La polémica entre Kelsen y Schmitt en el mundo del
trabajo:
No vale la pena decir que se trata de una simple comparación
en torno al constitucionalismo. Es claro que ambos han tenido un contrapunto
muy productivo en cuanto al papel del constitucionalismo. Es decir, ambos han
trabajado la cuestión del régimen político, el orden constitucional y la
definición de la ley en sí misma. Por lo que en parte ellos han pensado el
orden político, legal y económico como sistemas claramente distintos.
Consideramos entonces que se trata de un abordaje no típico
porque parte de una situación insólita, en ciertos momentos de sus obras, en
parte mínimo consideran el papel de la economía, del trabajo y el capital. Es
justamente allí donde la crisis también puede ser asumida, más cuando se
considera que los compromisos de ambos autores tiene una relación clara, entre
el catolicismo y el orden conservador el cual es económicamente corporativo y
el orden liberal el cual tiende al librecambio y tiene una influencia menor en
la esfera de la economía que la que tiene en el derecho y esto puede ser
demostrado por la importancia de Weber y Kelsen en el aspecto de la redacción
de la constitución alemana de Weimar, también lo es en la misma polémica cuando
consideramos que los años más críticos del desenlace al nacionalsocialismo son
resultado a la par de la crisis de 1930.
Justamente en este sentido algunos autores harían críticas
en torno al derecho. Lo que podemos decir es que la discusión en torno a la
noción de poder neutral por Schmitt consta de una preocupación del orden
político, que su según su concepción es más importante que el poder económico.
En este sentido Schmitt debate tácitamente con los liberales y los marxistas
dentro de lo que considera un racionalismo económico, esta apreciación esta en
“Catolicismo como forma política”. No obstante no es la obra en la cual
desarrolla la noción de poder neutral considerando esto se puede saber que se
trata de una valoración de distintos aspectos. No se trata de una simple
crítica al marxismo o al papel de la burguesía como la clase discutidora, se
trata también sin duda a relegar y no tomar en consideración el papel de la
economía, y la propia existencia de la
SPD como la presencia del trabajo. El capital tuvo en contra
partida una gran heterogeneidad, que terminó conformando la coalición de
derecha del final de la republica de Weimar.
Antes de que la crisis se desatara por completo, Schmitt
abogó por lo medios autoritarios para ordenar a la sociedad en el plano de lo
parlamentario, lo legal, e incluso lo económico. Kelsen por su parte mantenía
la fe en la posibilidad de la reforma parte del poder político y la
preeminencia del legislador. En este sentido se podría considerar que Kelsen
aunque no lo declaraba explícitamente se encontraba por fuera de la idea de
revolución. Esto es importante porque la
SPD es en esencia un partido reformista y como tal quiere
romper el orden estatal, no quiere buscar su suspensión para fundar un régimen
político.
El poder neutral como una voluntad de reponer el papel
del Estado en el centro de la política:
El poder neutral es siempre la muestra de la crisis del
liberalismo y de la política de los partidos burgueses, en este sentido
Constant es la primera muestra de ello. Considerar que hay un poder que tiene
que ordenar el funcionamiento de los otros pone en duda la posibilidad misma de
la legalidad y de la división de poderes. Mientras que en Gran Bretaña el
triunfo del liberalismo hace este
problema algo menor, en el continente por la presencia de la Revolución Francesa
y por el desarrollo del Imperio Napoleónico, esto se había vuelto algo capital.
El orden político o era esencialmente una dictadura, ya que Napoleón era
emperador en calidad de dictador o se trata de una República donde había una
asamblea.
Podemos decir que Constant considera que la monarquía e
incluso el emperador, pueden suplir cierto caos que deja la transformación en
la sociedad de Europa continental. Esto quiere decir que reconstruir la
autoridad estatal dentro del marco de un Estado derecho es una preocupación
importante primero porque protege a la ley y segundo porque es la forma en que
efectivamente se puede dar la soberanía del pueblo. Es decir su forma moderna
en esencia, sin concesiones a principios puramente representativos como los que
había desarrollado la monarquía absoluta. Tiene sentido considerar que se trata
de una reformulación del Estado. Pinto ha trabajo este idea justamente en el
caso prusiano con el papel de Federico el Grande de Prusia. Podemos considerar
tesis que pueden ser contradictorias, la primera es que los Estados se
desarrollan de formas distintas y que por lo tanto cada uno tiene una solución
en particular, la segunda, es que las clases dominantes tratan de obtener los
beneficios que consideran el éxito de sus pares. Justamente por esto hay una
crisis, esta crisis está dada por el papel conflictivo entre la sociedad y el
Estado.
En Francia el éxito de la sociedad fue absoluto, su
reemplazó por sobre el Estado fue total, y eso genero a la revolución que
termino desplazando a la nobleza. La burguesía triunfa de la manera más rotunda
en Francia y trata de imponer el liberalismo político y económico. Por otra
parte, en Alemania, la burguesía es ahogada por la propia monarquía prusiana,
es la historia del Estado prusiano la de un capitalismo asistido y de corte
militar, la educación de las élites de sus estados, la correcta administración
y la destreza en la asignación de la burguesía como clase auxiliar dio al
Estado prusiano la capacidad de sobrevivir. Es decir el liberalismo fracasa en
Alemania hasta el fin de la Primera Guerra
Mundial. En este sentido el desprecio que tiene la Iglesia Católica se da en igual
medida que el deprecio que tiene el Estado Prusiano en general hacia los
partidos. El Zentrum y la SPD ,
tienen que crecer y lo hacen por fuera del ámbito estatal, su poder en la
sociedad civil es cuanto a organización imponente pero no lo es en el plano
político. Esto es un hecho a resaltar porque sino se invierten los órdenes de
los factores, el liberalismo y la burguesía son frágiles en toda la historia de
Alemania hasta el fin de la Segunda Guerra
Mundial.
Con todo; liberales y conservadores, tuvieron una intuición
que no se realizó por la llegada de los nazis al poder. La experiencia del
dirigismo económico nazi, y la experiencia totalitaria se dieron a la par. Esto
quiere decir que la valoración que hicieron del presidente Weber y Carl Schmitt
tal vez tenía la intuición de que el Estado en sí mismo estaba en una crisis
como una serie de corporaciones. La crisis estaba dada por partida doble en el
land de Prusia, y en el resto del Estado alemán. Podemos considerar que lo
ejecutivo, y la falta de necesidad de cambiar el marco normativo de los
derechos individuales justamente muestra que el problema estaba dado en la
administración. Es decir, reencauzar el capitalismo corporativo en plena crisis
económica de post guerra era una preocupación que con la crisis del 30´ se
agudiza.
La crisis en Rusia había terminado con el zarismo, y había
creado la figura de la dictadura soberana. Es decir, el éxito bolchevique tenía
una consecuencia, la caída de una autocracia llevaba al bolchevismo, si el
estado alemán era esencialmente no muy distinto en el II Reich y Weimar,
¿Podemos suponer que se trata de una simple casualidad? La razón propiamente
ejecutivista no se trata simplemente de una característica existencial del
pueblo alemán sino de una demostración del paternalismo. Este paternalismo
había dejado a la sociedad sin líderes políticos y además no había creado las
relaciones de mercado maduras del librecambio tal cual la entendían los
liberales. No obstante esto, algunos consideraban que este proceso se agudizaba
y otros no. Schmitt lo lee en la clave de su teoría y entiende que esta crisis
es una crisis de representación, lo poderes indirectos se adueñan del estado.
El estado no puede satisfacer sus demandas y considera que estos poderes no se
someten al estado por propia voluntad por lo que el Estado es un mero árbitro
en cuestiones económicas al cual es fácil desconocer, es el predominio de lo
privado sobre lo público, de lo interior sobre el exterior. Es el fin de la
nación y de la comunidad como tales.
El presidente del Reich es además de un líder que encabeza
el estado la figura más leal hasta el momento en parte por ser un hombre como
Ebert un socialista reformista, o un hombre netamente conservador como
Hindenburg. En estos casos se podría hasta imaginar una correcta relación entre
el poder del trabajo, en el caso de Ebert o el poder del capital en el caso de
Hindenburg. Pero se puede considerar que esto no altera la unidad de la nación
y que los poderes como tales, tiene que someterse al orden. Porque el dictador
como tal no altera la legalidad sino que decide por un lapso, la misma noción
del poder neutral se encuentra por debajo, el Estado es ordenado sin dependen
de una ley impersonal sino que una persona tiene la capacidad y la facultad
para poder un orden. Esto quita el hecho de que la discusión pueda llevarse al
fundamento mismo del Estado.
El papel de la economía y la crisis político-económica:
Schmitt tiene una visión de la sociedad distinta de la de
Kelsen. Podemos decir que Schmitt no le interesa en general el papel de la
economía, la cual cree un resultado final del orden político que luego lleva al
orden económico. El liberalismo de Kelsen hace que la legalidad poco tiene que
ver con el desarrollo de la economía y de la política, tienen que ser esferas
separadas. Kelsen considera que no es necesario ordenar la actividad económica
propositivamente, no tienen que haber valoraciones a priori para el desarrollo
del capitalismo. Las conductas que son prohibidas tienen que ser los delitos,
las que pongan en riesgo el propio sistema político y jurídico como tal. Gran
parte de la actividad económica tiene vida propia, el derecho nada le interesa
legislar en este sentido siempre y cuando no surjan conflictos en los cuales,
el derecho se desarrolle en una forma particular. Es decir, el Estado ordena,
configura los mercados, y estos se dan en estos marcos formales. Esta sin duda
es la muestra más cabal de la burguesía alemana liberal.
Schmitt, tiene resistencias a pensar que la crisis sea
necesariamente un cambio en el proceso económico, y tampoco cree que el
ordenamiento se de por necesidad. Más bien el ordenamiento es una necesidad muy
anterior, no atada a la historia, si es histórico el hecho de su desarrollo, y
vale la pena entender como se dio en cada momento histórico. Por eso, mientras
que el liberalismo parte de una especulación abstracta la teología política
ante todo analiza, el desarrollo de estos conceptos por sí mismos a lo largo de
la historia.
La crisis de Weimar es una crisis de principios políticos,
de filosofía política de creencias, hasta por qué no decirlo de postulados. La
preocupación de Schmitt es el liberalismo político en su defensa de la
humanidad más que el papel del liberalismo político de oferta y demanda. Por
eso Kelsen considera que la vuelta al poder neutral es una necesaria regresión
a tiempos históricos donde el derecho como tal tenía que ser justificado desde
el derecho natural como metafísica, lo cual era cierto también en la economía.
Se desprende que la idea misma de reglar, economía, derecho y política por
principios y no definir su conceptualización por definiciones como Personar, o
Valor, tiene un impacto. Los positivistas, sean kelsensianos (positivistas) o
Neoclásicos, es decir derecho y economía, tratan de formalizar para poder hacer
instrumentos fiables sus especulaciones político económicas. Esto quiere decir
que la burguesía alemana está dividida en dos, un sector liberal y un sector
conservador.
Schmitt intenta en el desarrollo del poder neutral crear una
“revolución desde arriba” la modernización de Weimar por un principio político,
esta contradicción no es vista por Schmitt la innovación en la diferencia entre
la antigua monarquía y el presidente plebiscitario en parte porque Schmitt
asume que el principio de soberanía popular es el que se debe considerar
irreversible no así, el sindicalismo o los partidos que se dieron por la
historia alemana en particular. Esto es importante porque todo poder indirecto
podría ser eliminado, dando al capitalismo una continuidad. Es evidente que la
dictadura soberana leninista impone, la colectivización, la socialización de
los medios de producción y la dictadura soberana. Es decir un sistema
completamente alternativo, el fin de la política, y el fin de le existencia del
pueblo alemán como tal.
Ya podemos considerar la originalidad de la concepción de
Schmitt en la derecha alemana frente a otras alternativas puramente
autoritarias. Schmitt quiere a las corporaciones dentro del Estado, y quiere
que el paternalismo y el dirigismo económico se impongan. Esta valoración está
dada por la misma idea de la producción la cual tiene una determinación en
última instancia en lo económico no se trata simplemente de la producción sino
del reparto del beneficio económico final. La gran diferencia es que Schmitt
considera que el poder neutral y el Estado tienen que a la fuerza estar por
encima, un Estado por encima de las clases sociales, las confesiones, etc. La
vuelta a Hobbes, aunque en una forma imposible.
Argentina Crisis y transformación en 2001-2002-2003:
Argentina tiene una experiencia digna de ser comparada con
Weimar por una multiplicidad de razones, la primera es la presencia de una
guerra, la guerra de las Malvinas tuvo un efecto similar al de la derrota
alemana en la primera guerra mundial, deslegitimó el papel de las fuerzas
armadas. Además la consecuencia final del periodo militar fue la bancarrota
económica y la inflación. El sindicalismo y las fuerzas armadas habían sido los
poderes indirectos que habían madurado
bajo todos los autoritarismos anteriores. La hiperinflación había sido el
antecedente de una de las reformas más importantes de la historia argentina que
fue la de los años 90´. La ley de Convertibilidad, tenía en sí misma un status
casi constitucional, por las consecuencias para el ordenamiento jurídico y
político en nuestro país, más cuando consideramos que los ahorros son una forma
de propiedad.
Es decir la constitución protegía la propiedad, y además
protegía la paridad cambiaria en cualquier momento y lugar, es decir, la defensa
de la propiedad hacía que los particulares tuvieran la posibilidad de tener
dólares por sus pesos, por hacer cualquier actividad económica y ahorrar en esa
moneda si así lo deseaban. Además, tenemos que considerar que la democracia se
desarrollaba a la par de esta perspectiva, la democracia liberal en Argentina
daba pie al mercado, aseguraba la libre participación política, y no
consideraba que el Estado estuviera por encima de la propiedad privada o los
derechos personalísimos que fueron puestos a la par. La constitución liberal de
1853, se le unían en calidad constitucional los tratados sobre derechos
humanos.
Alfonsín, Menem y De La Rúa , llegan al poder en elecciones libres y
democráticas. Estas son la esencia de sus decisiones políticas y económicas, se
considera que el estado es imparcial y que no esta dominado por ninguna clase,
grupo o corporación en particular. El Estado es la representación de todos los
intereses bajo la constitución, lo cual es una definición del Estado de Derecho
Liberal.
Mientras tanto, el presidente tiene un gran poder en cuanto
al ordenamiento de la vida económica, política, e incluso constitucional, la
reforma de 1994 fue increíblemente ordenada con un acuerdo entre PJ-UCR. Lo que
se considera es que la Ley
de Convertibilidad y la
Constitución de 1853, es decir la independencia del BCRA y
las facultades delegadas en materia económica pero que eran factibles de
sustraer por parte del congreso bastaban para poder garantizar la democracia.
Es cierto que había críticos pero estos criticaban las formas, y pocos ponían
en tela de juicio la “constitucionalidad” de la Convertibilidad , o
si había algún límite claro no electoral al presidente de la nación.
Justamente por esto, Argentina estaba presa de una
contradicción. Su democracia no tenía una alta intensidad pero se consideraba
que se había superado en gran parte de la persecución política y que la
libertad de expresión y política eran lo suficientemente amplias. En ningún
momento a excepción de Semana Santa el país corría el riesgo en caer en la
disolución y la anarquía.
Justamente De la
Rua sería la excepción, no justamente por tener una crisis
que no fuera posible de resolver, o mejor dicho por las expectativas que
deposita en el presidente. El presidente como cabeza del Estado tenía que salir
de una recesión económica, además tenía que lograr mantener su coalición y
dependía de la buena voluntad de los sindicatos, cámaras empresariales,
movimientos sociales, y hasta de la oposición en el congreso y del gobernador
de la provincia de Buenos Aires Carlos Ruckauf.
En este sentido, el costo de la crisis económica iba en
contra de la base de sustentación del sistema político, la tensión social se
agudizaba. El presidente era cabeza del gobierno y protector de la continuidad
del Estado. La salida de la convertibilidad se había convertido en un tema
tabú, nadie creería que se podría gobernar sin ella pero las alternativas eran
pocas.
Hasta diciembre de 2001, la impericia del presidente condenó
a su partido la UCR ,
a su persona, y al país al borde una anarquía. Aunque esto en sí mismo no era
lo peor, sino la ausencia de políticos que quisieran abordar la crisis
seriamente, o que pudieran lograr por medios legales y extra-legales el orden,
la represión por parte de las clases dominantes estaba garantizada y contó con
40 muertes como demostración del poder represivo del Estado pero la ausencia de
control político se hacía evidente. Si el peronismo era la garantía del
gobierno, ¿qué líder del partido podría llevarlo adelante? Rodríguez Saa
fracasó, era el turno de Duhalde y de su fracción de la “burguesía nacional”
pesificadora. Es evidente que este problema tiene todas las características
propias del conflicto político, una decisión soberana no legal tiene
consecuencias irreversibles en los efectos políticos.
La “nueva argentina” era por su naturaleza la misma que la
anterior pero el peronismo tenía que dar el paso necesario para hacer factible
la continuidad de la vida económica. Esto se dio en un proceso conocido como
“pesificación asimétrica”, la cual implica la conversión de ahorros y deudas a
pesos, yendo por encima de la propiedad y de otras las obligaciones que se
derivan de ella. Esto al determinar, la tasa de ganancia, el nivel de salarios
y consumos, determino la vida pública de la nación. Duhalde, sin alterar la
constitución violó el artículo 14 de la constitución. Siendo la propiedad la
base del Estado Liberal, el Estado hizo transferencias arbitrarias.
A esto hay que sumarle otros episodios de represión como el
que derivó en la Masacre
del Puente Pueyrredón, y el combate claro contra el movimiento político, los
piqueteros los cuales eran un poder indirecto que estaba interesado en recibir
del Estado beneficios que no estaban en relación a su representación
parlamentaria.
Duhalde incluso modificó más leyes electorales condicionando
el futuro del país, modificando el régimen electoral a raíz de la propia crisis
de su gobierno permitiendo que el peronismo pudiera tener más de una lista.
Curiosamente en 2003 la participación fue más alta que en 2001, por lo que se
tomó que esto era un indicador de respeto por parte de la ciudadanía que una
vez que eligiera presidente convalidaría, la decisión de Duhalde a nivel
político, económico y social. La impunidad de Eduardo Duhalde, y lo arbitrario
en su intervención pese a la delegación del congreso son un tema llamativo. Una
vez que esto ocurrió, la ley y el orden por parte del congreso y el papel de
Néstor Kirchner en reconstruir el poder presidencial pueden quedar en segundo
plano.
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