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Una de las cuestiones que serán
las que definirán gran parte del proceso futuro del proceso de Malvinas es ante
todo la relación de los discursos ideológicos, la matriz productiva y el
sistema de acumulación. ¿Quiénes son los depositarios del discurso por
Malvinas? ¿Quiénes no lo son? Porque ciertamente no va tener sentido seguir
buscando razones escolásticas para encontrar un tercero distinto que lleve a la
solución. Esta solución se plantea a partir de lo siguiente. Si tomamos por
verdadera la justificación actual de cómo se ha heredado el conflicto debemos
pensar la pasividad que hubo ante él ante todo por la condicionalidad de la
deuda externa. La deuda externa en sí fue gran parte del pensamiento de
Argentina en relación con los agentes internacionales. No por nada, cada
relación económica en el mercado internacional es parte de las relaciones sobre
lo que puede o no puede la política exterior. Esto por ejemplo puede ser visto
en las relaciones con Venezuela, si son provechosas o no, o si por lo menos son
más provechosas que las relaciones con Estados Unidos. Ciertamente debemos
tener en cuenta que la relación actual de nuestra sociedad con Estados Unidos
es ambivalente de cara a lo que es el proceso de globalización. Sin duda que se
ha caído en una relación extraña e indivisa entre lo que se considera el
“desarrollo” del mundo “Occidental” y el resto del mundo. Este fue el conflicto
que se detecto “Norte-Sur”. A partir de esto debemos re pensar sin caer en
formulas puramente literarias, ¿Qué hemos hecho con el tema? No fue cierta la
relación, hubo varios gradualismos entre ellos la idea de una negociación que a
partir de la vuelta de la democracia se trató e negociar sucesivamente la
deuda. La cual sin embargo siguió creciendo. Si pensamos que todos los recortes
presupuestarios que se siguieron tuvieron que ver con la reforma del Estado, la
pérdida del ejército no es completamente la voluntad de paz sino que fue parte
de la manera en que se redujeron los gastos. ¿Cómo se asegurará hoy la
integridad territorial? Lo que ha pasado ciertamente con el ejército argentino
a lo largo de todo el siglo XX ha sido la falta de transparencia de su
funcionamiento, y su sucesivo trabajo con las fuerzas de seguridad de los
Estados Unidos. Ciertamente que el esquema de una mera reproducción geométrica
del ejército no es una cuestión que valga la pena revisar. Considerando en segunda
instancia que a medida que los ejércitos crecen las medidas dentro de una misma
región aumentan en complejidad. Esto tiene que ver con la lógica en la cual se
manejará el mundo a partir de la de las próximas décadas. Estados Unidos opone
a la multipolaridad la OTAN. Es
decir que configura distintas regiones en la cuales calcula una administración
militar acorde a la cantidad de recursos necesarios para pacificarla. No por
nada, ahora se puede decir que existe una fase de “distensión” frente a América
Latina, Estados Unidos opta por reforzar sus fuerzas en el pacífico en Asia
principalmente y en Oriente Medio. Justamente por eso, Malvinas forma parte del
desarrollo como lo pueden formar la variable de “Investigación y Desarrollo”
como tantas otras. En síntesis lo que configura propiamente la dificultad para
poder desarrollar una estructura económica está condicionada a priori por una
política general de comercio, diplomática y militar. Estas tres patas funcionan
de la misma manera, si se configura una relación agresiva los países son
bloqueados, amenazados y en el caso del nuestro pierden acuerdos bi-laterales
valiosos para obtener los bienes de capital que siempre es el faltante en
nuestro país. Por lo que se llega a la definición importante, Argentina no se
trata simplemente de un discurso sino que cada ampliación de las partidas
requiere una configuración impositiva muy importante. Esto quiere decir que la
manera en que interpreta la comunidad internacional a Latinoamérica es como una
región en la cual hay incapacidad para desarrollar conflictos a gran escala.
Estas son las cuestiones siempre tutelares que se desarrollan a lo largo del
tiempo en el cual hay una verdadera contraposición entre el desarrollo
económico y las herramientas militares. No obstante, cualquier expansionismo
militar puede derivar en la precarización de la representatividad. Debemos
tener en cuenta que un ejército mayor puede funcionar como una corporación la
captación de cuadros militares siempre fue una de las políticas a largo plazo por
parte de las agencias internacionales especialmente las norteamericanas. Lo
cual tiene sentido. La compra corrupta de armamentos por ejemplo suele formar
parte de aquello que sirve para aceitar mecanismos graves para la
sustentabilidad del sistema democrático. Hay que aceptar que las industrias
militares suelen cartelizarse. Esto quiere decir que al fin de cuentas la
relación entre las grandes corporaciones y el estado de cara a una partida
nueva. La de gasto militares, esto forma parte de la historia del nacionalismo
vernáculo. Es decir que forma parte de la manera en que las Fuerzas Armadas
concibieron su papel en la sociedad. A partir de esto las relaciones generales
entre el desarrollo de la argentina, la cuestión de Malvinas y la diplomacia en
general terminan por llegar a un cuello de botella. No se puede desarrollar un
grado de agresividad muy grande de acuerdo a recursos insuficientes. Esto debe
tenerse en cuenta, ya que desde el punto de vista realista, los ejércitos
primer mundistas prefieren mantener sus gastos en muchos momentos excesivos
sobre amenazas de papel pintado. Los diarios suelen amplificar conflictos sin
razón de ser. Los ensayos de maniobras por parte de los ejércitos imperialistas
de la OTAN son
la clave para entender cual sería sus pretensiones en los territorios.
Argentina desarrollo su ejercito
de cara a la expansión territorial en este sentido hay que recordar que la
propia campaña del desierto trabajaba en este sentido. En ese momento la
balcanización operaba por medio de los estados nacionales. Esto quiere decir
que la relación entre las naciones latinoamericanas dependencia del tamaño de
sus ejércitos. Lo que quiere implicar que las legislaciones antiterroristas van
a favor de de ejercer un poder de
policía. Justamente por eso es muy complicado determinar que todas las fuerzas
políticas tengan el mismo apoyo para con los mismos problemas. A diferencia de
las potencias imperialistas, los países de bajo recursos (relativamente) deben
contar con mucho apoyo político para realizar reformas ambiciosas. En el fondo
cada uno de estos procesos lo que conlleva es un gran esfuerzo sobre la
realidad existente, y la idea siempre presente de las asimetrías. Ciertamente
que no nos puede servir ningún paternalismo que ni para bien o para mal nos
depare un destino. Con esto se quiere decir que no se trata ya de seguir
esperando un mea culpa que absuelva. Por eso cada vez que se revisan los
periodos en vez de pensar siempre en la clase política, vicio neo-liberal por
excelencia se debería pensar en las bases sociales. No fue otro sino el propio
pueblo como en todas parte del mundo el que reconstruye los países, no son las
patronales, no son aquellos que no tienen otro destino que el de donde provenga
sus ganancias. La cuestión de fondo como siempre será observar si es necesario
o no, reinterpretar el verdadero valor de lo que ha acontecido. Porque una cosa
es revisar los negociados de la patria contratista, una cosa muy distinta es
eso, otra es demoler todos los presidencialismos habidos en democracia pero una
cosa distinta es perder la noción básica de la supervivencia del estado. La
supervivencia del Estado garante de la propiedad fue la única continuidad
posible desde 2001. No hay que engañarse siempre fueron las formas en que tomo
el estado a lo largo de la historia reciente, las formas en que se presentó la
argentina. ¿No es suficiente plantear esto para poder independizar el tema de
la coyuntura? No podemos creer necesariamente que fuéramos salvados de nada. La
única salvación coherente de “a Junta” los fascistas enemigos de la Thatcher porque la
pusieron en ridículo pero que nos dejo con un interesante pasivo en deuda
externa. Pero claro esto no tiene sentido ser replanteado porque ese era el
momento en que se caminaba hacia la Uni-polaridad. Hoy
la “civilización” tiene que probar su valor otra vez. Por eso no se trata de
otra cosa que un manejo que no termina de decir demasiado sobre lo que podrían
ser las campañas publicitarias. Lo que si se puede decir es que la relación
entre los gobiernos es más que suficiente para entender.
Otros apartados:
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Otra cuestión es la del discurso ¿Qué es lo que
se quiere buscar en la democracia contemporánea? (No tiene que ser una solución
más allá de la realidad porque eso lo haría tan contradictoria. ¿Qué son las
democracias “reales”? ¿Definirlas es ser enemigo de la “democracia”?) ¿Hay que
buscar un esencialismo que sea más allá? Constantemente la propia mirada sobre
la administración pareciera ser sólo parte del propio funcionamiento de los partidos
pero sin embargo esto no es así en todo caso será parte de aquella forma del
capitalismo. Esta forma de capitalismo la que se construye actualmente tiene
contradicciones serias sobre la sustentabilidad. ¿Por qué negar las propias
dimensiones de un país? Acaso seremos más consecuentes si nos preocupamos de la
“política domestica” y no del panorama internacional. Ciertamente que se puede
decir que a gusto de muchos la diplomacia argentina no es la mejor. No obstante
ello conlleva a la profundización del debate. Todo conforma una arista de la
reflexión sobre los síntomas de lo que se llama la integración regional. ¿Hasta
qué punto podemos proponernos una integración cuando en el fondo las
disparidades militares no son saldadas? ¿Cuáles serán las opciones para el
futuro? ¿Cuál será el destino de los recursos naturales? Amazonas, Atlántico
Sur, Los Andes.
Con esto podemos decir que no basta tener una mínima
seguridad sobre lo que se ha hecho hasta el momento. La construcción del futuro
de Latinoamérica se hará con lo que se tenga no con lo que se imagine que se va
tener. Esto pasa en todas partes del mundo, no se puede esperar que se cuente
con recursos que no se tiene. Pasa esto significativamente en Europa hoy. ¿Por
qué resurge la xenofobia? ¿Por qué resurge un nacionalismo que cualquier
liberal consideraría idiota? La respuesta es simple no hay opciones para pensar
que las élites porque si impulsarán cambios fundamentales. La propia idea de
gobernar encierra una contradicción fabulosa que es la permanencia. De esta
manera se vuelve a re-pensar la historia reciente. No obstante para que la
acción valga la pena, tiene que haber un planteo y metas concretas. Luego claro
esta, se hallarán las dificultades de cualquier proceso que se encara en forma
de la tensión internacional. ¿Tiene sentido pensarlo de otra manera? Hay buenas
formas para decidir el papel de los territorios. Acaso no existe siempre
tensión en la delimitación de límites. Con esto queda en claro que las
relaciones entre los Estados generan tensión. Caso contrario es una mera
administración, como tal puede estar de acuerdo con cualquier potencia de
manera indistinta. Jamás se preguntan porque el consejo de seguridad anda
“incomodando” a tantos países. Cuestión al fin y al cabo que no pueden haber buenas
razones para el orden internacional. La cuestión como siempre es poder
dilucidar las verdaderas diferencias entre todas estas cuestiones. Jamás se
puede encontrar un sentido en que a partir de renegar de un papel de la propia
subsistencia del estado haya un progreso en una construcción política, a menos
que está sea explícitamente la destrucción del estado. Los bloqueos, las
situaciones kafkaianas en relación al dominio internacional apenas dejan
posibilidad para pensar un tercermundismo que erradica el imperialismo de una
manera simple y sencilla. Por estas razones es parte de la vida de las
sociedades su política exterior. Esto tiene tanto que ver como la defensa de
marcas y productos como de la producción nacional. Ciertamente mucha gente puede pensar que con
el sólo participar del mercado de la producción esto es más que suficiente de
acuerdo con el papel de su contribución con el país. La cuestión finalmente
reside en pensar ¿cuál es la verdadera matriz? ¿Podemos darnos el lujo de dejar
que toda la política descanse en las élites? ¿Vale la pena? Si aquella cuestión
va sobre el consenso, mejor revisar que hemos “pactado” no que podemos evitar.
La cuestión sobre la revisión como siempre da un debate. Al fin de cuentas sino
todas las cuestiones que tienen que ver con la soberanía solo forman parte de
agendas mediáticas, lo cual si es profundamente distractivo. Lo que si tenemos
que tener en cuenta es que no se trata de opción. En todo caso demuestra como
siempre todos los temas quedan en una nube que termina por ser ajena. La
verdadera relación entre los “argentinos” y Malvinas no tiene porque ser
ficticia. Es raro que se piense que toda movilización es capital político de
una fuerza. Es extraño que este clivaje justamente parta en dos a la clase media.
¿No sería más representativo si los propios ciudadanos se desplazarán con más
facilidad? ¿Tan sólo tiene sentido la democracia como impedir que un poder
haga? ¿Realmente esto hace que el poder no haga? Es o no una ilusión, ¿cuál es
la resistencia y como se organiza?
Basar la política en el mero hecho de la gobernabilidad es
parte de una falta de una verdadera falta de crítica profunda del sistema
político. Se lo podrá aceptar, renegar o repudiar pero no se puede repetir
tanto. No tiene sentido seguir polémicas que sólo dan dinero a los medios que
tienen que vivir. Una cosa es la información y otra la creación de una opinión.
En este sentido creer que uno está realmente ante prejuicios predeterminados
son parte de la vida social muchas veces no es más que alienación. Esto fue lo
que paso ala Junta Militar, fue lo que le pasó a Alfonsín y fue lo que le pasa
en general a toda persona que piensa que tiene un régimen en peligro, muchas
veces termina apostando a predecir una parte de los comportamientos sociales.
Una de las verdaderas cuestiones por las que la “Guerra de Malvinas” y el
“Juicio castigo” no pudieron avanzar fue la voluntad explicita de los
monopolios mediáticos en no buscar molestar el origen de las grandes fortunas
que fueron salvadas por el estado gracias a la nacionalización de deudas.
Nacionalizar deudas privatizar ganancias, este sí es un tema recurrente en la
argentina y del que poco se discute pero no es un tema sobre la administración
del estado en sí sino sobre el papel de los que ocupan el 20% de la parte más
poderosa de la sociedad.
Sino justamente tenemos que aceptar que una buena parte del
rechazo de lo que fue el 2001 fue la verdadera vocación de llevar la
convertibilidad hasta las últimas consecuencias. ¿Qué tiene que ver esto con la
política exterior? Bueno tiene que ver con el siguiente principio una parte de
la política perfecta convivencia de Argentina con los Estados Unidos no hizo
que el país entrase en un primer mundo. Pese a tener por grata compensación por
ejemplo pertenecer al G20 (del cual el New York Times, “otro diario” nos quiere
expulsar por no saber cumplir “nuestros compromisos”.) ¿Qué son los compromisos
de un país latinoamericano? ¿Asegurar la tasa de ganancia para el capital?
¿Acaso es el único compromiso que un país puede tener? La eterna idea de un
derrame que no llega y si llega es porque la sobreexplotación alcanza niveles
inimaginables. No tiene sentido esto. Tiene sentido volver a pensar sobre qué
estamos construyendo. Sino la propia pasividad ¿dónde estaría? ¿Por qué el gran
capital vernáculo se conmueve tan poco? ¿Dónde empieza la alianza de la
burguesía nacional? Si la burguesía nacional es tan criminal como la pintan,
¿qué podemos esperar de la internacional? Porque antes el principal drama de la
argentina era la deuda donde entendíamos fácilmente que las condiciones
ahorcaban al país y ahora nos parece que hay que hacer paces simples y llanas
con factores de poder que no estaban muy interesados en un desarrollo.
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