Ir al contenido principal

La crisis de Brasil es confirmar que el revisionismo no da frutos.

Un ejército de cientistas sociales ha acompañado al PT en su carrera por el poder, como todo el coro que no pudo hacer una crítica se vieron atados cada vez por compromiso mayor con sus carreras intelectuales que con la verdad. Hoy Brasil muestra la cara de la realpolitik. Para esto vale la pena decir que: “La apología del PT” como la “Condena del PT” suelen ser poco científicas y este recuento no va ser en favor de ninguna de esas tesis sino para mostrar cómo se usan falsos argumentos para poner la crisis dónde no está.
Brasil no tiene una crisis de “programa político” no es que el PT haya tenido que salvarse de una embestida neoliberal, no hay tal “libreto” cuando hay libretos neoliberales muchos de ellos son públicos o semipúblicos y vemos como el momento de la puja Levy versus Meirelles muestra esto. Claro que esto es ver la historia del PT sin concesiones, ver cómo funcionaron las instituciones financieras, a quién se subsidio y a quién se reprimió. ¿Cómo pasó que un partido de trabajadores tenga que sacar a los sindicatos de su letargo? Bueno la respuesta está en simples hechos, el PT es que el que asegura que el neoliberalismo concreto, “la inversión extranjera” pueda anidar en Brasil. En este sentido, Brasil no escapa al resto de los países que se mueven centro del capitalismo contemporáneo, el Estado hace política social para asegurar la reproducción de lo social, pero antes que nada la reproducción del capitalismo. Por eso mismo a diferencia del siglo XX, nada hace pensar que el desarrollo de los países como Brasil cambie las lógicas neoliberales. “La maduración del capitalismo” en Brasil se da a la par del neoliberalismo y esto se da en igual forma en Reino Unido, Grecia y Francia. ¿Por qué no decir que cualquier gobierno por alguna renta es post-neoliberal? ¿Noruega por ejemplo sería posneoliberal porque tiene una petrolera estatal como PDVSA o Petrobras? Como vemos las lógicas de las petroleras hoy están atadas al mercado del petróleo mundial y no al desarrollo autónomo de los países, quizá la crítica más dura que vale la pena decir es que no hay tal cosa como un “desarrollismo de izquierdas”. Goulart, Mao, la mayoría de los líderes que parecen encandilar el pasado horizonte Fidel Castro, no por cuán socialistas fueran “teóricamente” iban por un desarrollo cerrado y en la búsqueda de satisfacer todas las necesidades del país. El Brasil del PT, desaparecería simplemente intentando un movimiento similar. Nunca antes la relación entre las empresas capitalistas estuvo tan integrada como ahora. Entonces, ¿qué fue del petróleo en Brasil? Lo mismo que es en todas partes del mundo, una renta para el Estado, un commodity para el mercado, y la base del costos de las sociedades importadoras netas de petróleo junto con los alimentos, las potencias desarrolladas que siguen teniendo las petroleras privadas más grandes del mundo.
Una vez que vamos por fin por este tema, podemos decir que la “Judicialización” de la política en todos los países es moneda común. Ya que los partidos no van a “transformar” la sociedad, las fracciones burguesas plantean depurarse a sí mismas por medios de estos sistemas. No es raro que el gato pardo sea el último sentido de unas reformas morales que son caprichosas, y dónde la “delación” es el mecanismo para poder acceder a los culpables y que las pruebas fácticas y materiales el entender cómo funciona el capitalismo en Brasil sea el último recurso. Esto es claro no es ciencia sino un comentario político elemental. A lo que debería preguntarse el comentarista promedio de la política de Brasil. ¿Por qué no ir por lo más fino? ¿Acaso demostraría simplemente torpeza, falta de academicismo? Pareciera que explicaciones de compleja redacción son mejores. Cuando sabemos que el fin de los presidentes suelen ser luchas por programas políticos de grupos específicos. Se entiende que en Brasil por ejemplo dentro del ejército hay un lobby en las fuerzas armadas y en las fuerzas de seguridad que es fascista, y que apoya la dictadura de 1964. Pero jamás podríamos pensar que como en 1964, y cómo entenderían Florestán Fernández entre otros, serían la forma por excelencia del gobierno de la burguesía. Fascismo en el sentido claro del término parece no haber y no ser negocio hoy por parte de la burguesía brasileña si hay peligrosas líneas de baja de imputabilidad, racismo, militarización de las fabelas, apoyo de las iglesias evangélicas, odio a los colectivos trans y homosexual. Toda esta reacción es síntoma de cómo se apoya Brasil en lo peor de la cultura que tiende a la estupidización de las masas como hace O Globo. Lo que no dice es que sea la representación tangible de un golpismo pensando en lo que era la “Seguridad Hemisférica” y una suerte de desarrollismo particular donde los bajos salarios hacían crecer los grandes conglomerados, un autoritarismo burocrático en palabras de Guillermo O´Donnell.
Todo esto va para explicar que el PT no tiene una crisis en la forma en que a muchos les gustaría pensar, cuando se entiende que fue el mensalao y el petrolao. Todo esto basta para hacer entender a quienes no quieren entender que se trata de dilucidar en la política de Brasil, muchas veces se ponen fuerza sociales donde no las hay. Sería falso decir que el PT cobró sobresueldos para financiar sindicatos o luchas obreras por lo que esto podría ser contradictorio y progresivo si queremos tomarnos la licencia. El PT justamente puede irse independizando y formando parte de la alianza con el gran capital en la forma en que ocupa el Estado, y los sobornos financian personal y partidariamente al PT. Esta idea de que el Estado mientra más grande más popular llena de dudas a quién vea la transferencias de fondos. Mientras que algunos hacen fetiche de los movimientos sociales y la alianza con el PT, descuidan la alianza y el lobby del PT con los empresarios dentro y fuera de Brasil. Esto se vende como escándalo de forma oportunista por la prensa burguesa pero no hace que sea menos esencial para la política, como no es menos esencial que el sindicalismo enriquecido y estatizado traiciona a las bases, como que hay menos nido para la burocracia que el progreso material en todas estas redes.
En parte en este sentido la “bastardeada” hegemonía por el revisionismo es útil. Cuando se quiere pensar ¿cómo gobierna la burguesía? se puede responder, gobierna con dos partidos uno de “Centro izquierda- el PT” y otro de “Centro derecha, el PSDB” pero con eso no basta, una de las cuestiones que más debe importar, es que estos partidos tiene compromisos reales y concretos con las burguesías locales y a nivel nacional. Además hay que comprender que las crisis económicas es el Estado tomando uno u otro camino el que hace que algunos sigan en carrera y otros no. Tanto el “Keynesianismo” como el Shock son parte del mismo fenómeno. La teoría revisionista de hacer “delito” estas acciones con penas más severas sólo muestra una fe en la justicia que es ridícula cuando se critica la judicialización. ¿Por qué el partido de Izquierda no pudo gobernar sin todas estas transferencias de fondos? esta es la pregunta tan estúpida que se vuelve fundamental. El tener que embellecer el derrame, el hacer un mercado interno sólo para que ciertas ramas de la economía brasileña puedan crecer, el atar de pies y manos al movimiento obrero y sea en el presupuesto y no en la ley dónde está “garantizado el bienestar” el bienestar de las mayorías no es algo que sorprende. Por eso la idea de “salida de pobreza” es paternalista y usa los indicadores de los entes que supuestamente son el neoliberalismo el FMI, el Banco Mundial y OCDE, esta naturalización también es neoliberalismo. Por eso podemos decir que simplemente hacer radiografías del PBI y el índice GINI son algo demasiado poco importante para medir cuán de izquierda o derecha es un gobierno pero sí para poder entender si en presencia de un programa de izquierda este se realiza o no. El giro de la burguesía brasileña es tan claro hacia el ajuste que pensar que podría ser peor parece ser una mitología. En parte porque siempre espera que las masas, la clase obrera sea totalmente pasiva, es decir es un intelectualismo no científico y paternalista que parasita lo que pretende ser el anti-imperialismo.
Por estas razones, más importante que pensar en el futuro del PT es pensar en el futuro de Brasil, y de los que no pueden ya confiar en el PT. Es evidente que esta idea va en contra de la idea de un “golpe”, de la idea de una derecha aún peor, y sobre todo va en contra de la idea de que la democracia es un muro de contención de planes y avanzadas burguesas. Por estas razones uno podría pensar sin preconceptos si el Brasil de hoy puede estar en muchos aspectos más afectado por las políticas neoliberales que antes de la política de Cardoso en su presidencia y la respuesta es sí. Vuelve la idea “Socialdemócrata” pero ahora degenerada, el capitalismo va a dejar de ser neoliberal en la medida que gobiernen gobiernos populares, y esto será progresivo e imparable, es una falacia tal que solo admite pensar que los países como Suecia, Francia o Japón simplemente son menos “neoliberales” porque tienen mejor calidad de vida. Esta es la mentira que estamos viendo en la actualidad. Decapitada la razón del post-neoliberalismo no fue más que decir que un ciclo económico fue un cambio de régimen político. Por eso esta ideología light del post-neoliberalismo no tiene escuela económica que no sea una forma de revisionismo del keynesianismo y que en la práctica no suele aplicarse porque los que gobiernan el BNDES, el Banco Central, etc; vienen de la industria financiera y no de las modas académicas marginales, las cuales parecieran que son el debate de ideas y no el programa político de fondo. Pareciera que esto es lo que no se quiere decir, y por esto la crisis se analiza a posterior entrevistando si la gente tiene o no fe en el PT.
En este cuadro hay que decir que la crisis de Dilma es primero una crisis de ella con respecto al PT, luego de la crisis de Lula con respecto al PT, y evidentemente del PT como hegemónico en la sociedad brasileña pero llevando adelante el programa político que el PT no diseña sino que ejecuta si queremos exonerar de culpas y si tal cosa tiene sentido. En este sentido también Lula fue claro, “Mantener la presidencia” es lo fundamental, ¿hay un miedo irracional del PT de volver al llano? Este debate parece claro, la idea de un revisionismo que dijo “la Izquierda ganó”- el fin de la historia de Fukuyama en clave progresista- y mientras gane tiene un cheque en blanco para buscar los caminos eficaces y eficientes ante lo que era el neoliberalismo o es, o podría ser. Esta es una creación intelectual endogámica y que no tiene fuerza en la propia prensa burguesa dominante de Brasil y por lo tanto su factor de propaganda cuando menos estéril.
Esta forma de entender que el neoliberalismo no es más que un adjetivo al capitalismo, y que la introducción del psicoanálisis no sirve para ser amalgamado con el marxismo y cuando se hace, esta unión caprichosa sirve como base para poder apoyar el punto de vista reaccionario, es decir “idealizando” el neoliberalismo y no viendo el trabajoso efecto histórico de sus persistencia, puro simbolismo, puro significado, puro análisis discursivo. Es decir, hablar de las consecuencias subjetivas y del consumo de lo que es el neoliberalismo y entonces pretender que la gente no sabe que está pidiendo un cambio que lo llevaría a la ruina. Esta es la estupidez, la máxima. Las fracciones de la burguesía compitiendo hacen que esta forma se puede hacer tangible y de esta manera Cunha termina siendo un político de la hegemonía, describirlo es aleccionador, administrador de empresas estatales, defraudador por cuenta propia, conocedor concreto del funcionamiento del congreso, maniobrador, y sucio, paga y cobra con la moneda con la que se maneja el congreso de Brasil, y como se maneja el Tribunal de Cuentas de la Nación y como se encarga también Jaques Wagner, Dirceu y Calheiros, como el mismo Temer hacen política. Por no decir que Cardoso y Aécio son lo mismo y que no hay siquiera batalla dialéctica discursiva alguna.
Cunha muestra que Brasil se apoya en una serie de acuerdos y golpes palaciegos, el Planalto es un régimen y no es simplemente una cáscara vacía, el retener el poder es hacer una sociedad concreta, no discutir la sociedad posible. Un hombre que virtualmente solo maneja a cientos de diputados que han hecho carrera como él, riqueza por medio de la corrupción y el uso de un pragmatismo feroz para ganar dónde ganaron. Justamente por eso cuando el Petrolao lo mancha, lo más hipócrita y anticientífico del comentario político muestra que Cunha no tiene la calidad moral para hacer lo que hace- ¿debería tenerla? Pareciera que esta nueva versión de espejo de príncipe fuera oportunista y buscará idiotizar. Pareciera que ser presidente de la cámara de diputados de Brasil con la capacidad de activar el juicio político no fuera suficiente. Esta idea de hacer una “literatura progresista” berreta para no entender cómo funcionan las instituciones que de buenas nada tienen pero que eficaces son, eso es el orden social y no otra cosa basta entender los autores clásicos de la sociología Marx, Durkheim y Weber, ¿no preguntar por la forma de dominación no es una robinsonada? ¿Cuando desapareció la dominación? ¿La democracia la elimina?; muestra que Cunha puede tocar a toda la política y que ahora mismo las pedaleadas fiscales y los subsidios que de ellas salen, los apologéticos hacia planes sociales, los escandalizados a empresas privadas, muestran que el manejo discrecional del Estado, la esencia de la política es lo que se discute y no filosofías de vida.
No será raro que Brasil como Argentina y Venezuela cuando se vea con atención tenga en cada dependencia del Estado alguna que otra forma de manejo discrecional de fondo. Esta alienación de pensar que esto no fue la savia vital que mantiene el sistema en la actualidad, la cual no va en contra de la idea de “militancia” pero sí hace a los estímulos materiales, ante lo cual los estímulos ideológicos se disuelven. En este sentido no se trata de entender cuán burocrático es hoy el PT porque la respuesta es altamente burocrático, ni cuán vacía puede ser la propaganda, porque la propaganda es vacía. La pregunta es cuánto tiempo esta inercia no va a contrapesar resultados en la lucha de clases, y el desarrollo del capitalismo en Brasil.
Como resultado es claro que Brasil se ordena a seguir siendo proveedor sin opción de hierro y soja de China, sigue siendo dependiente del dólar para sostener su moneda. Sus inversiones son hacia países más chicos, su rol en el MERCOSUR sigue siendo en la indecisión, y todo esto por medio y obra de un razonamiento, si burguesía no puede más no es porque no quiera sino porque no puede, eso es ser materialista y no revisionista y nacionalista pensando que las burguesías, nacen, crecen y mueren de la nada, contra cara de las clases obreras que harían lo mismo, esto es ir por la tangente. Las aperturas o cierres comerciales no es tan atado a otra cosa que la burguesía brasileña, la venezolana en crisis, la argentina también en crisis, la uruguaya buscando el momento de abrirse al libre comercio y la paraguaya centrada en la soja; no tienen necesidad de pensar en otros problemas. En este sentido el acuerdo con la UE y no el TPP parece ser una jugada “prudente” por el nivel de asimetrías y competitividad, lo que quiere decir que es más importante facilitar la entrada de capital extranjero que la defensa de la producción nacional ya que gran parte de su reproducción se realiza a través de esta. Por esta razón, el impuesto al cheque es un conflicto legislativo como lo es el déficit en general y los impuestos también en general. Por esta razón a nivel continental los derechos de las regalías son cedidos en nombre de dólares frescos hoy.
El PT en el plan de inversiones que no escapa a su gobierno está dinamitando un patrimonio nacional real por una serie de estados financieros plagados de corrupción y con una deuda gigantesca que nunca debería haber ocurrido. El achicar a Petrobras para salvarla fue parte de la hegemonía social burguesa, “se salva el esqueleto” como se hizo en los 90 con el Estado lo esencial, y esto simplemente es la capacidad de dar derechos sobre el subsuelo, perder esto sería realmente terminar de entregar el patrimonio, declarar la quiebra total. Brasil y el PT no van a usar las reservas en dólares para capitalizar Petrobras, el negocio ahora es tasarla y desmontar a conveniencia de grupos económicos. Si a esto le sumamos suba de naftas que pagan los trabajadores, ¿por qué nos esforzamos tanto en teorizar sobre otras áreas y no vemos políticas concretas en áreas concretas? ¿Por qué lo bueno debería tapar lo malo? este fue el debate que no se dió en la elección que llevó a Dilma a ser re-electa pero que si estaba en conocimiento de la gran burguesía, si Aecio no llega al poder es porque su fuerza política no tiene credibilidad para hacer algo distinto.
Febrero parece ser la fecha límite para poder poner fin a la crisis, que según intelectuales del PT es que el PT pueda gobernar en paz. Esto no es ciencia es ideología, ni siquiera plantea ideas de calidad democrática de ninguna especie. Cuando se piensa en el PMDB como la hegemonía en Brasil en el sentido de la política sin otra cosa que la conquista de los espacios, se entiende que no hay tal debate antinómico entre PT y PSDB como en Argentina ciertos partidos políticos provinciales peronistas o radicales son ampliamente intercambiables sin alterar la lógica feudal y esto no es ciencia porque nadie lo investiga ni sistemática ni críticamente pero se confirma en la “estabilidad” de esas instituciones defectuosas. Por eso ahora mismo si es que Pasquali miembro del PMDB llega a la presidencia de la cámara de los diputados previa negociación con el PT para desplazar a Cunha, se verá otro episodio más, Cunha fue un elemento del equilibrio tentado por PSDB para poner fin a Dilma, y el PT como un salvoconducto para su impunidad, su poder dentro del partido y hasta los más osados dicen para sus sueños presidenciales. El hecho de que un golpe dependiera de una figura menor pero consciente de su papel en un cargo político, que la reforma de gabinetes sean caprichosos pactos políticos, y que Meirelles un ex Tucano esté a punto de reemplazar a un banquero para hacer un ajuste más integral en Brasil. Justamente estas cosas no hablan bien del revisionismo populista versus el neoliberalismo que no es tal-no se excluyen se incluyen-, de la forma en que Latinoamérica con sus gobiernos de izquierda que ganan abren un capítulo nuevo en la historia- pero nunca preguntándose cómo termina el proceso-, y que la intelectualidad es “esclava de la iniciativa política”. Ante tanta generalidad contra el neoliberalismo supuestamente y tanta apología brumosa a gobiernos que no pueden escapar a las consecuencias del ciclo económico, siendo para un análisis político serio el periodo de 2002 a 2008 una etapa “ortodoxa”, del 2008 a 2014 una etapa heterodoxa, y hoy sólo siendo una parte no central del sistema económico mundial.
Hasta que no se analicen las formas en que las finanzas avanzaron en Brasil, la forma en que el crédito al consumo popular fue un negocio para la banca privada, hasta que no se analice el papel relativo de la política social y no eterno es decir el no cambio de régimen sino la redistribución del ingreso que no afecta a la producción, hasta que no se cuestione al paternalismo intelectual de los privilegiados de la casta burocrática del PT y PSDB tiene poco sentido pretender hacer panoramas políticos muy aventurados. Brasil se sigue gobernando en muchos aspectos igual que al final del gobierno de Cardoso, porque la ofensiva neoliberal no es a-histórica sino que es de una clase la burguesía brasileña, la cual no perdió tanto con el PT si es que perdió algo y que justamente no muestra signos de temor alguno. Eso no significa que el proceso no tenga contradicciones pero sí significa que seguir razonando en una ideología que es caduca que no tiene asidero real forma parte de un beneficio de una intelectualidad que hace ocioso el análisis. El no tratar de incomodar a estas personas parece ser un sacrificio demasiado grande en un país con las disparidades de Brasil en un continentes con las inequidades de América del Sur.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Crítica a “Las 21 leyes irrefutables de liderazgo” de John C. Maxwell.

II- 1-Ley de tope: La capacidad de la organización está determinada por la capacidad de líder. El líder reclama la gente con más habilidad, y estos reclutan a la gente con la misma capacidad. Suponer este punto como una mera formalidad plantea muchos problemas. La capacidad de un líder puede variar de un momento a otro con formidable rapidez. No es lo mismo un líder de grupos pequeños que uno de grupos grandes. No es lo mismo una mesa chica a una plaza pública. Muchas veces un líder sólo cuenta con el apoyo indeterminado de adeptos que no termina por conocer. Esto es la clave en el espacio público. La potencia de un líder por fuera de una organización se mide por parámetros diferentes. Muchas veces no es la admiración, o la camaradería lo que lleva al poder. Muchas veces es el temor y el respeto, otras una devoción que no tiene mucha relación con quien la genera. Un líder es líder de los suyos y de su contrario. Un líder tiene que forzar a tener un enemigo necesario. El liderazgo sino

Praxis política, organizaciones y democracia:

No hay que ser superficiales. La cuestión de la actividad política tiene que ver con el sistema político en el que se vive, es decir en la democracia de carne y hueso. Hoy en día, Argentina tiene una interesante mezcla de armados políticos. ¿Cómo se hace política? La respuesta es un justo equilibrio entre movilizaciones e instituciones. En este proceso debemos interpretar que la acción es la política es la que puede dinamizar a la sociedad. Transformar a la sociedad depende de la política, los límites de la sociedad a lo largo de la historia tienen que ver con las propias organizaciones políticas. No con una sino con todas. Es decir que a partir de la organización se implementan políticas, con ellas se pueden materializar gran parte de los objetivos que se proponen. Por esto el esfuerzo, el trabajo en la política existe. No existe de por sí una relación que no sea política en todos los procesos de producción de un país, o territorio cualquiera.                                      

General Motors y Waymo disputan el automovil inteligente.

Una parte de las apuestas del futuro inmediato del transporte de pasajeros a nivel mundial tiene que ver con el hecho de que las personas no tengan cada una su automóvil, a la vez una solución más particular que simplemente el uso de transporte público, trenes y colectivos. Estas dos razones sumadas a que el segmento autos es uno de los que más paga impulsan el desarrollo de autos que no necesiten chofer para desplazarse. Justamente porque baja los costos y la manera en que las personas se relacionan con sus coches queda claro que el cambio social será muy importante. Muchos hablan de una cuarta revolución industrial dentro de la share economy. Esto puede que tenga un sentido siendo vista en el largo plazo. Muchas innovaciones ocurrieron y ya muestran que una parte del mercado de autos y de aviones, como otros bienes se manejan por medio de leasing y de los préstamos. Ya no es el ahorro y el ingreso lo que mueve a los que pueden a tener su propio coche, sino que con gastos de capita