Moscato:
Mientras la incauta mentira, viola frentes y todo es gris.
Si todo es de color, fantasía sado maso en eterno presente.
¡Amor! ¡Amor! ¡Amor!
Necesitamos mucho amor….
Mientras el esófago tiene más virtud que el pene.
De él va y viene el pedaleo de todo el día.
Donde las raíces de las grietas pagan la virtud.
Gracias al moscato se olvida mejor.
Se pega en el vaso y en el corazón.
Emputecido, noble, una derrota digna.
Las derrotas verdaderas, las muertes disfrutadas.
No tienen comentaristas.
El que le gusta luchar, quiere morir al final.
Y morir es parte de su ser.
Un avión de madera al chocar, para nunca volver.
Un montón de platita a la familia para que no te aguanten
nunca más.
Siendo una parte más en ese pequeño basurero de la historia.
Caer para no volver.
Irse, y regar con vómitos el eterno stress.
Con fresco aire, sí al final.
Con las narices abiertas al final.
Todo debería ser igual.
Una de las tantas.
Lugares comunes, olor a ano, principios de ignorancia.
Huir con el bidón de agua para poder cagar.
No dormir,
Tener los ojos de huevos.
¡Triunfar!
Amalgamar las flemas con ideales y traiciones.
Saber que el cagó, lo tienen que cagar tres veces.
Y que la mierda al final no alcanza.
El karma es inmaterialmente necesario.
Por tanta caridad devorada a costa de los buenos.
Por tanto parasito que desde el sorete conquista el cuerpo.
Por el gusano en la punta del dedo.
Yo que no tengo ojos, ni nariz, que no sé si el vaso es o no
es.
Cuido, que el vaso sea.
Cuidamos que el vaso sea.
Somos lo peor. Peor de lo peor.
Peor en lo que se puede ser peor.
Casi un eslogan en un mundo de forros.
Como vendedor de huesos de seres queridos.
Como el que se pincha, y no es anodino, se pincha y se
pincha.
Como el que tiene el zombie en el colón.
Se caga cuando él quiere.
Habla cuando él quiere.
Llora, y no vive.
Habla.
Tres generaciones arruinadas por el moscato.
El mozo que lo lleva, y sabe que lo sabe.
Que lo sigue vendiendo porque tiene que vender.
¿Acaso no ve el queso vomitarse?
¿No puede ver la lluvia caer?
¿Qué importa el balón de oro si se tiene el mundial?
¿Qué importa el mundial si se tiene el vaso?
Creen que nosotros, dormitados por siempre, ¿nos importa?
Ellos psicoanalizan, acá, la crisis sigue.
Se nos atrofian neuronas, y arterias, el hígado nos hace
poema.
Las piernas se nos hacen pasta dura, no se mueven más.
Ahí sí, casi hinchados como cadáver, en babas, vemos,
Chicos que corren.
Y a la mierda, que corran, si casi ni los vemos.
Cuando gritamos, casi cagándonos encima, sólo formamos parte
de ese gran….
Elenco de mamertos.
Los huevos de oro de la encefalografía ausente.
La lengua vencida, le lengua arrugada, pretende ahogarse.
Morir así no es morir.
Es tener un hábito por fin.
Vasito por vasito hasta el fin.
¿Qué mierda importa ya?
Si el que esta sólo y espera, sólo necesita plata para poder
esperar.
No espera el que lo filmen que espere.
No espera el que se puede morir para la foto de la
premiación de otro.
Espera el que puede sufrir en paz, el que puede ser
paciente.
El que al médico no va.
El que se caga la salud, el que va hipotecando el cuerpo con
maestría.
Uno se promete paz, salud, verdad, amor.
Y se consigue por demás,
Por lo menos en delirio.
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