Hay que destacar una cuestión muy
importante, no hay un “Manual de Política”, es iluso pensar que hay una
respuesta grabada en una Biblia. Donde todo ya fue dicho, quien piense así no
hace política, prefiere todas las formas exteriores de la política, tiene todas
imposturas de la política, tiene todas las declamaciones de la política pero no
tiene la política.
La “política” como tal es un
campo conflictivo, por lo tanto implica esfuerzo, puede seducir a muchos su
simplificación pero su simplificación es su empobrecimiento, puede seducir
también tener rápidas consignas y chicanas al uso, muchas veces dan sensación
de suficiencia ¿Quién hizo un proyecto de país a base de chicanas? ¿Qué sentido
tiene pensar programas? ¿Qué sentido tiene ir a elecciones si todo se puede
resolver con alguna chicana, un par de insultos? ¿Acaso los movimientos
nacionales y populares son sólo eso? La resistencia peronista no fue eso,
Montoneros no fue eso, ERP no fue eso, pero tampoco lo fueron los que estaban
en contra la UCEDE
no fue eso, la Fundación Mediterránea
no fue eso, ¿Quién en su sano juicio no puede entender esto? Justamente la
política es el arte de lo posible, e incluso la “Revolución” pero la revolución
posible, hacer de la intelectualidad, de lo esporádico, la política es un
error, no es bueno o no es completamente bueno pensar que la solución está
encerrado en un gabinete, ni pensando que no hay que alentar la curiosidad, y
en muchos casos esto termina siendo una tarea incompleta. La formación
política, produce cuadros integrales cuando, el que busca ser un cuadro
integral se forma constantemente y no al revés. ¿Alguien le preguntó a
Jauretche cuál era el momento en que el peronismo iba a irrumpir? ¿Alguien le
pregunto a Ortega Peña cómo, cuándo, o si escribía lo que tenía que escribir?
Si la figura paradigmática en estos sentidos de periodista e intelectual es
Rodolfo Walsh, ¿Cuándo fue que Rodolfo Walsh tuvo todas las facilidades para
hacer lo que quería?
La formación es un esfuerzo, fue
un pedido fundamental del Che Guevara, y la necesidad de Perón en el
trasvasamiento generacional, no se necesitan “buenos alumnos”, muchas veces los
incorrectos, los que usan mal el saco, los que no están en la primera fila,
hacen más que los que tienen todo a mano. Las críticas internas en todo proceso
político son bienvenidas, mientras que haya la paciencia, y la necesidad de
entender que “La violencia es la partera de la historia”, y la lucha por la
educación formal y la política son así, en términos de Marx, y en términos de
cualquier intelectual. Quien quiera pensar este momento histórico, tiene que
hacerlo en esa clave, no siempre se tendrán los mejores maestros, ni los
mejores estímulos, pero que eso no sea excusa para deformar las nociones
fundamentales, la formación política es para hacer política, no es para
destacarse, ¿Qué sirve ser un cuadro en una organización que se muere? Es
lícito cambiar de idea, es lícito buscar sea de la forma que sea el mejor
espacio por creencia ideológica y por convencimiento político del liderazgo
real de cada organización, no es lícito crear fantasías al uso. ¿Quién dijo que
existe el mundo ideal donde la educación política va a ocurrir en forma
completamente lineal? No existe, y no va a existir, si en plena Revolución Cubana,
Rusa o China, si en cada proceso nacional-popular hubo falencias, ¿por qué
esperar que ahora mismo todo este resuelto? ¿A quién le podríamos demostrar
eso? A nadie, y para peor caeremos en cierta inmovilidad, de los que no son
“entendidos”, de los que no son “escuchados”; en todo caso, el ideal debería
ser el sacrificio, hay mucha gente que sostiene banderas de forma más elemental
que otra y hasta las sostiene mejor, porque los conflictos son aquí y ahora, y
no se puede copiar y pegar la historia pasada.
La formación política se
resume en nodos fundamentales:
§
Hay que leer todo (eso incluye leer lo que no
nos simpatiza), para tener la teoría, el saber del día a día, para entender que
pasa ahora, y para entender dentro de lo posible todo lo que acontece en el
país, más si se cree en la fórmula peronista de “Primero la Patria , después el
movimiento y luego los hombres”, es decir el pensamiento situado actual,
Jauretche no escribía ni para el pasado, ni para el futuro, escribió para el
presente, porque nadie asegura que el futuro tenga que ser mejor. Escribir
porque se leyó, explicar porque se entendió, y sobre todo la constancia, no
vale simplemente tener 20, 30 o 40 frases de Perón, de Evita, de Chávez o de
quien sea. La formación es entonces tratar de tener a mano las mejores
herramientas para la difusión sea en un partido, sea en un centro cultural, sea
donde sea.
§
Escribir y poder hacer lo más claras y
entendibles las propias ideas es fundamental, tanto cuando se habla como cuando
se expresa el militante político tiene poco espacio para improvisar, tiene que
saber el por qué de sus acciones, pero justamente por eso mismo tiene que
conocer, de primera mano, tiene que consultar, tiene que profundizar su saber
con quien tenga a mano. Parece que siempre fuera por el contrario afirmar, pero
no siempre que se discute se aprende, perder toda la compostura no lleva ni a
entender, ni a mejorar, lleva si a tener reacciones llenas de ira. Pero la ira
mal usada, no es política, rompe grupos, dispersa personas, no genera lo
importante para conducir, que es persuadir, no hay que tener esperanzas que la
perfecta persuasión va a salir de la persona que circunstancialmente nos acerca
los primeros materiales de política, tampoco se puede tirar por la borda, las
cosas que se consideran tendenciosas, o las que irían en primer lugar en contra
de nuestras creencias, eso es renunciar al debate.
§
No hay que subestimar o sobre estimar a nadie,
la importancia del cuadro político es tener un discurso adaptable, no la pose
de la afirmación sin gracia, si es alguien que tiene vocabulario limitado usar
ese vocabulario, si es alguien con una formación más avanzada, seguir
profundizando siempre dentro de lo posible. A nadie se lo forma como una tabula
rasa, nadie es un papel en blanco donde la política entra sin resistencia, la
política no es una religión, no basta con creer, la política es la creación de
lo posible, es el lento proceso humano de entender el orden de la sociedad, en
la realidad y no como se puede escribir o como se puede afirmar, solamente
cuestiona en profundidad no el que quiere verse como “cuestionador”, cuestiona
en profundidad el que se muestra comprometido con las acciones y los desafíos,
y en eso pesa mucho la lealtad a uno u otro proyecto político, la desesperación
no es un valor en un cuadro político. No hay un mundo perfecto con el cual
trabajar, y es más, muchas veces, las situaciones más complejas, las más
ásperas son las que han producido las mejores creaciones teóricas.
§
De nada sirve intelectualizar para criticar en
el vacío, “la anti-política” es por excelencia el movimiento hacia ese no poder
hacer otra cosa que “desilucionarse”, mucha gente no hace política toda la
vida, y menos en el sentido más dinámico de la palabra, eso es comprensible,
implica desgaste y sacrificio y cuánto más ideal, y mejor sea un proyecto
político, y más excelencia se aspire en una organización más compleja es la
tarea, más dura la frustración. Por eso, como en toda actividad, la actividad
intelectual es parte de la conformación de una realidad total, y hasta puede
que sea una tarea necesaria de disciplina y de conducción.
§
Es inútil pretender tener la verdad, es inútil
denegar todo el poder que nos da una formación integral. Solamente se forma el
que participa y pregunta, solamente se forma el que tiene pocas cosas que
pretender, y muchas cosas que dudar, dudar para actuar pero actuar para tener
más deseos de aprender. Justamente si el que quiere hacer más, rechaza, y
empieza a denegar la función primera que es la de conocer, ¿Qué queda para los
demás? Ciertamente que entonces hay que continuar por el mismo camino, en todo
espacio donde hay preguntas reales, sobre un proyecto sobre un problema, hay
respuestas. Sepa el que quiere forma, el que quiere intelectualizar, escribir,
y saber que depende de su palabra para poder mejorar, y no de dejar que las
cosas que pasen o no pasen. Nadie promete en política un camino fácil, la
formación estrictamente partidaria muchas veces es el último eslabón. ¿Acaso
alguien cree que el peronismo, el radicalismo o el partido que sea surgió de la
nada? ¿Qué todos los manuales ya estaban escritos? ¿Qué todos los videos, que
toda la prensa ya estaba preparada? Justamente los partidos en la historia han
sido en su contradicción la forma “profesional” de la política, si mejor que
decir es hacer, primero, ser auto-didactas, luego escribir y hablar sobre los
temas necesarios y pertinentes. Luego buscar ir haciendo nuevos caminos para
esos productos. No basta con informar, no basta con declamar, basta con tener una
fuerte garantía que se está haciendo algo nuevo que se está produciendo algo
nuevo. Sin auto-crítica es muy difícil que se pueda inventar algo nuevo. Muy
pocos pueden decir que están en el lugar donde pocas cosas puedan
sorprenderles, la actualización y el esfuerzo para manejar lo mejor posible
todo lo que nos sea accesible es un fundamento necesario para la victoria en
cualquier proceso histórico. ¿A quién le podemos echar la culpa de lo que es
nuestra propia necesidad? El que ignora sabiendo que no tiene que hacerlo, el
que elige, esperar, ese mismo está dejando el camino para la ruina moral de su
partido, y si lo abandona o si permanece, tal vez no produzca en el fondo, una
gran diferencia. Tiene que haber siempre, en primer lugar, “BUENA VOLUNTAD”, lo
demás dentro de las capacidades humanas se va a lograr en su tiempo y en su
forma, ahí está la diferencia, tantas veces citada pero tantas veces lograda de
la excelencia de un cuadro integral, si vale algo de hablar de cuadros que no
son cargos, que no son títulos ni etiquetas.
§
NOTA ANEXO: No hay que confundirse, la actividad
intelectual no se puede suponer, no se puede declamar si no se ejercita, cuando
alguien quiere demostrar que es un cuadro formado tiene que demostrarlo en lo
que habla y en lo que escribe y en su participación día a día, tan elemental
como limpiar, asistir, permanecer en una movilización, y tratar de hacer lo mejor en lo posible. ¿Por qué
habríamos de suponer que la “formación” debería ser una tarea más elevada o más
inútil que las otras? Depende de qué aportemos a las construcciones donde
estemos el papel en la formación de un grupo, depende de qué hagamos y qué no
hagamos, las acciones constantes suman. Escribir, y hablar, buscar el momento y
la oportunidad, no desesperarse, construir, es una tarea larga, nada se hace en
una hora y no se pierde fácilmente. Más cuando se trata de formación política,
la cual es construcción progresiva e idealmente sistemática. (como en cualquier
conocimiento dependen en primer lugar de uno mismo, la mala fe, no va a
producir milagros)
Cuidado, el que no tome estos pasos va a
incurrir en errores, muchos pretenden tener respuestas instantáneas, “eso
es pan para hoy, hambre para mañana”, la discusión política se da en
debates, y sobre todo, la formación política es ante todo, “autodidacta”, es
muy difícil que alguien pueda hacerle entender a otro qué es la soberanía, la
libertad, los derechos sociales, o la justicia, en todo tiempo y lugar, y el
que no lo duda, puede que sea por dos razones; no le interesa realmente saberlo
(por lo tanto no lo averigua), o tiene una definición que no va a
llevar a la práctica, es decir ya sabe o cree saber pero no le interesa que los
demás sepan, los dos casos parecen cosas bien distintas pero la práctica los
devela como lo que son, “Improvisación,
mala fe y oportunismo”, uno puede saber más que otro “circunstancialmente” (A
muchos le divierten las discusión estéril- pero suele ser esto la opinión y no
el saber, el saber es lo que ayuda avanzar, la opinión es lo que uno tiene
instantáneamente) , la conducción en el fondo es el saber de la experiencia,
de la
prudencia, el saber del hacer del artesano, no hay un solo libro que
enseñe a conducir (ni “Conducción
Política” porque las teorías se llevan a la práctica por medio de la
imitación y no por medio de la simple enumeración- guías pero no fórmulas-), y además no hay erudición suficiente que
permita anticipar todo lo que va a ocurrir.
El que aspire a ser profesor de
“política”, entonces que lo haga pero llegará el momento en que se dará
cuenta que esto o genera burocracia (saberes sí pero saberes cerrados, saberes al uso,
saberes limitado, eso es un maestro, de una materia, de un libro, de una
doctrina, etc.), de cita, tras cita; o genera una sensación equivocada.
No se puede entender una “sola forma de
hacer política” (¿Alguien cree que la historia lo está esperando a él sólo?),
ya sea que se sea: neoliberal, marxista, o peronista (o lo que sea), los
mejores son los que entendieron todos los sistemas políticos, eso lleva tiempo
y esfuerzo, e incluso así hay personalidades que nunca serán claras, nunca
serán tan buenas para poder escribir fácilmente y de manera clara la forma
justa para que todos, puedan llegar a entender qué y cómo son las cuestiones
históricas fundamentales de los pueblos y de las clases. Porque sólo así se
entienden las luchas, no de otra forma, sí se quiere dar un ejemplo, o se es un
ejemplo, o se encuentra la mejor manera de mostrarlo, de exhibirlo o de darlo a
conocer.
La formación política no es
sectarismo, lo sectario rápidamente genera suficiencia, la crítica intelectual
y política no se hace para ser un “buen intelectual”, un cuadro por un cuadro
mismo, ¿qué es un cuadro político con relación a sí mismo? La nada misma,
¿Acaso querrían Lenin, Perón, Fidel Castro o Hugo Chávez personas que creyesen
que ya lo saben todo? ¿Cómo no darse cuenta de tan elemental principio? Los
intelectuales como Jauretche, Scalabrini Ortiz, Galasso. Escriben y producen
para todos, no esperan que les digan cuál es el momento, y si no pueden tener
la cabida “oficial” para hacer lo suyo muchas veces lo hacen de manera
marginal, el que quiera escribir zócalos, tiene que dedicarse a vender
información, el que quiera ser “importante” que se meta en el instituto que
quiera, hay lugares “profesionales de
formación”, no hay que pretender ser un excelente cuadro político porque
las condiciones de los pares no son las ideales, por el contrario, más notan
las carencias, cuando todo falta cuando todo esta por hacer, más se nota que
hay vacíos enormes. En todo caso, si lo elemental no llega, lo demás será un
fracaso, el que no quiera leer, porque le aburre, el que no quiera mirar videos
porque no tiene tiempo, el que no quiera hablar porque no tiene ganas, el que
no quiera ir a los tantas posibilidades de formación partidarias o no
partidarias; no finja al final que ha puesto toda la carne al asador.
Deberíamos pensar por el contrario, que gran parte de todo que se puede hacer
en un periodo histórico tiene serias limitaciones. Con todo sin ser
autocompasivos, la crítica termina siendo algo pesado y difícil para los
militantes políticos, nada peor que la crítica de todos, pero sumada a la crítica
propia es sin duda una pesada mochila, no todos pueden llevarla a la excelencia
máxima, nadie creo que lo haya pedido inútilmente, no tengamos “estúpida falsa modestia”, la política
es demasiado importante para dejarla al ocasionalismo: “no se trata de si
sucede conviene, se trata del arte de lo posible, y lo posible se hace por
esfuerzo por prepotencia de trabajo y no son las organizaciones las que se adaptan
a los deseos de los hombres sino los deseos de los hombres los que adaptan las
organizaciones”. Nadie está preso de la política, la política es sin duda algo
que nos atraviesa pero podemos ignorarlo antes o después, no se necesitan ni
santos, ni mártires para cosas irrelevantes, se necesitan personas dispuestas a
tener “la paciencia, la determinación y
la convicción”, nadie le niega el poder de la crítica, más cuando se hace
de la forma pequeño burguesa, puede servir, muchas veces cambian muchas cosas,
pero…. no le pidan a nadie que crea que eso es “POLÍTICA”.
NOTA FINAL: La política en el ámbito de lo humano, más en los órdenes
conocidos hasta ahora tres campos: bien claros, el que lo entiende hace política,
el que los ignora no hará política, y el que los pretenda, esperemos que tenga
suerte. La Convicción
es un asunto individual e insondable (POR ESO en POLITICA existe la traición y
la especulación); la Decisión
tiene que ver con el carácter, con la militancia, con la gestión, con el tener
que elegir en la realidad dada y no en la imaginada (Por eso la conducción
suele ser siempre reducida), y la INTELIGENCIA , es una herramienta de las otras
dos, solamente cuando se está convencido, y se tiene la responsabilidad para
decidir, se hace lo mejor, lo mejor de lo posible, no mejor de lo imaginable. Nadie
le han obligado a estar o no en la política, nadie le han obligado a ignorar,
tiene el deber para ser mejor de saber. No va ser mejor el que espere que
PATERNALISTAMENTE le cuiden el camino para llegar a donde quiera, o mejor dicho
a donde se necesite llegar. Esperar a que no haya fracasos no sólo inútil, sino
inerte.
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