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Mala Fama y el Coraje Cívico:

No es la primera vez que se hace una unión entre un elemento que queda por fuera del análisis político y la justamente olvidada relación que le merece tener en cuenta. ¿Por qué Mala Fama? Uno podría decir que una lectura simple diría que Mala Fama como mucho por casualidad toma ideas políticas y si las toma no están sostenidas en conceptos, y que estos conceptos políticos no deberían estar allí. Bueno justamente esto es un gran problema porque ciertas letras si tienen síntesis políticas que la intelectualidad y el periodismo obvia porque son “resplandecientes” frente a la tarea de estupidización permanente de la sociedad, y la forrada de la democracia permanente es un canto justo de la imbecilidad de la burocracia más neofita, “El mejor de los mundos posibles”.
No se trata simplemente de ir canción por canción buscando entender que sí y que no, sino más bien escapar de la idea de que hay “una resistencia” siempre pensada en términos foucaultianos y para peor en Argentina en términos foucaultianos románticos. El asco que genera la cumbia en ciertos sectores de la sociedad dice mucho de qué es lo que quiere decir y que no quiere decir, pero eso no es suficiente no se trata de hacer un archipiélago de ideas, de conceptos, como si casualmente aparecieran ideas “subversivas” en las letras. Sino que por el contrario son el reflejo de otras realidades. En este sentido, sigamos a Leo Strauss que expone que todos los grandes maestros de la política tienen una lectura esotérica y una lectura exotérica y que esta idea es antes que nada una lectura de los clásicos, y de la revelación bíblica y de su conflicto permanente. Podemos entender entonces que la lectura de ciertas letras debe hacerse desde el punto de vista de los neófitos, incluso sin música, y luego sí que la música le de el trasfondo sensible a la intención. La cumbia no es tomada como una lectura lenta, detenida y pausada y está bien que así sea no fue pensada para eso. En unos pocos minutos da una idea cerrada, y como tema no caer en abstracciones sentimentaloides, ¿acaso que son las letras de Cerati y todo lo que vino después sino lo agradable pero sin trasfondo eco ni sustento? Mala Fama puede tener defectos pero pocos pueden no entender por lo menos a dónde apunta, no asumirlo dejarlo “vacante” es “Música para divertirse” es otro tema no es nuestro tema.
Tal vez en este sentido, cuando se escuchan ciertas letras de folclore, e incluso se toma lo que es más telúrico y se considera como fueron los intelectuales los que pusieron y re hicieron varias veces el Martin Fierro, mucho podemos decir que puede ser dicho y no dicho en las letras de Mala Fama. En este sentido, Mala Fama sería una locura de la investigación académica sólo si, se dejara ciertos Totems y vacas sagradas, la pregunta es: ¿Qué escuchan los “intelectuales” y cómo escuchan los intelectuales? Si se pudo compararla “Soda Stereo y el Leninismo” tengamos generosidad para hablar con franqueza de muchas cosas-la estética bolchevique porque eso es lo que queda y la idea de Soda como “Vanguardia” que nos salve de estos revisionistas-. Por eso cuando se considera esta pregunta, debería decirse, ¿Qué temas están en las letras presentes? Podemos entender que la calle, la música popular sí o sí tiene el elemento de combate a la policía. Mientras que la línea oficial, hace pensar y considera que la policía es un problema de “Política pública”, violencia institucional se le dice, la música, Flema, Mala Fama, y otras han hecho del policía, la figura del problema- existe la Yuta entonces ya no hay filosofía y charla reformista posible-. La policía, el botón es una actitud ante la vida, y el no tener que cuidarse ante esa autoridad, y su eterna tarea de disciplinar la calle, el campo, la escuela, el tren, o dónde sea es la tarea que desde Sarmiento, la civilización hace sobre la barbarie, y esto es tan sencillo que la Levita de hoy es la música, bien escuchada de una moda efímera, berreta y “existencialmente antidepresiva”, cuidada y deglutida. Mala Fama es áspera a menos que sea tomada como moda, “Para todos y para nadie”, de ahí, que hay letras que no todos leerán igual. Por eso mismo, cuando se piensa en este punto como pasó efectivamente con el tango, la nostalgia de antes de los 40´ y la dureza de la Argentina de los europeos-pobres traídos en barco antes que fueran de clase media-, del mito ordenado previo al peronismo, que tiene en Arlt su monstruo genial, fue derivando en la habilidad de la música, en la habilidad del baile en los turistas, y en que el estado ahora lo venda como como se vende un varietal de Malbec, el Estado hace del Tango política pública.
Mala Fama y el Coraje cívico, es la realización de una moral, que no tiene que ir a pedir la limosna del resto de la sociedad- imagen de lo peor y más bastardo del asistencialismo que juzga al Estado por cuanto da. El Gaucho malo, si se quiere, el subversivo y toda la colección de ideas, que siempre fueron títulos que querían dejar cerrado todo lo que no fuera la respuesta esperable, y ahí esta Mala Fama, con el peso de estar presente no como maldición pero sí como parteaguas. Incluso tanto es así, que hasta la “Wikipedia” lo rescata, y se dice que justamente Mala Fama no habría sido tocado por las modas masificadoras.
Pero eso no es lo esencialmente importante. Lo importante en todo caso, es dónde se juegan los valores de la sociedad, con el tiempo, nuevos elementos fueron ocupando el sentido que otros momentos tuvieron creencias que provenían de otros lugares, cuando el postmodernismo con ojos cansados, va por la “esencial cuestión inerradicable” de la religión, uno podría decir que esto no dice más que una suerte de etnografía y enamoramiento de todo lo que no se es. Bueno esta cuestión no se trata de pensar que se trata de una serie de canciones que podría ver un sujeto que no es y que no representa esas letras. Tampoco se trata de pensar en la cosmovisión de quien los escucha, sino más bien, ir más lejos. La educación, la cultura, la afirmación de la cultura, además de producción material es una voluntad de hacer un sujeto, una virtud, un coraje, esta idea de que el valor, de la educación se hace por medio de ejercicio de una conducta. Mala Fama entonces es también, la educación, y hasta se podría decir, “La Educación Sentimental” como podrían serlo las novelas de TV y de las otras, como podrían ser otros elementos que hacen carne, las ideas.
¿Por qué entonces decir que hay un esoterismo en Mala Fama? En parte para evitar la idea de que hoy todo el arte, y la música son ocasionales destellos de suerte y de “artesanía”, justo pintó, que la letra quedará así, y justo por eso, significa lo que significa. En realidad, esto no es tan sencillo. Significa que un autor, si se lo toma en el sentido de la hermenéutica tiene múltiples significados y en el sentido de Strauss si el autor es un autor que busca la “La Gloria” es decir lo imperecedero no caerá en la tentación del dinero y de lo mundano. En este sentido, en una óptica tan digna del exitismo y de las modas, en esa tendencia destructiva del espectáculo y de los famosos porque sí, queda claro que muchas cuestiones despreciadas aparecen de nuevo. Queda entonces como evidente que la búsqueda de la Gloria por medio del arte y del pensamiento, el ansia por la cuestión de la contemplación es antes que nada la síntesis. Una forma de ver el mundo, y una forma de describir el mundo son un valor, no basta con hacer historia, no basta con contar y hacer una biografía. Con todo queda claro, antes que nada, que no fue un deseo de innovar lo que hizo de Mala Fama ser Mala Fama, sino el reconocimiento del origen inexorable. No hay una maqueta, un diseño previo.
Lo sólido de un orígen hace que una unidad pueda estar presente en una obra, Martin Heidegger decía que las obras de arte especialmente en la Grecia clásica fundaban el mundo. Bien justamente por eso, el “Coraje Cívico” de que hay que decir lo que hay que decir, porque sino no queda nada; no se trata de oponerse a nada, se trata de no callarse, y no callarse es asumir que no se tiene que pedir permiso, y asumir que no se tiene que pedir permiso nada tiene que ver con cierto masaje cerebral para que el cerebro se rebele- se haga combativo- el que conoce la conciencia no la apela como maestro ciruela. Mala Fama tiene poco de sabios del pueblo, de misionero, de curas villeros que tiene que conmover a otros y son cultura de la piedad, Mala Fama si nos queremos poner poéticos es el orgullo de los Tártaros, de los hombres libres, de los que no tienen que poner la rodilla por nadie. La letra condena a quien la escucha y no está a altura, la pedagogía es una pedagogía dura, no va a decir, “Dale pibe es por ahí”, parodiar sus buenas “intenciones” es imposible, habla del orden del mundo con la violencia de ese orden tiene y dónde hay que estar si se tiene lo que hay que tener.
Ante tanto ocasionalismo romántico, tal cual entendía Carl Schmitt dónde el sentimiento inmaduro estaba siempre en el “Wannabe”, rebelde, divertido, copado, o lo que se quiera decir, Mala Fama no tiene eso, Mala Fama tiene la decisión, y la decisión es permanecer en el tiempo, y que no pueda gustar porque se puso de moda, pero sí que en su permanencia se lo quiera poner de moda, porque “La sustancia” lo que no cambia, lo que no tiene accidente es una de las cuestiones más profundamente polisémicas, pues bien; Mala Fama, delimita no porque quiera sino porque te caes del caballo, no invita, cierra y no abre, no tiene por qué abrirse. No tiene que mendigar amor, y eso es el coraje cívico, los hombres libres, en la historia tal cual les toca, y en este sentido, no se cae en la simple música de Living, de estar, ¿acaso no es la música que acompaña y diluye las ideas la que debilita la salud del espíritu? ¿La que simplemente endulza al amor, la que hace confortable la sociedad, la que hace patética la nostalgia? Pues bien lejos de esto está el ver la forma en que se quiere decir, qué es y qué no es. No se pide ir más allá.
Mala Fama entonces es muchas cosas, y entre ellas, tenemos que tener la idea del coraje cívico, una posición ante la sociedad, la ciudad, del bien y del mal, y de lo que hace a la vida entre los hablantes, los poetas que mienten son expulsados de la sociedad, y por eso, no se va a tener sino por medio de la “Industria Cultural” un Mala Fama para todos, un mala esencialmente artificioso, y otro, sí el de sus seguidores y educados, los que no tienen que ver y explicar, y testimoniar su “fe”. La cuestión se hace sencilla, la ausencia de eclecticismos tan propia de la época le responde el estilo, y el estilo es cultura, síntesis, educación y no dejarse llevar.
Frente a lo que fue el uso de la música popular en la política, Macri y Cristina usan la política para poder dar un fondo muchas veces que no tiene otras letras- el discurso de las cifras de la anécdota auto-referencial permanente del storytelling- yo el líder, ya dejando de lado la inmortal “Marcha Peronista”, de Hugo del Carril un hecho político, hoy mismo con la “jerga” de Aníbal Fernández sobre los Redondos de Ricota, la sospecha por el sentido de formar parte ya de los altares del Estado, del “compromiso a lo Fito Páez”, queda claro que se puede ser peronista con pudor- sin el autobombo bastardo-, porque Hernán es peronista y no necesita patente para decirlo, y no necesita actos oficiales para decirlo, porque Mala Fama es una educación y es un parteaguas, y en ese sentido, porque no calza en la buena conciencia del discurso actual, termina siendo más puro, y lo puro como cualquier sustancia es lo que vale la pena al final.

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