Ahí donde nada puede haber.

Estas como anzuelo.
Como castigo sereno.
Como condena segura.
Como la augusta condena sin mérito.

La excusa del mundo que sigue existiendo.
Y el deseo infinito que nunca lo abraza.

212- Obscenidad.

I-

En la forma cómoda de la expectativa.
Si el martillo por encima de tu cabeza.
Si la cuestión no es de amor o de odio.
Sino de quien vive o de quien muere.

Si alguien está comiendo de la basura,
Y el vómito de alguno termina en la misma basura.
¿Cómo fue que nacieron estómagos tan diferentes?

II-

¿Cuándo fue el dialecto de todos se convirtió en las migajas de babel?
Podría ser el único y  último intento que prive del calor.
En el piso, si uno tiene piso.
La cosa va mejor.
Hirviendo en toda partes. Siendo desgastados en todas partes.
Una mezcla entre el desierto de lo que se lleva la topadora.
Y lo que hemos podido conseguir.
Y el aire acondicionado deja la res.
Y existir es tratar de digerir, y el frío es una primera forma de acumular sudo frío.

III-

Jugando un poco más. Y viendo a ver qué pasa.
Se hablan  de cosas que no van a ninguna parte.
Eso también es el reino de la realidad.
Y al final,
¿No era que las cosas estaban más cerca?
¿Dónde esta ese desenlace de la “naturaleza humana”?

Una gota de romanticismo amarillento.
Una credencial de ida y vuelta.
Cuando la depresión no es un deporte.
Cuando no es algo casi parecido a la televisión.
Cuando el dinero, ese estimulante para la depresión mengua…
Para eso que nunca se tendrá vacaciones.
El teléfono eternamente descolgado.
El embrutecerse al final y aceptarlo todo.
Y las palas avanzan y de todo se llevan.

IV-

El ojo atravesado.
La hipocresía de nunca has hecho nada.
La adrenalina de las cagadas pasadas.
La locura como raptos eternos de auto de fe.
Las victorias absurdas por persecuciones logradas.
La esperanza de las cárceles para los injustos.
Y una utopía no deseada siempre en puerta.

Hemorroides, dolor en la boca del estomago.
Encías sangrantes, estómagos plegados en sus jugos.
La pasión inútil de tener un libro en el apretuje.
La aprobación tácita, con o sin boleta de que…
Algo malo va a pasar.  
Que la queja de las vacaciones caras,
Cierre tu apetito.

Cuando los estimulantes no alcancen.
En medio de sistemas quemados.
Siendo todos desparejos de nacimiento.
En parte de esa pira para irse deshaciendo del recuerdo.
Todo eso de lo que hemos sido y de los que han sido.
¿Habremos lamentado lo suficiente?
No será una danza para la muerte.
Será una mera resolución de problemas.

Y alguien dirá, siempre fue así.
Y otro día, mejor.
Amén.

213- Furias.

I-

Demonios pares en vidas que no valen demasiado la pena.
No es desazón. Es otra cosa.
El que ve el final pero no obtiene entretenimiento.
El tener que defender de un no se qué. La ilusión del superviviente.

El calor, una luz brillante.
La pantomima estúpida, de la búsqueda cotidiana por el asco renovado.
Y voluntarismo una y otra vez.
¿Contra qué luchan estas furias?

¿Serán pasiones por siempre cruzadas?
Serán la negación de la libertad.
¿Qué serán esas cosas que se imprimen en los cuerpos que no se soportan?

II-

¿Será que algunos mienten más que otros?
¿Será que algunos creen que tienen las cosas atadas?
¿Por dónde caminan esos que siempre tienen sol?
¿Dónde están aquellos que pueden adormilarse antes de morir?
No se ha visto y no se quiere ver…

Más crueldad que entre los que tienen poco.
Y a menos tener, más desear.
Y a más desear más no poder.
Importa si tiene forma de una línea que divide algunos de algunos más.

III-

Cuando la cosa se intelectualiza.
¿No vio usted?
Pasará de moda, intentará no ser del bando donde ha partido.
Dirá que en realidad, no tiene que hundirse.
¿Pero de dónde se ha salido?
¿Se ha llegado?
La justa experiencia lo calificará de idiota.
Lo suyo será algo sin celos.
Su azúcar no le pondrá compensar.
Su néctar no le podrá compensar.
Y eso que elige como ganado de admiradores, compañía.
Ese que incluso que anda pensando.
¿Morir así o morir asá?

Voces,
Democratizan voces.
Aquellas que dicen no es que no son nada.
No es que la bala que los mata ha hecho menos que la bala que podrían meter en tu cabeza.
Ellos han vivido con la muerte cerca del cuello.
Y si se quedasen secos en un mundo ideal,
Donde cada uno se muere a plazo.
Donde la “biología” ya tatuaría el aborto de la mayor parte.
¿Entonces qué?
¿Bastaría una canción?

IV-

Hacer el nido donde haga más calor.
Ojalá no incinerarse,
Pensando que tal vez….
Todo por suerte.
Sea mentira.
Otra vez.  


214- Un feriante.

I-

Nos fotocopian a todos para ser distintos.
¿Has visto? ¿Todos iguales o diferentes?
El que sube a la “montaña”
El escritorio.
El delirio el bao del intestino.
¿Mierda?
¿Darán con el fondo?
Y el dedo que por dentro va.
Terrible pasión del vientre.
Hasta dan con el intestino grueso.

II-

La dieta del ser humano no busca su supervivencia.
No es cosa de eternidad.
Tampoco es siquiera cosa de estar saciado.
Entre las encías son eras geológicas.

¿Qué sentido tiene esperar?
¿Qué sentido tiene esos pies que siempre caminan?
Si en el otro están los eternos diletantes de ocasión.
¿Cómo nos hemos vuelto tan hijos de puta?
¿Cómo nos hemos hecho eco de la biografía?

III-

La musa magullada,
El salto del balcón.
Lo que pasa porque tiene que pasar.
La relación prestada de cualquiera eso no es lo peor.
Ni será lo peor.
Pero sí es cierto que hay dramas y dramas.
Y el feriante tiene que ilusionar a cualquiera.
Incluso al que no puede comprar.
Y su oficio maldice.
Como el forjador de creencias.  
Cosas para otros.
Eternos dadores de regalos que algún día dolerán.
¿Qué se harán de esos mitos post-modernos?
¿Dónde está la hoya de la intelectualidad?

IV-

Defender verdades a muerte.
Cosas que algunos no hacen.
Y otros lo hacen todo el tiempo.
Eso que sueña que inventan cosas.
Esos creen que las formas cambian el fondo.
Los que aún no dan de cabeza al barro.
No han podido con el escenario.
Y no entienden que la comedia al final….
Es el postre de los gusanos.


215- Una inspección de estomago.

I-

El odio que arranca los ojos.
Los antiguos amigos se arrancan la mejor la piel.
¿Quién sabe mejor de donde tirar?
¿Quién tiene la última garantía?
Amen sobre todo la interna.
Amen que se arranquen la carne a tiras.
Y el masturbatorio público amará la pelea/conversación.

II-

De “Robespierre” con oficio.
Un amo que cuenta al esclavo.
El profeta que nunca verá su estafa prometida.
El otro que quiere ser ciego a más no poder…
E intentar mirar a cada cosa que encuentra.
El que dice que puede que las cosas no sean tan malas.
El que cree que hay “gente”.
El que sabe, y entiende que no todo lo que gusta
Hay que dejarlo para después.

El gusto por el profeta del titiritero,
El que habla del mundo por parir
El que dice que entiende de qué lucha se habla.
El que se pierde en su palabra del viene y va.
El billete vence cada,
En cada colectivo, en cada persona que no sabe a donde no mirar.
Ese que ya está olvidado si alguna vez llegó aquí.

¿Por qué suponen que se hablan de cosas tristes?
El que cae tal vez ya ha sido esperado.
Y que no valía la pena ni cómo víctima va en una procesión más….
En medio de los tiros.
¿Y quién te va a decir que no te podes sumar?
¿Y quién va decir que la venganza no va a pasar en silencio?
El dueño circo no sabe donde terminan sus fieras y donde empiezan los demás.

III-

Atragantado ya de la lana ajena.
Como credencial de los hijos de puta.
Y si aburre.
Porque siempre es lo mismo.
Tan seguro como el recorrido del tren.
Que aunque anímico juega que nunca llega.
Al final.
Llámenlo “destino”
Progreso o como quieran.
Será la estocada de esa inspección que…
Hace….
La pregunta.
¿Qué hiciste anoche?
¿Te has negados tres veces?
Y qué ibas aprovechar.
Lo férreo de un suicidio no de un deseo perdido.
Sino de un punto que no se alcanzó.


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