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Coyuntura el ascenso de Francisco I


1-     El papel de la Iglesia el Papa y las reflexiones que ello conlleva:

Un nuevo Papa, curiosamente argentino está entre nosotros. Sabemos lo que ello conlleva, no saber el papel de la Iglesia y de la alta curia en general sería un error demasiado grueso de nuestra parte. Lo cierto y como cuestión de fondo es el papel de la política y de la política nacional con respecto a la Iglesia. La Iglesia Católica es América Latina una profunda mezcla y un profundo sincretismo, sometido a revisiones constantes por parte de partes interesadas. Lo cierto es que no pensar en las consecuencias de esto sería una cuestión menor.

a)- ¿Qué cosas son puramente reaccionarias de la Iglesia hoy y que Bergoglio (Francisco I) no va a quitar? Podemos primero ver el papel importante sobre los temas como la anticoncepción, el matrimonio igualitario, la comunión para los divorciados que sí son creyentes, la adopción por personas del mismo sexo, la falta de verdadera demostración con el compromiso científico, ser proclives a buscar soluciones consensuadas con el poder de turno pero además tener en Argentina excelente relación con la SRA, La Nación, y otras empresas locales, valga decir Perez Companc, ser impulsores y disputadores de la educación a todo nivel, sostener filosofías contrarias al progreso científico mundial, manejarse con valores reaccionarios, no asumir su papel en la dominación indígena. Tener grandes familias acomodadas que curiosamente hasta ahora con menos presencia pero durante todo el siglo XX, le daban un “hijo” a la Iglesia. Estos datos no son menores, la UCA, la Universidad Austral, son datos no menores, podríamos recorrer y recabar más datos, podemos saber como pueden servir para el impacto en las clases medias. Podemos saber de su papel clave en cada una de los procesos golpistas sin excepción en el 30´, en el 43´, en el 55´, y en el 76´ con especial relevancia. En este sentido podemos saber que el gran enemigo de la iglesia a nivel mundial fue el comunismo el cual se dedico a combatir en todas las formas posibles buscando alianzas en cualquier forma también posible.

¿Bergoglio o Francisco I va a cambiar algo de esto? La respuesta es no, categórico fue Brienza y tantos otros en entender esto. Podemos decir desde el vamos, el papel de la Iglesia, una parte importante ha sido y es domesticar ante las injusticias del mundo actual, pero además debemos reconocer sus compromisos económicos. En parte de ellos, el famoso artículo número 2 de nuestra constitución, el cual nos hace sostenedores el culto católico. También podemos decir que la Iglesia, suele ser una crítica moral bastante poco reflexiva lo cual es obvio ante la realidad contemporánea, su aparición post estallidos sociales tiene una dinámica de participación crítica pero no comprometida. Este es el papel clave de los Obispos, Arzobispos, y Cardenales, por lo que el Papa cómo tal no va a cambiar eso. ¿Qué podemos decir entonces? Bueno en primer lugar podemos tener una clara seguridad de cuál es el papel reaccionario de la Iglesia, y de su papel como Estado Vaticano. El Vaticano insume como estado y administra a gusto y placer una parte de los ingresos que vienen de Argentina, defiende el modelo de la caridad que en la teología es una cosa muy distinta de lo que es en la práctica, es decir acciones esporádicas para ayudar a los pobres a cambio de su despolitización.

¿A qué nos lleva esto? En primer lugar a re-pensar nuestra posición. El peronismo base del movimiento popular más trascendente en Argentina, y el radicalismo como su primer antecesor tuvieron relaciones conflictivas con la religión oficial. Podemos decir que como tal, como convencidos, los “adoctrinados” católicos encuadrados no es la religiosidad popular. En este sentido el fascismo argentino tiene mucho de catolicismo, y esto puede ser un problema a la hora de llevar adelante el control de la calle por medio de la movilización, los católicos de ultra-derecha muchas veces no han tenido problema en ser fuerza de choque, recientemente tuvieron  un exabrupto por unas notas publicadas en la Revista 23, a lo que vamos es que la Iglesia es como un partido y no como un partido revolucionario sino que en la práctica se maneja como un partido de centro. No es la misma ideología la del cura villero, incluso el más reaccionario que el del Obispo sea quien sea, más “progresista”, en este sentido el factor burocrático y no un verdadero compromiso con la realidad local ha enmarcado a las Iglesias Latinoamericanas como diletantes y reaccionarias. En los periodos en que fue diletante o reformista, esto es en el periodo donde las relaciones de fuerza eran adversas en las bases, la Iglesia de moderniza, porque en el fondo, la Iglesia poco tiene que ver con “la religiosidad y la fe”, pese a presentarse como sus naturales custodios. La lección de esto está en el Concilio Vaticano II, este se presentó como aquel parte-aguas pero no fue más que la “Doctrina social de la Iglesia, claro en que estos juicios de valor pueden ser vistos como una puja entre alas, pero lo importante es saber que la Iglesia desde hace mucho tiempo aprendió del costo grave del protestantismo y sus secuelas por lo que opto que la Fe, y el Dogma fueran evolucionando casi de una forma más parecida al código jurídico que al misticismo popular o individual. Esta cuestión no es menor, cuando se lo piensa fríamente uno comprende que ante todo hay una necesidad casi no resuelta, a saber, esta se trata de entender qué clase de religiosidad hay, y cómo esta afecta. No podemos ser hipócritas hay personas que creen sinceramente y otras que les conviene que se crea, o creen en malos momentos existenciales, es decir aceptan en el seno de su personalidad la contradicción, esta es una de las tantas que existen en la sociedad pero por lo menos hay que tenerla en cuenta. Los “procesos nacionales y populares” además cargan con muchas más contradicciones además de esa, pero curiosamente la religiosidad es parte de una de las grandes contradicciones a nivel supra-estructural en América Latina. Para ir al grano tanto el “Estado” en sus contradicciones en el plano internacional como la Iglesia pesan en estos procesos. La Iglesia Argentina desde 1976, optó por aliarse al neoliberalismo más o menos abiertamente pero desarrollar fuerza y poder en ciertos núcleos cerrados, es decir optar por retirarse de la sociedad en ciertos planos y concentrarse en otros. Su adaptación fue parecida a los de los sindicatos capturados por las burocracias corruptas con todos sus matices. Por eso, se puede decir que la Iglesia es un completo y complejo sistema internacional. No vamos a caer en conspiraciones, tampoco vamos a decir que se trata de un poder formidable, de hecho los medios de comunicación y las multinacionales han hecho mucho por la pérdida de “fe” de mucha gente versus el papel anti-comunista de la Iglesia, con dos puntos exageradamente militantes, PIO XII contra Stalin y la URSS, y Juan Pablo II, contra la crisis final de la URSS, ciertamente que el segundo tenía un tacto mayor y supo entender que Latinoamérica era una política bien distinta a la de Europa del Este, esto le valió cierta sagacidad que luego usaría en África y a lo largo de todo su pontificado, PIO XII en cambio tenía que defender bastiones del catolicismo duro y europeo, España, Alemania en el sur e Italia, sin por eso subvalorar a Francia. ¿Acaso Francisco I no va a premiar al ala que lo llevo al poder? La respuesta es sí, una parte de su papel es asegurar la política italiana la cual está en crisis y con crisis de deuda. La segunda parte es resolver a una de las Iglesias más caóticas la Iglesia norteamericana, donde existen grandes problemas no sólo del orden del comportamiento de curas sino además en lo político. Latinoamérica es como siempre una arena más, acá seguramente trabajará para no perder espacio en Venezuela, donde la propia Iglesia local seguramente debido a la coyuntura sea más recalcitrante con Maduro de lo que Francisco I sea, luego esta la política con Brasil, una economía que siendo potencia será sagaz y sutil a la hora de negociar, y puede que sea una aliada inesperada del Papa argentino. No sería raro que tal vez Francisco I de espacio para algunos cardenales de Sudamérica para poder reforzar su propio poder en cargos importantes, lo cierto sea que hay que pensar en políticas de largo plazo que llevan de 10 años, a más. Probablemente apueste por buscar juventudes en el sur del continente sabiendo que son un contingente en eclosión. Como en otro tiempo fueron los campesinos, hoy los jóvenes de las masas suburbanas y urbanas son sujetos de disponibilidad y demuestran con éxito poder de movilización. Otro de los asuntos que teme y seguramente va a pensar el Papa es en China, es la segunda economía mundial, y en comparación a su importancia hoy tiene muy pocos católicos, los cuales fueron combativos ferozmente por Mao, y por el partido comunista chino. China además un modelo “alternativo en lo cultural” que no necesita de nada del apoyo vaticano, lo cual es parte de un modelo que incomoda tanto sea o no socialista como lo fue la URSS en su momento, ya que eso podría mellar su papel a nivel mundial. Otra de las cuestiones es el papel del Islam, la derecha católica los tiene como las  “ratas de Europa” a los socios norteamericanos, los tienen comos los terroristas de siempre, el Vaticano sabe que no dispone de poder para cruzadas, y menos con Obama y con Hagel en el poder, es decir con unas FF AA estadounidenses que se están mirando el ombligo, y que piensan en el pacífico. Francisco I puede que ante todo desarrolle sobre todo estos temas doctrina cosa que Benedicto XVI intento hacer sin brillo porque quiso dar más cuestiones teológicas que prácticas, y en este sentido sus continuos virajes teológicos y su combate a la “Teología de la Liberación” fue exitoso pero a la hora de hacer grandes políticas no tuvo la inteligencia de Juan Pablo II, el cual fue “viajero” para ser el primer papa global, cosa que hubiera sido desastrosa si su agenda hubiese sido más apoltronada como lo fue la de Ratzinger. No obstante Ratzinger, manejo las fuerzas mas o menos de la lucha contra la “corrupción” es decir, trato de ver, y le estallaron en la cara los escándalos que ya tenía la Iglesia, se le desencadeno la crisis del Euro, y además nuevamente prefirió cuidar España, con todo lo que implica a mirar hacia otros lares, fue a Turquía, la eterna disputa de la OTAN y de Viena donde gobierna el catolicismo en forma solapada, y donde hay más apoyos que en otras partes de la UE. La idea de negociar con estados “árabes occidentalizados” y con Israel es clave para el Vaticano, por lo que Ratzinger y Francisco I van a profundizar las relaciones con el mundo judío, dejando de lado las definiciones completamente antisemitas de la primera mitad del siglo XX.

Lo cierto es que se espera que Francisco I haga reformas prácticas, que ate los cabos, que lleve a la Iglesia al siglo XXI, es decir a formas de poder concretas, que sepa concebir una nueva forma de ecumenismo proyecto de Juan Pablo II que era sagaz y sabía que las religiones como tales se sostendrían trabajando en conjunto y de forma más o menos cartelizada, lo que ocurre es que en Europa ceder tiene costos altos. Ciertamente puede que esta Iglesia sea de dos velocidades, reformas generales con la relación con los actores políticos globales, escasas reformas en temas generales de la ciencia en general, además de que buscará tener su papel en la relación Sur-sur, que incluye otros gigantes como la India, y donde el crecimiento es impresionante con la occidentalización correspondiente. En estas condiciones puede que al menos en forma preliminar Francisco I manejarse con más o menos cintura.         



B)    ¿Cuál sería la estrategia opositora al kirchernismo con el ascenso de Francisco I? podemos decir una cosa en primer lugar, podemos pensar en que algunos sectores se vean “amenazados” en su papel actual, sabemos de sectores que van a estar efectivamente amenazados sean o no aliados al kirchernismo es decir aquellos que luchen por la igualdad de género, la libertad sexual, la identidad sexual, el laicismo, y otras cosas, por lo menos en el plano de lo inmediato. La cuestión de fondo se mantiene, las provincias como Salta, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Jujuy, e incluso ciertos puntos de la provincia de Buenos Aires, Misiones, y la mayoría de las provincias son muy reactivas a las posiciones de la iglesia. Esto además puede presionar en el Senado donde las alianzas son más complejas que en diputados, no es lo mismo entonces Neuquén donde el partido provincial es sólido, o Tierra del Fuego la cual es la provincia que sigue en “heterogeneidad” a la CABA. Se descarta San Luis, pero se piensa en los conflictos en Córdoba, y en Corrientes, provincias que ahora mismo se muestran reactivas en general al oficialismo.

Esta revisión superficial en primer lugar ya nos dice algo en lo que compete al papel de las fuerzas políticas, en provincias como Salta la capacidad de que se acentué el poder de la curia es probable con Urtubey como un representante duro de la derecha clásica argentina, no es lo mismo en Provincia de Buenos Aires, donde Scioli es como en todo lo demás un católico pragmático el cual va ir por la cuerda floja como lo hace con Moyano, Clarín, los docentes, la propia legislatura bonaerense, Massa, etc. Esto quiere decir muchas cosas, en primer lugar, si La Iglesia se refuerza va ser una decisión de Francisco I, paradójicamente si decide no hacerlo en Argentina, esta voluntad será inapelable. No hay garantías para la oposición de un papado “combativo” por más medieval que suene la idea de un papado combativo. Lo cierto es el impacto a fuerzas ya establecidas en las provincias puede ser muy grande. También eso demuestra el déficit en el gobierno tal vez no presidenciales de los ministros de Salud y de educación en cuanto a la ley de Salud Sexual Integral. A esto se suma además el papel de la Ley de Medios. Nada de esto es menor. En todo caso cuenta de una realidad bien concreta, un país heterogéneo, no va a responder de la misma manera. Ahora bien, ¿puede hacer algo el progresismo en general? ¿Vuelve la alianza neo-liberal conservadora? Tal vez si o tal vez no, tal vez si se reactiven ciertas fuerzas de la derecha más clásica. Lo cierto es que Macri y Scioli son candidatos excepcionales para buscar un favor de un papado pero a su vez como se dijo antes, este tiene mucha más independencia. Lo que quiere hacer valer La Nación para Cristina Fernández de Kirchner, vale para Macri, Scioli y toda la oposición menor, incluida Carrió que reclama ingenuamente el “monopolio papal” y la relación personal, además el papel de Julio Bárbaro el cual como buen soldadito del PJ tradicional, y de la superación del peronismo clásico en su interpretación sui generis, ya se adjudico ser el puente entre Kirchner y Francisco I. No son datos tan menores.

Claramente algunos piensan que es el momento donde el papado se va a “vengar” por lo sufrido en este periodo “kirchnerista” como unidad monolítica, pero probablemente sea más que nada un papel de Lobby, uno que tiene intereses más concretos que el ansia de venganza de algunos. Lo cierto es que la torpeza en el plano diplomático y personal se puede pagar cara. No es sólo la prensa local la que está en juego sino la prensa mundial, además de la prensa estrictamente católica. ¿Va a generar esto una movilización de católicos en particular? Aún no lo sabemos, es muy reciente, no se puede saber cuál es la estrategia de Francisco I, subestimarlo o sobreestimarlo es parte de un juego que es estúpido, instrumentalizarlo es también estúpido, recordemos que ante todo Vaticano es un Estado, y tiene intereses “nacionales” que atender. Ciertamente que otros líderes mundiales pueden entrar en desacuerdo con el nuevo Papa, no parece ser la estrategia de los Latinoamericanos, si bien este apoyo mecánico y explícito va a generar suspicacias, puede que en primer lugar sea una estrategia de ambos hacia la contención. “Contención” que será parte de una forma de medir fuerzas, la Unión Latinoamericana versus su Iglesia, y no es menor, saber que cada país verá y analizará cuan próxima será esa relación. Correa es parte de un caso ejemplar. Pero ante todo pesará en parte importante del resto de las comunidades.

¿Hay un deseo casi automático de malas relaciones entre Cristina Fernández de Kirchner y Francisco I? la respuesta es afirmativa, en primer lugar es indudable el papel no menor que tiene el papel del desgaste con un actor del juego político que no depende de la esfera nacional, se intentó con Obama, Israel, y la UE, el Vaticano en la misma línea será tierra fértil para entender estos puntos. ¿Podría decirse que si la relación no es perfecta con el Vaticano vamos a estar aislados del mundo y además retrasados y enemistados de los países desarrollados? Probablemente esto empiece a ser corriente en las columnas de opinión a lo que suma claro esta, nuevas y curiosas re valorizaciones del papel de la religiosidad en la vida cotidiana, siempre con tintes y recortes obvios y voluntaristas. ¿Cuáles son las otras cartas que se juegan? Bueno en primer lugar el papel de los obispos locales, el papel de los Padres de “La opción por los Pobres”, el Padre Pepe, la idea de la pobreza como algo que está más allá de las clases sociales, la idea del consenso y la paz, el valor de la “tradición” de la argentina católica, puede que Bergoglio use este periodo para lavar la cara de una institución desde la lejanía. Puede que además haya alguna que otra interna en la iglesia, no sería raro que algunos vean avances en la argentina y otros desastres, los documentos, y las publicaciones en este sentido puede que aumenten, aunque sólo va ser si tiene el papa Francisco I, una intención clara de operar en Argentina, tal vez no sea en 2013, sea en 2014 y 2015, y puede que sea en lo cierres de campaña, o en fechas clave. El tedéum y otras festividades. Puede que La Nación vuelva su línea más clásica y tradicional de la Iglesia como el “actor principal” en la vida privada y se alinee con posiciones del PRO, ¿Hotton al PRO? No sería descabellado pero a la vez trillado todo dependerá de la coyuntura, Alonso, Michetti, son materia disponible para mezclar “honestidad republicana, fe, y añoranzas de menos Estado”. Lo cierto es que son malas noticias para el FAP, Tummini y Donda, ¿abrazarán  rápidamente la idea de tener relaciones con la Iglesia? ¿Qué harán “los sindicalistas cristianos” jugarán una agenda propia? ¿Puede que eso ayude o no ayude a Moyano, el cual escribió una carta donde dijo cristiano y católico en la misma frase? ¿Será Moyano más papista que el Papa? ¿Vendrá una ola terriblemente reaccionaria de un leguaje religioso que usará para cualquier cosa como las frases felices de “Privatizar el Estado es agrandar la Nación”? No sabemos, ciertamente que la prensa, si este Papa es adverso a sus deseos, van a buscar los lados más controversiales de su  biografía, ya que el absurdo de que recibe órdenes de la presidente es absurdo, por no decir de “lelos”.

Lo cierto es que el Papa fácilmente puede imponerse en la agenda nacional con bastante independencia, puede organizar, visitas, jornadas congresos, y traer a miles de católicos si lo considerase necesario al país, Argentina, ya tuvo antes un congreso eucarístico muy importante durante los años 30. En ese caso sí, el impacto de un Papa haciendo estas apariciones podría ser clave. Pero claro que eso demostraría una gran estrategia de su parte, y además implicaría un cuidado excesivo de todos, sus actos, la seguridad, la polarización y qué papel tendría el Estado en todo eso, ya que realmente dudo que un  país con mayoría nominalmente católica quiera asumir el costo de rechazar actividades que Francisco I quiera realizar en el país. Ahora si Francisco I, opta por Brasil, puede que su energía se concentre en el país más poderoso de Latinoamérica donde Lula, pragmático podría desviar su atención ya que ambos necesitan construir una hegemonía sólida de cara al papel que consideran que tienen en la región. Brasil puede ser un elemento clave, quizá la relación importante sea Brasil-Vaticano-Argentina.

Estas cuestiones nuevamente tendrán que ver con la política en la calle, y cómo se van a manejar las fuerzas políticas torpezas gratuitas van a salir caro a todos los partidos políticos, también aquellos que por fuera del sistema intenten como a veces lo hacen de capturar la atención. Otra cuestión que en definitiva va a tener que ver con cuán mediático es el Papa. Para diciembre de este año, seguramente algunas políticas del Pontificado de Francisco I van a estar clarificadas, ciertamente que puede haber torpezas que aíslen a la oposición o al oficialismo, o puede que la cuestión sea neutra.   

     

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