La tetralogía sin fin:

La tetralogía sin fin:

I-

De todas las espinas.

De los vidrios que saben entrar en la piel. 

Conciencias e inconciencias,

El columpio.

**

Nunca fueron claras, cuestiones de pobres tipos.

De frentes rotas y vencidas.

No fueron cosas de grande seres.

Que nadie lee, y que nadie ha sido.

No ha sido, otra…

Ha sido la parodia del calvario.

Y cuando el actor.

El que ha hecho la historia con acciones

Pero sin moral, reclama

Objetivos.

Tiene talento y valor.

Y la comedia.

Se vence.

**

Tratar de parodiar, vencer, para ganar,

Ganar para tener historia.

Tener historia para olvidar.

Sigue el tiempo con paz, sigue el tiempo con el cementerio interminable.

Y la materia, sólo se le niega la materia.

Y al espíritu….

Sólo se le inventa.

Ante la ansiedad de la agonía.

Estirar el hilo de la existencia hasta lo indecente.

Jugando a más, siempre en apuesta.

E incluso cuando más se disfruta muchas veces.

Se está mudo.

¿Con qué hemos de pesar eso que estamos ofreciendo?

Nuestro fruto no tiene raíz.

Por error iniciamos cosas nuevas.

El error es la esencia del sistema.

Y copiando mal incluso nos hemos sometido.

Y hemos puesto de rodillas, los engaños de otros.

Despreciamos y humillamos,

Lo que hemos arrastrado.

Y en el detalle más pequeño creemos.

Aún.

Soñamos que hemos vencido.

***

Malas intenciones, peores resultados.

Jugando con el ojo del cadáver.

Un ojo que se vence y no es un ojo,

Un cuerpo con carne que cede y no es eterna.

Que no es harina, que no es pan.

Que es incomible, y permanente.

Que la letra de molde la frustración humana.

Que carga la angustia en sus costillas.

No se trata de contar el dolor de las mordazas, sino….

De decir que los ecos,

Los quejidos cotidianos, de los más burdos,

Súbditos y eruditos.

Son reflejo poco celeste.

De un camino sin fin.

***

La calavera, el cráneo.

Sangre que nunca se pudre en la mezcla sino en la herencia.

Licencias siempre listas de las muertes.

El llanto que puede ir bajo nieve o tierra.

Que sabe ahogarse con barro,

Que no encuentra límite en ninguna frontera.

Que no conoce otra cosa que su parodia.

Y si alguien sonríe.

Misterio es de voluntad.

Más nucas, se han roto llamando la atención.

Que honestos intentos de suicidio.

***

Conciencias siempre limpias a distancia.

Y claman por la venganza.

Levando togas de patriarcas.

Cuando el mundo es una jaula muy pequeña.

Cuando los números vencen a las leyes.

Cuando la cal, nunca es suficiente.

Cuando el mar no se traga a todos los que no se necesitan.

Cuando la nieve no se devora todos los gritos….

Suena un sonido sordo e inútil.

Y lo contradictorio, es el desfile de un Mesías.

Y los que no esperan nada deseando no haber nacido.

En la mejor de sus imágenes desmemoriados hijos.

En la límpida imagen de un recuerdo que no existe.

Caerán en el mismo foso.

Y a eso le dirán “heroísmo”.

***

Si se ha fugado la condena a las profesas del eclecticismo.

Es el amo el que crea la esperanza de un yugo más pesado.

Es la promesa mejorada, es la esperanza.

Es Pandora, tentadora y artera.

Deglutiéndose en pornografía.

Si la cara da bien, si el asco es del espectador y no del personaje.

¿Qué haría este con sus tripas?

Jugar, y jugar, tragar, la grasa, mientras baja el aceite.

El esófago se hace una historia.

No ha de importar si es un holocausto naif.

Han de juzgar quien le importa menos la cosa humana.

No va a conquistar a más una verdad.

Ni han de tener un pueblo elegido.

Porque “un titiritero” los pone a chocar, sin sentido.

Y al final de todo los pisa, para que se unan en la seducción.

En un camino.

II-

Con las formas de tortura, el modo no hace al éxtasis.

Y el mal como lo banal derrama.

Y todo es olvido al final, en el culto de la forma y el tiempo.

Y nuevamente un cadáver es, inerte, y el espanto ante lo inerte,

Es la ausencia de todo testigo, la ausencia de todo registro.

De “intenso” en intento, de intento en “intenso”.

Sin nada que ocultar, y nada que poder decir.

No se pretenda caer, no se pretenda, poder mirar atrás.

Todo es sal. Todo es un reflejo del ascenso.

Todo son esferas infinitas de condenas irrelevancias.

Malas películas, mal narradas.

Malas intenciones, mal contadas.

Y has de beber la copa que ha criticado todo.

Algunos han rogado a un “dios”.

Otros se han pretendido tal…

III-

Del delirio que quiere exterminar al semejante pero que aún no se alimenta.

De la moral,

Moral como todo lo que no es la verdad.

El que quiere porque no sabe otra cosa.

Y con los ojos vacíos está-

El que tiene la figura de lo místico.

La banalidad de la tortura,

La confluencia del canibalismo con la pornografía.

La pérdida del norte.

La ausencia.

Pero sin necesidad ya de pensar en el vacío.

La excusa arrancada al horizonte,

Que sea todo un juego del lenguaje.

Y que la política no tenga sólo,

El “monopolio” del lenguaje.

Harán respetable todo, y harán la memoria larga.

Han de hacer un nuevo cuento, peleando con fábulas anteriores.

Piensan que algún día,

Darán el blanco.

Así cuando todo se derriba, la sombra del asesino crece.

Esa libertad es llave, de la condena que será.

Segura.

Nuevos santos para nuevas fantochadas,

En una pesadilla wagneriana….

Para la redención.

En un mundo donde los mocos, las heces, y los parásitos apenas visten.

Teje la araña la ilusión del mundo.

Y el asco.

¿Quién puede decir que una mosca muerta ha de tener menos gloria que un humano?

La mosca ahí, no dice nada.

Y nosotros con ese toqueteo

Con la reliquia a la necrofilia no hemos hecho mucho.

Como los insectos que nos viven y acompañan.

Su trabajo no tiene fin,

Y no serían esclavos.

Somos en suma “derroche”.

Derroche que lo insectos usan, siendo siempre formas y una vida.

Que hace una luz, apenas cuando desaparece.

Hace creer que lo estaba allí está allá-

O que nunca ha existido.

Gusto anticipado al raciocinio,

Memoria larga e inmortal.

Ha vencido a todos.

La obsesión se hace sueño.

Y esta una culta mala copia de la muerte.

Se estrangula siendo música al final.

Siendo el silencio precioso y perpetuo.

Saqueando las palabras al unísono.

Sabiendo morir, con el Verbo.

Esa gran mitología.

Siempre en la boca.

IV-

El tiempo que derrota a su copia.

La duración se pierde en la calle,

Y el sol corre siempre, en el mismo sentido.

La vida, en suma, el vals de la repetición.

El ir y venir, y la crueldad siempre como una cuestión de honor.

El sacerdote,

el que no puede golpear insulta.

El que no puede terminar de hundir su puño con el bastón del mariscal.

Tiene la verdad.

Y el bolsillo grita.

Algún día habrá quien sueñe con nostalgia este personaje.

Habrá quien escapa del delirio de la cabeza vaciada.

Será el gigante un acéfalo.

Será rey,

Será un cuerpo místico que se pudre y se corroe.

Será un místico

Será una comunidad de santos citadores,

Será una peregrinación.

Haber leído antes de haber escrito.

Querer encontrar la verdad que ya teníamos dicha.

Solo querer saber, ¿no sería siempre lo mismo?

¿Acaso no es un simple juego?

V-

Decida donde debe morir.

Y no necesitará pensar en los muertos.

Decida que debe vivir, y no pensará en fue eso, de la vida….

Crea y verá que conquistará el tiempo.

El pacto de Fe, ya a nadie importa.

La miel siempre fue más dulce que la sangre.

Pero la costumbre, y las abejas,

Las moscas, y las burocracias,

Apenas pueden dejar de ser.

Una colección de documentos de barbaries.

Se han vestido mejor, entre los privilegiados, se inventa.

La nueva cadena, la verdad de la condena de todos.

Unos pocos, que cargan las condenas de las partes.

Aunque incluso algunas partes en condenas ya predichas.

Jamás digan adiós porque jamás tuvieron principios.

En Momo convirtiéndose en estadística.

Ahora sí es el escándalo de creer.

Sonriéremos hasta el final.

Venceremos a la muerte.

No daremos sentido a la existencia.

Haremos de la comedia utilidad.

Haremos de la tragedia,

El molde.

De eso se trata de justicia.

Y la palabra, será.

Nada.

El cristo roto grabado a fuego por los jesuitas,

Que ahora con muecas, buscan ser….

De todos un poco, y nadie el todo.

Temer por la herejía.

¿Cómo se caldeo ese amor a lo incorrecto?

¿Habrá una dimensión de incomprensible?

El dolor, como si fuera la verdad.

La muerte como si fuera un testigo.

Desgarra el sentido del sueño colectivo.

La utopía es lo que arrastra, si la utopía es el anzuelo.

Si el espectáculo es la más bella tentación a la caída.

Los lúcidos no existen.

La ilusión tampoco.

Tan sólo la constante fantasía de nuestro amor al destino.

Venciendo a cada instante

Lo que creemos que hemos sido destinados.

Y ante ese horror.

Seguiremos haciendo cualquier cosa.

Antes que….

Mirar atrás.

Lo simple-

I-

El momento, es la historia.

La privacidad mata.

La pequeña vida, aplasta.

Seguimos viendo la belleza como un robo.

Y seguimos cayendo

Como si fuera la primera vez.

Y no será la última.

Cuando hemos perdido todo.

Ahí hemos encontrado.

No se trata de lo mejores ojos que he visto.

Pero si de los que he necesitado.

Si una mirada hace a un tiempo.

Y hace un mundo.

Condenado a no existir.

Mientras…

Incluso en esto.

Cuando todo no es ajeno.

Incluso el impulso.

El regalo del silencio ante lo que fascina es ley.

La última de las formas del deseo.

La rectitud de ocasión.

II-

El momento en que nada es igual encandila.

Sin rima y en silencio.

En toda las citas de la vida.

En todas las cosas necesarias.

Somos la tentación de existir para siempre.

Mil veces las versiones de nosotros mismos.

Si tan sólo durará el silencio para siempre.

Si tan sólo la conciencia fuera destino.

Entonces unos ojos.

La única tensión.

Que pensamos que nos sirve.

Sería el premio que baste.

Sería el mundo que consuele.

Sin palabras para esto.

Sin embargo.

Ese mundo.

Existe.

Estimulante:

I-

El fetiche, la forma terminada.

Hemos forjado nuestros sueños a base de endorfina.

Y las mejores ideas de la hazaña,

Las que nada valen pero hacen llorar la vida.

Esas se pasan de repente.

Siendo juguetes de nosotros mismos siempre ebrios.

Nada suma tanta fama que lo impune.

Y en la tierra firme del crimen.

Porque tantas veces hemos deseado lo caído.

Si sabemos que al final, el cuerpo es derrotado.

Y no hará a la conciencia, el final.

Que haya crímenes de los que no nos arrepentimos.

Eso, nos une con el capricho de lo alto.

Odien, triunfen, y quieran lo que siempre es igual.

Ese deseo infame por la vida.

A veces excita tanto que es la perfección perpetua.

Lo que se dice que nunca ha sido,

Hierve en el fondo…

De una fantasía.

Sin tan sólo fuésemos mejores.

No habríamos de morir en poco tiempo pero sin esperas abusivas.

Sin desgarros en el tiempo.

Y sin derroche, en esta cosa, tan de tierra prometida,

No tener destino ni origen.

Sería bienaventurado.

Joviales los perseguidores de sí mismos.

Condenados a lo estímulante.

Eternamente:

I-

Revisadas las conquistas no tienen sentido.

Jamás lo que se cumple ha seducido.

Es mejor, mentir….

Para siempre.

La espina en la garganta es lo que nunca se ha tenido.

Es la rebeldía patética de la conformidad asumida.

Qué poco valdría el mundo.

Sin en la punta de los dedos, estaría nuestra vida.

No hay sirena mejor, que el mañana perfecto.

No hay mentira mejor que la culpa.

Ese pasado “peor”, ese momento que se iba.

Incluso en el juego forzado de ahorcado mutuos.

Enternecidos a prisa.

En un beso ahogado,

Sueños pequeños se aplastan por el vulgar reloj.

No se abandona nada más que ese minuto que no fue exprimido.

Esto.

Simple y cotidiano vence,

Incluso cuando, el tiempo corrupto.

El instante perdido, y el recuerdo adverso, aunque siempre tengamos que errar para llegar a destino.

Cada tanto la suerte.

Y el silencio conquistan.

Ante lo mejor nos entregamos a huir.

No hemos fingido más que la ansiedad en la cárcel,

Sería infinito el mundo, si de vivir se trata.

Y no de soñar se creyera.

Nunca sería amén.

Y todo sería invertido.

Siendo la plenitud presente y el tiempo vejado.

En el vacío.