Recientes sucesos en España, el crecimiento de partidos como Podemos y Ciudadanos fueron gran parte de la novedad en un año lleno de elecciones en España. Durante este proceso se observaron dos tendencias, la primera tratar de entender los nuevos partidos políticos y sus éxitos, incluso en las alcaldías de Madrid y Barcelona. Ahora Cataluña un problema tradicional de larga data viene a cambiar las cosas, “Junts pel si”; es una clara opción soberanista, localista y con un discurso claro, ¿una nueva sorpresa en un año electoral?
Los partidos soberanistas catalanes contienen una tradición más antigua que las nuevas formaciones, respondiendo a sujetos políticos más clásicos, de izquierda o derecha, y por lo tanto los problemas como el reparto de fondos entre las Comunidades Autonómicas y el Estado Español. Por esta razón este problema clásico tiene una significación bien distinta que el que tuvo la reciente ansia de independentismo en Escocia por ejemplo. Arthur Mas es en muchos sentidos, el arquitecto de esta contradicción, los que son soberanistas toman como referencia todo el movimiento de renacimiento de la identidad catalana que tiene más de cien años, sus detractores consideran que sólo se trata de un movimiento más contra el ajuste pero que se basa en la falacia que de Convergencia Democrática de Cataluña ya fue gobierno y no fue capaz de hacer las reformas necesarias para reducir su déficit.
En muchos sentidos, el independentismo sino se declara de manera unilateral y lleva a una crisis de deuda de la Comunidad Autonómica de Cataluña y a una peligrosa decisión del Tribunal Constitucional sobre la Unidad del Estado Español; no tendrá consecuencias tan importantes como se consideraría en un primer momento. Lo cierto es que los movimientos locales, Escocia, Cataluña y otros muchas veces, reemplazan los discursos innovadores pero mucho más laxos de las nuevas formaciones políticas, ser catalán o escocés sigue siendo más importante que ser “ciudadano” en abstracto, menos atados a la agenda, incluso con intervenciones predecibles de los partidos como PSOE y PP, que reclaman la unión. Jose María Aznar, político del PP, en su defensa a ultranza de la unión y símbolo del liberalismo económico en España, hace creíble que el ajuste fiscal, la discriminación a los catalanes, y ciertos elementos del franquismo se combinen. Ahora, esta amplificación suele ser deseada por los partidos gobernantes ante lo que eran escenarios como los de PODEMOS, una fuerza nueva que a principios de este año con la victoria de SYRIZA se alzaba como un alternativa “anticapitalista” frente a la Unión Europea con la pretensión de la democratización de sus instituciones. Considerando que actualmente Grecia está bajo el orden europeo de la ortodoxia una parte de ese horizonte de posibilidad de sea disuelto.
Queda saber: ¿Es el propio gobierno a nivel estatal español el que prefiere exacerbar este conflicto con Cataluña por motivos de principios o por mera coyuntura? Rajoy ante todo parece un hombre que se basa en la coyuntura sólo busca la relección mostrando “estabilidad y progreso” como hizo David Cameron en Reino Unido, ¿Convergencia Democrática de Cataluña qué busca? Parece que ante todo busca fundar una nueva etapa soberanista pero no extremista es decir, cambiar algo para que nada cambie. Parece que las masas, la gente del común no están siendo el motor último de esta especulación política. Claramente el Estado Español se ha renovado a partir de la salida del Rey Juan Carlos y la llegada de Felipe VI al poder, y la Monarquía termina siendo el signo de la Transición del 78´, renovada. ¿Es momento de pensar que esta elección es una actualización de las contradicciones españolas? Expresemos que sí, Pablo Iglesias, líder de Podemos, no pudo ir encontra de la monarquía y por la idea republicana seriamente. Las reformas dentro del régimen, y los posicionamientos ventajosos, sumados a las transformaciones en el sistema de partidos español parecen ser la respuesta. La crisis política ante el desconcierto de la crisis económica, y la adaptación de España a la UE, dieron como resultado una renovación- de esta no parece ser los movimientos de la Plaza del Sol, lo importante sino la actualización de la clase gobernante-.
Tres elementos dirán qué ocurrirá post elecciones catalanas, ¿El PP puede decir y convencer a la sociedad que fue la salida de la crisis? ¿El soberanismo catalán se ha renovado y pasó de ser una cuestión de identidad nacional a una puja por el Estado de Bienestar y beneficios económicos dentro una lucha actual y no de las contradicciones de antes y durante el franquismo? ¿El PSOE como la “socialdemocracia” sigue siendo el canal para pedir más presencia del Estado y beneficios sociales para todos los españoles? A menos que ocurra un suceso extraordinario, el proceso español tiende a actualizarse dentro de parametros conservadores. En parte porque los movimientos sociales siguen en la sociedad civil de manera fundamental y los partidos nuevos no tienen estructuras sólidas para disputar el poder. Ahora mismo Convergencia Democrática de Cataluña lo demuestra, las nuevas fuerzas no saben como Barcelona en Comú si apostar por el soberanismo, Mas si lo sabe, Rajoy espera poder negociar o aplazar el momento de conflicto de cara a la elección nacional.
La crisis política a nivel de representación política en España parece que ha tocado un fin. Todo dependerá de sucesos del exterior que puedan afectar su economía y perjudicar el movimiento predecible dentro de los estrechos márgenes en los que se dió la recuperación mediante el ajuste fiscal, y las políticas expansivas del BCE, cosas que no dependen de Rajoy, ni de Mas.
Comentarios
Publicar un comentario