Gentrificación y delito en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo vender la seguridad y ganar el gobierno?
Introducción:
Una observación detenida de
distintas actividades legales a ilegales nos permiten obtener una serie de
regularidades necesarias para entender el papel de ciertos ilegalismos que se
integran a la economía de nuestro país. Entre ellos los más estudiados, el narcotráfico,
la trata de personas, y el robo de autopartes, suelen ser considerados delitos
más complejos que el delito callejero que hace punto de partida de gran parte
de la discusión en torno a la inseguridad.
En este sentido poder
caracterizar esta nueva área de investigación sólo se deduce del avance en
otras áreas relacionadas. A la forma de interpretar el abordaje podemos
entender que hay dos matrices fundamentales para abordar estos problemas, las
que consideran que el delito es un problema concreto y el asunto debe ser “policializado”
y las que se mantienen en la posición de describir todo el entramado social que
hace posible este desarrollo segmentado y jerarquico de fases de delitos
complejos.
En este sentido se parte de una
serie de antecedentes clave, durante gran parte de los estudios de inseguridad
se ha puesto el acento en los sectores populares. El proceso de descolectivización
y desidentificación. Se parte de la base de que los sectores donde el ingreso
es menor son los lugares privilegiados para entender la acción del Estado con
respecto a los sectores populares. Esto tiene más que otra cosa una
presuposición, parece evidente que el estudio de una realidad en donde las
fuerzas de seguridad son el primer lugar de referencia debería ser el primer
lugar para poder observar. Pero esto ha llevado a una serie de saberes útiles
para a la vez aislados del resto de la sociedad. En este sentido podemos ver
como la Ciencia Política pareciera anclada a un debate criminológico que no le
es propiamente pertinente. Podemos considerar si el poder debería ser analizado
simplemente en cuestiones de delito, inseguridad, o si estos problemas o
fenómenos son resultado de ciertos abordajes epistemológicos.
Para avanzar y superar esta situación
se trata de abrir una nueva fase del gobierno de los sectores populares y del
resto de la sociedad, de la forma concreta en que la naturaleza de la hegemonía
se hace presente el papel del grupo o clase dominante coordinando, dirigiendo
haciendo la gubermentalidad posible. Describir esta tarea puede ser complejo,
la selección de un caso puede ser evidentemente complejo pero ciertamente que
una investigación que sólo busque un matiz particular puede caer en una
dependencia importante de saberes anteriores.
El desplazamiento hacia la
gentrificación es sin duda una forma de abordar el discurso hegemónico en un
lugar mucho más importante que en la simple criminalización. La clase dominante
no se define simplemente por el hecho de proponer un planteo sobre la
seguridad, además por sus valores, representaciones materiales y presencia en
las instituciones son fundamentales para determinar estas acciones. Podemos
considerar que la planificación y continuidad de políticas en el mediano y
largo plazo más que ser una “conspiración” se tratan de objetivos específicos
de las clases dominantes y sus diferentes agencias. Si tal vez no se puede
hacer una reducción esencial de los sucesos en torno a la transformación del
aspecto urbano. Si podemos considerar que sin ella, el Estado -¿neoliberal?- en
el caso concreto de la Argentina, la Ciudad de Buenos Aires en las primeras
décadas del siglo XXI sería incomprensible.
Justamente por esto la micro
intervención y la macro intervención parecen tener valores en común, y para
esto debemos entender dos posibles ideas, la primera qué lugar del territorio
ocupan en la Ciudad de Buenos Aires las personas de menos recursos, las más
vulnerables y perjudicadas por las condiciones sociales y quienes por el
contrario son los grupos que disfrutan de los beneficios directa o
indirectamente del orden social. En este sentido la gentrificación puede ser un
aporte en cuanto que la iniciativa punitiva no está sola, la iniciativa
lucrativa por parte de distintos agentes económicos se hace presente.
Demostrar que acciones de
prevención y de mejora de la calidad de vida en ciertos territorios no tiene
siempre por fin la mejora de la “vida del vecino”- sino que tiene por objetivo
de apropiarse de un nuevo territorio para lucrar con él, mostraría una cara más
de las ya abordadas determinaciones del territorio de acuerdo a cada actividad,
tratar de describir estas áreas es especialmente difícil. Tanto porque resisten
al lugar del sentido común y además porque suponemos que el Estado busca
primero expulsar, antes que favorecer la instalación de otros grupos o clases
sociales, individuos o sujetos. En este sentido se puede entender la presión
que existe por coordinar políticas de seguridad- prevención y punitivismo y acciones
tendientes a la gentrificación.
Este tipo de análisis en otra
clase de delito se observa en: “La
sustracción de vehículos y el tráfico ilegal de autopartes usadas en Argentina.
Delitos de pobres, poderosos y sectores medios.” De Esteban Rodríguez: “la
brecha de precios existentes entre los mercados formales e informales estimula
a los “clientes” a solucionar sus problemas a través del mercado informal; de
la misma manera cuando las compañías de seguros no cubren los costos de
reparación del vehículo siniestrado, se está en “empujando” a los titulares de
los vehículos a adquirir repuestos a través de mercados informales que fueron
estoqueados por las economías ilegales”. En este sentido se razona
correctamente para poder deducir una serie de relaciones sociales, entre ellas
las que terminan de resumirse en precios, demandas y ofertas, y como las
distintas agencias estatales hacen posible esta dimensión. Por eso cuando se
quiere analizar la forma en que se piensa una ciudad como Buenos Aires queda
una suerte de sospecha si no se trata de una misma realidad, ¿Qué zonas son las
más deseables para vivir para la clase dominante? ¿Qué valores hacen que esto
sea posible? ¿Qué representación se hace de ellas? ¿Por qué son enseñadas como
las más seguras es un hecho científico esto? En el caso del trabajo
anteriormente citado vemos que el hurto de autos se basa en autos baratos de
autopartes, mientras que el robo a mano armada se realiza a mano armada.
Podemos entender que esta diferenciación de delitos de acuerdo a grupos
sociales es real, ¿por qué no deducir esta relación entre el Estado y el
territorio que le toca en suerte administrar?
Una de las cuestiones
fundamentales en esta clase de investigaciones es una serie de presuposiciones
que hacen que estas sean pertinentes en este sentido Esteban Rodríguez: “Una
de las conflictividades sociales que más preocupa hoy en día es el robo y el
hurto de automotores y tráfico ilegal de auto partes usadas. Algunos autores: (Sain,
2004, Dónnola, 2008) coinciden en que el “negocio” que mueven las economías
ilegales asociadas a estos delitos es uno de los que más valor generan después
del narcotráfico y el lavado de dinero en Argentina. Dice Marcelo Saín: “el
robo y desarme de automóviles y la venta ilegal de autopartes constituye una de
las actividades delictivas con mayor crecimiento, complejidad y rentabilidad consolidada
de los últimos años”. Por lo que podemos deducir que se trata de una
realidad sumamente compleja, primero porque estamos suponiendo que la propia
investigación científica muchas veces se ancla en la problematización que hace
la sociedad previamente de ellos, y que su explicación y descripción llega
posteriormente. En este sentido quiero establecer una suerte de comparación
clave en este trabajo que funciona como clave de lectura para desarrollar este;
podemos entender que la transformación en el parque automotor
es la variable sobre la cual se transforma el delito, y el marco de la
multiagencialidad que se relaciona con él. Sólo es posible en este sentido
analizar el fenómeno de la gentrificación, en este sentido
vemos como la Ciudad de Buenos Aires como conjunto como urbe se fue
transformando y como el gobierno de Mauricio Macri a la vez acompaño esta
transformación de acuerdo a estos valores.
Es por esto que vemos que la idea
de una intervención estatal que tiene múltiples formas de manifestarse puede
tomar cuerpo en operaciones como: la instalación del Metrobus, el enrejamiento
de plazas, la colocación de contenedores, la instalación de obras hidráulicas,
etc. De todas estas la construcción de torres de lujo y el surgimiento de Shoppings
son las más importantes, pero no las únicas, en este sentido el desarrollo del
Barrio de Puerto Madero y la evolución del barrio de Palermo son una muestra de
ello. Esto muestra una relación entre las empresas, los vecinos, los
considerados no vecinos- los okupas, la inseguridad, y ciertas intervenciones puntuales.
Justamente por esto, queremos
cambiar el eje, intentando generar el siguiente desplazamiento; queremos
exponer como analizamos en muchos delitos que no se trata sólo de la relación
en cómo se tematiza la inseguridad, o como se desarrolla una serie de
actividades ilícitas, sino mostrar cómo no se trata de una suerte de defensa de
una concepción de inseguridad la que ad hoc lleva a una respuesta específica
sino como podemos observar, las respuestas que da el Estado en este caso, el
gobierno de la Ciudad de Buenos Aires van en un sentido muy particular de acuerdo
a sus propias necesidades de agenda. En este sentido la importancia está en
mostrar cómo incluso el territorio por sí mismo una pieza clave del orden
político sufre de las mismas distorsiones que actividades delictivas que
afectan menos al entorno. Vamos a tratar de hacer corresponder en el estudio de
caso la relación entre vender una forma de seguridad específica, la zona a la
cual se desea acceder, y el papel en el apoyo político para esto vamos a salir
del acento sobre el papel de la policía y nos vamos a centrar en otros agentes
importantes de la Ciudad de Buenos Aires la cual justamente tiene una “policía
en formación”.
Citando de acuerdo al texto
aludido previamente: “El mundo del robo de autos está lleno de lugares
comunes, plagado de pistas falsas. Esa falsedad no necesariamente es
intencional, se construye con una serie de mitos que gravitan en el imaginario
social. El problema es que sentidos comunes ponen los problemas en un lugar
donde no se encuentran y, por añadidura, llevan a cargar tintas sobre
determinados actores en detrimento de otros, perdiendo de vista implicancia que
tienen otros actores, directa o indirectamente hablando en la creación de las condiciones
para que las economías ilegales puedan prosperar.” En este sentido la
crisis habitacional, las casas ocupadas, las pensiones, hoteles familiares, la
gente que está en situación de calle y los asentamientos en terrenos fiscales y
otros, todos forman parte de una realidad que termina atándose a la inseguridad
pero que no ha sido “diagnosticada” tal vez con el lucro inmobiliario en este
sentido, con esta claridad y utilizando estas herramientas metodológicas en
este sentido citando a Michel Foucault: “Simplemente percibo lo intolerable. La
insipidez de una sopa o el frío del invierno son relativamente tolerables. ¡En
cambio, encarcelar a un individuo únicamente porque tiene un lío con la
justicia es simplemente intolerable”
En este sentido lo intolerable
podría ser sin lugar a duda como se piensa una ciudad para privilegiados y como
sucesivamente se va atacando la base de la vida de todos los que representan
los obstáculos para estas posibilidades en este sentido dos pasajes pueden
resultar útiles: “Desde un punto de vista general podemos entretenernos en clasificar
las sociedades en diferentes tipos. Están las sociedades expulsoras: cuando un
grupo o cuerpo social no soporta a un individuo, lo rechaza como parte lo eran
en la solución griega: antaño los griegos preferían el exilio a cualquier otra
pena. […] Están también las sociedades asesinadoras, torturadoras o
purificadoras, que someten al acusado a una suerte de ritual punitivo o
purificatorio, y, para terminar, las sociedades encerradoras, tal como llegó a
ser la nuestra en los siglos XVI y XVII.” Podemos suponer que tratando
de unificar criterios muy distintos y conceptos muy lejanos si hay una suerte
de posible primer acercamiento. Este sin duda se trata de: considerar a la
gentrificación como un tenue regreso de la expulsión de un territorio bajo un
gobierno, una suerte de exilio en la propia ciudad que va de la mano del valor
inmobiliario de las propiedades.
Como derivado de esto podemos
comprender como la Ciudad de Buenos Aires, atraviesa en su funcionamiento una
serie de actividades lucrativas, entre ellas las que administra legal e
ilegalmente. Esta observación es muy importante, primero porque demuestra una
serie de cuestiones dejadas de lados como las que hemos desarrollado más arriba.
Primero de todo el filtro de la Opinión Pública especialmente al problema del déficit
habitacional. Segundo que la zonificación de la capital, muestra como éxitos,
las zonas de la CABA con más poder adquisitivo frente al resto de zonas
abandonadas, donde la acción del Estado si quisiera debería trabajar para
reducir la desigualdad, la última toda la suerte de consecuencias violentas de
esta exhibición del éxito de ciertos grupos y por otro lado la demostración del
fracaso de otros. Puede que esto sea en última instancia una forma más lenta
pero más definitiva de ordenamiento espacial y social.
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