209- Eros Valentiniano.
I-
Gracias a que somos mamíferos no
tenemos “parejas estables”
Gracias a una sociedad tememos
por el allá afuera.
Gracias al patriarcalismo, la
galantería sigue.
He aquí el Eros Valentiniano.
Admirador pornográfico, del
trauma, el cisma y el melodrama.
Una simple gota de crueldad.
Un evento más.
Si tiene éxito como la flor, que
de otra flor su destino escoge.
Será una más.
Fornicar es durar y el duplicado
es ingenio.
Y el que se sabe multiplicar no
necesita tanto de los Mesías.
II-
La opinión mayoritaria.
¿Sirve?
Tiránica pasión.
Mejor que la aristocrática
manera de decir….
“Aquí no ha pasado nada”
Para desgracia, desde el sudor
hasta el amor…
Difícil es de apaciguar.
Si no se puede comerciar.
No se vende.
El amor del fiel consumidor….
No del fiel que se consume.
De lo “fiel” que es consumir a
otro.
¿Pasiones caníbales?
¿Úlceras en medio de calor en
posiciones repetidas?
No es el amor “intelectual” a
“Dios”.
No es una bengala, ni un
cacerolazo.
Si una turba furibunda, te
dijera….
Compra, desea, ama, ¿Lo harías?
Esto que nos refriega pero no
nos mata.
Ese “amor” de que no depende del
amor de otros.
De un tercer observador.
Incluso en la compra, en la sopa
instantánea de la satisfacción.
III-
Feliz día de los enamorados de:
La vida,
La revolución.
Las matanzas,
Las compras,
La satisfacción a cualquier
costo del deseo.
La hipocresía.
El “bien”
La no pasará más.
Lo que nunca pasa….
Lo que podría estar pasando.
Hemos negado la acción de lo
íntimo.
No ponemos los genitales en las
ventanas,
No dejamos que se deseen todos a
la vez.
Pero hacemos un día,
Un prospecto del amor.
Y no nos llena.
210- Un pasaje más.
I-
¿Cómo era eso de la ida y de
vuelta?
Como se consigue el ingenio
cretino.
Como se reparte, la tarjeta, el cadáver.
Cómo se entiende que hay quien
no ve nada….
Puede ir más allá.
II-
Cómo puede ser que eso no sea
otra cosa que un pabilo.
Cómo se no se puede creer que la
grasa hierva entes…
Sí ser cenizas es más fácil que
tener una revelación.
Y el orgasmo de una santa
Es la conjugación de una araña,
Es la forma estalinista de la
metafísica.
Fijeza en pocas cosas….
Alarmismo en todas partes.
Cuestión de encender hogueras.
Ya estamos en la parrilla y
ardiendo.
Sin administrador a la vista.
La risa ante la debilidad del
otro.
El golpe de gracia.
Y que no de más.
Y que no da más.
El olvido solitario para la
decepción inminente.
III-
Vas a llegar y hasta puede que
encuentres lo que estabas buscando.
La última fase del automatismo.
La manera que se encontró para
ir evadiendo el prejuicio del abismo.
Barridos por medio del
autoconsumo.
No leyendo para ser los héroes
de la lucidez.
Expulsados al final de cualquier
recorrido.
Estando en plena pose.
Y la rueda
Que al final se lleva el cráneo
y eso…
El cuerpo.
O lo sea…
Por medio de la inercia.
A cualquier parte.
211- Decadente Valentiniano.
I-
Te dedico esta fantasía perversa.
Sueño que la seducción sea
crimen, escándalo y vergüenza.
Imagino el mundo aquí como allá
cantando siempre las mismas cosas.
Sin paz y in fin.
Hierve con la sangre, y con la
azúcar de hace sangre se hace caramelo.
No ahogarás con tu seno a nadie.
Queremos sentir como bebes o
cucarachas tu calor.
Queremos jugar como ángeles
compinches a que sos la Virgen ,
Madre de un dios.
Te imaginamos, en el fondo de un
vaso con agua que no se puede vaciar.
II-
Los dedos que se acosan son los
míos.
Es el terror del espacio.
No sientas angustia,
Que tus cabellos me ahorcan sin
haber tocado.
Que tu nuca es ternura.
Que tus ojos son drogas.
La lengua acepta cualquier cosa.
Mi esófago es el cenicero del
residuo de un silencio.
Bulle, hierve y no te ve
cadáver.
No te devora.
Allí bella locura del virus.
III-
En la punta del cuchillo.
En el principio de la paranoia.
Dientes que ceden a la pasión
inútil de morderse las uñas.
Mendigará el tiempo.
Si no es peor que no seas
pasado.
Si algún día serás futuro.
Si la maldición será como
siempre irse por la ventana.
Y que primero, caiga la cara, y
se lleve al cuerpo.
Sos el suelo de la caída.
Sos la justa y agradable
consecuencia de saber que se está muriendo.
Ahora,
El cuerpo tuyo resiste….
Y el mundo dentro de su eje.
Sólo queda pensar…
Como el coagulo de ese instante.
En que el mundo no me será
diferente,
En que sólo seré inerte.
Abre extendido,
Una sola mano al vacío.
Ahí donde nada puede haber.
Estas como anzuelo.
Como castigo sereno.
Como condena segura.
Como la augusta condena sin
mérito.
La excusa del mundo que sigue
existiendo.
Y el deseo infinito que nunca lo
abraza.
212- Obscenidad.
I-
En la forma cómoda de la expectativa.
Si el martillo por encima de tu
cabeza.
Si la cuestión no es de amor o
de odio.
Sino de quien vive o de quien
muere.
Si alguien está comiendo de la
basura,
Y el vómito de alguno termina en
la misma basura.
¿Cómo fue que nacieron estómagos
tan diferentes?
II-
¿Cuándo fue el dialecto de todos
se convirtió en las migajas de babel?
Podría ser el único y último intento que prive del calor.
En el piso, si uno tiene piso.
La cosa va mejor.
Hirviendo en toda partes. Siendo
desgastados en todas partes.
Una mezcla entre el desierto de
lo que se lleva la topadora.
Y lo que hemos podido conseguir.
Y el aire acondicionado deja la
res.
Y existir es tratar de digerir,
y el frío es una primera forma de acumular sudo frío.
III-
Jugando un poco más. Y viendo a
ver qué pasa.
Se hablan de cosas que no van a ninguna parte.
Eso también es el reino de la
realidad.
Y al final,
¿No era que las cosas estaban más
cerca?
¿Dónde esta ese desenlace de la “naturaleza
humana”?
Una gota de romanticismo
amarillento.
Una credencial de ida y vuelta.
Cuando la depresión no es un
deporte.
Cuando no es algo casi parecido
a la televisión.
Cuando el dinero, ese
estimulante para la depresión mengua…
Para eso que nunca se tendrá
vacaciones.
El teléfono eternamente
descolgado.
El embrutecerse al final y
aceptarlo todo.
Y las palas avanzan y de todo se
llevan.
IV-
El ojo atravesado.
La hipocresía de nunca has hecho
nada.
La adrenalina de las cagadas
pasadas.
La locura como raptos eternos de
auto de fe.
Las victorias absurdas por
persecuciones logradas.
La esperanza de las cárceles
para los injustos.
Y una utopía no deseada siempre
en puerta.
Hemorroides, dolor en la boca
del estomago.
Encías sangrantes, estómagos
plegados en sus jugos.
La pasión inútil de tener un
libro en el apretuje.
La aprobación tácita, con o sin
boleta de que…
Algo malo va a pasar.
Que la queja de las vacaciones
caras,
Cierre tu apetito.
Cuando los estimulantes no
alcancen.
En medio de sistemas quemados.
Siendo todos desparejos de
nacimiento.
En parte de esa pira para irse
deshaciendo del recuerdo.
Todo eso de lo que hemos sido y
de los que han sido.
¿Habremos lamentado lo
suficiente?
No será una danza para la
muerte.
Será una mera resolución de
problemas.
Y alguien dirá, siempre fue así.
Y otro día, mejor.
Amén.
213- Furias.
I-
Demonios pares en vidas que no
valen demasiado la pena.
No es desazón. Es otra cosa.
El que ve el final pero no
obtiene entretenimiento.
El tener que defender de un no
se qué. La ilusión del superviviente.
El calor, una luz brillante.
La pantomima estúpida, de la búsqueda
cotidiana por el asco renovado.
Y voluntarismo una y otra vez.
¿Contra qué luchan estas furias?
¿Serán pasiones por siempre
cruzadas?
Serán la negación de la
libertad.
¿Qué serán esas cosas que se
imprimen en los cuerpos que no se soportan?
II-
¿Será que algunos mienten más
que otros?
¿Será que algunos creen que
tienen las cosas atadas?
¿Por dónde caminan esos que
siempre tienen sol?
¿Dónde están aquellos que pueden
adormilarse antes de morir?
No se ha visto y no se quiere
ver…
Más crueldad que entre los que
tienen poco.
Y a menos tener, más desear.
Y a más desear más no poder.
Importa si tiene forma de una línea
que divide algunos de algunos más.
III-
Cuando la cosa se intelectualiza.
¿No vio usted?
Pasará de moda, intentará no ser
del bando donde ha partido.
Dirá que en realidad, no tiene
que hundirse.
¿Pero de dónde se ha salido?
¿Se ha llegado?
La justa experiencia lo
calificará de idiota.
Lo suyo será algo sin celos.
Su azúcar no le pondrá
compensar.
Su néctar no le podrá compensar.
Y eso que elige como ganado de
admiradores, compañía.
Ese que incluso que anda
pensando.
¿Morir así o morir asá?
Voces,
Democratizan voces.
Aquellas que dicen no es que no
son nada.
No es que la bala que los mata
ha hecho menos que la bala que podrían meter en tu cabeza.
Ellos han vivido con la muerte
cerca del cuello.
Y si se quedasen secos en un
mundo ideal,
Donde cada uno se muere a plazo.
Donde la “biología” ya tatuaría
el aborto de la mayor parte.
¿Entonces qué?
¿Bastaría una canción?
IV-
Hacer el nido donde haga más
calor.
Ojalá no incinerarse,
Pensando que tal vez….
Todo por suerte.
Sea mentira.
Otra vez.
214- Un feriante.
I-
Nos fotocopian a todos para ser
distintos.
¿Has visto? ¿Todos iguales o
diferentes?
El que sube a la “montaña”
El escritorio.
El delirio el bao del intestino.
¿Mierda?
¿Darán con el fondo?
Y el dedo que por dentro va.
Terrible pasión del vientre.
Hasta dan con el intestino
grueso.
II-
La dieta del ser humano no busca
su supervivencia.
No es cosa de eternidad.
Tampoco es siquiera cosa de
estar saciado.
Entre las encías son eras geológicas.
¿Qué sentido tiene esperar?
¿Qué sentido tiene esos pies que
siempre caminan?
Si en el otro están los eternos
diletantes de ocasión.
¿Cómo nos hemos vuelto tan hijos
de puta?
¿Cómo nos hemos hecho eco de la
biografía?
III-
La musa magullada,
El salto del balcón.
Lo que pasa porque tiene que
pasar.
La relación prestada de
cualquiera eso no es lo peor.
Ni será lo peor.
Pero sí es cierto que hay dramas
y dramas.
Y el feriante tiene que
ilusionar a cualquiera.
Incluso al que no puede comprar.
Y su oficio maldice.
Como el forjador de creencias.
Cosas para otros.
Eternos dadores de regalos que
algún día dolerán.
¿Qué se harán de esos mitos
post-modernos?
¿Dónde está la hoya de la
intelectualidad?
IV-
Defender verdades a muerte.
Cosas que algunos no hacen.
Y otros lo hacen todo el tiempo.
Eso que sueña que inventan
cosas.
Esos creen que las formas
cambian el fondo.
Los que aún no dan de cabeza al
barro.
No han podido con el escenario.
Y no entienden que la comedia al
final….
Es el postre de los gusanos.
215- Una inspección de estomago.
I-
El odio que arranca los ojos.
Los antiguos amigos se arrancan
la mejor la piel.
¿Quién sabe mejor de donde
tirar?
¿Quién tiene la última garantía?
Amen sobre todo la interna.
Amen que se arranquen la carne a
tiras.
Y el masturbatorio público amará
la pelea/conversación.
II-
De “Robespierre” con oficio.
Un amo que cuenta al esclavo.
El profeta que nunca verá su
estafa prometida.
El otro que quiere ser ciego a más
no poder…
E intentar mirar a cada cosa que
encuentra.
El que dice que puede que las
cosas no sean tan malas.
El que cree que hay “gente”.
El que sabe, y entiende que no
todo lo que gusta
Hay que dejarlo para después.
El gusto por el profeta del
titiritero,
El que habla del mundo por parir
El que dice que entiende de qué
lucha se habla.
El que se pierde en su palabra
del viene y va.
El billete vence cada,
En cada colectivo, en cada
persona que no sabe a donde no mirar.
Ese que ya está olvidado si
alguna vez llegó aquí.
¿Por qué suponen que se hablan
de cosas tristes?
El que cae tal vez ya ha sido
esperado.
Y que no valía la pena ni cómo víctima
va en una procesión más….
En medio de los tiros.
¿Y quién te va a decir que no te
podes sumar?
¿Y quién va decir que la
venganza no va a pasar en silencio?
El dueño circo no sabe donde
terminan sus fieras y donde empiezan los demás.
III-
Atragantado ya de la lana ajena.
Como credencial de los hijos de
puta.
Y si aburre.
Porque siempre es lo mismo.
Tan seguro como el recorrido del
tren.
Que aunque anímico juega que
nunca llega.
Al final.
Llámenlo “destino”
Progreso o como quieran.
Será la estocada de esa inspección
que…
Hace….
La pregunta.
¿Qué hiciste anoche?
¿Te has negados tres veces?
Y qué ibas aprovechar.
Lo férreo de un suicidio no de
un deseo perdido.
Sino de un punto que no se
alcanzó.
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